09 noviembre 2012
EL 95 ANIVERSARIO DEL GRAN OCTUBRE
Jose Sotomayor 2007
"Hace 90 años, el 7 de noviembre de 1917 la clase obrera del imperio zarista tomó por asalto el Palacio de Invierno e instauró el Poder soviético, como órgano de la dictadura del proletariado. Esta gran revolución abrió una nueva época en la historia universal, la época del imperialismo y la revolución proletaria.
Desde 1915 ya se advertía un flujo de los conflictos sociales y un empeoramiento notable de la situación de la clase obrera. Se agravó el malestar entre las masas trabajadoras en general, sobre cuyos hombros caía todo el peso de la guerra. El movimiento huelguístico alcanzó un verdadero auge, realizándose huelgas de gran envergadura, que alcanzaron un definido carácter político bajo las consignas revolucionarias de ¡Abajo la guerra! ¡Abajo la autocracia! La Rusia de los zares se encontraba ad portas de una situación revolucionaria.
LA GRAN REVOLUCION DE OCTUBRE
Bajo la influencia del movimiento obrero, el campesinado también se puso en pie de lucha. Empobrecidos y sumidos en la miseria, los campesinos se sumaron a las grandes movilizaciones contra la guerra. La crisis revolucionaria maduró rápidamente, con sus tres signos señalados por Lenin: las clases dominantes ya no podían gobernar como antes, y las masas trabajadoras y explotadas tampoco querían vivir al viejo modo. Como respuesta a esta situación el zarismo preparó una ofensiva violenta contra las masas revolucionarias. Pero ninguna de sus planes y complots tuvieron éxito ni pudieron detener el avance vertiginoso de la revolución. Las grandes acciones de las masas empobrecidas desbarataban todos los complots del zarismo y la burguesía.
Durante el mes de febrero de 1917, el movimiento revolucionario creció rápidamente, y más de 30 mil obreros paralizaron las grandes fábricas de Petrogrado, y poco después eran más de 200 mil los que celebraban mítines revolucionarios. El día 25 de este mismo mes se realizó una huelga política general y la policía llenó las cárceles con bolcheviques y otros obreros; pero al día siguiente cayó en manos de los obreros insurrectos la barriada de Viborg, permitiendo a los obreros apoderarse de los arsenales y armarse. El días 27 las tropas de Petrogrado se pasaron al lado de los insurrectos. Poco después, el zarismo dejó de tener la fuerza y capacidad necesarias para detener la insurrección armada revolucionaria dirigida por el Partido de Lenin. El 27 de febrero (12 de marzo en el calendario gregoriano) triunfó la revolución, pero no fueron los obreros y campesinos los que recibieron los frutos de la victoria. Nació un Gobierno Provisional bajo la presidencia de un gran terrateniente, el príncipe Lvov. Al caracterizar a este gobierno, Lenin dijo:
“Son los representantes de una nueva clase llegada al Poder, la clase de los grandes terratenientes capitalistas y de la burguesía, que desde hace largo tiempo dirige económicamente nuestro país…”.
Lo importante, sin embargo, era que desde los primeros días, después del triunfo de la revolución, se crearon los Soviets de diputados obreros en toda Rusia, con el Soviet de diputados obreros y soldados de Petrogrado como centro dirigente. Se trataba de un segundo Gobierno que tenía en sus manos la fuerza armada de la revolución, formada por la Guardia Roja. Esta dualidad de poderes no podía prolongarse indefinidamente.
Pronto el Gobierno Provisional demostró, por su mismo carácter de clase, que estaba incapacitado para dar “la paz, el pan ni la plena libertad” que las masas populares esperaban. Aseguró a las potencias aliadas que estaba dispuesto a conservar la tierra en manos de los terratenientes, y las fábricas y talleres en manos de los capitalistas, dejando intacto el viejo aparato estatal y respetando todos los privilegios patrimoniales y de casta de la nobleza.
Las Tesis de Abril
El retorno de Lenin a Rusia a comienzos de abril de 1917 tuvo una enorme importancia. El 4 de ese mes en una reunión de los bolcheviques expuso sus célebres Tesis de Abril. Estas históricas Tesis señalaban que “la peculiaridad del momento actual en Rusia consiste en el paso de la primera etapa de la revolución, que ha dado el Poder a la burguesía…a su segunda etapa, que pondrá el Poder en manos del proletariado y de los campesinos pobres”.
Es importante recordar que ya en 1905 Lenin elaboró su teoría de la transformación de la revolución democrático burguesa en revolución socialista y la posibilidad del triunfo del socialismo en un solo país por separado. En sus Tesis de Abril, Lenin proponía sustituir la República democrática por la República de los Soviets, lanzando la consigna de: ¡República de los Soviets de Diputados Obreros, Jornaleros del Campo y Campesinos, en todo el país, de abajo arriba! ¡Ningún apoyo al Gobierno Provisional!
Las grandes acciones de masas del mes de Abril señalaron el comienzo de la crisis del Gobierno Provisional, al mismo tiempo que aumentaba la influencia de los bolcheviques en los Soviets y estos se liberaban de la influencia de los mencheviques y socialrevolucionarios. Son célebres las palabras de Lenin, en el Primer Congreso de los Soviets de toda Rusia, dando respuesta al menchevique Tssereseli, quien negaba la existencia de un partido que pudiera decir: entregadme el poder y marchaos. La respuesta del Jefe de la Revolución de Octubre fue contundente: “!Si, lo hay… el Partido nuestro no renuncia y está dispuesto en todo instante a hacerse cargo de él inmediatamente”.
El 4 de julio se realizó una gran manifestación en Petrogrado, con la participación de más de medio millón de personas. Cerraron todas las fábricas y una Comisión de 90 delegados se presentó ante el Comité Ejecutivo Central elegido por el Primero Congreso de los Soviets y le exigieron que declarase el paso de todo el Poder a manos de los Soviets. En la arde de ese mismo día, mencheviques y social revolucionarios organizaban el aplastamiento de la manifestación, trayendo tropas del frente y unidades de cosacos que realizaron una verdadera matanza de manifestantes. El odio de la contrarrevolución fue particularmente feroz contra los bolcheviques. Lenin se vio obligado a pasar a la clandestinidad y permanecer varias semanas en una choza ocultándose de sus perseguidores porque el Gobierno ordenó su detención y su entrega a los tribunales. El mismo Partido bolchevique se vio obligado a pasar a la semilegalidad.
