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domingo, 15 de julio de 2012

EL SOCIALISMO EN SIRIA

En 1954 una coalición formada por el entonces fuerte Partido comunista sirio (PCS), el entonces pequeño partido Baas y el bloque nacional llega al poder.

De febrero de 1958 a 1961 Siria se une con el Egipto de Nasser en la República Árabe Unida (R.A.U.) que aplica una reforma agraria siguiendo el modelo egipcio. La burguesía conservadora recupera el poder pero en marzo de 1963 los baasistas y los nasseristas lo conquistan con el apoyo del PCS que había sido perseguido durante el tiempo de la R.A.U..Elemento clave baasista es la creación de un comité militar en 1959 que agrupa a altos oficiales que en el momento oportuno permiten la toma del poder.

El gobierno aplica el plan quinquenal 1965-1970 dando prioridad a las nacionalizaciones y a la ayuda soviética. En 1964 la Constitución provisional adjudica la capacidad legislativa al Consejo de Mando de la Revolución. En 1965 la industria textil es nacionalizada y se reorganiza en 13 empresas estatales dando comienzo al proceso nacionalizador.

En 1966 llega a poder un grupo llamado "neo baasista" de fuerte inclinación pro soviética formado por el general Salah Jadid, el presidente de la República Nuredin al Attasi y el ministro de relaciones exteriores Ibrahim Makhos. Tras expulsar al fundador Michel Aflak, el ideologo de referencia del Baas sirio es Zaki al Arsuzi, un profesor alauita de Alexandrette.

En diciembre de 1970 una rama considerada "de derecha" del Baas dirigida por el general Hafed Al Assad toma el poder y encarcela al grupo anterior que creará en oposición el Movimiento del 23 de febrero (1966) que se reclama del Baas. El general Al Assad no es tan de "derechas" ya que se abre a la colaboración de los comunistas y otras izquierdas, mantiene un fuerte sector público de la economía, liquida el latifundio feudal y en 1980 firma un tratado de cooperación con la URSS.

Pensamos que el imperialismo manipula la realidad al presentar al Baas sirio como expresión de una secta religiosa minoritaria, los alauitas. Los campesinos musulmanes pobres, las minorías religiosas históricamente marginadas y perseguidas, los intelectuales progresistas y los sindicatos han sido la base histórica del poder sirio aunque hoy ha crecido la influencia de la burguesía nacional. En la dirección del Baas sirio han habido alauitas como también sunitas, drusos, ismaelitas y cristianos.

El 7 de marzo de 1972 el Baas crea el Frente Nacional Progresista en alianza con el PCS, la Unión Socialista Siria (USA) de Jamal Atasi y Fawzi al-Kayyali, una escisión del Baas llamada Movimiento Socialista Unionista Árabe de Abd al Ghami Qannut y el Partido Unionista Socialista Democrático de Ahmad As'ad. El Baas es mayoritario y dominante y la Constitución de 1973 le autoriza en exclusiva a tener presencia en las universidades y las fuerzas armadas.

Los soviéticos y el campo socialista aportan una ayuda significativa a la modernización del país: construyen el complejo hidroeléctrico del rio Eufrates, la presa del río Kabir del Norte, la refineria de Homs, la fabrica de cementos de Hama, la industria de extraccion de petroleo, fabricas de hilados de algodón, calzados y curtidurias y otras, el tendido de miles de kilometros de vias ferreas como el ferrocarril Kamishli-Latakia, el Akkari-Tartus, el Hama. Maharda y otros.La Unión de Campesinos (Ittihad al fallahin) controla la red de cooperativas agrícolas.

Al caer el campo socialista la Siria progresista y laica se queda huérfana y realiza modestas reformas pro capitalistas como la ley 10 de 1991 sobre inversiones. Del 2000 al 2007 la parte privada en la producción del PIB industrial pasa del 52,3 % al 60,5 %. Se liberalizan bancos y seguros. La Constitución de 2012 elimina el articulo 13 de la de 1973 que contemplaba que "la economía de Estado es una economía socialista planificada que busca el fin de la explotación".

El apoyo de la URSS y el Campo Socialista sirvió para la construcción en unión con el pueblo sirio de importante obras para el avance del País Sirio, tales como: el Oleoducto de la refinería de Homs construida por la URSS y atacada por los terroristas neoliberales integristas, la Planta química de GECI, la Planta de Fertilizantes de Homs, la Fábrica de Cemento de Hama construida por el recordado campo socialista.

Lo que queda de socialismo en Siria no es poco: los sindicatos de obreros y campesinos intervienen en las decisiones económicas de las empresas, la educación y sanidad son gratuitas y buenas, los precios están controlados por el Estado, los productos básicos están subvencionados, rige la planificación económica y el Estado dirige el comercio exterior, el gobierno afirma querer reforzar el sector público de la industria, funcionan tiendas del Estado.

Existen 104 industrias de Estado destacando la GECI, industria química pública, la Organización general para el cemento y los materiales de construcción, la compañía general de fertilizantes de Homs vinculada a GECI. El sector público aporta el 30 % del PIB y da trabajo al 42,5 % de la población activa.

