Por: Jerónimo Carrera
La semana pasada, cuando aquí escribimos sobre la fecha del 9 de mayo de 1945 y la conmemoración de la inolvidable victoria que el Ejército Rojo soviético selló ese día en Praga sobre las huestes hitlerianas, ya bien pudimos imaginar el montón de falsedades que la prensa y otros medios del capitalismo nos tenían reservado al respecto.
Sin embargo hay que decir ahora que esas expectativas han sido muy superadas por los hechos, pues la campaña de falsedades ha alcanzado niveles inimaginables. Ahora resulta que no fueron los soviéticos de ningún modo los que derrotaron a los nazis, sino los yanquis y británicos, cosa que nadie sabía pero la revelan documentos secretos encontrados en los archivos, según una serie filmada por la BBC británica y exhibida acá toda esta semana por la televisora Vale-TV… ¿Y qué de Stalin? Pues simplemente que ese fue un traidor y criminal … Claro tuvieron que esperar dos tercios de siglo para descubrirlo.
Siempre se ha sostenido que la historia la escriben, finalmente, los vencedores. Y en este caso, los vencedores han resultado como se sabe los imperialistas occidentales, con el derrumbe de la URSS. O sea que la lucha tan prolongada en contra del socialismo deberá ser vista históricamente como la misma que sostuvo Hitler… Es una lógica bien curiosa, pero es la lógica de los tardíos vencedores.
Acá en nuestro país se oye decir con frecuencia que los venezolanos somos muy imitadores de las cosas extranjeras. Y parece ser bastante cierto, aunque también se añade que somos malos copiadores. Llevamos esto en nuestra sangre, desde los mismos orígenes. A todo lo largo de nuestra historia hemos estado tratando de crear un país siguiendo uno u otro modelo, lo cual tiene mucho de malo pero también algo de bueno. Perdimos nuestros rasgos indígenas originales, y no tomamos los de los europeos como tampoco los de los africanos.
Ahora estamos intentando reescribir nuestra historia, y en vez de apreciar nuestra formación de una gran mezcla racial que Bolívar valoró como muy positiva, estamos imitando a los yanquis dividiéndonos en porciones étnicas, de indígenas, europeos y afrodescendientes.
Pero no somos solamente los venezolanos que ahora jugamos con nuestro pasado. Un caso es el de los argentinos, que según una película ya no saben qué hacer con el peronismo. Acá en un canal del Estado he visto hace poco ese ridículo intento por hacer del fascista Juan D. Perón un revolucionario, y de su mujer Evita una santa mujer al servicio de los trabajadores. Les recomiendo a los funcionarios que aquí están propiciando semejante ridiculez, que se busquen un pequeño libro del camarada argentino Fernando Nadra, titulado “Perón Hoy y Ayer, 1971-1943”, Editorial Voz Juvenil, Buenos Aires, mayo 1972.
Pues bien, volviendo al caso de nuestra Venezuela, estamos ante toda una vigorosa campaña oficial por reescribir nuestro siglo XX. Se pretende hacer del funambulesco Cipriano Castro, personaje casi de opereta bufa, un revolucionario antimperialista que se opuso al mismo tiempo a los europeos y los yanquis. Basta con leer un poco a Enrique Bernardo Núñez (E.B.N), Mariano Picón Salas, y también al entonces juvenil Rómulo Gallegos, para entender lo sucedido acá en 1908.
Pero además, al reivindicar a Cipriano Castro también se quiere hacer lo mismo con Emilio Arévalo Cedeño, un “cuatrero”, o sea en nuestros Llanos un ladrón de ganado, y otros como el ahora famoso “Maisanta”, quien sabe con cuales fines particulares.
Y la “tapa del frasco” es eso de que el “mejor gobernante que en el siglo XX tuvimos los venezolanos” fue el cobarde y criminal Pérez Jiménez. Algo que, por cierto, nuestro Partido Comunista de Venezuela rechazó de inmediato con indignación muy natural.
Bueno, todo esto es como querer poner la historia patas arriba.
Fuente: PrensaPopularSolidaria
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