Páginas

lunes, 18 de mayo de 2015

URSS-RUSIA:LA GRAN BANDERA DE LA VICTORIA SE DESPLIEGA POR EL MUNDO LLEVANDO LA VERDAD EN EL 70 ANIVERSARIO DE LA VICTORIA SOVIÈTICA SOBRE LA ALEMANIA NAZI Y SU EJÈRCITO


La Bandera de la Gran Victoria
G.A.Ziugánov
Presidente del CC del PCFR,

Dirigente del Grupo del PCFR

en la Duma Estatal


¡Estimados camaradas! ¡Amigos y compañeros de lucha!

70-triunfo-sobre-nazi
La Bandera de la Gran Victoria colocada sobre el Reichstag. Demostraciòn gràfica de que fueron la URSS, el Ejèrcito Rojo, el Partido Comunista Bolchevique de la URSS, y los Partidos Comunistas y aliados de la Resistencia en los Paìses de la Europa ocupada quienes derrotaron a la bestia parda nazi y a su ejèrcito.La Historia no podrà ser cambiada.
¡Nos complace saludarles en Moscú en estos días de mayo, cuando celebramos el 70 Aniversario de la Victoria del pueblo soviético sobre la Alemania fascista en la Gran Guerra Patria de 1941-1945!

Toda persona honesta en cualquier rincón del mundo reconoce que el papel decisivo en la derrota de la Alemania nazi lo desempeñaron la valentía de los guerreros del Ejército Rojo y el heroísmo masivo de todo el pueblo soviético. La Unión Soviética soportó el principal peso de la lucha contra el hitlerismo. E hizo el decisivo aporte a la derrota del Japón militarista asegurando de esta manera la terminación de la Segunda Guerra Mundial.

En el momento de la agresión contra la URSS los ocupantes fascistas alemanes ya habìan conquistado  a casi toda la Europa continental. Ni un solo Estado burgués pudo hacer nada contra la máquina bélica de Hitler. Incuso Francia, uno de los Estados más avanzados del mundo, se doblegó ante los ocupantes en apenas 40 días. Solamente la Unión Soviética, que construía el socialismo, fue la que: primero resistió a la agresión del Wehrmacht y, luego, quebrantó la columna vertebral de la bestia fascista. Únicamente el poder soviético bajo la dirección del partido bolchevique fue capaz de organizar la resistencia frente al poderoso enemigo y conducir a su pueblo hacia la victoria.

No es casual que el Mariscal de la Unión Soviética G.K.Zhúkov escribió que: "Como resultado de la influencia del modo de vida soviético, el ingente trabajo educativo del partido en nuestro país se formó un hombre convencido ideológicamente de la justeza de su causa, hondamente consciente de su responsabilidad personal por el destino de la Patria." Fue precisamente el hombre soviético educado por el Partido Comunista quien se convirtió en la fuerza principal que venció al fascismo. Es igualmente justo decir que los Comunistas fueron la vanguardia de la resistencia antifascista en los países sojuzgados por los hitlerianos.

Dentro de dos años vamos a celebrar el 100 Aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre. Su bandera roja fue izada sobre el Reichstag en mayo de 1945. No fue pura casualidad.  Como expresó el destacado periodista y hombre público norteamericano John Reed, en octubre de 1917 en Rusia se produjeron acontecimientos que “conmovieron al mundo”. Cambió nuestro planeta. Por primera vez en la historia apareció el Estado de obreros y campesinos que eliminaron la explotación del hombre por el hombre.

La Rusia soviética se levantó rápidamente de las ruinas dejadas por la Guerra Civil y la intervención extranjera de los 14 Estados. En plazos muy breves la URSS creó la ciencia y la educación modernas y sobre su base el modelo económico avanzado. La industrialización hizo una gran cosa. Los ritmos de crecimiento promedio de los bienes industriales durante los años 1930 fueron constantemente de 16,5%. Fue un verdadero milagro económico. Durante los primeros dos quinquenios estalinianos fue creado un extraordinario potencial. La productividad de trabajo se duplicó. En 1937, el 80% de los bienes industriales de la URSS se produjeron en las nuevas empresas.

