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viernes, 23 de mayo de 2008

SOBRE EL DESARROLLO DEL NEOFASCISMO, NO A LA CRIMINALIZACIÓN DEL COMUNISMO

E·l 22 de Enero del presente año, y con el título de : ''No a la criminalización del comunismo'' , se realizó un "Acto conjunto de los Colectivos de Jóvenes Comunistas de Madrid,y de la Unión de Jóvenes Comunistas de Madrid,sobre la ilegalización de la Unión de la Juventud Comunista de la República Checa (KSM), según fue informado en la Página Kaosenlared

Intervinieron: Fayna Molina (Responsable político de los CJC-Madrid), Roberto Vaquero(Secretario general de la UJC-Madrid) , Milan Kragca (Presidente de la ilegalizada KSM) .

NO A LA CRIMINALIZACIÓN DEL COMUNISMO!!!

Fue una acción de rechazo a los renovados síntomas de presencia y acción del fascismo a lo largo del mundo, entre cuyas manifestaciones están en Venezuela las de la zona de los Municipios dominados por los derechistas fascistizantes golpistas de la oposición, en la cual se empeñan en un esfuerzo de fascistización.

Y así como aquí lo hacen, igualmente ocurre en otros países. En los países de la Europa Oriental, antes gobernados por los Comunistas y Coaliciones revolucionarioas y progresistas, mediante las cuales se instauraron las Democracias Populares en avance al Socialismo, tienen montadas campañas fascistas, no sólo de ilegalización y persecusión de los Partidos Comunistas, sino de proscripción--que pretenden hacer legal--de las ideas relacionadas con el comunismo,el marxismo leninismo, banderas rojas, los símbolos, festejo de días característicos del proceso revolucionario, y otras.

Igual situación ocurre en los países de la Ex Unión Soviética. Tratan de forzar la aprobación de leyes para ilegaliuzar todo lo que tiene que ver con el comunismo. En los países del llamado Occidente no están exentos de la situación, desde el gobierno allí donde pueden acceder a posiciones gubernamentales, cualquiera sea el nivel, desde el más alto al más bajo del poder, o con las características actuaciones criminales fascistas nazistas de violencia en las calles.

Los pueblos le dicen ¡No! a la criminalización del comunismo!!!!

Recogemos a continuación un artículo enviado a nuestro Correo, de "Observatorio Social", en el cual se hace referencia a las acciones violentas del fascismo en las calles y en otros ámbitos, en distintos países.

Parece ser que vuelven las hordas fascistas, despues de un intento de agresión a Santiago Carrillo por un grupo de neonazis, de diversas manifestaciones por diversos puntos de la geografia española de fascistas y antiguos miembros de la falange.... para que comentar mas de estas personas.

Muchas personas se preguntan en este mundo si el actual gobierno de los Estados Unidos es fascista, aunque pretenda cubrirlo con un remedo de democracia y la defensa hipócrita de unos derechos humanos que viola sistemáticamente en muchos lugares del planeta, no solo en Iraq y Afganistán. Después de la Segunda Guerra Mundial se acuñó el concepto de "neofascismo" para definir las posiciones de extrema derecha y agresivas de algunas organizaciones políticas y grupos terroristas.

En Estados Unidos le dieron el nombre de neoconservadores (neocons) a esos grupos ultra reaccionarios que hoy gobiernan el imperio. Su filosofía política, sus conceptos se basan en los mismos principios que estimularon el surgimiento del fascismo primero en Italia, en 1922, después en Alemania, en 1933, así como en Hungría, Portugal y España en la misma década del 30 del siglo pasado. El famoso militarismo japonés fue también una forma de fascismo. Por cierto, hay indicios que inclinan a pensar en un resurgir de ese militarismo y de las ideas que le dieron nacimiento.

Desde luego, hay variaciones, pues el mundo no es el mismo que en aquellos tiempos. Hoy una gran potencia define la política mundial, lo que no significa que otros actores poderosos no ejerzan su influencia en la arena internacional. Pero, la definición de fascismo sigue siendo la misma: "Es la forma más reaccionaria y abiertamente terrorista de la dictadura del capitalismo financiero, instaurada por la burguesía con el fin de aplastar la resistencia de la clase obrera y de todos los elementos progresistas de la sociedad. El fascismo es una manifestación política en todos los dominios, lo que es propio del capitalismo en la etapa suprema de su desarrollo, en su etapa imperialista". Cabría agregar también en su decadencia, caracterizada por un capitalismo neoliberal globalizado.

Es un fascismo que pretende instaurarse a escala universal y, para ello, utiliza viejas y nuevas fórmulas, pero el objetivo es el mismo: el control de las riquezas del planeta por una minoría burguesa, que, en este caso, no es solo la de un país, sino la de un grupo de naciones, encabezadas por la de Estados Unidos. Y, desde luego, para ello necesita acabar con la resistencia que le oponen los gobiernos progresistas o revolucionarios o aquellos que no aceptan sus dictados.

