A continuación publicamos la Declaración conjunta del Partido Comunista Clandestino de Colombia y del Partido Comunista de México.
DECLARACION CONJUNTA DEL PCCC Y DEL PCM
1º. Se han reunido en Bogotá delegaciones del Comité Central del Partido Comunista Clandestino de Colombia (PCCC) y del Comité Central del Partido Comunista de México.
2º. Ambos partidos han intercambiado opiniones sobre la situación en México y Colombia, sobre el Continente y sobre el Mundo.
3º. Ambos partidos tienen por base ideológica común el marxismo-leninismo, aplicándolo y enriqueciéndolo creativamente con la lucha de clases de nuestros países y con la historia colectiva de nuestros pueblos, desde la resistencia indígena y popular al colonialismo, desde la decimonónica insurrección continental por la independencia y emancipación en la que Lautaro trasciende hasta nuestros días, y con el aporte del libertador Simón Bolívar.
4º.El PCCC y el PCM luchan programáticamente por el socialismo y el comunismo, y consideran que estos objetivos además de su urgencia tienen actualidad, al ser la alternativa viable frente a la decadencia del capitalismo -hoy en crisis profunda de sobreproducción y sobreacumulación, en la que la riqueza social es destinada por los Estados a rescatar a los monopolios- en tanto la clase obrera, los trabajadores y las capas medias, la pequeña burguesía, son pauperizadas, arrojadas masivamente a la miseria. Nuestros partidos comunistas actúan con firme orientación clasista contra la desvalorización del trabajo, contra la bárbara agresión a los derechos sindicales y laborales que los monopolios dirigen contra las masas de proletarios, conectando la defensa de la vida y las reivindicaciones inmediatas de la clase obrera al objetivo de la conquista del poder y la construcción de la nueva sociedad sin explotados ni explotadores.
5º. El PCCC y el PCM valoran que en el accionar por nuevas revoluciones socialistas es de gran importancia la asimilación crítica y la defensa de la experiencia de la construcción socialista en la URSS y otros países socialistas, enfatizando el estudio de las causas que engendraron la contrarrevolución, tales como el resurgimiento de las relaciones mercantiles que minaron el poder obrero. La construcción de la nueva sociedad tiene como precondición el poder popular, la socialización de los medios de producción concentrados y la planificación central de la economía.
6º. La interdependencia de los monopolios refuerza la agresividad y la expoliación del imperialismo sobre los pueblos, en el mundo y en nuestro continente. La OTAN y las tropas norteamericanas, además de los crímenes cometidos contra Iraq, Afganistán, Libia - intervenciones avaladas por la ONU a las que nos hemos opuesto-, preparan nuevas campañas contra Siria e Irán, que de antemano condenamos. Llamamos a los pueblos, a los Partidos Comunistas, a las fuerzas revolucionarias de América Latina, a rechazar la creciente militarización del continente, la reactivación de la Cuarta Flota y la activación de más bases militares.
7º. Llamamos a reforzar la lucha por la ruptura con los tratados de libre comercio, tanto con los Estados Unidos como con la Unión Europea, lesivos para la vida de los trabajadores.
8º. Ratificamos nuestra solidaridad con Cuba socialista, con el proceso bolivariano en Venezuela, Ecuador y Bolivia; expresamos nuestro apoyo a los pueblos de Honduras y Paraguay que resisten a los golpes de estado.