Históricamente, la industria alemana fue muchos más desarrollada que la de Rusia anteriormente agraria. Pero los científicos, ingenieros y obreros lograron crear los sistemas de armamentos que no tenía Hitler. La victoria de la Unión Soviética sobre el fascismo fue victoria de las ideas del humanismo, de las ideas del progreso sobre las oscuras fuerzas del mal, sobre la ideología misantrópica. En febrero de 1946, I.V. Stalin tuvo todas las razones para escribir que: "Tras las ilustrativas lecciones de la guerra ninguno de los escépticos se atrevería ya a expresar dudas en cuanto a la vitalidad del régimen social socialista. Ahora se trata de que el régimen soviético…es la mejor forma de organización de la sociedad."

El gran heroísmo en los frentes de batalla continuó con la proeza de la restauración de la economía nacional destruida por la guerra. A pesar de todos los sufrimientos de ese período, la Unión Soviética creó las bases del escudo nuclear-coheteril que defiende seguramente al mundo contra una tercera guerra mundial. Un salto intelectual cualitativo de la sociedad en el período de preguerra encontró su desarrollo en la multiplicación del potencial industrial y científico-educativo en los años 1950-70.

La victoria de la Unión Soviética en la Gran Guerra Patria, el rápido renacimiento del país de la ruinas de posguerra, la entrada de los nuevos Estados en la vía de la construcción del socialismo, el vuelo espacial de Yuri Gagarin, la participación activa de la URSS en la liquidación del sistema colonial mundial confirmaron convincentemente las ventajas del socialismo. Y las dificultades que enfrentaron la Unión Soviética y sus aliados más cercanos en la década de los 1980 eran indudablemente superables. El papel decisivo en la destrucción de URSS lo jugó sin duda alguna la traición de Gorbachov y sus allegados. Sin aquellos acontecimientos dramáticos la fisionomía del mundo sería completamente diferente.

Mundo moderno: características clave

Al hablar del 70 aniversario de la Gran Victoria sobre el fascismo tenemos que recordar las causas que engendraron al fascismo. Ya en 1916, V.I. Lenin en su obra «El imperialismo como fase superior del capitalismo” mostró que antes de los principios del siglo XX el capitalismo agotó su carácter progresista. La Primera Guerra Mundial evidenciaba que el capitalismo se convirtió en un fenómeno totalmente reaccionario.

El camino de las potencias imperialistas es camino de la explotación despiadada de los trabajadores, del colonialismo y saqueo a los pueblos. Es el camino del apoyo a las fuerzas políticas más reaccionarias y la conservación de los modelos económicos más primitivos. Y, por fin, es el camino de las incesantes guerras sangrientas. Ese camino de los Estados imperialistas está sembrado de muchos millones de vidas humanas y sufrimientos humanos incalculables.

Hoy, al explorar la historia de la Humanidad desde el siglo XXI vemos con claridad que el capitalismo simplemente desconoce las otras vías. Es incapaz de cambiarse hacia lo mejor. Las pruebas de ello son Yugoslavia e Iraq, Afganistán y Libia, Siria y Ucrania. En los últimos años todos estos Estados fueron víctimas de la acrecentada agresividad del imperialismo norteamericano.

Esa agresividad la entendemos muy bien. Ya durante un siglo en el planeta se desarrolla la crisis general del capitalismo. Al final del siglo XX, la agudeza de esa crisis fue aminorada temporalmente por la desintegración de la URSS y del sistema de los países socialistas en la Europa del Este. En manos del capital, ante todo el norteamericano, cayeron ingentes recursos. La coyuntura global también cambió a favor de los países occidentales: disminuyó el número de competidores fuertes. Pero apenas transcurrieron dos decenios el mundo volvió a caer en la vorágine de una crisis. Se manifestaron de nuevo las contradicciones sistémicas entre el carácter social de la producción y la forma privada de apropiación.

La crisis actual abarca a todo el mundo. 
Esta crisis, junto con las finanzas y la economía afecta también al sector energético y de materias primas. Se hacen cada vez más agudos los problemas del medio ambiente. La crisis ha empezado a adquirir las características de estructural. Las dos crisis anteriores de semejantes dimensiones desembocaron en dos guerras mundiales.