Los sucesos de 3 al 5 de julio de 1917 cambiaron la situación de toda Rusia y los Soviet quedaron reducidos a la impotencia. Ante este viraje, Lenin opinó y escribió “Ahora ya no es posible el desarrollo pacífico de la revolución en Rusia, y el problema que la Historia nos plantea es el siguiente: la victoria completa de la contrarrevolución, o una nueva revolución”. Y su consigna fue ¡Todo el Poder a los Soviets!
Ante los bolcheviques se planteó la tarea inaplazable de conseguir la mayoría en los Soviets y convertirlos en auténticos órganos de la insurrección. Sin esta mayoría no podía ponerse en práctica la consigna de poner fin a la dualidad de poderes y concentrarlos totalmente en los Soviets. Le tocó al VI Congreso del Partido bolchevique, reunido el 26 de julio y estando en la clandestinidad Lenin, analizar la situación política en base al informe presentado por Stalin, líder bolchevique que manifestó: “por su carácter la revolución se está convirtiendo en una revolución obrera socialista”. Dijo también “la única ruta hacia la victoria de esta revolución es preparar y realizar la insurrección armada”. Refutando a trotskistas y bujarinistas, Stalin afirmó:
“No está descartada la posibilidad de que sea precisamente Rusia el país que rompa la marcha hacia el socialismo… Hay que rechazar esa idea caduca de que solo Europa puede señalarnos el camino”.
El triunfo de la insurrección armada
La gran importancia del VI Congreso del Partido Bolchevique es que acordó la insurrección armada y preparó al Partido hacia la revolución proletaria. Desde su refugio en Helsingfords (Finlandia), Lenin dirigió al Comité Central dos cartas históricas: “Los bolcheviques deben tomar el Poder” y “El marxismo y la insurrección”. A excepción de Kamenev todo el Comité Central aprobó las recomendaciones y directivas de Lenin, cuya ausencia desde lo sucesos del mes de julio duró hasta el 10 de Octubre, fecha en la cual, en una reunión del Comité Central del Partido Bolchevique, informó sobre la preparación de la insurrección armada, señalando que debía tratarse sobre el plazo y su preparación en el sentido militar y técnico. En una segunda reunión, el Comité Central eligió un Centro del Partido encargado de la dirección práctica de la insurrección, poniendo a Stalin a la cabeza.
Conforme al plan elaborado por el Centro, los destacamentos armados de obreros primero se apoderaron de los establecimientos públicos y después fueron ocupados la estación de Teléfonos, el Banco del Estado, los Correos y Telégrafos y las estaciones de ferrocarril. Los cañonazos del acorazado Aurora fueron dirigidos sobre el Palacio de Invierno, último refugio del Poder burgués, ocupado por las fuerzas revolucionarias en la mañana del 25 de Octubre, poniendo en fuga a Kerenski.
A las 10 de la mañana del 25 de Octubre (7 de Noviembre) el Comité Militar Revolucionario en un mensaje escrito por Lenin decía:
“El Gobierno Provisional ha sido depuesto. El Poder del Estado ha pasado a manos del órgano del Soviet de Diputados, Obreros y Soldados de Petrogrado: el Comité Militar Revolucionario que encabeza el proletariado y la guarnición de Petrogrado.
La causa por la que el pueblo ha luchado: el ofrecimiento inmediato de una paz democrática, la abolición de la propiedad de los terratenientes sobre la tierra, el control obrero sobre la producción, la creación de un Gobierno Soviético, está asegurada”.
“! Viva la revolución de los obreros, campesinos y soldados!"
Al amanecer del 26 de Octubre (8 de noviembre) el Congreso de los Soviets aprobó la histórica transmisión de todo el Poder a los Soviets. En la segunda sesión de ese mismo día, Lenin fue recibido con aplausos estruendosos y en medio de un gran júbilo. En esa ocasión hizo público el esperado Decreto de la paz.
SIGNIFICADO y ENSEÑANZAS HISTORICO DEL GRAN OCTUBRE
En el Compendio de la Historia el Partido Comunista (b) de la URSS se dice textualmente una verdad incontrovertible:
“La historia del Partido bolchevique nos enseña, ante todo, que el triunfo de la revolución proletaria, el triunfo de la dictadura del proletariado es imposible sin un partido revolucionario del proletariado, libre de oportunismo, intransigente frente a los oportunistas y capituladotes y revolucionario frente a la burguesía y al Poder de su Estado”.
El rol del Partido del proletariado
El proletariado ruso no hubiera podido cumplir su misión histórica si no tenía una dirección revolucionaria. Pero esta dirección solo puede darla un Partido proletario de nuevo tipo, construido de acuerdo a la doctrina leninista de edificación partidaria, “capaz de preparar al proletariado para los combates decisivos contra la burguesía y de organizar el triunfo de la revolución proletaria”.
El revisionismo contemporáneo, que se impuso en la inmensa mayoría de los Partidos comunistas del mundo después del XX Congreso del PCUS, los convirtió en partidos socialdemócratas, partidarios intransigentes de la “vía pacífica” o parlamentaria hacia la conquista del Poder del Estado. Con el pretexto de que el Campo socialista era más fuerte que el Campo capitalista imperialista, rechazaron las enseñanzas del Gran Octubre y siguieron la senda trajinada por la socialdemocracia internacional. Partidos de renegados que siguieron incondicionalmente a su Partido padre, a cambio de los “alimentos” que recibían.
El triunfo de la Gran Revolución de Octubre nos enseña que el Partido de los bolcheviques dirigidos por Lenin, pudo cumplir la hazaña histórica de la conquista del Poder, porque era poseedor de la ciencia marxista leninista, una guía infalible para la acción revolucionaria, en las condiciones más difíciles y complejas. Los bolcheviques pudieron conducir a las grandes masas a la toma del poder porque poseían la fuerza teórica invencible del marxismo leninismo. Esto quiere decir “QUE SOLO UN PARTIDO QUE POSEE LA TEORIA MARXISTA LENINISTA PUEDE AVANZAR CON PASO FIRME Y CONDUCIR HACIA ADELANTE A LA CLASE OBRERA”.
