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martes, 8 de enero de 2008

EL SAHARA OCUPADO POR MARUECOS O LA VIDA EN UNA NACIÓN PRIVADA DE SU AUTODETERMINACIÓN

SAHARA OCUPADO. TESTIMONIO DE LUIS MANGRANÉ EN SU VIAJE AL SAHARA OCCIDENTAL OCUPADO POR MARRUECOS *Fuente: Um Draiga

 Nota de Um Draiga: 

 Luis Mangrané es miembro de Um Draiga , y desde esta última Asamblea miembro de la Junta Directiva. Abogado colegiado en el REICAZ. Interesante y veraz punto de vista sobre lo que está pasando en los Territorios Ocupados del Sahara Occidental 

Día 1 (30/11/2007) Viaje Madrid-Las Palmas de Gran Canaria-El Aaiún   Cuando desembarco en el aeropuerto aviso de mi llegada a la Abogada de Las Palmas Inés Miranda, con la que me cito entre el mostrador de la compañía aérea y los mostradores de facturación, mientras espero su llegada confirmo la hora de salida y facturo el equipaje. Conforme pasan los minutos empiezan a desfilar las primeras familias saharauis, algunas van cargadas de grandes bolsas de plástico llenas de productos comprados en la isla, desde palos de escoba hasta protecciones para el polvo de la puerta de la entrada de casa. En la reunión con Inés me da consejos para mi estancia en los territorios ocupados y me informa de los juicios a los que voy a asistir. El pasaje del avión está compuesto, principalmente, por saharauis y marroquíes que regresan, además de un soldado de la MINURSO. 

Al llegar al aeropuerto del El Aaiún, los españoles que me acompañan no son controlados como voy a serlo yo a continuación, el agente de la aduana les deja pasar sin mayor dilación, a mí, sin embargo, antes de llegar a la cabina del policía me sale al paso otro agente de paisano que se interesa por mi nacionalidad y profesión --como comprobaré a lo largo de todo el viaje mi doble condición de español y abogado va a suponer que los numerosos controles se prolonguen mas de lo normal, ya que parece despertar un especial interés de los servicios de seguridad marroquíes--, a continuación paso el control de la aduana donde el agente allí sentado me hace las mismas preguntas.
En el SAHARA LINE HOTEL se repiten de nuevo las preguntas de profesión y nacionalidad, el hotel se encuentra en el centro de la ciudad, a 10 minutos andando de los Juzgados, y en él se alojan numerosos soldados de la MINURSO, que reciben un cuidadoso trato de los empleados y dirección del hotel, toda vez que se trata de sus mejores clientes. En este sentido, observo que la dirección del hotel ha dispuesto incluso de unos formularios especiales para anotar las consumiciones de los soldados de la MINURSO. 

En la calle del hotel se acumulan los carros TOYOTAS blancos con el clásico distintivo de la UN, coches con los que me cruzaré repetidamente durante el viaje, tanto en la ciudad como en los desplazamientos fuera de ésta. Normalmente viajan con un solo ocupante. En todo caso, a los miembros de la MINURSO se les ve relajados, aunque ocasionalmente marchan a pasar unos días de vacaciones o permiso a las Islas Canarias. En la habitación me acomodo y realizo las llamadas de rigor, contacto con los activistas de derechos humanos que tengo la intención de visitar esta semana, con los que me cito para el día siguiente. Después salgo a la calle a dar un paseo y cenar, es viernes por la noche y la ciudad bulle, en cuanto piso la calle y ando 20 metros compruebo que junto al hotel hay un furgón de la gendarmería, el cual va a permanecer en el mismo sitio y a todas horas durante mi estancia en la ciudad. 

Llego a una zona muy animada y concurrida, no se ven apenas occidentales o europeos, despertando mi presencia la curiosidad de algunos de los habitantes de la ciudad, a lo largo del paseo me cruzo con numerosas patrullas policiales, dispuestas en esquinas y sitios públicos, como una mezquita por la que paso. Las hay de varios tipos blancas y azules, éstas similares a nuestros antidisturbios, ocupadas por policías uniformados de azul y protegidos los cristales con enrejados metálicos. De vuelta al hotel ceno en una terraza y veo pasar, ocasionalmente, a gente vestida con la derrah y la melfa, prendas con las que tradicionalmente se visten los saharauis y con las que se les puede distinguir de la población colona marroquí, el tránsito de los policías es continuo, da la sensación de que es una ciudad ocupada o que fuera a producirse algún problema grave e inminente, … pero a lo largo de la semana, como tendré ocasión de comprobar, no sucede ningún acontecimiento que justifique la numerosa presencia militar y policial en las calles. 

