Por: Francisco Guacarán
Toda organización clasista pone gran empeño, entre otras cosas, en la formación del revolucionario integral: es el hombre y la mujer de ciencia, de combate, con vinculación estrecha a las masas, disciplinado y con una elevada moral y mística comunista, en cuyo seno debe darse una síntesis dialéctica de teoría y práctica –praxis como conjunto– que le permita cumplir las tareas fundamentales de la revolución.