El marxismo leninismo: una guía para la acción
Lenin y los bolcheviques nunca consideraron al marxismo leninismo como “un conjunto de dogmas, como un catecismo, como un símbolo de fe”, sino como lo que es, “la ciencia del desarrollo de la sociedad, la ciencia del movimiento obrero, la ciencia de la revolución proletaria, la ciencia de la edificación de la sociedad comunista”. Y por eso supieron desarrollarla y perfeccionarla de acuerdo a los nuevos acontecimientos y nuevas experiencias. Por eso supieron reemplazar tesis y conclusiones caducas por otras nuevas, con arreglo a los cambios surgidos en la realidad objetiva, teniendo presente que “EL MARXISMO LENINISMO NO ES UN DOGMA SINO UNA GUIA PARA LA ACCION”.
Una confirmación rotunda del leninismo
La Gran Revolución de Octubre confirmó en forma rotunda el carácter científico de la doctrina de Lenin sobre la transformación de la revolución democrático burguesa en revolución socialista, en países con rezagos feudales por no haber realizado una revolución para liquidarlos: una revolución burguesa o democrático burguesa. Esta confirmación práctica de la teoría leninista, constituye un serio leves y desmentido categórico a las especulaciones de Trotsky sobre una revolución puramente socialista, “obrera”, “sin etapas” y “permanente” en la Rusia de los zares.
El significado histórico de la Gran Revolución de Octubre es inmenso y universal. Constituyó un verdadero viraje desde la sociedad de clases, de explotación del hombre por el hombre, a la sociedad socialista, sin explotados ni explotadores. Nació un mundo nuevo, opuesto al viejo mundo de pobres y ricos, explotados y explotadores. Es cierto que esta nueva sociedad ha sufrido un revés con la restauración transitoria del capitalismo; pero su retorno es inevitable.
La Gran Revolución de Octubre emancipó a los pueblos oprimidos del inmenso imperio de zares y los puso en pie de lucha por la edificación de una nueva sociedad, la sociedad socialista. Esta Gran Revolución mostró a la clase obrera y a los pueblos de todo el mundo el camino de su liberación.
LA INTERVENCION EXTRANJERA
El triunfo de la revolución proletaria en la sexta parte del mundo provocó la ira de los países capitalistas. Desde 1918 comenzó la intervención imperialista internacional en alianza con los terratenientes y la burguesía de Rusia, con el propósito de derribar del Poder Soviético. Para estas fuerzas reaccionarias no se debía permitir que se consolidara el Estado socialista porque lo consideraban un peligroso foco de la revolución mundial proletaria. Y, además, tenían grandes capitales invertidos en Rusia y no estaban dispuestos a perderlos. Francia e Inglaterra, integrantes de la Entente, tenían proyectos para crear sus propias esferas de influencia en ese enorme país, y después de la derrota de Alemania se sintieron con las fuerzas suficientes para cumplir sus propósitos.
La derrota de los intervencionistas
Le tocó al Partido de los bolchevique poner en pié a obreros, campesinos y pueblo en general para la primera guerra patria, contra los invasores imperialistas y sus aliados internos. El Ejército Rojo, unido estrechamente al pueblo aplastaron uno tras otro a todos los secuaces de la las potencias que salieron triunfantes en la Primera Guerra mundial. Los ejércitos intervencionistas de Kolchak, Yudénich, Denikin, Krasnov y Wrangel fueron arrojados del territorio soviético, terminando la agresión armada imperialista en forma aplastante. Sin embargo, las clases dominantes derrocadas en la revolución, que habían colaborado con los ejércitos intervencionistas, iniciaron de inmediato acciones terroristas contra la República de los Soviet. Los partidos de estas clases quedaron desenmascarados como contrarrevolucionarios y fueron rechazados por los obreros, campesinos y todo el pueblo.
Las causas y razones por las cuales el Poder soviético venció a las fuerzas coaligadas de la intervención imperialista anglo-franco-japonesa, teniendo el Ejército Rojo deficiencias considerables, están expuestas en forma clara y profunda, como corresponde a una análisis marxista leninista, en el Compendio de la Historia del Partido Comunista (b) de la URSS, prohibido por el revisionismo jruschovista. Lo decisivo para la derrota de los intervencionistas estuvo en que no contaban con el apoyo y la simpatía de los pueblos de Rusia. Se enfrentó a un Ejército “abnegado y fiel sin reservas” a su pueblo. Por eso los bolcheviques pudieron convertir a su vasto territorio en un verdadero campamento de guerra que sostuvo al Ejército Rojo hasta su victoria final.
DEL COMUNISMO DE GUERRA A LA NEP
La situación extremadamente difícil creada por la intervención extranjera y la consiguiente guerra civil, obligaron al Poder Soviético a tomar medidas excepcionales. A la nacionalización de la gran industria tuvo que agregarse la nacionalización de las empresas medianas y pequeñas; se prohibió el comercio privado y se estableció la entrega obligatoria al Estado, de todos los excedentes de víveres a precio de tasa. Además se estableció el trabajo general obligatorio. Esta política denominada “comunismo de guerra” desempeñó un rol de gran importancia en la derrota de las fuerzas intervencionistas y contrarrevolucionarias, al mismo tiempo que consolidó y fortaleció al joven Poder Soviético. Sin embargo, una vez alcanzada la victoria sobre los enemigos de la revolución socialista, se hizo necesario poner fin a este “comunismo de guerra”.
Por acuerdo del X Congreso del Partido Bolchevique realizado en 1921, se pasó a la aplicación de la “Nueva Política Económica” o NEP, cuyo objetivo era superar el comunismo de guerra, que fue necesario en las circunstancias impuestas por la guerra civil y el bloqueo. Era claro que la política de contingentación se había convertido en un lastre que debía eliminarse sustituyéndolo con el impuesto en especie, con el fin de dar al campesino la oportunidad de disponer libremente de la mayor parte de su producción. De este modo se estimuló el incremento de la producción de cereales y otros cultivos necesarios para la industria. Además, el Partido Bolchevique comprendió que la NEP estimularía la circulación de las mercancías y, como consecuencia, mejoraría el abastecimiento de las ciudades, sentando las bases para una alianza de los obreros con los campesinos.
