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sábado, 15 de noviembre de 2008

LOS SERVICIOS DEL TROTSKISMO AL IMPERIALISMO Y LAS REVOLUCIONES DE "TERCIOPELO"

Por: Ludo Martens

Después del triunfo de la contrarrevolución burguesa en Europa del Este y en la Unión Soviética, queda de manifiesto y sin lugar a dudas entre los comunistas, cual es la verdadera motivación del trotskismo.

El desarrollo del proceso contrarrevolucionario en Europa del Este y la Unión Soviética, nos revela claramente el sentido de clase que imprimen los trotskistas a su posición ideológica, permitiéndonos verificar en la práctica la ambivalencia del discurso que han sostenido por más de sesenta años.

No es complicado, hoy día, percibir a través de su lenguaje "izquierdista" el verdadero objetivo de esta corriente. Nos basta leer las declaraciones que han hecho en los últimos dos o très años, para ver que su estrategia central es el anticomunismo absoluto; una corriente que recluta a los elementos progresistas de la pequeña burguesía, para adoctrinarlos en el anticomunismo.

En suma, decimos que esta tendencia sólo ha llevado a cabo con perseverancia, continuidad y convicción el combate contra el marxismo-leninismo y el movimiento comunista internacional.Es nuestro propósito probar la veracidad de estas afirmaciones, y lo haremos mediante el estudio y análisis de las proposiciones hechas por los trotskistas en el momento en que surgen las contrarrevoluciones, llamadas de terciopelo, que conllevaron a la restauración del capitalismo en Europa del Este y en la Unión Soviética.

"La restauración del capitalismo es imposible!

"En los años treinta Stalin planteó un cuestionamiento esencial: ¿En un país en el cuál el socialismo ha establecido la dictadura de la clase trabajadora, es posible el restablecimiento del capitalismo?

Trotski respondió: el restablecimiento del capitalismo es imposible sin un levantamiento armado de la burguesía y sin una guerra civil prolongada. Su planteamiento de la "restauración imposible", sirvió para eliminar toda alerta política e ideológica favoreciendo una posición conciliadora y estimulante, tanto al interior del Partido, como hacia el enemigo de clase en la sociedad.

Desde la Revolución Cultural, los Marxistas-Leninistas reafirmaron que un Partido Comunista puede degenerar al ser invadido por concepciones y teorías burguesas y pequeño burguesas. El revisionismo es la adopción de las ideas de la burguesía y la pequeña burguesía disfrazadas con terminología marxista-leninista.

Cuando el revisionismo definitivamente logra acaparar un partido comunista, éste se vuelve el instrumento principal para el restablecimiento burgués progresivo, tanto en el plano ideológico-político como económico.Mandel, el líder principal de la llamada IV-Internacional, se ufana afirmando que esta teoría "estalinista" sólo sirve para justificar la arbitrariedad, haciendo así eco a una de las tesis de Trotski.

1989: "La restauración imposible a mediano plazo"

Ya en 1989, momento en el cual las fuerzas contrarrevolucionarias ejercían su abierta ofensiva, Mandel persiste afirmando que el fantasma de la restauración capitalista no es otra cosa que un mentira estalinista, para justificar la "represión".

En 1989, ya se habían pasado al campo imperialista Polonia y Hungría, sin embargo Mandel escribía: "La pequeña y media burguesía forman tan solo una minoría en la sociedad de estos estados obreros-burocráticos y gozan solamente de una ayuda limitada del gran capital internacional. Pero sumando todo esto, la confluencia de intereses no es suficiente para que a corto o a medio plazo se pueda imponer el capitalismo."

Ya hace mucho tiempo que los marxistas-leninistas describieron las cuatro fuerzas sociales que forman la base para el restablecimiento.

Primero, es la capa de burócratas y elementos corruptos en el seno del Partido y del aparato de Estado.

Segundo, son las fuerzas políticas e ideológicas de las viejas clases reaccionarias.

Tercero, son los nuevos elementos burgueses y explotadores que se han desarrollado dentro de la sociedad socialista.

Cuarto y último, son las fuerzas imperialistas que, de manera abierta o clandestina, funcionan en los países socialistas.

Mandel desconoce la existencia de las dos primeras formas y minimiza las otras, aunque desde Reagan se duplicó la infiltración e intervención capitalista.Mandel utiliza los mismos argumentos para apoyar la contrarrevolución en la Unión Soviética: "¿Para dónde va la Unión Soviética de Gorbachov? Excluyamos, por ser imposible, la posibilidad del restablecimiento del capitalismo en la URSS, ya que de la misma manera que es imposible eliminar el capitalismo, tampoco este se puede restaurar progresivamente."

Los trotskistas dispersaron a los cuatro vientos su teoría de imposibilidad de restauración mientras existiese la más mínima resistencia por parte del Partido Comunista y del Estado. Desde los años treinta, ésta teoría justificará la desproporcionada ayuda a todas las corrientes oportunistas y contrarrevolucionarias.

En los años treinta y cuarenta también apoyaron a todas las corrientes y fracciones oportunistas en su lucha contra la dirección marxista-leninista del Partido. En 1956, aplaudieron el "corajudo-antistalinismo" de Kruchov, convirtiendosen propagandistas de Soljenitsin, el reaccionario seguidor del Zar; apoyaron a todas las fuerzas reaccionarias nacionalistas y fascistas, como también a los disidentes pro-occidentales.

Propagaron sin rodeos todas las teorías anticomunistas que estaban de moda en los círculos Gorbachovianos, e incluso destinaron dos tercios de su propio periódico a artículos de derecha, tomados del Novedades de Moscu y del Espoutnik.

Resumiendo, en nombre de la teoría de la restauración imposible, los trotskistas apoyaron a todos los contrarrevolucionarios, hasta el día que no quedó nada de las ideas e instituciones socialistas, creadas y defendidas por Lenin y Stalin.

Una vez la batalla terminada, Mandel mencionó en una entrevista posterior a los hechos del Este, pasando cínicamente de la teoría de imposibilidad a la "restauración": "Excluyo la posibilidad de una restauración gradual y pacífica e imperceptible del capitalismo. Esta es una ilusión reformista, antes deberán romper la resistencia obrera...".

Más adelante, continuá su declaración aludiendo a la trotskista Catherine Samary quien dice que la restauración es posible, pero se hará "exclusivamente sobre el modelo turco..." . La evocación de una eventual restauración, no influye en lo absoluto en la política trotskista, que guarda invariablemente su objetivo primero: la destrucción de todo lo que se aparente al comunismo.

De este modo tres meses más tarde, a fines de diciembre de 1989, cuando se produce el asalto final de la contrarrevolución, los trotskistas lanzan la siguiente consigna en primera página: "Solidaridad con la revolución que comienza al Este..."

Fuente: Prensa Popular Comunistas Miranda
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
Correo: pcvmirandasrp@gmail.com

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