9º. El PCCC y el PCM consideran que nuestros pueblos tienen el inalienable derecho a resistir y desarrollar la insumisión, la insubordinación, la alegre y desafiante rebeldía, y a ejercer todas las formas de lucha para romper las cadenas de la explotación que nos esclavizan. Es un derecho irrenunciable de los pueblos el de la rebelión; y los cauces de su manifestación, pacífica o violenta, dependen de variadas circunstancias. Nos oponemos al dogmatismo y al reformismo que intentan colocar a nuestros pueblos la camisa de fuerza de la “institucionalidad”, siguiendo el falso camino de la putrefacta fachada democrática que oculta la dictadura de los monopolios. Si la vía electoral sirve para expresar los intereses populares, para avanzar, nuestros pueblos deben ejercitarla; si el camino es la huelga, la paralización de los centros de trabajo, la lucha de masas, por ahí tendremos que avanzar, y si el camino es la insurrección, la lucha armada para arrebatarle el monopolio de la violencia a las clases dominantes, sin duda alguna debemos elegir ese camino, por más sacrificios que encontremos, tal y como la luminosa experiencia histórica de nuestros pueblos enseña, desde Cuauhtémoc, Túpac Amaru, Hidalgo, Morelos y Bolívar, los ejércitos populares de Villa y Zapata, hasta el ejemplo del movimiento 26 de julio en Cuba, la gesta del comandante Ernesto Guevara y la epopeya de la insurgencia colombiana, que desde Marquetalia, Camilo Torres, Jacobo Arenas, Raúl Reyes, Iván Ríos, Jorge Briceño, Alfonso Cano, trasciende ejemplarmente, expresada sobre todo en la alta figura de la dignidad del comandante Manuel Marulanda Vélez.
10º. En consecuencia, nuestros Partidos Comunistas refutan el discurso surgido de los centros imperialistas para calificar la rebeldía de nuestros pueblos como “terrorismo” y criminalizar la solidaridad. Sin pausa continúa la colaboración entre los cuerpos represivos, su coordinación se acrecienta. A ello debemos oponer la coordinación de los partidos comunistas y revolucionarios, superar nuestros retrasos, lo que sin duda potenciará cualitativamente las resistencias sociales, las movilizaciones sindicales, campesinas, indígenas, estudiantiles, populares.
11º. Nuestros Partidos Comunistas consideran que deben continuar los intercambios entre los partidos comunistas y obreros para crear las condiciones para un Encuentro de los Partidos Comunistas y Obreros de América Latina y el Caribe; en el que se construya un dialogo fructífero y sin exclusiones, que generalice experiencias, del que emanen resoluciones colectivas para la acción común en las tareas y problemas de carácter continental.
12º. Es por ello que saludamos con entusiasmo la continuidad del Encuentro Internacional de los Partidos Comunistas y Obreros que surgió en ocasión del Sesquicentenario del Manifiesto del Partido Comunista, por iniciativa del KKE, y que este año se reunirá en Beirut, auspiciado por el hermano Partido Comunista Libanés. Saludamos los encuentros de carácter regional que se desarrollan y las iniciativas comunes que varios partidos comunistas y obreros logran concretar, como es el caso de la Revista Comunista Internacional.
13º. Ratificamos nuestro compromiso, apoyo y solidaridad a la Federación Sindical Mundial, a la FMJD, al Consejo Mundial de la Paz y a la iniciativa que en nuestra América significa el Movimiento Continental Bolivariano, un espacio de los revolucionarios para el debate y el compromiso de la lucha antiimperialista por el socialismo.
14º. EL PCCC y el PCM consideran muy negativa la posible integración del general Naranjo, un colombiano siniestro, promotor del paramilitarismo y terrorismo estatal, de la imbricación del narcotráfico con la institucionalidad, de la violación de los derechos humanos y del asesinato político de centenares de patriotas colombianos, a la tarea de seguridad nacional en México, augurando que dejará a su paso una estela de sangrienta represión contra el pueblo mexicano.
15º. Ambos partidos saludamos la creciente resistencia social del pueblo colombiano que se expresa en movimientos como la Marcha Patriótica, el Congreso de los Pueblos, la Minga indígena; las luchas de las organizaciones estudiantiles, las movilizaciones indígenas de resistencia a la minería, a la explotación de los recursos minero-energéticos, y la lucha del pueblo colombiano por la paz y la solución política del conflicto social y armado.
¡Proletarios de todos los países, uníos!
Comité Central del Partido Comunista Clandestino de Colombia
Fuente: PCCC/Tribuna Popular/PrensaPopularSolidaria_(PrtenPoSol_PePeSe)
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