La representación más visible de esa elite burguesa a escala mundial, son el llamado Grupo de Biilderberg, la Comisión Trilateral y el Foro Económico de Davos. Cada una de ellas, desde diferentes posiciones, al parecer coordinadas, establece las reglas de juego en el planeta. Y no es que esas organizaciones por si mismas sean fascistas. Se trata de que su política de dominio mundial, de control de las riquezas, conduce indefectiblemente al fascismo.

Para nadie es un secreto que el capitalismo está en proceso de destrucción, presa de contradicciones insalvables, derivadas del agotamiento del modelo neoliberal, del agotamiento de las riquezas del planeta, especialmente del petróleo y del propio deterioro del ecosistema, como consecuencia del uso indiscriminado de los recursos naturales y la contaminación. Y todo parece indicar que la única salida que ha encontrado la elite de poder mundial, encabezada por la de Estados Unidos, es la de aplicar el modelo fascista de gobierno para mantener sus enormes privilegios a costa de la inmensa mayoría de la humanidad, incluidos los trabajadores de sus propios países.

Hablamos, pues, de un Nuevo Orden Mundial, que anunció Bush padre en 1991, al que se le "olvidó" ponerle el adjetivo de Fascista, y resulta obvio que ningún otro país del mundo estaba en condiciones de llevar a cabo esa misión que no fuera Estados Unidos. También es razonable pensar que los gobiernos de países capitalistas desarrollados se opusieron a esta idea lo hicieron porque piensan que otras formas de control mundial darían igual resultado sin tener que pagar el precio de las dictaduras o, tal vez, no conocían que esa era la decisión de la elite mundial.

Sin embargo, las propias circunstancias, y el poder y la influencia económica y militar de Estados Unidos los conduce a dar su apoyo a semejante aventura, aunque sea de forma crítica y sin estar de acuerdo con todos los pasos dados por la actual Administración norteamericana.

Ahora, recordemos la forma en que W. Bush llegó al poder en las elecciones de noviembre del 2000: un fraude generalizado y abierto en la Florida cuya revisión y reconteo de los votos fue detenido por el Tribunal Supremo de Justicia en el mes de diciembre. Cinco jueces votaron a favor de W. Bush y cuatro en contra.

O sea, que en la práctica fueron 5 personas las que decidieron quién sería el presidente de los Estados Unidos. No es ilógico pensar que la elite de poder estadounidense quería a W. Bush, al hijo de su padre, como presidente. Junto con él llegaron a posiciones claves importantes figuras neoconservadoras, como el vicepresidente Richard Cheney y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, por solo citar a dos de las más prominentes.

Y así como el incendio del Reichtag, en 1933, marcó el inicio de la política más dura, agresiva, represiva y criminal de la Alemania nazi, los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001 –existen muchas dudas acerca de los verdaderos autores, pues ocurrieron muchas cosas que inclinan a pensar en la participación de los servicios de inteligencia o de agencias norteamericanas--, sirvieron para que el gobierno de W. Bush justificara y desarrollara una política agresiva, represiva y criminal con el pretexto de la lucha contra el terrorismo.

Una política que va dirigida contra aquellas naciones y gobiernos que no son del agrado de la actual Administración y, sobre todo, que poseen recursos naturales estratégicos, como es el caso de Afganistán (gas) e Iraq (petróleo). La Casa Blanca tiene una larga lista de países cuyos gobiernos quiere eliminar y colocar en ellos a títeres dóciles a su política.

Los atentados sirvieron también para justificar una estrategia de seguridad nacional en la que, con absoluto desparpajo, se dice que los Estados Unidos se reservan el derecho de agredir a cualquier nación que considere un peligro para la seguridad nacional del país y, lo más interesante, plantea que no permitirá que cualquier otro estado o grupo de ellos alcancen la superioridad militar sobre Estados Unidos. Es decir, rompe con todos los principios que han regido las relaciones entre los estados y se declara dueño del mundo.

En el plano interno, el 11 de septiembre del 2001 le permitió imponer la llamada Ley Patriótica que, evidentemente, estaba escrita desde mucho antes, y que le facilita el control represivo de la población norteamericana, especialmente de los emigrantes y la coartación de las libertades individuales reflejadas en la Constitución. Y algo de lo que se habla muy poco: la filosofía política, las concepciones morales y hasta religiosas de los hombres y mujeres que hoy gobiernan los Estados Unidos no pueden ser más parecidos a los del fascismo.

Eso no debe sorprendernos, pues el fascismo surge siempre de la misma clase social: la burguesía. Y por si algo faltara, si el Mein Khamp fue la plataforma de lucha de Hitler, el Proyecto para el Nuevo Siglo Americano es la plataforma de lucha de W. Bush y sus acólitos, aunque él no haya participado en su redacción.

Fuente ::De: Envíos a nuestro Correo por: Observatorio Social

Reedición: Prensa Popular Solidaridad Comunistas Miranda

http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com/

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