Lenin y los bolcheviques entendían que la NEP constituía un repliegue provisional para acumular fuerzas. Pero la oposición, especialmente los trotskistas pretendían hacer de la NEP una retirada porque lo que perseguían era restaurar el capitalismo. Un año después, en el XI Congreso del PC(b), y ante estas pretensiones de falsificar la NEP, Lenin se vio obligado a declarar que el repliegue había terminado, y que había que preparar la ofensiva contra el capital privado. He aquí sus palabras:
“Durante un año hemos retrocedido. Ahora, debemos declarar, en nombre del Partido: ¡Basta! El objetivo que perseguíamos con nuestro repliegue ha sido alcanzado. Este período toca a su fin o ha finalizado ya. Ahora pasa a primer plano otro objetivo: reagrupar las fuerzas”.
Es necesario subrayar que para Lenin la NEP era una “lucha desesperada, una lucha o vida o muerte, entre capitalismo y el socialismo”, señalando que, para vencer era necesario asegurar los vínculos entre la clase obrera y los campesinos”, entre la industria socialista y la economía campesina, desarrollando por todos los medios el intercambio de mercancías entre la ciudad y el campo. Le tocó al XII Congreso del Partido Bolchevique salir enérgicamente al paso de todos los que pretendían hacer de la NEP un abandono de las posiciones socialistas y entregarse a “las garras del capitalismo”. Trotsky y sus adeptos eran los más enconados intérpretes de la NEP como un retorno al capitalismo, por “la imposibilidad de construir el socialismo en un solo país”.
LA URSS Y LA CONSTRUCCION DEL SOCIALISMO
En el otoño de 1922 Lenin cayó gravemente enfermo, motivo por el cual no pudo asistir al Primer Congreso de los Soviets de toda la Unión, en el cual se acordó la fundación de la unión estatal libremente consentida de los pueblos soviéticos: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS.
La Fundación de la Unión Soviética
Le correspondió a Stalin presentar el Informe sobre la formación de la Unión Soviética, el 30 de diciembre de 1922. El texto de la Declaración y Acuerdo sobre la formación de la Unión de Republicas Socialistas Soviéticas que presentó, fue aprobado por unanimidad. Todas la Repúblicas se agruparon sobre la base de su libre voluntad, con derechos iguales y conservando la libertad de abandonar la URSS. Stalin tiene el enorme e imborrable mérito de la fundación de la URSS y de la elaboración de su primera Constitución.
La fundación de la URSS fue un gran acontecimiento histórico; representó el fortalecimiento y cohesión del Poder Soviético, convertido en el centro aglutinante y brigada de choque del movimiento comunista internacional Por eso el imperialismo internacional y todos los reaccionarios se propusieron destruirla, comenzando con su total aislamiento, después de haber fracasado la intervención armada que perseguía la restauración del Poder derrocado por la Gran Revolución de Octubre.
Lenin solo pudo ver los primeros éxitos de la reconstrucción económica de la Unión Soviética. La muerte sorprendió al más grande revolucionario de todos los tiempos; que consagró su vida entera a la causa del proletariado. Murió el 21 de enero de 1924. “Desde la muerte de Marx, la historia del gran movimiento liberador del proletariado no ha tenido una figura gigante como nuestro difunto jefe, maestro y amigo”, dijo el Comité Central del Partido Bolchevique. Ante los restos del gran conductor y jefe, en nombre del Partido y de todo el pueblo, Stalin pronunció su histórico Juramento, que se convirtió en la bandera que cohesionó a lo mejor y más avanzado de la militancia partidaria, en su lucha por la edificación del socialismo.
La oposición trotskista bujarinista
Después de cuatros años de vigencia, la NEP se encontraba agotada; había cumplido los objetivos para los cuales fue creada. En efecto, la restauración de la economía llegaba a su fin; pero esto no era suficiente; era necesario definir el futuro socialista de la URSS. A todas las preguntas que surgieron con relación a la edificación económica socialista, el Partido respondió en forma afirmativa porque consideraba que estaban dadas todas las condiciones para cumplir esa tarea histórica. Pero los trotskistas adoptaron una posición contraria al Partido, esgrimiendo su teoría de la revolución permanente que negaba la posibilidad de la construcción del socialismo en la URSS. Bujarin, Zinóviev y Kamenev tenían sus teorías propias para negar la posibilidad de esta edificación del socialismo en la URSS, sin que esto fuera obstáculo para la formación de un solo bloque con Trotsky, el más enconado opositor.
La XIV Conferencia del Partido Bolchevique, realizada a fines del mes de abril de 1925, recomendó al Partido “empeñar todos los esfuerzos para edificar la Sociedad Socialista con la certeza de que esta edificación puede alcanzar la victoria, y sin duda la alcanzará, si logra defender al país contra toda clase de tentativas de restauración capitalista”. Era una advertencia a todos los que, siguiendo a Trotsky, afirmaban que la edificación del socialismo en un solo país era imposible porque se trataba de una tarea que solo podía cumplirse a escala internacional, siguiendo los lineamientos de la teoría de la “revolución permanente” trosko-parvusiana, que rechazaba la alianza obrero campesina y la doctrina leninista sobre la transformación de la revolución democrático burguesa en revolución socialista, “etapismo” según los aventureros trotskistas.
El mes de diciembre de 1925 se inició el histórico XIV Congreso del PC(b).En su Informe, Stalin planteó la urgencia de transformar la URSS de país agrario en industrial, para asegurar su independencia económica. La industrialización debía asegurar el desarrollo de la fabricación de medios de producción. A partir de septiembre de 1926, la producción industrial soviética sobrepasó el nivel más alto alcanzado por la Rusia zarista. Esta industrialización tropezó con una tenaz resistencia de los restos de las clases dominantes, apoyados por países capitalistas. Derrotistas y contrarrevolucionarios hicieron un frente único, estimulados por el imperialismo internacional. “Se ha formado una especie de frente único que va desde Chamberlain hasta Trotsky”, dijo Stalin, desenmascarando esta “santa alianza”.