Al examinar atentamente las tendencias de los últimos decenios, el PCFR ha definido la forma moderna del imperialismo como globalismo. Sí, los procesos integracionistas en el mundo tienen carácter objetivo global. La Humanidad se desarrolla por la vía de unidad cada vez más estrecha y universal. En estos momentos, esos procesos se aceleran extraordinariamente a tenor del progreso tecnológico impetuoso y de los medios de comunicación. Una nueva etapa de la revolución científico-técnica abre ante la Humanidad las posibilidades colosales del crecimiento económico y progreso social. Sin embargo, la permanencia del capitalismo deforma el proceso de desarrollo mundial, agudiza las contradicciones. El imperialismo y el globalismo son formas reaccionarias, deformadas, de integración mundial.

Hoy, el centro imperialista incluye a EEUU y varios Estados europeos. Son ellos los que se apropian de la parte leonina de la riqueza global recurriendo al saqueo de otros pueblos. La colonización de los paìses formalmente independientes por parte del gran capital se hace hoy utilizando tales métodos como la creciente espiral de endeudamiento, creación de las zonas financieras offshore, operaciones de las agencias de ranking.

Con el objeto de continuar la concentración del capital se utiliza activamente la privatización, se destruyen las funciones sociales del Estado. Aumentó bruscamente la significación de especulaciones financieras. La plusvalía se traslada cada vez más de la esfera productiva a los bolsillos de los monstruos financieros. Son elocuentes es este caso los ejemplos de EEUU, Unión Europea y Japón.

El Partido Comunista de la Federaciòn Rusa_PCFR considera que la hegemonía financiera del capitalismo provoca el despilfarro de las fuerzas productivas. Se profundiza el reparto extremadamente injusto de los ingresos entre el capital y el trabajo. Crece el desempleo. Degrada la situación social.

El capitalismo es incapaz de asegurar el desarrollo socio-económico a largo plazo en condiciones del entorno natural del hábitat de la humanidad. El afán de maximizar la acumulación del capital destruye el medio ambiente.

Los acontecimientos producidos en nuestro planeta confirman la certeza del análisis marxista-leninista.  
La norma de ganancia tiende a caer y el capitalismo lucha contra ello con todos los medios: exacerbación de la explotación, especulaciones financieras, aventuras militares. Es patente la naturaleza depredadora del capital.

Hace dos años, en el curso de las labores del XV Congreso del PCFR nuestro partido hizo un análisis detallado de la situación en el mundo moderno. Sus características clave son las siguientes:

1. Afirmación del globalismo como forma moderna del imperialismo.

2. Ofensiva amplia y generalizada del capital contra los derechos de los trabajadores.

3. Activismo creciente del imperialismo en la palestra internacional, aumento de los conflictos militares y la creciente amenaza de una nueva gran guerra, de caràcter mundial, global.

4. Crisis económico-financiera global que anuncia una nueva fase de la descomposición del capitalismo.

5. Crecimiento rápido de varios paìses emergentes que lanzan el desafío a la hegemonía del imperialismo norteamericano.

6. Consolidación del movimiento obrero y popular; activación de los Partidos Comunistas tras la crisis del movimiento Comunista al final del siglo XX.

7. Crecimiento del papel del Socialismo como alternativa imprescindible y única al capitalismo.

8. La apuesta cada vez más abierta del capital oligárquico-financiero por las fuerzas más reaccionarias y bestiales.

La justeza de esas estimaciones se confirma cada día. El capital sigue empujando al mundo hacia un conflicto militar global. Las condiciones para una nueva guerra mundial son formadas por tres grupos de contradicciones: 
1-- entre los países desarrollados; 
2--entre el núcleo imperialista y la periferia mundial; 
3--entre las ambiciones del capital financiero global y los intereses nacionales de los países, incluidos los desarrollados.

Al desplegar su política neocolonial las principales potencias practican activamente el terrorismo de Estado. Están formando de hecho gobiernos títeres y los imponen a los países más débiles a despecho de la voluntad de las masas populares. El último ejemplo demostrativo y trágico es el destino de Ucrania.

