Por A. Shirokov,
Para “Trudovaya Rossiya”. Traducción Ariel Morada
"El 22 de junio de 1941, al amanecer..." No importa cuántos años del rápido tiempo transcurra, pero por siempre la combinación de estas palabras estará palpitando trágicamente en nuestro corazón. Debido a que a nuestro país, por entonces, lo golpeó una terrible tragedia. La Unión Soviética fue atacada pérfidamente por la Alemania nazi. Nuestras fronteras fueron cruzadas por 5 millones de soldados enemigos, en nuestras carreteras retumbó 4.4 miles de tanques enemigos, en el cielo por encima de nuestras ciudades y pueblos aullaron más de cuatro mil aviones con las cruces negras.
En el mismo bando con las hordas hitlerianas se dirigieron desde Hungría, Rumanía, Finlandia, Italia, Eslovaquia hacia los confines de la Unión Soviética para el asesinato y robo de las tropas de sus satélites, así como las divisiones militares de los países europeos ocupados por los fascistas. Por eso los amantes de las analogías históricas dicen que por segunda vez en su historia, después de 1812, nuestra patria fue sometida a la invasión por toda Europa.
Pero no, no es así. Esta guerra no ha tenido el carácter de la invasión de un país por otro para ocupar territorios y recursos económicos. Fue una guerra de sistemas sociales. En el intento deliberado del imperialismo, con el rostro de su fuerza de ataque, de la Alemania nazi, para aniquilar el sistema socialista que él odiaba.
Los nazis tal objetivo no lo ocultaban, pues en todas partes declaraban que buscaban "salvar a la civilización mundial de la amenaza mortal del bolchevismo." Y, al mismo tiempo para su propia justificación, difundieron al mundo su falsedad asegurando que sólo invadieron a fin de evitar el ataque soviético contra la pobre Alemania. Plantaron esta versión al futuro, para su posterior desarrollo por la burguesía rusa actual.
Es por eso que esta guerra fue un choque extremadamente duro y sin concesiones de los dos mundos, de dos tipos de construcción social, de dos ideologías. Los invasores plantearon ante sí la tarea de eliminar el primer Estado socialista, privar al pueblo soviético de sus conquistas sociales y quitar a toda la humanidad una perspectiva socialista. Es por eso que nuestro pueblo no sólo luchó por su libertad e independencia, sino también para el progreso social de la civilización mundial.
Los ideólogos de la burguesía gobernante hoy en día en la Federación rusa gustan de quejarse sobre la no preparación de la URSS para la guerra y de la cortedad de miras de los dirigentes soviéticos, lo que conllevó a los fracasos del Ejército Rojo y a los tremendos sacrificios en 1941. Pero estos señores deberían indicar que si lo que no pudo advertir la dirigencia soviética fue sobre todo la facilidad con la que caían bajo los pies de Hitler las así denominadas “democracias” de la Europa occidental y el grado de su demagogia para con el agresor. Pero todo se desarrolló de forma muy diferente en el Oriente.
La cuestión se presentó de la forma más tajantemente cruel: o que los pueblos soviéticos siguieran siendo libres o caían en la esclavitud. Y el socialismo aceptó el reto. La guerra relámpago nazi, que incluía la salida de 1,5-2 meses en la línea de Arjanguelsk y Astracán, fue estallando en las costuras con los primeros pasos de los nazis en nuestra tierra.
La fue enterrando el coraje de los soldados soviéticos, que lucharon por su patria socialista hasta el último nivel, el profundo heroísmo y la determinación del Partido Comunista, que levantó a todas las fuerzas populares para repeler al enemigo bajo el llamado de "¡Levántate, gran país!". Enterraron y sepultaron finalmente al enemigo, izando la Bandera roja en la capital nazi fascista. El sistema socialista mostró al mundo su fuerza y su superioridad.
…Hoy nos ha llegado una pena no menor que la invasión fascista. Tenemos restaurado el capitalismo. Él destruyó el sistema socialista y privó a los ciudadanos soviéticos de todas las conquistas sociales. El capitalismo con un odio brutal miente sobre todo lo relacionado con lo soviético. Blasfema la lucha hasta la muerte en el 1941 de los soviéticos desangrados, pero no subordinados al enemigo, creando todo tipo de falsificaciones cinematográficas, como la película "Los bastardos", donde los nobles "soldados de Hitler" resisten frente a "las hordas bolcheviques." En secreto suspira sobre el por qué no vencieron al pueblo soviético "la blanco-rubia bestia".
La pregunta de nuevo se presenta sólo así: quedarse libres o caer en la esclavitud. Y la respuesta debe ser como en el cuarenta y uno, en un sentido socialista, agrupando en un todo fuerte a la población y llevando una resistencia general. La guerra comenzó el 22 de junio, en la madrugada. Pero el día de hoy muestra que esta guerra no ha terminado.
Fuente: Amistad Hispano Soviética/PrensaPopularSolidaria_(PrenPoSol_PePeSe)
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com/
Correo: pcvmirandasrp@gmail.com
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