Escándalo periodístico alteró Semana Santa Peruana
Lima, 22 de Abril (Prensa Latina)
El escandaloso despido de dos periodistas confirmó las limitaciones del régimen privado de libertad de prensa en Perú, a tiempo de poner en evidencia las armas usadas en la campaña por la segunda vuelta electoral.
Patricia Montero, productora general del Canal N de noticias, que se transmite por cable, dijo haber sido despedida por no aceptar presiones de la empresa dueña de la estación para favorecer a la candidata conservadora Keiko F ujimori.
Por su parte, el productor del espacio noticioso matinal de Canal N, José Jara, confirmó haber sido echado el pasado miércoles por motivos similares y por ceñirse a la línea que proclamaba el canal, de no parcializarse con ningún candidato.
Montero añadió que desde hace semanas la empresa presionaba a los periodistas para que apoyen a Fujimori y ataquen al candidato progresista Ollanta Humala, ganador de la primera vuelta electoral del pasado 10 de abril. Ambos disputarán la segunda ronda el 5 de junio.
Los periodistas señalaron que las presiones fueron ejercidas por mandos del diario El Comercio, dueño de Canal N, y que, paradójicamente, proclama defender la libertad de prensa en campañas contra gobiernos progresistas de América Latina a los que acusa de violarla.
El escándalo coincidió con trascendidos según los cuales hay similares acciones de censura y amenazas de despido en la televisora América y el diario Perú.21, también del grupo El Comercio, para alinearlos con mayor fuerza con la campaña fujimorista.
El grupo mediático libra una dura campaña contra Humala, al que acusa de propósitos extremistas y autoritarios, la que es compartida por la mayoría de los medios, de línea neoliberal y a los que el diario La Primera califica de fariseos.
El director de ese matutino, César Lévano, dice que el despido de Montero y Jara "demuestra hasta qué punto las frases de exaltación y defensa de la libertad de expresión de ciertos periódicos resultan un monumento a la mentira".
También evidencia, agrega, "la atmósfera de intolerancia, odio y mentira que se va instalando en los medios", que en su mayoría ocultan el escándalo, y el "clima autoritario y represivo que amenaza al periodismo peruano".
Consultada sobre el tema, la candidata Fujimori negó haber presionado a Canal N para los despidos y dijo que estos son decisiones que corresponden a atribuciones de la empresa propietaria.
El incidente mostró la magnitud de la campaña contra Humala, pese a sus reiterados gestos de concertación y moderación y a que ha ganado el apoyo o la aceptación de los sectores de centro que le eran adversos.
En la semana, un centenar de figuras políticas, técnicos, intelectuales, artistas y otras personalidades se sumaron colectivamente a la campaña de Humala, por compartir su proyecto y rechazar lo que creen representa Keiko Fujimori.
Esos sectores piensan que con ella retornarrán las violaciones de derechos humanos y la corrupción del gobierno del padre de la candidata, Alberto Fujimori (1990-2000), quien cumple una condena a prisión por crímenes registrados en su administración.
Entre los sumados a la campaña del candidato del bloque progresista Gana Perú se incluyen destacados miembros del equipo del derrotado candidato y expresidentes Alejandro Toledo, quien sin embargo no ha tomado partido.
La ofensiva de ataques contra Humala llegó en la semana a acusarlo de querer echar mano de los fondos privados de pensiones para financiar un plan de jubilación universal, lo que el candidato calificó de calumnia de quienes se oponen a su programa de cambios sociales.
La campaña mediática y política se ha expresado además en presiones para que cambie su programa de gobierno, pese a que antes de los comicios lo matizó en un plan concertador, ante lo cual el candidato se declaró dispuesto a dialogar y flexibilizar posiciones.
Sin embargo, Humala aclaró que no hará modificaciones de fondo al programa, sino que buscará consenso para ejecutarlo, porque el mismo merece espeto, ya que fue apoyado por cuatro millones 643 mil 60 electores, según el cómputo oficial final de los comicios de el 10 de abril.
Esos resultados, tras el conteo de todas las actas electorales, indican que Humala obtuvo 31,7 por ciento de los votos, mientras Fujimori totalizó tres millones 449 mil 554 sufragios (23,5 por ciento).
Fuente: Prensa Latina/PrensaPopularSolidaria
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