Por César Zelada
El Perú se encuentra en un momento de definiciones políticas. Si bien es verdad, la política de acuerdo político de Ollanta y GANA PERU es positiva desde el enfoque táctico electoral, también es cierto que la guerra sucia contra el Nacionalismo y a favor de Keiko Fujimori, que cuenta con el apoyo del gobierno aprista y el Plan Sabana (Servicio de Inteligencia, Mass Media, etc.), producen, como el 2006 con García, el presentimiento de que el oscurantismo fujimontesinista se imponga el 5 de Junio a través del fraude electoral. En este contexto, el rol de las agrupaciones que se jactan de socialistas y revolucionarias, es clave. En realidad, de la posición que tomen ahora dependerá en que puedan convertirse en dirección política o no en el futuro.
Por esta razón, es increíble como el esquematismo metafísico pueda seguir impregnado en algunas corrientes de propaganda mariateguista. No aprenden de la derrota política que han sufrido en las últimas elecciones municipales del 2010 y generales del 2011. Todavía recuerdo como algunos sectores de izquierda socialista, decían que el líder nacionalista “ya fue”.
Pero este no fue un enfoque dialéctico sino idealista. Una cosa es la realidad concreta y otra lo que nosotros quisiéramos que sea. Y en el Perú, la realidad fue (y es) que hasta la actualidad, no ha surgido otro liderazgo social que pueda opacar al líder nacionalista. Más de 4 millones de trabajadores han votado por Ollanta y el Nacionalismo.
¿Qué significa esto? Que a pesar de la guerra sucia, las masas, ven a Ollanta como el hombre que les ha dado voz denunciando la injusticia, corrupción del gobierno y la rapacidad de las transnacionales que se comen toda la torta de la riqueza nacional. Es más, ahora mismo, el Nacionalismo, tiene más de 150 mil afiliados. Esto es una cuestión histórica que creo ni Izquierda Unidad logró superar. Incluso, de ganar las elecciones, la tendencia será de victorias en las próximas elecciones, convirtiéndose en todo un fenómeno político histórico.
Entonces, ¿cuál debe ser el rol de los que se jactan de mariateguistas? Pues, estar junto a las masas como sucedió con la revolución rusa de 1917. Cuando Lenin hablaba del realismo revolucionario se refería a tener un análisis objetivo del movimiento, sus contradicciones y tendencias. Y por tanto, nos parece, que así como en 1917 Lenin dio la línea a los bolcheviques de orientarse a los Soviets (consejos de obreros, campesinos y soldados), hoy, la tarea de los mariateguistas debería ser la de orientase al nacionalismo y dar una batalla decisiva para conquistar la victoria en las elecciones del 5 de junio.
“Pero el nacionalismo es reformista”, dirán algunos. Pues bien, los Soviets estaban integrados de reformistas (mencheviques), eseristas, socialrevolucionarios, anarquistas, socialdemócratas, etc. Incluso, el primer gobierno soviético tuvo estas características. Lenin fue muy táctico y democrático incluso en términos tácticos y estratégicos.
Entonces, no se trata solamente de apoyar a Ollanta y el Nacionalismo, sino de participar activamente, bajo la afinidad programática, defendiendo posiciones, para vencer a la derecha en estas elecciones y ganar autoridad como dirección transformadora y mariateguista.
Fuente: Los Andes/PrensaPopularSolidaria
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