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viernes, 6 de marzo de 2015

ARGENTINA: COMUNISTAS ARGENTINOS DESARROLLAN SOLIDARIDAD EN LUCHA CONTRA LOS PLANES DESESTABILIZADORES EN AMERICA LATINA

“En Venezuela y Argentina estamos en medio de un golpe continuado, lento y prolongado”
Por: PCA


“Bajo distintos métodos e intensidades, lo que se está viviendo en Venezuela y Argentina es una profundización de los intentos desestabilizadores impulsados por EE.UU.”. Así lo definió el embajador venezolano, Eduardo Martínez, desde el panel que compartió con Atilio Borón y Patricio Echegaray, el miércoles 18 de febrero, en la sede del Comité Central del PC, a apenas diez cuadras de donde se concentraba la movilización que la derecha convocó esa jornada.

Por tal motivo, se dieron cita, entre otros, la candidata porteña Zaida Chmaruk –quien coordinó el panel- los miembros del Comité Central del PC, Víctor Kot, Emilia Segotta, Juan Carlos Serra, Alejandro Forni, Jorge Floridia, Quique Guglielmotti, Jorge Kreyness y el titular de la Fede, Germán Choves, al tiempo que se recibieron adhesiones del Partido Humanista y Seamos Libres-Movimiento Popular.

Así, un salón colmado de militantes ratificó el apoyo del Partido Comunista de Argentina a la revolución bolivariana, pero también su compromiso en la lucha contra lo que el diplomático caracterizó como la profundización de los ataques orquestados desde EE.UU. contra los procesos populares y de integración regional de nuestra región.

Algo que definió con claridad cuando señaló el hilo conductor que hay entre la escalada desestabilizadora que -a caballo de la muerte de Alberto Nisman- protagoniza la derecha en Argentina y la abierta tentativa golpista que padece Venezuela. “Vienen por Venezuela y Argentina. Estamos en medio de un golpe continuado, lento y prolongado”, sintetizó el embajador.

Vale recordar que, durante las últimas semanas, se abortó un golpe de Estado que preveía el asesinato de Nicolás Maduro y el bombardeo del Palacio Miraflores, al tiempo que desde Washington, el vicepresidente Joe Biden recibía a la esposa de Leopoldo López, quien está acusado de ser uno de los responsables de la violencia perpetrada en Venezuela un año atrás.

Nada de esto es casual: “demostramos como funcionarios de la embajada estadounidense redactaron el documento que se daría a conocer tras el bombardeo a Miraflores”, recordó el diplomático.



Partidos comunistas, factor determinante

En el contexto de la crisis capitalista, EE.UU. está desesperada y pretende recuperar lo que cree es “su patio trasero”, consideró el embajador que recordó que por eso le apunta a la región que vive un cambio de época en el que “los Partidos Comunistas de América Latina son un factor determinante”.

Venezuela está en la mira, de ahí la guerra económica y el intento de golpe que plantea “una coyuntura compleja y difícil” que, “lejos de debilitarnos, sirve de locomotora para avanzar por el camino de la revolución”, recalcó Martínez y apuntó que pese al enorme aparato mediático y  financiero que les provee EE.UU. “las derechas vernáculas no están pudiendo con nosotros”, ya que “más allá de las diferencias y contradicciones que puedan existir entre los gobiernos en América Latina, prevalece la voluntad política de luchar por la soberanía nacional y la integración entre los pueblos”.

Tras lo que remarcó que “el imperialismo busca desarticular el eje Venezuela, Brasil y Argentina que junto a México, al que ya devastó, constituyen las principales economías de la región” y advirtió que EE.UU. “le teme al legado político de Chávez”, por eso “acusa de chavista a cualquier gobierno que enfrente su política imperialista: la derecha argentina acusa de chavista a Cristina Fernández y el establishment europeo acusa a Syriza en Grecia y Podemos en España”.

Por eso alerto que “vienen tiempos difíciles pero no insalvables”, ya que “hay capacidad de organización y movilización en nuestro pueblo”, también conciencia política y espíritu unitario. Y aseveró que “allí se encuentra el combustible que nos permite resistir, acelerar y avanzar con la revolución bolivariana y la integración regional” por eso “no tengo dudas en que saldremos fortalecidos”.

Así, a la hora de reflexionar sobre la situación de su país, insistió con que el intento golpista apunta contra el proceso bolivariano, pero también contra la región y recordó que Venezuela sufre “una guerra económica impulsada por EE.UU. y sostenida por una oligarquía local tradicionalmente parasitaria que acapara y especula en contra del pueblo”, al tiempo que echa mano a recursos como el contrabando y la especulación financiera.

Estas presiones se suman a una situación complicada para Venezuela. “Tenemos complicaciones que no ocultamos”, reconoció Martínez y aclaró que, pese a esto, “la sociedad venezolana tiene un gran nivel de comprensión sobre la situación, un especial apego a los valores democráticos y coincide, mayoritariamente, en que cualquier salida debe ser en el marco de la Constitución de la revolución bolivariana”.

Algo que calificó como “un verdadero triunfo político y moral” en el que “reside parte de la fortaleza para poder enfrentar los ataques que recibimos constantemente”.