Un triunfo contrarrevolucionario privatizaría este sector, destruiría los derechos sociales y reforzaría a la burguesía local convertida en agente comercial de los imperialistas que convertirían al país en colonia económica como ya lo son Irak y Libia.

Fuente: Civilización Socialista/PrensaPopularSolidaria_(PrenPoSol_PePeSe)
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Correo: pcvmirandasrp@gmail.com

SIRIA: MOSCÚ Y BEIJING FRENAN A WASHINGTON

Por: ÁNGEL GUERRA CABRERA

La arremetida subversiva contra Siria del último año y medio se inserta en un plan estadunidense mucho más abarcador que conviene recapitular. Recuérdese la previa demolición de Libia y linchamiento de su líder llevados a cabo igualmente por la OTAN, los monarcas de Arabia Saudita y Qatar y demás tiranuelos del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). Estos se mueren de miedo antes la posibilidad de que traspasen sus fronteras los aires de rebelión popular árabe y por eso aplastan a sangre y fuego la de Bahrein de la que no se habla en los medios corporativos.

En la euforia belicista posterior al 11/S, George W. Bush pronunció aquella sentencia marcial: los que no están con nosotros están contra nosotros. Ella corría parejo con el proyecto neoconservador de reestructuración del Gran Medio Oriente y de instaurar un estado policial mundial que preservara la ya precaria hegemonía de la superpotencia aprovechándose del clima sicológico creado por los atentados terroristas y su conveniente manejo mediático para justificar las guerras coloniales contra Afganistán e Irak. La citada reestructuración se proponía el control por Washington del petróleo, el gas y el agua en un arco que comprende desde el norte de África, pasando por la península Arábiga y el golfo Pérsico hasta Afganistán y Paquistán. Como complemento, dominar la infraestructura de ductos y vías marítimas principales. El Plan permitiría también rodear de bases militares a Rusia y China, como en efecto hicieron.

Ello exigía el desarrollo de varias guerras, abiertas o encubiertas, con el despliegue de importantes fuerzas y medios militares así como acciones subversivas para acabar con todos los gobiernos y fuerzas populares de esa región que opusieran algún grado de resistencia al dominio imperialista. Como apoyos en la aventura Estados Unidos contaba con sus complacientes socios europeos y una colección de marionetas de distintas latitudes con los que ocupó Afganistán e Iraq. En la retaguardia disponía de todas las facilidades a cargo del CCG, devenido hace dos años en alma de la contrarrevolución árabe. Mientras, para mantener a los palestinos enjaulados, perseguidos, acosados y continuar privándolos de sus ya disminuidos territorios y fuentes de agua allí estaba su aliado consentido, Israel, al que convirtió en gran potencia nuclear. Pese a ello, la supuesta invencibilidad militar del ejército sionista fue puesta en solfa por la resistencia patriótica libanesa de Hezbolá que lo ha derrotado dos veces(2000 y 2006); y los palestinos no han descansado un día en su resistencia.

Obama, es evidente, ha sido un fiel continuador de la política exterior de Bush. Aunque se viera obligado a una humillante retirada de Iraq y difícilmente se libre de una derrota vergonzosa en Afganistán, ha extendido una guerra de baja intensidad contra Paquistán, Yemen y Somalia, al tiempo que participado activamente en las operaciones contra Libia y ahora en el sangriento intento de cambio de régimen en Siria. Curiosamente, en ambos países los aliados principales de la OTAN lo han sido bandas terroristas sectarias, algunas vinculadas a Al Qaeda, armadas por el CCG y entrenadas y apoyadas por la CIA y grupos de operaciones especiales ingleses y franceses. Es el caso del llamado Ejército Sirio Libre. Por Damasco se llega a Teherán, pletórico de hidrocarburos y serio obstáculo a los planes de dominación yanqui en la zona. Las aventuras contra Libia y Siria se han caracterizado por una desvergonzada participación de los “medios”, que fabricando protestas, matanzas y desenlaces falsos desempeñan una función cada vez más decisiva en los planes del Pentágono.

Ahora bien, lo que ha impedido una intervención militar abierta en Siria -aparte de su indudable capacidad militar- es la firme oposición de Rusia y China que han trabajado arduamente a favor de una salida política del conflicto. Es por ello que “Occidente” se ha visto obligado a aceptar a regañadientes que el mediador Kofi Annan involucre a Irán e Iraq en el diálogo para buscar una solución negociada. Al parecer, un ataque a Siria o a Irán deberá esperar ahora a que pasen las elecciones en Estados Unidos. Pero ya hay una lección importante y es que Washington y sus aliados no pueden actuar como si Rusia y China no existieran, sin contar con otras fuerzas que, sin ser superpotencias, también disponen de la voluntad y capacidad de oponérseles.

Fuente: Unidad y Resistencia/PrensaPopularSolidaria_(PrenPoSol_PePeSe
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Correo: pcvmirandasrp@gmail.com