Por: Dante W
Cuando el 14 de abril de 1931 se proclamó la II República española, se hizo de forma pacífica, democrática. Esta experiencia tiene un valor permanente para la burguesía y para las masas populares de España. Si las clases dirigentes no provocan la violencia, el pueblo prefiere el camino pacífico para resolver los problemas que el desarrollo social plantea. Y, a su vez, esa vía pacífica, sin violencias destructoras y sin guerra civil, es posible sólo cuando se logra realizar la unidad del pueblo, cuando a través de una lucha diaria y constante van debilitándose y desarticulándose los instrumentos coercitivos de las clases dominantes. Los milagros no existen ni en la vida ni en la Historia.
Sin embargo en aquel momento, la organización que 5 años más tarde se convertiría en la vanguardia de la defensa de la república frente al fascismo, el Partido Comunista de España, adoptó una posición errónea.