Por: Jerónimo Carrera
En la Venezuela de estos años recientes se ha puesto de moda, otra vez, la maña de ataviarse con un nuevo traje cuando se aspira a un empleo por haber dejado el anterior. Es algo ya muy tradicional en la vida política de nuestro país hacer tal cosa, de la manera más natural, cada vez que aquí se produce un cambio a nivel de gobierno o en el interior mismo de los partidos. Son simplemente los “cambios de chaqueta”, en lenguaje popular.
Quizás esto nos viene desde nuestra misma –y única verdadera que hemos tenido hasta ahora- revolución de independencia. Aquí todos y sin excepciones posibles, eran monárquicos y súbditos del rey de España, pero de repente la mayoría se hizo republicana y los que no lo hicieron tuvieron que marcharse a otra parte, aunque fuese “sin sus corotos”.
Pues bien, lo cierto es que acá es una especie rara esa de los militantes de partidos, sean de izquierda o de derecha pero muy en particular de los primeros, que nos hemos mantenido en las mismas filas firmes y siempre activos. Reflexión esta que me ha venido en mente al leer yo un artículo del viejo amigo Domingo Alberto Rangel, de un tono ácido, duro, y sumamente crítico como todos los suyos.
Allí Domingo menciona una buena cantidad de nombres de personas que según él se han pasado de la izquierda venezolana, en general, hacia posiciones de derecha. Y me hace una distinción que considero extraordinaria, al escribir que soy yo la única excepción.
Dice así: “el camarada Gerónimo Carrera que a media voz y medio vacilante, formula algunos reproches al régimen del comandante Chávez. Parece mentira que el Partido Comunista de Venezuela, el cual mereció un elogio de José Rafael Pocaterra en las páginas de “Memorias de un Venezolano de la Decadencia” que equivale en las letras venezolanas al “J’Accuse” de Emile Zola en las letras universales. Hoy ese partido es apenas capaz de expresar una tímida nota negativa o algún voto salvado. Ese sólo hecho nos sugeriría que ha llegado el momento de escribir otras Memorias, como las de Pocaterra, que sean como un “cahier de doléances” para una nación maculada y cínica.” (Semanario “Quinto Día”, N° 661, Caracas, 14 al 21-8-09).
Todo esto precedido de estas palabras: “el único extremista venezolano de ayer, que hoy podría mirarse al espejo y convivir con sus recuerdos, sea el camarada Gerónimo Carrera…”
Le agradezco desde luego tan excepcional apreciación personal, pero para los lectores que no me conozcan tengo que decir que nunca he sido extremista, ni de derecha ni de izquierda, ni hoy ni ayer, y en cuanto a lo de media voz no es nada nuevo porque nunca he hablado a gritos, según es costumbre de los llamados líderes. Como tampoco he sido ni soy de los vacilantes, en ningún momento de mis sesenta y pico años de militancia en el PCV, único partido en el cual he militado y milito con toda certeza de estar en el camino correcto.
Y por lo que se refiere a nuestro PCV, le aclaro que tenemos una línea política que se traza de manera colectiva, originada en sus congresos, de los cuales se realizará uno en agosto del próximo año. Eso sí, la línea trazada se cumple disciplinadamente por todos, sin individualismos pequeñoburgueses.
Hay muchos ex-comunistas en nuestro país, es cierto, que salen de las filas del PCV para ir a parar no se sabe en cual otro partido, por oportunismo o por lo que sea, así nos deslastramos de ellos. Es muy raro en la Venezuela de hoy un político que no haya pasado por varios partidos, a veces hasta cuatro o cinco. Bien se puede entonces decir que somos “el país de los Ex…”.
Fuente: PrensaPopularSolidaria_ComunistasMiranda (PPS_CM)
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
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