La importancia del XIV Congreso radica en que desenmascaró y extirpo a la “nueva oposición” surgida de la convergencia de las pociones ideológicas de Zinóviev, Kamenev y Trotsky que negaban la posibilidad del triunfo del socialismo en la URSS. En la lucha contra esta “nueva oposición” jugó un rol de gran importancia las obras de Stalin, “Fundamentos del Leninismo” y “Cuestiones del leninismo”, en las que se denuncia y desenmascara los intentos de suplantar el leninismo por el trotskismo. El estudio de estas obras sirvió para la formación de los cuadros del PC (b) de la URSS y su lucha contra el trotskismo y otros contrarrevolucionarios.
El núcleo leninista del P.C.; (b) encabezado por Stalin tuvo que librar una enconada lucha contra la “nueva oposición”. Trotskistas y bujarinistas utilizaron todos los medios en su lucha contra el Poder soviético y los bolcheviques: anécdotas difamatorias, intrigas, chantajes, calumnias y amenazas, ensañándose especialmente contra Stalin, cuyos méritos imborrables se resumen en tres cuestiones fundamentales:
1.- Defendió, desarrolló y aplicó creadoramente el marxismo leninismo en su lucha contra la Oposición y la Nueva Oposición, permitiendo consolidar y fortalecer el P.C.(b) y dar respuesta acertada a los complejos problemas de la época;
2.- Hizo de la teoría marxista leninista una auténtica “guía para la acción revolucionaria” en todas las etapas de la lucha. Por eso, pudo culminar victoriosamente la edificación del socialismo y derrotar en forma aplastante la agresión nazifascista en la Segunda Guerra Mundial;
3.- Supo unir magistralmente la teoría científica marxista leninista con la práctica de las grandes masas trabajadoras. Esta auténtica línea de masas le permitió al P.C.(b) cumplir con honor sus objetivos históricos, destruidos por la traición revisionista.
Sin la contundente derrota ideológica de los grupos capitaneados por Trotsky, Bujarin, Zinoviev y Kamenev, hubiera sido imposible la construcción del socialismo en la URSS Las tesis y teorías de estos empedernidos contrarrevolucionarios, eran totalmente ajenas al marxismo leninismo; eran aplaudidas por la burguesía internacional porque ideológicamente les pertenecía, eran una variedad de su propia ideología.
Los Planes Quinquenales
Los avances en la industrialización socialista de la URSS eran notorios, pero la agricultura permanecía muy atrasada. El fraccionamiento de las tierras del campesinado impedía un alto rendimiento en la producción a causa de la imposibilidad de emplear en ellas máquinas y todos los avances de la técnica y la ciencia. Este fraccionamiento que comenzó en 1918, prosiguió durante los años sucesivos hasta la aprobación del Primer Plan quinquenal en la XVI Conferencia del P.C,(b) de la URSS, realizada en abril de 1929. Las tareas planteadas por este Plan se cumplieron en forma anticipada, gracias principalmente a la gigantesca movilización de masas que encabezaron los bolcheviques. Al año de 1929 se le conoce en la historia de la URSS como el año del gran viraje.
Junto al ascenso del trabajo de las masas obreras, surgió un gran movimiento campesino por la organización y el trabajo en las granjas colectivas o “koljos” y sus estaciones de máquinas y tractores. El año de 1929 comenzaron a ingresar a los koljoses aldeas enteras. Este año fue de enormes éxitos del socialismo, tanto en la industria como en la agricultura, mientras en los países capitalistas se desencadenaba una crisis económica sin precedentes, lanzando al paro a más de 24 millones de obreros. La respuesta de la burguesía a esta catástrofe fue la represión y la preparación de una nueva guerra mundial para otro reparto del mundo, al mismo tiempo que lanzaba bramidos sobre “el peligro bolchevique”, “el bolchevismo, enemigo de la civilización”, etc. etc.
Es oportuno señalar que entre 1930 a 1932 fueron descubiertos varios grupos contrarrevolucionarios bujarinistas y trotskistas, que estaban vinculados a los servicios de espionaje de la Alemania nazi, como se demostró en los procesos de Moscú de los años 1936-1938. Hitler preparaba a sus huestes para la Segunda Guerra Mundial y el trotskismo se puso a sus órdenes.
Los altos ritmos en el desarrollo de la industria y la agricultura, permitieron que el Primer Plan Quinquenal se cumpliera en cuatro (4) años. Quedaron construidos los cimientos de la economía socialista y se produjo un mejoramiento enorme de la situación material de todos los trabajadores soviéticos. La victoria de este histórico Plan constituyó la liberación del yugo de la explotación de la clase obrera y de los campesinos de la URSS, DEMOSTRANDO QUE ES ABSOLUTAMENTE POSIBLE LA CONSTRUCCION DEL SOCIALISMO EN UN SOLO PAIS, como lo dijo Stalin en el Pleno del Comité Central del P.C.(b) de la URSS el 7 de enero de 1933.
El XVII Congreso del Partido Bolchevique, aprobó el Segundo Plan Quinquenal (1933-1937), cuyos objetivos generales se proponían dar cima a la reconstrucción técnica de toda la economía y elevar la capacidad defensiva de la URSS, ante la intensificación del peligro bélico a causa del ascenso del nazismo al Poder en Alemania. Este Plan, como el anterior, se cumplió anticipadamente, en cuatro (4) años y tres (3) meses, lo que puso a la Unión Soviética delante de Francia, Inglaterra y Alemania en el volumen de la producción industrial. Solo la Central Hidroeléctrica del Dnieper, producía el año de 1936 más energía eléctrica que toda la Rusia zarista.
A mediados de 1937 la industria capitalista mundial alcanzó en conjunto, el 96% del nivel del año 1929, en tanto que la Unión Soviética en ese mismo período llegó al 428 %. Esto demuestra que realizaba con todo éxito la edificación del socialismo, conforme a sus planes quinquenales. Nuevos gigantes industriales entraban en acción, el canal Volga-Don, el Metro de Moscú, etc. etc. La industria de maquinaria triplicó la correspondiente a la Rusia zarista en 1913. Por la producción de tractores la URSS pasó a ocupar el primer lugar en Europa y por la producción de máquinas segadoras-trilladoras, el primer lugar en el mundo La producción de automóviles aumentó ocho (8) veces en cinco años. Se reconstruyó el transporte.