Ucrania, víctima del terrorismo de Estado

En febrero del año pasado en Kiev se perpetró el golpe de Estado. Fue provocado en muchos aspectos por los círculos gobernantes de EEUU y sus aliados de la OTAN. Largo tiempo la política del Occidente en cuanto a Ucrania tenía carácter de una burda intromisión en los asuntos internos de un Estado soberano. Se manifestó aun en los tiempos del primer Maydán de 2004. Entonces el resultado de la intromisión exterior fue el ascenso al poder del presidente pronorteamericano Yushenko. Hoy Washington no oculta su papel en la crisis ucraniana: la vice secretaria del Estado de EEUU V.Nuland declaró abiertamente que Washington gastó no menos de cinco mil millones de dólares para reforzar su influencia en Ucrania.

La política agresiva de los círculos banderistas no solamente goza del total apoyo de EEUU. Los titiriteros foráneos de las autoridades kievlianas no solamente se apoderan de los recursos naturales y el mercado de Ucrania. La propia Ucrania la convierten en un ariete contra Rusia, destruyendo activamente los lazos multiseculares entre nuestros pueblos hermanos.

El golpe de Estado en Kiev fue de vital importancia para Estados Unidos. La inmensa deuda externa de más de 18 billones de dólares le empuja a Estados Unidos a las aventuras en la solución de sus problemas internos. Para la dirigencia de Estados Unidos el ascenso de las fuerzas reaccionarias al poder en ese país  (Ucrania) y la provocación de la guerra civil significan resolver simultáneamente varias tareas. a) Crean allí un foco de tensión que disminuiría las ventajas competitivas de Europa, b) debilitarían a Rusia y c) serviría como el detonante de una eventual guerra de grandes dimensiones.

El conflicto en Ucrania le permite a Estados Unidos crear condiciones para “asfixiar en sus abrazos”, con una mayor fuerza, a los países de Europa Occidental. Las sanciones contra Rusia tienen el efecto de rebote también para la economía de la Unión Europea. Washington lo aprovecha para para lograr su anhelo antiguo: mantener bajo su control el mercado europeo.

La política de Poroshenko-Yatseniuk lleva a la economía nacional de Ucrania a la quiebra, la pérdida de los últimos restos de la independencia de ese país. A pesar de que en Ucrania hay muchos profesionales talentosos y bien preparados, en el gobierno ya están ubicados con posiciones dominantes, decisivas, ciudadanos extranjeros. Estos mismos son más numerosos entre diferente tipos de asesores. En esencia, ya se formaliza el estatus colonial de la ex república soviética.  Al mismo tiempo, se realiza la incorporación de Ucrania en el bloque agresivo militar de la OTAN.

En esas condiciones, el PCFR respaldó hace un año la reunificación de Crimea y Sebastopol con Rusia. En este caso se trata del respaldo al amplio movimiento popular antifascista. Por su carácter el movimiento masivo de los ciudadanos de Crimea era completamente soviético, y los resultados del referéndum totalmente democrático son irrefutables.

Al mismo tiempo, fiel a su posición antifascista, el PCFR presta ayuda sistemática a las Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk. Somos el Partido que presta constantemente su ayuda humanitaria al pueblo de Novorrusia que es víctima del neonazismo en Ucrania. Enviamos allí 35 convoyes de camiones con ayuda humanitaria, en primer lugar, alimentos y medicamentos. Según opina el PCFR, ahora en Novorrusia se libra la lucha de liberación nacional de su población contra el régimen banderista oligárquico en Kiev. Exigimos que la dirigencia de Rusia reconozca la independencia de la RP de Donetsk y la RP de Lugansk tomando en consideración los resultados de los referéndums que allí tuvieron lugar.

Consideramos que la dura situación actual en Ucrania es resultado de un serio fracaso de las autoridades rusas. De hecho, dieron  carta blanca para la actividad de EEUU que creó centenares de “organizaciones no gubernamentales”, “centros de investigación” y “medios de comunicación independientes”. La cúpula dirigente de Rusia limitó las preocupaciones sobre las relaciones con Ucrania a solamente lo relacionado con el problema de la tubería de gas. En realidad hubo una componenda entre la oligarquía rusa y ucraniana en el marco de la cual se debilitaban los lazos multiseculares entre nuestros pueblos. El carácter clasista de la política exterior rusa se manifestó en este caso en la plena medida.

