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miércoles, 27 de agosto de 2008

EL CONOCIMIENTO Y LAS RELACIONES DE PRODUCCION SOCIALISTA

Por Alonso D. Ojeda

En todos los tiempos, salvo durante las etapas tempranas de surgimiento de las sociedades comunitarias de nuestros aborígenes, el acceso al conocimiento ha estado restringido a una elite, que ha devenido en una mayor apropiación de los conocimientos con fines de dominio y mercado.

Lo nuevo hoy, al reconocer el papel del conocimiento, es el paso de viejas estructuras de producir conocimiento basadas en formas atomizadas y superespecializadas, hacia formas de organización que permiten producir conocimientos integrados, surgidos de espacios transdisciplinarios.

En la actualidad, el conocimiento se esta duplicando cada 7 años y, específicamente en el campo técnico, se estima que la mitad de lo que un estudiante aprende en el primer año de universidad, es obsoleto para el momento de su graduación. El ritmo de los cambios en las innovaciones, por ejemplo, del procesador informático modelo INTEL 386, que tuvo un monopolio del mercado por 4 años, ha evolucionado a PENTIUM III, cuyo monopolio en el mercado apenas duró 3 meses; y más aun, el chip del ADN, cuyo prototipo es capaz de realizar en 3,5 segundos, tareas que requieren más de 5 horas en un computador avanzado.

Sin lugar a dudas, el siglo XXI hereda importantes avances científicos y tecnológicos junto a globales problemas que amenazan la conservación de los ecosistemas y la vida sobre el planeta. Pero estos importantes logros de la ciencia y la tecnología crecen al mismo tiempo que 1.500 millones de habitantes del planeta viven actualmente en condiciones de extrema pobreza. En 42% se estima la población del mundo que vivirá en países con insuficiencias de agua para satisfacer las necesidades de uso agrícola, domestico e industrial para el 2050.

La destrucción del bosque tropical en una extensión equivalente a 3 veces la superficie de Francia y la contaminación atmosférica, por emisiones de dióxido de carbono, en un 60% procedente del mundo industrializado, se ha cuadruplicado en los últimos 40 años y constituye la causa principal del recalentamiento mundial de la atmósfera que afecta mayormente a los países más pobres.

Los adelantos de la ciencia y de la tecnología son adelantos de la civilización, y por tanto no deben ser monopolizados por un modelo de desarrollo que está fundamentalmente al servicio de los monopolios y del capital financiero, por el contrario, deben estar dirigidos a satisfacer las necesidades materiales, sociales, culturales y humanas de toda la sociedad y a ejercer la creatividad en todas las dimensiones de la vida, esto es, hacia un desarrollo social, económico y ambientalmente sostenible.

Sólo en la perspectiva del socialismo se inscriben las soluciones de los problemas generados por los modelos capitalistas de desarrollo. ¿Por qué?. Porque las soluciones que demandan dichos problemas están íntimamente asociadas a una racionalidad basada en valores de cooperación, solidaridad y protección ambiental, inherentes a las clases sociales explotadas, cuyo papel dirigente en la formación económica socialista, demanda garantizar a las generaciones futuras, un desarrollo sostenido en lo social, económico y cultural.

Por el contrario, las clases sociales explotadoras, acumuladoras de las riquezas y cuyas fortunas han surgido de la apropiación injusta e inmoral, aunque con frecuencia legal, de gran parte del valor social de la producción de los bienes y servicios, muestran valores e intereses irreconciliables, como el individualismo, el egoísmo y la destrucción del ambiente, con tal de obtener los máximos niveles de ganancia dentro la lógica capitalista del mercado. La revolución científica y tecnológica tiene carácter global, universal y complejo, al abarcar el mundo, influir en todas las esferas de la vida social y al fundir orgánicamente los cambios científicos y tecnológicos.

Los conocimientos científicos se incorporan cada vez más a la actividad de los trabajadores de la producción. La ciencia actúa como base teórica de todos los procesos de producción. La revolución científica y tecnológica intensifica la inestabilidad interna del capitalismo, exacerba sus contradicciones y contribuye a crear las premisas para la revolución socialista.

Fuente: PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com/
Correo: pcvmirandasrp@gmail.com

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