 Día 2 (1/12/2007) Sábado, me doy un paseo por la ciudad, por el Hotel Parador y una mezquita próxima, la policía, omnipresente, está en todos los lugares, junto a un instituto el control se hace especialmente intenso, como a lo largo del viaje observaré los colegios e institutos tienen una fuerte presencia policial. 

En el Hotel Parador, me tomo un café, y compruebo que han llenado las paredes del pasillo del antiguo hotel español de fotos de la marcha verde. Un joven saharaui residente en la ciudad de El Aaiún de me ha definido la “Marcha Verde” como la “marcha Negra” Las fotos del Rey, Mohamed VI, y de su padre Hassan II, presiden la entrada al hotel, lo que no es raro por que están en muchas tiendas, en los hoteles,..., etc. El culto a la bandera marroquí también se hace notar, está en todos los edificios oficiales, pero también en muchas casas, tiendas y en las chabolas de los colonos marroquíes venidos desde Marruecos, también la sede de la MINURSO en El Aaiún se encuentra rodeada en el exterior por decenas de banderas de Marruecos. 

 Quedo a comer con activistas de derechos humanos en la ciudad de El Aaiún, su hospitalidad y amabilidad es la misma que se recibe en los Campos de refugiados en Tinduf, la tradicional hospitalidad de las gentes del desierto. Pero las historias de los saharauis que permanecieron aquí son trágicas, aunque en un sentido diferente a los desplazados a los Campos de Argelia, aquí las penurias son de otra índole, historias de represión y cárcel soportados desde la marcha del Sáhara Occidental por parte de España en 1976

Relatos de cárcel sin juicio, no son detenciones ni penas de prisión, son secuestros, desapariciones, algunos incluso antes de que España se marchara oficialmente de su provincia en el Africa continental. Las torturas, humillaciones y vejaciones, que me cuentan van desde el año 1976 hasta el momento presente. Son historias de personas que fueron a preguntar por sus familiares desaparecidos y terminaron ellos mismos en la cárcel durante 4 años, sin juicio ni procedimiento alguno. De los que estuvieron recluidos 12, 15, 20 años. De ciudadanos que eran españoles en el momento de la marcha oficial, algunos tan españoles que incluso tuvieron que aprender el idioma árabe, porque ni siquiera lo hablaban entonces… 

En todo caso, no son historias de un pasado remoto, ya que las violaciones de derechos humanos siguen produciéndose hoy en día, aunque no aparezcan en la prensa. Por la tarde, visito el puerto de El Marsa, los grandes barcos de pesca son incontables, se amontonan en el muelle del puerto, no se cómo conseguirán salir a faenar el próximo día, ya que su disposición es caótica, hay tantos que no tienen espacio suficiente para alojarlos adecuadamente, hoy no ha habido pesca y los pocos pescadores que veo realizan trabajos de limpieza y arreglo de redes. Regresaré al puerto el miércoles siguiente y ese día sí que veré cómo descargan toneladas de sardinas, a cientos de trabajadores marroquíes que trasladan las mercancías a los camiones frigoríficos que se llevan la pesca hacia el norte, a Marruecos, incluso en camiones con contenedores refrigerados. De vuelta a El Aaiún paso por El B.I.R. y Foum El Oued donde en su día hubo centros secretos de detención de saharauis, campos de concentración. Por último, visito a un herido grave que vive en el barrio conocido como “Barrio del Cementerio”, según me cuenta su madre, las fuerzas marroquíes lo tiraron el 6 de noviembre de este mismo año desde el tejado del hotel Smara en El Aaiun, él se encuentra en un estado físico lamentable, todavía sin reponerse físicamente, sin poder andar, ni valerse por si mismo para atender las mas elementales necesidades, los servicios médicos marroquíes le dieron el alta del hospital y ahora sobrevive en su casa de mala manera, sin atención médica alguna. La cuestión de la falta de atención de los heridos saharauis cuando son agredidos por la policía me la van a recordar a lo largo del viaje en diferentes testimonios, incluso tratándose de enfermedades comunes los saharauis son mal atendidos por los médicos de la sanidad pública, teniendo que recurrir a médicos privados, también me cuentan que, en ocasiones, les niegan el acceso a las ambulancias, con el peregrino e increíble argumento de que la ambulancia ese día no tiene gasolina, debiendo desplazarse por sus propios medios a otras localidades donde puedan ser atendidos.