Los dos Planes Quinquenales stalinianos colectivizaron y reconstruyeron técnicamente la agricultura, transformándola en la más grande y mecanizada del mundo. Sin embargo, cambió radicalmente la correlación entre la industria y la agricultura. En 1913 a la agricultura le correspondía el 57.9 % y a la industria el 42.1 % de la producción; en 1937 a la agricultura solo le correspondía el 22.6 y a la industria 77.4%.En dos Planes quinquenales la URSS se convirtió en una gran potencia industrial socialista, cuyo poderío sería puesto a prueba en la Segunda Guerra Mundial. En esta gesta jugó un rol importante el movimiento stajanovista que impulsó a las masas al dominio de la nueva técnica. “La técnica sin hombres que la dominen- dijo Stalin- es una cosa muerta. La técnica con hombres al frente que la dominen puede y debe hacer milagros”.
En el XVIII Congreso del Partido Bolchevique, realizado el mes de marzo de 1939 se aprobó el Tercer Plan Quinquenal cuyo cumplimiento aseguró un gran incremento de la economía soviética, prosiguiendo con la acelerada industrialización de la URSS y creando la posibilidad de aumentar el consumo del pueblo en dos veces. Estas grandes realizaciones se alcanzaron pese al cerco capitalista que exigían el reforzamiento de la defensa del país y realizar fuertes inversiones para fortalecer su Ejército, su Marina y su Flota Aérea.
Revolución Cultural en la URSS
Los Planes Quinquenales stalinianos realizaron una gran Revolución en el campo de la Cultura. El aumento considerable del nivel de vida de los trabajadores crearon bases sólidas para un verdadero auge de la cultura soviética. Se implantó la instrucción primaria general y obligatoria. En 20 años se construyeron más escuelas que en 200 años en la Rusia zarista. El número de estudiantes en las escuelas superiores sobrepasó al de 23 países capitalistas. Los pueblos que carecían de alfabeto propio lo recibieron, crearon su literatura y su propia intelectualidad. El tiraje de los periódicos aumento 14 veces con relación a la Rusia zarista, y tan solo en 1936 aparecieron 183 millones de ejemplares de diversos libros en las lenguas de los diversos pueblos de la URSS y el número de intelectuales alcanzó a 9 millones 600 mil en el Segundo Plan Quinquenal, cuyo objetivo era elevar el nivel cultural y técnico de la clase obrera, hasta el nivel de los ingenieros y técnicos.
La ciencia estuvo estrechamente vinculada con la práctica de la construcción socialista. Papanin y Stajanov fueron auténticos innovadores de la ciencia asociándola estrechamente con la práctica. Un desarrollo considerable alcanzaron la agronomía, la física, las matemáticas, la fisiología y las demás ciencias. Los nombres de Muchurin, Pavlov y Vinogradov son bien conocidos. El socialismo fue el terreno fértil para el florecimiento de la literatura y el arte, que tuvo en el realismo socialista su método propio. Un papel destacado en el desarrollo de la literatura soviética tuvo el gran escritor revolucionario, Máximo Gorki junto al poeta V.V. Maiakovski. Entre las obras literarias más destacadas debemos citar las siguientes. El “Don Apacible” y “Campos Roturados” de Sholojov, “La derrota” y “El Ultimo de Udege” de Fadeev, “Chapaev” de Furmanov, “El Torrente de Hierro” de Serafimovich, “Balada de Opanas” de Bragritski y otras como “Así se forjó el acero” y “Nacidos por la Tempestad” de Nicolás Ostrovski.
Un gran progreso alcanzaron el teatro y la música en todas las Repúblicas soviéticas. Escritores, poetas, cantores, actores y músicos gozaron de gran respeto y cariño por el pueblo soviético.
LA GRAN GUERRA PATRIA DE LA URSS
El XVIII congreso del P.C.(b) de la URSS realizado en marzo de 1939, aprobó el Tercer Plan Quinquenal que se proponía alcanzar y superar a los países capitalistas más desarrollados en la producción por habitante, pero fue interrumpido por la agresión de la Alemania hitleriana. En su Informe Stalin, al ocuparse de la situación internacional afirmó:
“Así, pues, la guerra, que se ha acercado de una manera solapada a los pueblos, ha arrastrado a su órbita a más de 500 millones de seres, extendiendo su campo de acción en un inmenso territorio, desde Tien tsin, Shanghai y Cantón, hasta Gibraltar, pasando por Abisinia”.
“La nueva guerra imperialista es ya un hecho”.
Un necesario Pacto de no Agresión
Ante esa situación el Gobierno Soviético inició conversaciones con representantes de Inglaterra y Francia con el fin de concertar una alianza contra la agresión fascista en Europa. Es sabido que estas conversaciones no prosperaron ni tuvieron éxito a causa de la doblez de estos países que trataban por lo bajo de entenderse con Hitler para que agrediera a la Unión Soviética. Fue en esta situación que el gobierno soviético aceptó suscribir un Pacto de No Agresión que le propuso la Alemania nazi. Al respecto, en su discurso del 3 de julio de 1941, después de la agresión fascista a la URSS, Stalin dijo:
“Pueden preguntarnos: ¿cómo ha podido ocurrir que el Gobierno Soviético se haya avenido a concertar un pacto de no agresión con gente tan felona y monstruosa como Hitler y Ribbentrop?…Un Pacto de no agresión es un tratado de paz entre dos países. Tal pacto, precisamente, nos propuso Alemania en 1939. ¿Podía el Gobierno Soviético rechazar esta proposición? Yo creo que ningún país pacífico puede rechazar un tratado de paz con una potencia vecina, incluso cuando esa potencia está encabezada por unos monstruos y caníbales como Hitler y Ribbentrop. Pero, naturalmente, bajo una sola condición, cuando ese tratado de paz no atente ni directa ni indirectamente contra la integridad territorial, la soberanía y el honor del país pacífico. Como es sabido, el pacto de no agresión entre Alemania y la URSS ha sido, precisamente, un pacto de esta clase”.
El Partido y el Gobierno, exigían que la capacidad defensiva de la URSS aumentara rápidamente por todos los medios. En 1941 la Unión Soviética ya era una gran potencia socialista. El cumplimiento de los Planes quinquenales le otorgó todas las premisas materiales y técnicas para derrotar a cualquier agresor. De otro lado, el Gobierno soviético sabía que el tratado de no agresión suscrito con Alemania, tendría poca duración; pero aprovechó al máximo los casi dos años que duró, para reforzar al máximo todas sus fuerzas armadas y su industria de guerra. En junio de 1941 la Unión Soviética comenzó la Gran Guerra Patria contra las fuerzas armadas del imperialismo más reaccionario, el fascismo alemán, que tenía bajo su bota a toda Europa y el control total de su población y su economía, tanto civil como de guerra. Este es el potencial económico y militar al que tuvo que enfrentarse la Unión Soviética sola, durante 3 años.
