Tras la brutal agresión contra Libia, iniciada con el despliegue de fuerzas especiales de la OTAN sobre el terreno y la toma de contacto con saboteadores y enemigos proimperialistas del interior, el recrudecimiento de la campaña mediatica contra Siria y las noticias que llegan de ese país, indican que en su interior hace tiempo que pueden haberse desplegado fuerzas operacionales especiales de sabotaje que, tras tomar contacto con colaboradores del imperialismo, estén siendo la vanguardia en la agresión contra el gobierno de Damasco.
Hay que ser conscientes de que los poderes burgueses imperialistas pueden conseguir importantes apoyos en el interior de cualquier país, incluso aquellos en los que durante décadas gobierna o gobernó el pueblo a través de sus Partidos Comunistas. De igual forma que consiguieron movilizar a sectores obreros reaccionarios clericales, procapitalistas y fascistas en Polonia, en Hungria o en Rumanía contra los países socialistas, así los imperialistas están movilizando a sectores populares en Siria contra su gobierno. También intentan conseguir que parte de la población iraní se movilice a cuenta de las potencias neocoloniales contra el gobierno de Teherán.
No olvidemos que la OTAN contó en Afganistán con la "Alianza del Norte" como fuerza de choque a su servicio para la invasión de ese país asiatico. Y que en Irak, partidos Kurdos y organizaciones confesionales han colaborado militarmente con los invasores anglonorteamericanos.
Estos ejemplos, nos ilustran que la Organización Atlántica sabe explotar hábilmente las contradicciones internas de los países objeto de sus intervenciones y utiliza como si fueran sus propias fuerzas armadas aquellas dispuestas a colaborar con el invasor. De esta forma, la OTAN reduce significativamente el número de efectivos que tiene que desplegar sobre el terreno, minimizando sus bajas y reservando en la medida de lo posible sus fuerzas de intervención para ampliar sus agresiones hacia otros países.
A pesar de las fuerzas colaboracionistas que los otánicos tienen en Afganistán, aun necesitan desplegar 150.000 efectivos terrestres para controlar las principales ciudades del país. En Irak, el precio de la no totalmente conseguida estabilización, es de 75.000 efectivos, mas los ejércitos de compañías privadas.
Para poder mantener 250.000 soldados operativos en zona de combates, es imprescindible su rotación periodica, normalmente cada 3 meses en turnos de tres, lo que supone mantener en activo un contingente de 750.000 efectivos.
Ampliar a dos nuevos escenarios bélicos, con invasión terrestre incluida, que serían los casos de Libia y Siria, supondría una fuerza armada imperialista de 1.500.000 soldados en orden de combate. Si, además, la agresión total incluyera Irán, la cifra se dispararía considerablemente.
Cierto es que en una escalada de tal magnitud, las fuerzas armadas de Israel también intervendrían, restando necesidades a la OTAN. Pero aun así ¿están ahora mismo los ejércitos de la OTAN en disposición de un despliegue semejante?
Según detallados análisis, la única manera de afrontar una tal semejante escalada militar sería forzando el reclutamiento obligatorio en EEUU u otros países, lo que supondría entrar en una situación global cuantitativa y cualitativamente distinta.
Sin duda alguna, las fuerzas imperiales harán lo que las circunstancias les exija para defender los intereses explotadores de las multinacionales. En la medida en que los países sojuzgados por el totalitarismo del régimen capitalista imperante, traten de liberarse y en función de que los pueblos agredidos por la devastadora máquinaria de la OTAN resistan, sus fuerzas tendrán que ir ampliando sus areas de operaciones y colocando mas y mas efectivos sobre el terreno que tendrán una segura respuesta contraria entre los trabajadores de las respectivas metrópolis.
Lo mas probable es que la OTAN haya sufrido un inesperado contratiempo en Libia. Esperaban una rápida claudicación de Gadafi para lanzarse inmediatamente contra Siria. Pero la valiente resistencia patriótica antiimperialista del pueblo mas consciente y aglutinado en torno al histórico lider revolucionario de la Yamahiriya, ha frenado los planes de los invasores de tierras ajenas. Con la resistencia libia activa, si quieren atacar Siria tendrán que hacerlo abriendo un nuevo frente sin cerrar los anteriores, lo que ya supondría una nueva escalada militar.
En cuanto a un posible ataque a Irán, éste podría desvanecerse en la medida en que los frentes actualmente activos, Afganistán, Irak y Libia, resisten el salvaje empuje de la OTAN, a no ser que el Eje decidiera una acción del ejército sionista. Pero de ser así, podríamos estar hablando de que realmente las fuerzas imperialistas habrían decidido lanzarse a una gran escalada militar de imprevisibles consecuencias.
En cualquier caso, la República Islámica de Teherán, por su potencial demográfico, económico y militar, debería tomar la iniciativa de converger hacia una coalición de países y movimientos de resistencia antiimperialista de Norteáfrica y Oriente Medio, como única manera de frenar los planes del Eje de recolonizar toda la región y tomar el total control de su petróleo.
Pero no es solo el petróleo lo que orienta la estratégia de los amos del mundo, sino la defensa a ultranza del Israel sionista, agresor y reaccionario, así como mantener la estabilidad del gobierno proyanki paquistaní, pieza clave en el tablero de intereses de Washington.
La grave amenaza que para la paz supone el Eje EEUU-OTAN-Israel, exige en estos momentos a todos los movimientos revolucionarios y a todas las fuerzas de resistencia antiimperialistas, posicionarse en apoyo incondicional del gobierno y las fuerzas armadas libias.
Hacer fracasar la agresión otánica en Libia es dar un gran paso hacia la paz. Esperemos que China y Rusia se orienten también por este camino, a no ser que quieran pronto ver a los abejorros de la Alianza revolotear dentro de sus propias fronteras.
Fuente: La Conquista de la Civilización Socialista/PrensaPopulaSolidaria
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