 En esos casos, si han sido agredidos por la policía, es mejor que no se lo hagan saber al médico que les atiende, para no tener más problemas, si quieren llegar a ser tratados. En los próximos días, los abogados de los detenidos saharauis me harán saber que no pueden obtener certificados médicos de las torturas de sus defendidos porque los médicos no se atreven a firmar tales certificados. Día 3 (2/12/2007) En el trayecto en taxi a la estación desde la que salen los taxis a otras ciudades compruebo cómo está creciendo El Aaiún, Layounne oficialmente para el gobierno marroquí. Se están edificando barrios nuevos enteros, abriendo calles y renovando redes de instalaciones, la intención del Gobierno marroquí se asemeja a la de China con el Tibet, seguir acomodando colonos, o a la de los israelíes con los palestinos, la política de hechos consumados. El Aaiún, aún a pesar de encontrarse en el desierto, por su proximidad a la costa, tiene un clima agradable todo el año, no como en el interior, como en Smara, donde las temperaturas en verano hacen la vida más difícil que aquí en al ciudad. 

Las riquezas de estas tierras son parte del objetivo de la actuación del gobierno Marroquí, generando empleos y posibilidades de trabajo para la población aquí desplazada, con la consiguiente necesidad de vivienda. El trato con la gente con la que coincido es amable. La población marroquí es, en su conjunto, cordial. El gobierno parece que intenta borrar todo rastro o recuerdo de España en la zona, cambiando el nombre a las poblaciones. Es casi imposible hablar con la gente en español, solo la gente de edad avanzada, los que vivieron la presencia española hablan, si lo recuerdan, el Español. El francés se impone por decisión oficial. 

 En cuanto a la educación, los jóvenes con los que hablo me explican que no se dan clases de español, mucho menos en hasania, dialecto saharaui; que los profesores marroquíes no les atienden adecuadamente; que los directores actúan, en ocasiones, como vigilantes del gobierno respecto a sus alumnos y alumnas saharauis; que no quieren que estudien y aprueben los cursos, principalmente para que no accedan a la universidad; que estudian por sus propios medios idiomas extranjeros, especialmente el inglés, con la finalidad de dar a conocer sus reclamaciones al mundo. 

 Una vez en la estación de taxis, y después de esperar a que se llene, seis pasajeros y un conductor, partimos con destino a Boujdour, en el coche el ambiente es cordial y distendido. Durante mis trayectos fuera de la ciudad me veré sometido a repetidos controles policiales, generalmente los coches paran y suelen reemprender la marcha sin dilación, pero mi presencia en el taxi, genera retrasos a mis compañeros de taxi, mi doble condición de abogado y español supone un problema para la policía que revisa mi documentación y apunta los datos del pasaporte y del taxi que me lleva, operación que puede ir de unos breves instantes a los 20 minutos. En la entrada a Bojador el policía me hace entrar en su caseta, que no está en la mejor de las condiciones, y la parada se prolonga en exceso, finalmente me deja ir, no sin antes preguntarme donde me alojo, el motivo de mi visita,...., etc. En Bojador paseo por la playa hasta el puerto. En estos momentos están llegando las barcas de madera con motor fuera-borda después de faenar. Por la parte delantera de la lonja entran las doradas, calamares, congrios, y después de la subasta los camiones frigoríficos, que esperan en la parte trasera del edificio, recogen las cajas con destino a los mercados. En las cajas de porexpan observo pegatinas de empresas logísticas italianas dedicadas a la distribución internacional. De hecho a veces la gente me pregunta si me dedico a la pesca o si quiero comprar pescado. Una de las personas con las que hablo durante el viaje es un intermediario, me comenta que se dedica a facilitar contactos empresariales entre empresarios españoles y las autoridades marroquíes; incluso abre su portafolios y me enseña los documentos de constitución de una sociedad marroquí en la que participa un español, me da su teléfono. 