Es natural y se debe entender que el apoyo del PCFR a una serie de decisiones políticas de la dirigencia rusa no significa de ninguna manera que respaldemos en general su política y rumbo económico. Estamos convencidos de que la crisis en Rusia no surgió como resultado de las sanciones internacionales ni por la caída de los precios mundiales del petróleo, o por la combinaciòn de ambos factores.. Esa crisis económica es resultado de la política liberal de largo plazo dirigida a satisfacer los apetitos de la oligarquía especulativa y propietaria de materias primas rusas a expensas de las amplias capas de la población. Un ejemplo ilustrativo: para apoyar a los bancos, en los últimos meses las autoridades de Rusia destinaron casi dos billones de rublos, y para sustentar a la industria solamente unos 20 mil millones.


¡Digamos no a la reacción y el fascismo!

En la víspera del 70 aniversario de la victoria sobre la Alemania hitleriana, el imperialismo mundial apostó en Ucrania por las fuerzas nacionalistas más radicales y fascistas. Lamentablemente, no hay nada de nuevo. No fue ayer que el Occidente se puso en la vía de la rehabilitación latente de los nazis. Ya a mediados de los años 2000, la APCE adoptó la Resolución №1481 que llamaba a denunciar a los “regímenes comunistas totalitarios” en Europa. Ya entonces fue claro que no solamente era el odio hacia la Unión Soviética. Era elemento de la revancha fascista. Hoy, el “renacimiento pardo” se convierte en la parte integrante de la realidad europea cotidiana. No podemos cerrar los ojos ante ello.

Históricamente el imperialismo existe en sus dos modalidades: liberal y dictatorial-fascista. Se diferencian por la forma del régimen político, pero la base económica es la misma. Todo imperialismo resuelve la tarea de la multiplicación del capital explotando a los países y pueblos enteros. Como muestra la práctica, el liberalismo se transforma fácilmente en el fascismo.

Hoy la Humanidad debe hacer una opción excepcionalmente responsable. a) recordando la Gran Victoria en mayo de 1945, dirá un “no” decidido a la restauración fascista; b) o, de no hacerlo, de no dar ese no rotundo al fascismo, el imperialismo sumirá el mundo en la vorágine de un nuevo conflicto bélico. La tarea de las fuerzas progresistas es unirse en la lucha contra las amenazas que originan las fuerzas de la reacción y el neofascismo.

La situación de la Federación Rusa es muy complicada. 
La victoria de la contrarrevolución y la instauración del régimen burgués significaron para el país numerosas calamidades y destrucciones colosales. Muchos sectores de economía fueron rechazados para varios decenios atrás. En los últimos 15 años el número de trabajadores industriales se redujo en 2 millones. En el capital nacional dominan dos sectores: el de materias primas y exportación y el bancario. Otros sectores de economía, sobre todo altamente científicos, han sido destruìdos sin piedad con la complicidad directa de las transnacionales. Los que sufrieron más fueron los sectores que eran más competitivos en el mercado mundial. Al convertirse en el apéndice de materias primas del Occidente, Rusia perdió su independencia económica y seguridad nacional.

El PCFR evalúa el capitalismo restaurado en Rusia como regresivo y parasitario, oligárquico y comparador. Como consecuencia de ello, no es vital y està condenado históricamente. La integración en el sistema del “capitalismo global” desembocó en el sojuzgamiento del país por el capital global.

El capitalismo como fue hace un siglo dividió nuestro país en dos clases principales, opuestas: la burguesía y el proletariado. La estratificación de la sociedad rusa fue llevada hasta una insólita polarización de los ingresos. Casi un tercio de habitantes de Rusia viven en la zona de pobreza.