La URSS repele la agresión nazifascista
En estas condiciones, extraordinariamente difíciles, el P.C.(b) bajo la dirección de Stalin, dio ejemplo de gran sabiduría marxista leninista, voluntad indoblegable, valor y dominio de la ciencia militar revolucionaria, méritos que el revisionismo jruschovista ha difamado con sus aviesas mentiras. El 16 de agosto de 1941, el C.C. del PC (b) de la URSS y el Gobierno Soviético aprobaron el Plan Económico Militar, cuya aplicación dispuso el traslado de la industria de guerra a las zonas orientales del país para ponerlas a salvo de las hordas hitlerianas. Su cumplimiento constituye una verdadera proeza capaz de ser realizada solo por bolcheviques. Durante tres (3) meses fueron trasladadas a las zonas orientales 1360 grandes empresas, principalmente las de la industria de guerra.
Es necesario recalcar que, durante la guerra, la producción de la industria socialista cubrió ampliamente las necesidades de las fuerzas armadas soviéticas hasta asegurar su victoria. En lo que se refiere a la agricultura, hay que reconocer que los Koljoses cumplieron dignamente sus tareas, participando como una fuerza económica y política en la derrota de los fascistas invasores del país soviético.
Surge el interrogante ¿a qué se debió la fuerza invencible de la Unión Soviética? Con relación a esta pregunta, en su conocido discurso del 9 de febrero de 1946, Stalin dijo:
“Ante todo nuestra victoria significa que ha triunfado nuestro sistema soviético, que ha resistido la prueba del fuego de la guerra y ha demostrado su completa capacidad vital”. En efecto este sistema permitió que la URSS contara con todas las posibilidades materiales para satisfacer las exigencias de una guerra jamás vista en la historia. “Para soportar el golpe de semejante enemigo, (la Alemania nazi) para poderlo resistir e infringirle después una derrota completa, era necesario poseer, además del heroísmo sin límites de nuestras tropas, armamento moderno en cantidad suficiente y abastecimientos bien organizados, también en cantidad suficiente”.
En la extremadamente difícil prueba de la guerra, triunfó el sistema socialista sobre el sistema capitalista; triunfó la Unión Soviética sobre la Alemania nazi. La transformación histórica del primer país socialista se realizó en los Planes quinquenal stalinianos. Fue en estos quinquenios que el Partido preparó al pueblo para que hiciera prodigios de heroísmo tanto en el trabajo como en el campo de batalla. Solo el socialismo triunfante en la URSS pudo realizar semejante hazaña. Al quedar suprimida la propiedad privada de los instrumentos y medios de producción, se puso fin a la explotación del hombre por el hombre, base sólida de la unidad política y moral de los pueblos soviéticos, y fundamento de una monolítica cohesión, capaz de destruir a cualquier enemigo. Sin embargo, no puede olvidarse el rol de enorme importancia jugado por la acertada dirección de la guerra. Desmintiendo categóricamente al renegado Krushev que en su “Discurso secreto” nos presente un Stalin incompetente que dirigía las acciones bélicas utilizando un globo, el Mariscal Vassilievski, ha escrito lo siguiente:
“Stalin entró de forma duradera en la historia militar. Su mérito indudable fue que bajo su dirección inmediata, en tanto que comandante supremo, La Fuerzas armadas soviéticas se mantuvieron con firmeza en las campañas defensivas y cumplieron brillantemente todas las operaciones ofensivas. Pero, tanto como yo puede advertir, nunca habló de sus méritos".
Por su parte el Mariscal Zuckov, en sus Memorias y Reflexiones, dice lo siguiente:
“Stalin poseía una enorme inteligencia natural, pero también conocimientos asombrosamente vastos. Tuve la ocasión de observar su capacidad de pensamiento analítico durante las sesiones del Buró Político, del Comité del Estado de la Defensa y en el trabajo permanente en la Stavka. Escuchaba atentamente a todo el que tomaba la palabra, preguntaba a veces, daba réplicas. Y, terminada la discusión, sacaba netamente las conclusiones, hacía el balance”. “Su asombrosa capacidad de trabajo, y de ser capaz de captar rápidamente un tema le permitían estudiar y asimilar en un día una cantidad de hechos de los más variados, lo que exige una capacidad excepcional”.
Refiriéndose al rol de Stalin en la batalla de Moscú, Zukov ha dejado escrito:
“Al frente del Comité Estatal del Defensa y apoyándose en los cuadros dirigentes de los comisariados del pueblo, realizó una ingente labor para organizar las reservas estratégicas y aprestar los recursos materiales y técnicos necesarios. Inexorablemente exigente, puede decirse que consiguió casi lo imposible”.
El Último Congreso del Partido Bolchevique
A comienzos del mes de octubre de 1952 se realizó el XIX Congreso del P.C.(b) de la URSS y el Informe del Comité Central lo presentó G. Malenkov, demostrando con cifras que la reestructuración de la industria en la posguerra, había quedado terminada en 1946 y que el año de 1951 su volumen global reprensaba más del doble del nivel de 1940, año anterior al comienzo de la agresión de la Alemania nazi. El cumplimiento del 4° Plan quinquenal en 1950, aseguró un aumento de la producción industrial en el 73% con relación a 1940, año anterior a la agresión nazi.
Es importante señalar el carácter severamente autocrático de este Informe elaborado con asesoramiento de Stalin. Se dio especial importancia a la lucha ideológica, como se desprende de los siguientes pasajes:
“1). La autocrítica y, sobre todo la crítica desde abajo distan mucho de ser utilizadas en plena medida y en todas las organizaciones del Partido como el método principal de descubrir y subsanar nuestros errores y defectos, nuestras debilidades y dolencias”;
“2) Entre parte de los trabajadores del Partido, de los Soviets, de las organizaciones económicas y otras es aún débil la disciplina del Partido y del Estado”;
“3) La indicación del gran Lenin acerca de que lo principal en el trabajo de organización es la selección acertada de los hombres y la comprobación del cumplimiento de las decisiones, se aplica todavía insatisfactoriamente”;
“4) En muchas organizaciones del Partido se subestima el trabajo ideológico, a consecuencia de lo cual este trabajo queda a la zaga de las tareas del Partido y en algunas organizaciones se encuentra en estado de abandono”.
