La crónica de una muerte anunciada por la violencia y la represión estatal, que reconoce al pueblo como enemigo cuando exige sus derechos
Discurso de la Secretaria General del Partido Comunista de Grecia, camarada Aleka Papariga, en el gran mitin de Atenas el 8 de Diciembre por el asesinato del estudiante Alexandros Grigoropoulos a manos de la policía
Queridos camaradas:
Ayer, sin dejarnos llevar por las pasiones pero conscientes y con emoción, ira e indignación, decidimos realizar esta protesta militante, debido a que en tal momento, cuando un estudiante, sentado en la plaza, es asesinado por un policía, la respuesta debe ser masiva, política y organizada. La muerte de Alexander es un asesinato, y no es un caso aislado ni accidental. Es la crónica de una muerte anunciada por la violencia y la represión estatal, que reconoce al pueblo como enemigo cuando exige sus derechos, y odia la huelga, la manifestación, la ocupación y cualquier forma de lucha.
El protagonista de este mitin es Alexander, a quien hemos llegado a conocer desgraciadamente en el momento de su muerte. Pero esta manifestación también está dedicada a todos aquellos griegos e inmigrantes, trabajadores, víctimas de la explotación y la guerra, que han sentido la violencia policial en sus carnes, a quienes se han enfrentado al vendaval de chantaje e intimidación. Esta manifestación también está dedicada a los estudiantes de escuela y universidad que son perseguidos porque exigen una educación gratuita y pública, porque se enfrentan a la amenaza de los tribunales y la fiscalía de pedir a sus padres y profesores que les espíen y denuncien. También la dedicamos a los refugiados perseguidos por la violencia política y la intervención militar en sus países, a todos los refugiados y otros prisioneros que se han enfrentado físicamente al martirio causado por los oficiales de policía.
Dedicamos esta manifestación a las víctimas de la falta de explicaciones de los patrones a los trabajadores y a los trabajadores fallecidos por los accidentes laborales. Los accidentes laborales también son un asesinato.
Dedicamos nuestra lucha a todo inmigrante paquistaní que se ha convertido en víctima del más salvaje secuestro, no por dinero sino por presión política e intimidación.
Todos los trabajadores, todos los empleados, pequeños comerciantes y campesinos pobres deben unirse a la protesta, pero también tomar una posición clara de que tienen derecho a la huelga, derecho a ocupar, derecho a cualquier tipo de lucha masiva que se decida. Todos son necesarios, más que nunca ahora que se prepara un fiero ataque contra los más populares derechos a las condiciones de vida, educación y salud. No se puede consensuar, no se puede dialogar con quienes son responsables de ello y preparan nuevos proyectos impopulares. No hay perdón para quienes gobernaron ayer y hoy derraman “lágrimas de cocodrilo”.
Nos escandaliza que el PASOK y Nueva Democracia intenten hacerse mutuamente responsables de las muertes violentas. No importa si cuando gobernaba el PASOK había una o dos muertes de manifestantes más que ahora con Nueva Democracia en el gobierno. Lo que importa es que utilizan la violencia, las prácticas legislativas y el chantaje, para golpear al movimiento organizado y al luchador espontáneo.
Cuando hay violencia ante el luchador, es seguro que afectará también a todos los que no están interesados en la política. La violencia no tiene límites, así la muerte no es accidental.
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