Páginas

miércoles, 25 de junio de 2008

EL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO Y EL FEMINISMO


Por: M. de la Calle


Los procesos de diferenciación de géneros en la sociedad corresponden a la sociedad dividida en clases. Es un componente, que en instancia fundamental, es una de las formas de opresión de clases, y de explotación del trabajo Se trata de una forma de refuerzo de la explotación contra los más débiles, que afecta igualmente a los menores de edad, y se manifiesta en general en el trabajo, básicamente, en la fórmula de más trabajo y menor pago por el trabajo, que los movimientos revolucionarios y reivindicativos, en el caso sindical, plantean con la fórmula de "a trabajo igual pago igual".


De lo que se trata, entonces, en el caso del llamado "feminismo" es de enmarcar este tipo de lucha dentro del contexto de los combates de clase, de la clase obrera, y de la lucha permanente por la transformación revolucionaria de la sociedasd hacia la sociedad socialista.


La emancipación de género, la solución de los problemas que en las sociedades divididas en clases, afectan con un carácter específico a la mujer, están vinculados a la lucha de clases y por la emancipación de la humanidad, que incluye la emancipación de género.


El llamado feminismo, las luchas de la mujer, como un todo aislado, que se plantea en última instancia como un problema de "hombre-mujer", esconde en realidad el fondo del problema, y a través de la aplicación de este tipo de lucha no se alcanza la solución de la diferencia de género, por muy radicales que en cualquier momento se presenten estas luchas. Una lucha real y efectiva por la solución de los problemas que afectan a la mujer--reforzados en el capitalismo-- no se pueden dar sino es a partir de la aplicación del Marxismo-Leninismo, donde las luchas por las reivindicaciones específicas de la mujer se engloban en la solución global de eliminación de la explotación, y en el capitalismo estará englobada también en las luchas reivindicativas de la clase obrera, como un componente muy importante.


El planteamiento que en general hacen los movimientos feministas es de un carácter reformista, planteados dentro de la sociedad burguesa y sin definir el objetivo de la eliminación de la sociedad burguesa, de superar la división de la sociedad en clases. El interés del capitalismo está en explotar a la mujer, y reforzar esa explotación, así como refuerza, por ejemplo, la explotación contra los menores de edad, y el de los inmigrantes, los sin papeles, es decir de todos los grupos con disminuciones y discapacitaciones, de orden físico o legal


Por eso, el feminismo real, productivo en sus luchas para la mujer, es el que se coloca al lado de la clase obrera y sus luchas, dentro del capitalismo, y en las luchas por la liquidación de la sociedad burguesa y su sustitución por el socialismo en marcha al comunismo.


Otras formas de feminismo, englobadas como organizaciones pequeñoburguesas, desligadas de las otras luchas sociales implicadas en la lucha de clases, se van constituyendo en movimientos aislados, en sus objetivos, y muchas veces en su trabajo, de carácter más bien expositivos, que al esconder el fondo del problema, los logros se dificultan, y las luchas quedan aisladas en los contextos sociales propios del capitalismo y sus marañas de ocultamiento de los problemas sociales, y de amarre para evitar a los grupos sociales el logro de reivindicaciones, en este caso de la mujer y los movimientos "feministas", no revolucionarios, ni ligados a las luchas del proletariado.



La lucha por las reivindicaciones de género, por tanto, forman parte de la lucha de clases general del proletariado para lograr la eliminación de la sociedad dividida en clases, por la liquidación del capitalismo y la marcha al Socialismo. Y el modelo de la dirigente femenina, en realidad, está encarnado, por ejemplo, en La Pasionaria, Dolores Ibarruri, ejemplo de dirigente y de luchadora, de mujer que lucha por la emancipación de todo el proletariado, y por ende, de la mujer, o en nuestro país por la camarada Eumelia Hernández, o la camarada Olga Luzardo.


Es decir, cuando alguna mujer, dirigente femenina revolucionaria, acomete la lucha por las reivindicaciones específicas de la mujer, englobada en la lucha del proletariado en general, resulta siendo una dirigente proletaria, de la clase, y no solo del movimiento "femenino", aislada como tal en su feudo de la lucha de "género".


Fuente: PrernsaPopular Comunistas Miranda


No hay comentarios:

Publicar un comentario