Ante esto, la oligarquía no puede constituir un liderazgo político “firme y durable”, reflexionó el diplomático para quien el derrotero de Henrique Capriles se parece al de varios de sus pares de la derecha argentina, pese a lo que reconoció que se trata de una oligarquía que, “históricamente, contó con la capacidad de hacer tambalear gobiernos”.

A la hora de explicar por qué el proceso bolivariano pudo soportar tantos embates, Martínez citó la “incapacidad política de la oposición para entender la coyuntura regional”, la politización y “fuerte vocación democrática” alcanzada, “gracias a la revolución”, por sectores sociales que no se sienten representados por el chavismo ni la derecha, pero asimismo, porque “siguen existiendo unas fuerzas armadas que tienen, en su esencia y ADN, una vocación democrática incuestionable, más allá de las presiones y operaciones constantes que sufren”.

Tras lo que insistió en que “las Fuerzas Armadas Bolivarianas tienen un fuerte compromiso con la revolución, saben que el proceso bolivariano, con todas sus dificultades, es el camino para construir la justicia social con igualdad y equidad”.

Y recalcó que “uno de los objetivos que busca el imperialismo yanqui y la oligarquía parasitaria es evitar que se llega a las elecciones de octubre, porque aún con todo el quilombo que hay en Venezuela, con la guerra económica que está afectando a la población, el chavismo se impondría una vez más en las urnas”.




El rol de EE.UU. y sus aliados



Atilio Borón coincidió con el embajador cuando remarcó “el claro papel organizador de EE.UU. en la estrategia continental que busca derribar el proceso de integración regional y abrir paso a la restauración conservadora”.

Para el politólogo esta situación se debe “a un cambio fundamental en la geopolítica mundial” vinculado a la pérdida de posiciones de Washington que “enfrenta problemas insolubles en Medio Oriente donde creó un monstruo que no pueden controlar: el Estado Islámico” y añadió que el principal síntoma de su debilitamiento se manifiesta en que necesita negociar con otros actores internacionales salidas o soluciones ante los distintos conflictos, algo que  históricamente resolvieron a su manera.

Tras lo que detalló que “Israel juega su propio juego en Medio Oriente, la crisis en Ucrania se desmadra, Putin anula la política de EE.UU. en Europa y China lo hace en extremo Oriente”, lo que configura un mapa en el que “necesita recuperar su influencia en América Latina”.

Y recalcó que “cuando a EE.UU. se le cae la estantería a nivel mundial, la presión sobre los procesos latinoamericanos crece drásticamente”, por lo que “no es casual el sacudón que le dieron a Dilma, que se vio obligada a entregar parte de su gabinete a la derecha ni que intenten avanzar sobre Venezuela y Argentina”.

Por su parte, el Secretario General del Partido Comunista de Argentina, Patricio Echegaray, destacó que “la coyuntura nacional y regional es compleja y difícil, por lo que es muy importante alcanzar altos niveles de unidad, organización y movilización para derrotar a las derechas”.

Después aseveró que, en Argentina, “tenemos una dificultad doble: la que proviene de la oposición política que se mueve dentro del plan desestabilizador comandado por EE.UU.” pero también “tenemos una línea de sucesión que puede marcar, definidamente, un retroceso conservador en el país”.

Por lo que tras advertir que “debemos estar preparados para ver como los métodos de intervención se perfeccionan y crecen los recursos destinados por Washington”, puntualizó que “la pelea es dura y compleja” y coincidió con Martínez cuando señaló que “se puede ganar a condición de que se tome la calle, que haya movilización y unidad del movimiento popular”.

Y fue contundente cuando instó a “insistir en las dos grandes tradiciones de nuestro Partido: la movilización y la unidad”, ya que “hay que sacar lo más valioso de nuestra mejor tradición para esta gran batalla patriótica y antiimperialista que debemos dar para mantener abierto el proceso latinoamericano y, para ello, tenemos que mantener abierto el proceso argentino”.

Porque “está claro que los procesos deben ser profundizados, pero solo podrán serlo a condición de que se mantengan abiertos”, insistió Echegaray y concluyó recalcando que “si el imperialismo logra anularlos, vamos a sufrir importantes retrocesos”.




El plan en territorio venezolano



El intento golpista de febrero se proponía el magnicidio, la reedición de las guarimbas y el bombardeo de edificios estatales y de Telesur, al tiempo que “los oficiales implicados, tenían el pasaporte listo para huir a Miami”, puntualizó el embajador de Venezuela que recalcó que, quienes lo pergeñaron, “desconocen claramente la capacidad movilizadora de la Revolución Bolivariana”.

Al respecto, fue claro cuando reflexionó que EE.UU. “no logra interpretar los grados de cohesión que alcanza el chavismo ante cada ataque” y añadió que “las contradicciones o diferencias desaparecen ante cada intento desestabilizador”, por lo que “los altos niveles de unidad de la revolución, es una de la garantías con las que contamos para seguir adelante”.

Y no dudó cuando recalcó que “para no ser derrotados, el pueblo movilizado tiene que ganar las calles”, porque “ese es el certificado de garantía que mantendrá vivo al proceso regional y latinoamericano, y que será la barrera de contención para desbaratar los intentos de golpes en Argentina y Venezuela”.

Fuente: PCA/Solidnet/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
Correo: pcvmirandasrp@gmail.com 

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