Por: Jerónimo Carrera
Debería ser obvio para nosotros los venezolanos que nos toca vivir en un amplio vecindario, y sin embargo parece que hasta ahora la gran mayoría no lo entiende y mira únicamente hacia uno de esos vecinos. Esto es algo no sólo absurdo sino que nos ha resultado muy contraproducente.
Estamos siempre como hermanos pequeños con ese vecino, con quien nos la pasamos peleando…
Pero de un lado completamente opuesto geográficamente nos ha aparecido, y no queremos darnos cuenta de ello, otro hermano que ya está crecidito. Ese hermano es Guyana, para quienes todavía no lo sepan y siguen empeñados en llamarla “la antigua Guayana inglesa”.
Así es como han nacido todos los países en el mundo, poco a poco, lentamente, como los seres humanos. Y nuestra Venezuela no ha sido una excepción. Por ejemplo, mi Cumaná natal dependió de Santo Domingo hasta fines del siglo XVIII.
Lo cierto es que nuestros hermanos guyaneses han formado ese país apenas en el siglo XX, con enormes esfuerzos para liberarse de la dominación británica, lo que lograron bajo la sabia conducción de dos excelentes y muy activos comunistas, los esposos Jagan, Cheddi y Janet. Han muerto ambos, pero ellos supieron crear también un verdadero partido revolucionario, el PPP, con camaradas que han continuado exitosamente su obra.
Sin embargo, la mayoría del pueblo venezolano parece ignorar todo esto, lo que ha sucedido a nuestro lado, y se deja llevar por quienes predican supuestas “reivindicaciones patrióticas del Esequibo”, con lo cual envenenan nuestras relaciones. Además, nos han hecho olvidar que somos un país caribeño, y que nuestra independencia de la corona española la logramos con la colaboración del Caribe insular.
Todo esto lo vuelvo a escribir ahora a propósito de la reciente y relampagueante visita de 24 horas, casi ignorada por los medios de comunicación venezolanos, del joven presidente de la república de ese país vecino, Bharrat Jagdeo, el 21 de julio último. Prometí en esta columna, entonces, volver sobre el tema, lo cual hago hoy.
De ese brevísimo paso por acá del joven Jagdeo, que yo en esa ocasión califiqué como “toque técnico”, cuando él tuvo una oportunidad para hablar un poco de colega a colega con nuestro muy ocupado presidente, surgieron sin embargo unos acuerdos bastante significativos. He podido obtener copias al menos de cinco, y no sé si hay otros.
En el más significativo, firmado por los dos presidentes ya que los demás están con la firma de otros funcionarios, se puede leer como punto inicial lo siguiente:
“1. Constataron el buen nivel en que se desarrollan las relaciones entre los dos países, las cuales se consolidan y fortalecen sobre la base de los principios de solidaridad, cooperación y complementariedad.”
Todo ello pese a que en la introducción de ese mismo documento podemos leer: “reunidos en la oportunidad histórica de la primera visita oficial del Presidente Jagdeo a Venezuela, expresaron su satisfacción por el estado actual de las relaciones entre Guyana y Venezuela…”
Y ahora me permito comentar yo al respecto, entendiendo bien el lenguaje diplomático de dicha declaración, que no se comprende que con unas relaciones siquiera normales sea ahora la primera visita de un vecino a la casa que tiene al lado, luego de muchos años de estar allí los dos.
No voy a culpar yo a nadie en particular, pero sí puedo asegurar que ni el pueblo venezolano ni tampoco el guyanés son los responsables de semejante desatino. Y aquí expreso mi deseo más patriótico, como comunista y bolivariano de verdad, de que realmente se supere lo más rápido esta situación.
Fuente: PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com/
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