 Y es que durante los desplazamientos la gente se acerca para hablar de todo, a preguntar cosas, aunque muchas veces me dicen que son saharauis, que tienen muchos problemas, que no son ni se siente parte de Marruecos, y me advierten que tengas cuidado con la cámara y los policías. Cuando finalizo mi recorrido por la ciudad vuelvo a coger el taxi de vuelta a El Aaiún y durante la espera hablo, entre otras personas, con un marroquí que me cuenta su viaje en patera a las Canarias de donde fue expulsado y a donde volverá a marchar en patera, yo se lo desaconsejo pero se ríe, y mucho. 

Día 4 (3/12/2007) El lunes por la mañana desayuno en el comedor del hotel con el abogado suizo Patrick Herzig. Llegó anoche y ha venido a asistir a los juicios de esta semana como jurista observador por parte de la Organización Suiza Fédération Internationale Des Ligues Des Droits de l’Homme (FIDH), me comenta que recientemente ha actuado como observador en Camerún, por problemas de confiscación de tierras a los campesinos. En la sede del Tribunal nos recibe con formal amabilidad y cortesía el magistrado marroquí Sr. Baha Mohamed. Hoy tenía que celebrarse un juicio contra el activista saharaui defensor de derechos humanos Sr. Mohamed Tahlil, éste no asistirá finalmente al juicio porque está en prisión, el Tribunal compuesto en esta ocasión por tres jueces lee su nombre, pero al no estar presente le impone una multa pecuniaria. 

En todo caso, la responsabilidad del traslado de los presos corresponde directamente al Procurador (Ministerio Fiscal) Nos reunimos con abogados saharauis y marroquíes, en la Sala de Abogados, y éstos nos explican que: “los juicios no tienen las debidas garantías, que los jueces están sometidos a una gran presión por parte del gobierno…, en definitiva que los procesos son una farsa, un teatro, sin las debidas garantías como las que podamos disponer en España, o en cualquier país occidental. La policía no remite la totalidad de las pruebas objetivas de las que dispone y que pueden exonerar de responsabilidad a los acusados”. 

El Procurador (fiscal) acusa sistemáticamente, no considerando los hechos en su conjunto, despreocupándose en la evolución del proceso, de la búsqueda de la verdad, su actuación parece estar más cercana a la actuación inquisitiva policial, que a la de defensor y garante de las víctimas. Así, el Procurador se aparta del concepto estricto y jurídico de “flagrancia” al tiempo de imputar responsabilidad a los activistas saharauis defensores de derechos humano. Las acusaciones del Procurador y las posteriores condenas se fundamentan exclusivamente en las declaraciones y actas de la policía, en los antecedentes que la policía facilita de los acusados al Tribunal, no en pruebas directas. 

En ocasiones las condenas se fundamentan en declaraciones firmadas bajo presión o tortura. En consecuencia, los juicios no revisten las mínimas garantías exigibles. Estamos presenciando “juicios ordinarios” que se apartan de los principios procesales penales estipulados por la legislación internacional. Los principios de presunción de inocencia, equilibrio e igualdad procesal, principio de contradicción, la obligación de la acusación de demostrar la certeza de los hechos que imputa, … no son respetados . No se observan en la sustanción del procedimiento los principios rectores del Derecho Penal, apartándose el Procurador y el Tribunal de la necesaria e imprescindible la tutela judicial efectiva. En consecuencia, actualmente los acusados son mayoritariamente condenados a penas de 1 a 5 años. 

Sentencias que son posteriormente confirmadas en los Juicios de Apelación, y en algunos casos modificadas en la reducción de pocos meses de condena. Los delitos que se imputan suelen ser siempre los mismos, lanzamiento de cóctel molotov, piedras, daños a la propiedad pública, cuando la situación real, según nos detallan, son manifestaciones pacíficas de los activistas saharauis defensores de derechos humanos reclamando la independencia, el cumplimiento de las Resoluciones de Naciones Unidas. En todo caso, la presencia de prensa internacional en el Sáhara Occidental no esta permitida por las autoridades y fuerzas marroquíes. 

