Y el poder de un señor que nos gobierna cual si fuéramos súbditos de algún reino divino, un reino donde solo las flatulencias de ellos tienen mal olor y la de los millones de sujetos que viven bajo su escrutadora mirada, ni mal olor tienen. |
Por: Yuri Valecillo
Los quijotes de paja del gobierno siguen intentando robar el poco oxigeno que nos queda en los pulmones y ponerlo al servicio del poder más vil que ha tenido la república en los muchos, muchísimos años. Sin ningún escrúpulo pintan fantasías. Intentan hacer digerible que por un pernil imaginario se puede cambiar la patria, y que el cambio fue bueno para la nación. Van deshojando las margaritas de la paciencia.
Van diciendo cosas que nadie cree. No hablan de lo cotidiano, entre trajes hechos a la medida, comida variada y abundante en sus mesas, casas resguardadas por cuerpos de seguridad.
Y el poder de un señor que nos gobierna cual si fuéramos súbditos de algún reino divino, un reino donde solo las flatulencias de ellos tienen mal olor y la de los millones de sujetos que viven bajo su escrutadora mirada, ni mal olor tienen.Y vuelven al ataque con lo de la intervención extranjera como si las destrucción de nuestra modesta producción agrícola fuera culpa de nuestros campesinos, como si Barlovento ( lo digo por la masacre) quedara en Guantánamo y la hubieran ejecutado tropas marcianas, gringas o inglesas. No, la Masacre de Barlovento fue obra de miembros de nuestras fuerzas armadas.