En condiciones del poder omnímodo de la propiedad privada la clase obrera de nuestro país volvió a ser explotada y oprimida. Por ello está objetivamente interesada en la reconstrucción socialista de Rusia. En octubre de 2014, el Pleno del CC del PCFR estudió muy atentamente el tema del trabajo del partido entre el proletariado. En el afianzamiento de sus vínculos con la clase obrera y demás capas proletarias vemos la garantía de la materialización exitosa del objetivo programático del PCFR: la construcción del socialismo renovado.

Nuestro partido entiende bien que: solamente al formar la conciencia clasista proletaria de la mayoría de los obreros, la formaremos también en las capas sociales que le son cercanas. Es de vital importancia para nosotros una sólida alianza de la clase obrera industrial, los proletarios de trabajo intelectual, el campesinado trabajador, las capas semiproletarias de la ciudad y el campo y del sector de la pequeña empresa. En la aguda confrontación con el gran capital solamente esa alianza permitirà neutralizar a las “capas superiores” de la pequeña burguesía y la burguesía media, y asegurará un paso seguro hacia el socialismo en la contienda contra la gran burguesía.

La experiencia del Gran Octubre nos indicará el camino

Una importante experiencia de la lucha pacífica y no pacífica por el socialismo nos dio la Gran Revolución Socialista de Octubre. En 2017 vamos a celebrar su 100 Aniversario. Es una fecha destacada. Requiere un trabajo preparatorio largo y esmerado. En marzo de este año, empezamos ese trabajo. La herencia revolucionaria del Gran Octubre y las tareas del PCFR constituyeron el centro de atención del último Pleno del Comité Central del partido.

Como hace cien años, la cúpula burocrática-oligárquica gobernante en Rusia no es capaz de sacar el país de la crisis. En el empalme de los siglos XX-XXI, la clase gobernante de Rusia trata de llevar a cabo la línea de “convergencia de las elites”, de fusión con la oligarquía mundial. Para hacerlo en Rusia se implementaban por fuerza reformas liberales, se desmontaban paso a paso las conquistas del socialismo.

Al tropezar con la agresión de los imperialistas occidentales, la dirigencia rusa y la oligarquía se han visto desorientadas y divididas. Una parte, al ver la amenaza a sus capitales, intentó resistir. La otra parte, para salvar su situación está lista a aniquilar definitivamente la soberanía de Rusia. Los dos grupos se hallan distanciados de los intereses de los trabajadores. El principal peso de una profunda crisis socio-económica recae sobre los hombros de las masas populares.

La Rusia moderna heredó del socialismo soviético una poderosa economía. 
Pero el régimen actual no supo conservar los logros de antaño. Para justificar su propia ineficiencia, los círculos gobernantes y sus criados ideológicos vierten torrentes de lodo sobre el pasado soviético. El antisovietismo es la seña distintiva del régimen gobernante de Rusia. El PCFR lucha contra ese fenómeno de una manera perseverante. Guardamos la memoria sagrada del aporte singular del pueblo soviético a la civilización humana. Esa herencia es una importante arma nuestra en la lucha contra el enemigo de clase.

El PCFR está consciente de que la restauración capitalista rechazó, retrasò, enviò a Rusia a una situaciòn en la cual estuvo hace  muchos años atrás. Estamos convencidos de que tendremos que recorrer una vez más el camino de Octubre. Nuestra importantísima herencia es la práctica única de los pioneros del socialismo. Con toda seguridad podemos colocar aquí en el primer lugar las experiencias de restauración de la economía nacional. Los bolcheviques resolvieron esa tarea muy compleja en dos ocasiones.

La tarea del PCFR es volver a poner a Rusia en la vía del socialismo. 
Para ello tenderemos que vencer la ruina económica actual y alcanzar a los países que nos han adelantado. Para movilizar al pueblo en la resolución de esa complicadísima tarea mañana tenemos que ganar ya hoy la más amplia confianza popular. Debemos convencer a la clase obrera, ingenieros, científicos, maestros, a todos los trabajadores de que somos capaces de ser la vanguardia de las grandes transformaciones.