Día 5 (4/12/2007) Con la presencia de Lola Travieso Darias, abogada en Las Palmas de Gran Canaria, y Julio Vega López, profesor de Derecho en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, asistimos a un Juicio de Apelación por sentencia condenatoria contra el activista saharaui MOHAMED TAHLIL, quien fue condenado por causar daños en el coche de un policía. M. Tahlil relata que fue detenido y torturado, que durante su detención se le preguntó por sus posibles relaciones con el POLISARIO, después de un primer episodio de torturas al que fue sometido, procedieron a ponerlo en libertad. Posteriormente fue detenido por la policía marroquí, y acusado de ocasionar daños a un vehículo particular de un policía en Boujdour, siendo éste el delito por el que se le condenó a tres años y que hoy es objeto de apelación.

 El imputado entra en la Sala vestido con derra y cantando consignas. Una vez iniciado el juicio los Abogados de la Defensa denuncian que: “se le detuvo más tiempo en la Comisaría de Policía del legalmente establecido”, que “la policía no ha remitido al Tribunal una prueba que le exonera de responsabilidades de los hechos que se le imputan , su pasaporte, el cual acredita, por las fechas de los visados de salida y entrada, que no estaba en Boujdour sino en Mauritania, a donde había ido a visitar a unos familiares, en el tiempo en el que acontecieron los hechos por el los que se le condenó”. Asimismo, denuncian, entre otras irregularidades, la falta de la práctica de la prueba testifical solicitada, que exoneraría al condenado de responsabilidad, tanto en la primera como en la segunda instancia. 

 Igualmente, critican la desproporción de la pena con la gravedad y el resultado del “presunto” delito, ya que el vehículo se encontraba vacío y su propietario valoró los desperfectos en unos 350 dh, que por la pena solicitada el caso tenía que haber pasado previamente a un juez de instrucción, lo que no sucedió. El Procurador en cambio, considera que la flagrancia, detener al acusado en el momento de cometer los hechos, no es importante, y solicita que se le incremente la condena. El acusado, haciendo uso de la palabra concedida al final del juicio, reitera las irregularidades y su inocencia. Por la tarde, nos comunican el resultado del juicio, la condena se rebaja en 4 meses. 

 Día 6 (5/12/2007) Asistimos, además de Patrick, Ana Pérez Nordelo y Araceli Fernandez a los juicios que se van a celebrar contra tres jóvenes activistas saharauis por dos hechos diferentes. Las fuerzas policiales presentes en la Sala del Tribunal es mayor que en días anteriores, aunque la jornada matutina discurrirá en la Sala sin ningún incidente por lo que el despliegue policial no está justificado por ninguna razón obvia perceptible para los observadores. En todo momento hay policías colocados inmediatamente al lado de los acusados, y éstos son obligados a declarar de pie frente a los jueces. En la Sala del Tribunal, en el banco posterior al nuestro se sientan unos jóvenes saharauis que nos manifiestan ser amigos de los acusados y su solidaridad con éstos.

 El Tribunal compuesto por tres jueces, y presidido por el Sr. Baha Mohamed, quien nos recibió el primer día y nos ha atendido de manera formalmente amable y cordial. El primer juicio en celebrarse es contra MOHAMED BOUTBBA, joven saharaui de unos 18 años, quien entra en la Sala cantando consignas a favor del pueblo saharaui y vestido a la manera tradicional saharaui, como lo harán después en el siguiente juicio los otros dos acusados. A MOHAMED BOUTBBA se le acusa de quemar el coche de un agente de la autoridad marroquí.

 Los Abogados de la defensa toman la palabra y denuncian insistentemente la ausencia de los testigos solicitados por ello, recordando al Tribunal su obligación de citarlos y de efectuar las gestiones pertinentes para que comparecieran al Acto del Juicio, extremos éstos que provocan la intervención del Procurador oponiéndose a tal solicitud, finalmente el Presidente del Tribunal decide suspender el Juicio, señalando como nueva fecha el día 09 de enero de 2008. El segundo juicio es contra NAFAI SAH Y MOHAMED ELBOUSSATI, quienes tampoco llegan a los 20 años de edad. Éstos entran en la sala cantando consignas a favor del pueblo saharaui. 

Están acusados de quemar el coche de otro miembro de las fuerzas marroquíes de orden público. Los Abogados defensores solicitan la suspensión del juicio para que asistan dos testigos, cuya declaración es esencial para el esclarecimiento de los hechos, argumentando que no es suficiente las declaraciones de la policía, que deben seguirse las reglas procesales. Concedida la palabra al Procurador, éste solicita que continúe el juicio, alegando que la policía intentó notificar en su domicilio a los testigos la celebración del juicio pero que no se consiguió. Finalmente el Tribunal decide suspender el juicio hasta el próximo día 09 de Enero de 2008, ordenando citar a 2 testigos y los 3 denunciantes. Día 7 (6/12/2007) Hoy debía de celebrarse un juicio contra los acusados BANGA ECHEIKH, LOUMADI ABD SALAM Y ZOUGHAM EL GHALI. 

