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jueves, 30 de mayo de 2013

URUGUAY: MAYOR MOVILIZACIÓN Y MÁS MILITANCIA

Las clases dominantes de nuestro país y sus expresiones políticas, el Partido Nacional y el Partido Colorado, están decididos a frenar y hacer retroceder el proceso de cambios. Los objetivos políticos inmediatos: quitarle la mayoría parlamentaria al Frente Amplio y si pueden desplazarlo del gobierno nacional. Pero es mucho más que eso. Es la decisión, y la inversión que le acompaña, de cortar el proceso de acumulación de fuerzas del movimiento popular. En todo, no en una parte.
Estamos a 23 días de las elecciones internas partidarias de junio. Esa fecha, la de las internas, es importante, pero la central, donde se define todo, es el 26 de octubre y hasta allí nos quedan 171 días.
Es mucho y poco tiempo, de acuerdo a como se lo mire y sobre todo a que actitud se adopte en su transcurrir.

Estamos inmersos en la campaña electoral. La derecha ha demostrado que va por todo, es inmensa la inversión en dinero, multimillonaria, tanto en propaganda callejera, como en las redes sociales, y también en televisión, radio y prensa, y lo será más.

Las clases dominantes de nuestro país y sus expresiones políticas, el Partido Nacional y el Partido Colorado, están decididos a frenar y hacer retroceder el proceso de cambios. Los objetivos políticos inmediatos: quitarle la mayoría parlamentaria al Frente Amplio y si pueden desplazarlo del gobierno nacional. Pero es mucho más que eso. Es la decisión, y la inversión que le acompaña, de cortar el proceso de acumulación de fuerzas del movimiento popular. En todo, no en una parte.

Ese desafío político, ideológico, social, de la derecha y de las clases dominantes tiene que ser enfrentado y derrotado. Hemos dedicado varios editoriales a fundamentar en el plano ideológico y político esta pugna. Le dedicaremos más pero hoy queremos concentrarnos en otro aspecto.

La operación ideológica es de tal magnitud que quieren adueñarse, y en muchos sectores de la sociedad lo logran, de la idea del cambio. Ellos se presentan como los portadores del cambio. Es el centro duro de la falsedad, de la tergiversación, política e histórica.

El cambio no es un problema solamente de edad. Por supuesto que lo generacional juega un papel, y no menor, pero la noción de cambio contiene otras dimensiones.

En primer lugar no pueden ser portadores del cambio los partidos políticos que representan a las clases sociales que se beneficiaron y se benefician con el status quo. El Partido Nacional y el Partido Colorado expresan, sustancialmente, a los sectores del poder económico y social, a los estancieros, los grandes empresarios, los grandes productores, los operadores financieros, los propietarios inmobiliarios, los propietarios de las grandes superficies comerciales. Expresan social y políticamente al poder económico. Su composición social y la de sus listas, pobladas de “doctores”, como siempre, expresan a la sociedad que debe ser cambiada, no al cambio. Escamotear del debate este aspecto central solamente beneficia a la derecha y a su operación tergiversadora.

Más allá de sus dificultades, insuficiencias y defectos; más allá de su composición policlasista, donde están todos los sectores sociales, también del empresariado nacional; la única fuerza política que representa por su composición y por la de sus listas a los sectores sociales que impulsan el cambio es el Frente Amplio. Lo es mucho más si a la dimensión estrictamente político partidaria se la encuadra en una mucho más abarcadora, la del enfrentamiento de dos bloques antagónicos, el bloque dominante y el bloque político y social de los cambios. Si se analiza la realidad política, y dentro de ella las elecciones, como un momento central de síntesis de toda la sociedad, desde esta perspectiva, la falacia de la derecha de ser portadora del cambio se desmonta sola.

Ocurre que ese análisis, esa lectura de la sociedad, esa concepción, tenemos que lograr que sea síntesis de masas, de cientos de miles y no es sencillo.

Hay que decirlo con claridad, no pueden ser abanderados del cambio los partidos que proponen terminar con los Consejos de Salarios, con la Negociación Colectiva, con el MIDES y las políticas sociales, con la integración regional, los que proponen un TLC con EEUU, los que prometen terminar con la despenalización del aborto, con la legalización de la marihuana, con el matrimonio igualitario. Los que proponen terminar con todo lo avanzado en estos años. No pueden ser potadores del cambio los que llevan como candidatos, según ellos expresión del cambio, al hijo de Luis Alberto Lacalle y al hijo de Juan María Bordaberry, cual dinastías aristocráticas.

Y en todo caso, hay que recordar, aunque suene un tanto contradictorio con lo anterior, que si hablamos de cambios, la marcha atrás también es un cambio, todos los automóviles la tienen, hasta los que tienen caja automática.

La única alternativa real de cambios, de proyección hacia el futuro del proceso de cambios, contradictorio, a veces, muchas veces, más lento de lo que podría ser, de lo que desearíamos y muchísimo más lento de lo que soñamos, pero aún así de cambios reales, es el Frente Amplio.

La 1001 y sus militantes han hecho mucho en este mes y poco de campaña electoral. La han lanzado en todo el país con más de 190 actividades, reuniones en casa de familia, en ferias, en esquinas y sobre todo en puertas de fábricas y obras. Han instrumentado una propaganda audaz, innovadora. Han expresado en una consigna su objetivo político, ni retroceder ni mantener: Avancemos. Han dado y darán pelea por los muros y las columnas. Han hecho todo esto sin abandonar una sola trinchera, ni la gestión de gobierno nacional y municipal, ni la lucha en los sindicatos y en los gremios estudiantiles. Han hecho mucho pero no alcanza. Hace falta mucho más.

Hace falta aumentar la intensidad de la militancia y hace falta romper el cascarón y llegar masivamente a nuestro pueblo. Miles convenciendo a miles, esa es la fórmula política y organizativa.

Es mucho lo que está en juego, mucho más que un candidato, o que una lista de candidatos, muchísimo más que una banca en el senado, un ministerio o una dirección municipal. Está en juego la acumulación conquistada y la posibilidad de dar un salto en calidad en esa acumulación para avanzar.

Hay que defender décadas de sueños y de militancia acumulada y hay que hacerlo con las armas políticas de siempre: la militancia, la movilización y el compromiso y hay que hacerlo en unidad.

Nada está perdido pero tampoco nada está conquistado, ni mucho menos. Todo está en juego. Se necesita frenteamplismo, se necesita movilización, se necesita presencia callejera, se necesita discusión.

Quedan 23 días para las internas y 171 días para las elecciones nacionales. Depende de nosotros, de todos nosotros, si será mucho o poco tiempo.
Nos encontramos en la calle, allí estaremos la 1001 y sus militantes. 
 
Fuente: Comunistas Uruguayos en España/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com

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