Por consiguiente, nuestro partido elaboró el Programa anticrisis y lo está propagandizando activamente. En calidad de la medida primordial en la lucha contra la crisis exigimos formar el gobierno de confianza popular. El grupo del PCFR en la Duma Estatal elaboró y presentó iniciativas legislativas sobre la nueva política industrial, la nacionalización, las garantías sociales de los trabajadores. Con el fin de fortalecer sus posiciones en la sociedad venimos ampliando el arsenal del potencial propagandístico del partido, usamos tecnologías de avanzada. Se registró oficialmente y empezó a emitir programas el canal de TV del partido “Línea roja”. Es el segundo año que funciona el Centro de educación política del CC del partido, donde se forman nuestros jóvenes Camaradas. Se despliega un trabajo esmerado para denunciar las falsificaciones de la historia soviética.

Al transcurrir 100 años desde la victoria del Gran Octubre, los partidarios de la reforma del país, sobre la base de la justicia social, han atesorado una rica experiencia de luchas y victorias. A las nuevas generaciones de luchadores por la paz les inspiran los nombres de Carlos Marx y Federico Engels, Vladímir Lenin y José Stalin, Ernst Thälmann y Gueorgui Dimitrov, Gueorgui Zhúkov y Kosntantín Rokossovski, Serguei Koroliov y Yuri Gagarin, Ernesto Che Guevara y Fidel Castro, Ho Chi Min y Salvador Allende, Daniel Ortega y Hugo Chávez. La luz de la Bandera Roja del Gran Octubre y la Gran Victoria sobre el fascismo se repite en el romanticismo de la Revolución Cubana, en los actuales éxitos de China y Vietnam, en el avance consecutivo de la modesta y laboriosa Bielorrusia, en la América Latina cada vez más roja.

Según el convencimiento del PCFR, solamente el socialismo puede dar una alternativa real, no utópico-reaccionaria al “orden mundial” global. En esta relación una particular significación tiene la unidad de la lucha de clases de los trabajadores por la liberación social con la lucha de los pueblos por la independencia, el desarrollo autóctono, democrático y libre. En esa lucha las fuerzas progresistas del mundo deben estar juntas.  En aras de lograr sus objetivos es necesaria la unidad de las organizaciones juveniles, femeninas, sindicales, ecologistas y otras organizaciones, de todas las asociaciones, uniones que luchan por la paz y amistad de los pueblos, por la justicia y el progreso social.

Los comunistas rusos están seguros que al consolidar su unidad, las fuerzas progresistas del mundo son capaces de atribuir una amplia envergadura al movimiento antiimperialista.

--Por la emancipación del trabajo de la explotación y la justicia social.

--Por el internacionalismo y patriotismo como valores fundamentales de la convivencia humana e internacional. --Contra el chovinismo y cosmopolitismo.

--Por la independencia nacional y estatal.

--Por el respeto a los derechos humanos, tanto cívicos y políticos como sociales y económicos: el derecho al trabajo y descanso, la educación y asistencia médica, al seguro social.

--Por la libertad de expresión e información. Contra el totalitarismo informativo y cultural imperialista.

--Por la protección del medio ambiente contra el efecto destructivo del “consumismo” y la división del trabajo internacional actual.

--Por el derecho del pueblo a la insurrección, a la autodefensa contra la agresión y la lucha armada contra los opresores e intervencionistas.

Contra el terrorismo internacional. Por la diferenciación --exacta del terrorismo y de la lucha de liberación nacional.

--Contra la discriminación racial y nacional, de todas las formas de apartheid.

--Contra el yugo de la deuda.

--Por la liquidación del control policial totalitario sobre el individuo.

--Por el desmantelamiento de los bloques político-militares agresivos.

Todas estas son las tareas de lucha del amplio frente de las fuerzas antiimperialistas, auténticamente democráticas.

Nos vemos obligados a lograr éxito, a unir los esfuerzos de la clase obrera, el campesinado trabajador, los intelectuales democráticos, luchadores por la liberación nacional.

¡70 años de la victoria sobre el fascismo y el venidero 100 Aniversario del Gran Octubre es un buen estímulo para continuar nuestra causa común, para la mirada optimista al futuro, para estar seguros de nuestras victorias nuevas!

Fuente: PCFR/Solidnet/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
Correo: pcemirandasrp@gmail.com 

No hay comentarios:

Publicar un comentario