Éstos se encuentran en prisión por condenas que alcanzan el año y medio de duración y no comparecen, no son trasladados por las fuerzas marroquíes. En el nuevo juicio se imputa a los activistas saharauis unos presuntos hechos de ultraje a dos funcionarios de la prisión. En las actuaciones sólo existe una declaración de los acusados, la del Sr. Loumadi, negando las acusaciones. El Tribunal después de la intervención de los Abogados defensores acuerda suspender el juicio hasta el 24 de enero de 2007, para proceder a citar nuevamente a los acusados y a los testigos. El Sr. LOUMADI ha denunciado haber sido torturado, concretamente haber sido penetrado analmente con una botella de cristal en las dependencias policiales. Después me desplazo a la ciudad de Smara, 240 km hacia el interior y el este. Esta zona está a escasos 50 km. de los declarados internacionalmente “Territorios Liberados” y se encuentran bajo el control directo del F. POLISARIO. En la ciudad de Smara y todo su entorno existe una fuerte presencia policial y militar que se percibe incluso antes de acceder a la ciudad, en el acceso a la misma me paran dos veces, una vez la Policía y otra la Gendarmería, en ambas ocasiones me solicitan idéntica información, efectúan las mismas preguntas, y hacen sus anotaciones. 

En esta ocasión, la espera en los puestos de entrada a la ciudad, se hace más incómoda de lo habitual, mis acompañantes de taxi se muestran contrariados, por que mi espera se ve acompañada por 5 pacientes viajeros que se desplazan en el mismo vehículo que yo. Finalmente, cumplidos los trámites cuya última finalidad desconozco, entro en Smara, dejando a la derecha el cuartel de la MINURSO que cumple el mandato encomendado de controlar el cumplimiento del alto el fuego alcanzado entre Marruecos y el F. POLISARIO en 1991. 

En Smara me reciben activistas de derechos humanos de esta ciudad, éstos me cuentan los padecimientos que sufren diariamente, el acoso policial, el cual constato porque frente a la casa donde me reciben hay una furgoneta de la policía cuya exclusiva finalidad parece ser vigilar a los miembros de la familia que habitan la casa donde nos reunimos. A pesar que Smara es una ciudad más pequeña que El Aaiún, la presión que se percibe es superior a la de El Aaiún, las calles están plagadas de policías, muchos de paisano. Me relatan que muchas detenciones las hacen policías de paisano, que detienen a la gente, drogándoles y abandonándolos en el desierto lejos de la ciudad a su suerte, me cuentas las palizas que sufren, de las que no se libran mujeres, niños ni ancianos, los allanamientos de las casas. 

El relato de las torturas es apabullante, me explican varios métodos de torturas a los que son sometidos, el método conocido como “la silla”, obligados a permanecer en cuclillas con las manos detrás de la espalda durante horas, colgados del techo y suspendidos en el aire, obligados a permanecer durante horas mojados en las celdas y ateridos de frío, permanentes golpes con porras e hierros, sometimiento a mordiscos de personas y perros, ahogamientos con paños húmedos de aguas sucias y orines, imposibilidad de ver la luz del día durante sus confinamientos porque se les tapaba los ojos con vendas en muchas ocasiones durantes años, o como se alojaban hasta 18 personas en 9 metros cuadrados. Hoy en día, me cuentan, siguen padeciendo problemas de represión, allanamientos de los hogares y palizas, represión que es practicada con total impunidad por la policía, los militares, la gendarmería … 

Luego se interesan por la situación política internacional, por la actuación del Gobierno español, aquí ven la televisión española por satélite, así que están al día de todo. Sin embargo, también conocen, la corriente de solidaridad general del pueblo español para con el pueblo Saharaui, las asociaciones de amistad,... Después de varias horas y cuando me despido de ellos -–al día siguiente regreso a España-- la policía sigue vigilando la casa. 

Fuente: Um Raiga/Por un Sahara Libre/Prensa Popular Comunistas Miranda
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com

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