Por: Jerónimo Carrera
En la historia conocida del conjunto de la humanidad, creo que se puede asegurar que entre las fechas de mayor trascendencia hay que destacar la del 14 de Julio, jornada inicial del estallido de protestas populares de la que todos conocemos como la Gran Revolución Francesa, del año 1789, y de la cual en una forma u otra han derivado una serie de movimientos revolucionarios en muchas otras partes del mundo.
Para nosotros los venezolanos, por ejemplo, esa revolución es de una significación invalorable, puesto que de ella provino de manera ostensible nuestra propia revolución independentista iniciada en el año de 1810, cuyo bicentenario habrá de celebrarse el año próximo en Venezuela con muy particular relieve.
Como todos sabemos, también en varios otros países hermanos, tales como Ecuador, Argentina, Chile y la Nueva Granada (hoy Colombia), hubo estallidos similares, con una simultaneidad que sin duda fue uno de los factores decisivos para su éxito definitivo, lo que es una gran lección para nuestros intentos actuales de liberarnos de la dominación del imperialismo yanqui.
Además, aunque este hecho histórico es poco tomado en cuenta por nuestros aburguesados historiadores, quizás debido a remanentes de sentimientos de índole racista, acá influyó directamente la revolución haitiana que se había adelantado a la nuestra. Puesto que Haití era colonia bajo la monarquía francesa, al estallar la revolución en la metrópolis todos sus postulados de libertad e igualdad fueron tomados por los negros esclavos de esa colonia, quienes proclamaron su propia república en 1803.
Como verdaderos revolucionarios, ellos propagaron sus ideas lo más que pudieron en su vecindario. Mucho antes que Inglaterra, y por motivación muy diferente, Haití ayudó a la causa de la liberación de Venezuela de la corona española.
Por otra parte, entre los numerosos casos de influencia de esa gran revolución ocurrida en Francia, hay también algunos de índole personal, es decir, sobre notables personajes históricos. Y para nosotros el más importante es el de Simón Bolívar, nuestro gran Libertador. Fue, exactamente, tras de su viaje a París, en 1804, desde España, y reencontrarse allí con ese extraordinario hombre revolucionario que era Simón Rodríguez, que Bolívar se impregnó del pensamiento de izquierda que en la revolución francesa había propugnado Gracus Babeuf.
Pero aún más, sin esa revolución Napoleón Bonaparte no hubiera sido otra cosa que un simple cabo o a lo más sargento, al servicio de Luis XVI, y nunca el emperador Napoleón I cuyos ejércitos hasta invadieron España en 1808, así desatando la serie de hechos que en 1810 llevaron a los súbditos que en nuestros países americanos tenía la corona española a sublevarse y proclamar finalmente su independencia.
El propio Bolívar en cierta ocasión lo dijo claramente, sin esos sucesos seguramente él no hubiera pasado de ser quizás un alcalde de San Mateo, donde tenía su magnífica hacienda en la zona que es actualmente el Estado Aragua de nuestra República Bolivariana.
Podemos igualmente afirmar que la otra gran revolución que en tiempos modernos ha tenido la humanidad, que es la de 1917 en Rusia, conocida como la Gran Revolución de Octubre, protagonizada por los obreros, campesinos y soldados, provino de la francesa de 1789. Sus orígenes ideológicos están en Karl Marx, nacido y formado a orillas del Rin, como quien dice en el vecindario mismo, donde también luego vivió por un buen tiempo Vladimir Ilich Lenin, genial discípulo de Marx.
Sin duda, para la humanidad la fecha del 14 de Julio ha sido y es trascendental…!
Fuente: PrensaPopular Solidaria_ComunistasMiranda
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
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