Por: Le Hyaric
Deriva presidencial hacia el terreno del Front National
Cualquier demócrata, cualquier republicano, debería estar muy preocupado, muy alarmado, por la situación política que el presidente de la República ha creado este verano. Sarkozy pretende situar de nuevo la lucha por la seguridad en el centro del debate político para dar un paso más allá en la purga social, para distraer la atención de la injustificable contrarreforma antisocial de las pensiones y para hacer olvidar el nocivo clima creado por el caso “Woerth-Bettencourt”.
Lleva ocho años en la misma línea, sin embargo, ni la delincuencia ni la inseguridad han disminuido en este período. Sarkozy quiere convertir este estrepitoso fracaso en el eje político permanente, fomentando para ello miedos, divisiones y distracciones. Acaba de poner el cursor muy a la derecha. Sus propuestas desprenden tal pestilencia que son una oscura mancha sobre los bellos valores de nuestra República y los principios constitucionales. Al igual que en épocas sombrías, ya ha señalado un enemigo interior para la venganza popular : el extranjero.
Extranjero y, por ello, culpable de todos los males. Pretende ser el presidente de un país en el que existan dos categorías de franceses : los “de pura cepa” y los que, habiendo nacido en nuestro suelo, tienen un origen extranjero. ¡Serían franceses en condicional !
En una odiosa amalgama, Sarkozy ha equiparado periferia, inmigración y delincuencia. Quiere terminar con la ordenanza de 1945 sobre los menores, con el derecho de suelo, vilipendiar la carta de los derechos del niño, cuestionar la capacidad de un juez para determinar una pena… Miente cuando da a entender que los inmigrantes en situación irregular reciben ayudas sociales. Un análisis serio de su discurso nos muestra claramente que se trata de retazos del programa del Front National. Por su parte, la familia Le Pen ya le ha pedido que llegue hasta el final de su cometido y que reforme el Código de la Nacionalidad.
Tras la infame campaña sobre la identidad nacional del siniestro ministro Éric Besson, es la primera vez desde 1930 que un presidente de Francia sostiene posturas tan graves, empapadas de xenofobia, de racismo latente, de exclusión. Cada día Sarkozy declara una “guerra nacional : un día contra los gitanos, otro contra los jóvenes, otro día de nuevo contra los extranjeros… No le gusta la Francia multicolor que hemos visto en el Campeonato de Europa de Atletismo. Eso sí, ni hablar de luchar contra la pobreza, contra el paro, contra los bajos salarios, la precariedad, contra las viviendas en malas condiciones o los barrios en dificultades que siembran la desesperanza social.
Su lenguaje belicoso pretende camuflar las urgencias sociales y mostrar a las fuerzas del capital, -con la Sra. Bettencourt como figura de proa-, que pueden contar con él. La situación actual es gravísima y muy peligrosa. En medio de una violenta crisis en la que los poderosos siguen enriqueciéndose, en la que millonarios defraudadores de impuestos y ministros parecen intocables, un presidente elegido en base a múltiples mentiras, cada vez más desacreditado, que se apoya en esta huida hacia delante de reminiscencias vichystas, se convierte en un peligro para las libertades y la democracia.
Sarkozy avala y ratifica las ideas de la extrema derecha, lo que puede sentar las bases de un régimen autoritario. Esto requiere que todos los demócratas, que todos los republicanos y las asociaciones y fuerzas progresistas se unan rápidamente para poder dar una respuesta amplia, al nivel de los ataques perpetrados contra nuestros valores y nuestros principios republicanos.
“Que todos los demócratas y republicanos se unan y respondan a estos ataques”
Fuente: L"Humanité en Español/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
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