Por: Jerónimo Carrera
Precisamente ahora, al cumplirse este 7 de noviembre un nuevo aniversario de la inolvidable revolución rusa de 1917, quiero recomendar a quienes no lo hayan hecho todavía –y asimismo a los que lo hicieron hace largo tiempo- la lectura de este clásico del periodismo reporteril que sin duda es la obra del extraordinario periodista estadounidense John Reed.
En efecto, Los diez días que estremecieron al mundo es uno de esos libros que nunca pierden actualidad, y atrapan el interés del lector, como se dice, “de punta a punta”. Puede ser incluso catalogado como de “historia viva”, cuya vigencia es permanente y será siempre de actualidad.
Estas cosas las escribo ahora con motivo de estar oportunamente en circulación acá una muy hermosa edición de este libro, hecha en nuestro país por Monte Avila Editores, de unas 800 páginas y con muchas fotos relativas a ese histórico acontecimiento. Me tocó a mí la distinción de escribir el prólogo para esa edición -lo cual agradezco- y allí aparece en una decena de páginas.
Pero a lo que quiero referirme al afirmar que es una oportuna edición, al menos para nuestra Venezuela, es a la muy urgente necesidad que tenemos acá de enfrentar con verdades en la mano a la virulenta campaña de falsedades y calumnias -como nunca se había visto antes, de los sectores reaccionarios, y también gentes que les hacen el juego- en contra de la URSS y su extraordinario papel en la historia de toda la humanidad. Una campaña que seguramente engaña a ciertas personas, pero con la cual lo que pretenden es desacreditar la idea de una posible construcción del socialismo aquí en Venezuela, una idea ahora sólo en sus probables inicios y enfrentada fundamentalmente a los intereses del imperialismo yanqui.
Podría pensarse que es una paradoja esto de arreciar ahora la campaña antisoviética, y al mismo tiempo pretender convencer al pueblo de nuestro país, con mentiras y falsedades tan evidentes, sobre un supuesto fracaso de la Unión Soviética y del comunismo. Pero lo cierto es que la crisis mundial del capitalismo los tiene tan aterrorizados que no encuentran argumentos para defenderse ellos mismos. Esa sí es la gran verdad, cada día más evidente.
Nadie puede negar que la URSS se desintegró, víctima al igual que Estados Unidos de la locura de una carrera armamentista que se convirtió en interminable, y sin tener países pequeños para explotarlos como lo hacen los yanquis, tal como lo han hecho con Venezuela durante todo un siglo.
Tampoco nadie con sensatez podría desconocer el gigantesco paso al bienestar, en todos los aspectos sociales, que no solamente para los rusos significó esa revolución. Todos los demás pueblos que integraron la URSS gozaban de los mismos derechos, y no como sucede acá en nuestro continente y las otras partes del mundo actual.
Dígase lo que se diga, la fecha del 7 de Noviembre es fecha de celebración no sólo para los comunistas, y con seguridad lo será para todo el que lea Los diez días que estremecieron al mundo. Mi reconocimiento y felicitaciones a Monte Avila Editores por este acierto editorial suyo.
P.S.-
FE DE ERRATA
Por una de esas fallas que suelen ocurrir en el proceso de imprimir libros, en la página XI del Prólogo de este libro en vez del 7 aparece el 17 como fecha aniversaria del estallido, en Petrogrado, de esa Gran Revolución de Octubre de 1917. Se exime así de responsabilidad en esto al prologuista.---
Fuente: PrensaPopularSolidaria
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