El Congreso subrayó la necesidad de la lucha ideológica y señaló que el “Partido debe ejercer un papel de importancia al depurar la conciencia de los hombres de la supervivencia del capitalismo, de los prejuicios y de las tradiciones nocivas de la vieja sociedad”. Y para cumplir esta tarea histórica, recomendaba seguir desarrollando en las masas una elevada conciencia del deber social.
El Informe hizo una denuncia enérgica contra “no pocos dirigentes que olvidan que las empresas confiadas a su tutela y dirección pertenecen al Estado y tratan de convertirlas en un feudo propio”. Ante esta situación advirtió que “todo engaño al Partido y al Estado, no importa la forma que adquiera, mediante la ocultación o la deformación de la verdad, no puede por menos de ser considerado como un gravísimo delito ante el Partido”.
Stalin pronunció un breve discurso que conserva plena vigencia, y entre otras cosas, al final del Congreso, dijo:
“Ahora, la burguesía vende por dólares los derechos y la independencia de la nación. La bandera de la independencia nacional y de la soberanía nacional ha sido arrojada por la borda. No cabe duda de que esta bandera tendréis que levantarla vosotros los representantes de los partidos comunistas y democráticos, y llevarla adelante, si queréis ser patriotas, si queréis ser la fuerza dirigente de la nación. Nadie más que vosotros puede levantar esta abandera”.
Cuatro meses después de pronunciado este discurso, el 5 de marzo de 1953, Stalin el gran constructor del socialismo y Jefe Supremo de las Fuerzas Armas de la URSS en la Gran Guerra Patria, dejó de existir. Se produjo un vació irreparable en la jefatura, no solo del P.C.(b) y de la URSS, sino también de todo el movimiento comunista internacional. Así lo ha demostrado el tiempo transcurrido hasta el día de hoy. Y es que los méritos de este genial sucesor de Lenin son tan grandes que ha pasado a la historia como uno de los clásicos del marxismo leninismo junto a Marx, Engels y Lenin. Por eso, cuando nos referimos a los representantes de nuestra doctrina científica, los proletarios revolucionarios de todo el mundo decimos: MARX, ENGELS, LENIN Y STALIN. Todas las mentiras que el imperialismo internacional y sus sirvientes han propalado en el mundo entero para desprestigiarlo y borrarlo de la historia, han terminado escandalosamente como simples farsas bien pagadas, dirigidas ha “demostrar” que en la URSS no hubo socialismo y que Stalin era un criminal maniático que eliminó a millones, solo para perpetuarse en el Poder.
Los acontecimiento que se sucedieron en la URSS después de la muerte de Stalin, son prueba de que la vieja oposición trotskista bujarinista, se reagrupó rápidamente en torno a los elementos que tenía infiltrados en la misma dirección del PCUS, nombre adoptado en lugar del PC(b) de la URSS, desde el XIX Congreso. Esto les permitió preparar y organizar, de acuerdo a sus intereses y tesis capituladoras, el tristemente célebre XX Congreso del PCUS.
LA RESTAURACION DEL CAPITALISMO
Después de la muerte de Stalin, el grupo revisionista de Jruschov, consolidó sus posiciones en el PCUS, comenzando con la eliminación de Beria. El mismo Nikita, en sus Conversaciones con E. Crankshawk, cuenta que tuvo que convencer a Malenkov para que aceptara que esta era la única forma de evitar que se repitiera lo sucedido de los años 1936-1938, es decir, las grandes purgas que limpiaron al Partido. El Informe al XIX Congreso otorgó un papel de enorme importancia a estas depuraciones en el triunfo alcanzado en la Gran Guerra Patria de la URSS.
“A la luz de los resultados de la guerra -dice el Informe- aparece frente a nosotros, con toda su grandeza, la significación de la lucha intransigente que nuestro Partido ha seguido, contra los enemigos del marxismo leninismo, contra los engendros trotskistas bujarinistas, contra los capituladores y traidores que intentaron hacer desviar al Partido de la buena vía y escindir sus filas”. El revisionismo se encargó de contradecir esta verdad histórica y hacer la defensa los entreguistas y capituladores, arrojando al canasto la línea general y las resoluciones del XIX Congreso.
El XX Congreso del PCUS
Una vez conquistada una correlación de fuerzas favorable, los revisionistas contrarrevolucionarios, capitaneados por Nikita Jruschov, convocaron y llevaron adelante su XX Congreso, en febrero de 1956. Este es el Congreso del gran viraje al revisionismo y el abandono radical del marxismo leninismo; el Congreso del antistalinismo furibundo estimulado y aplaudido por el imperialismo internacional y todos los reaccionarios del mundo hasta el día de hoy. Fue en este Congreso que el pancista e intrigante Nikita leyó su “discurso secreto”, inmunda diatriba contra el pasado de la Unión Soviética y el rol histórico de Stalin. Haciendo la defensa descarada de la oposición trotskista bujarinista y presentando a sus integrantes como “honestos comunistas”, condenó los grandes procesos de Moscú de los años 1936-38, que demostraron en forma irrefutable que Trotsky, Bujarin y sus secuaces se habían puesto a órdenes de Hitler, convirtiéndose en despreciables traidores “quintacolumnistas”.
El XX Congreso del PCUS es el Congreso del revisionismo contemporáneo y el antistalinismo con el nombre de “lucha contra el culto a la personalidad”. Sus tesis aprobadas, “con grandes aplausos” y calificadas de “históricas”, constituyen una réplica a la defensa del marxismo leninismo dirigida por Stalin durante los difíciles años de la construcción del socialismo bajo el cerco capitalista y después de la Gran Guerra Patria de la URSS.
Stalin contra el revisionismo
La lucha de Stalin contra el titoismo ha sido justificada en su totalidad. El líder soviético criticó abiertamente el curso oportunista seguido por los comunistas yugoeslavos en la construcción del socialismo, advirtiéndoles que “el PCY está siendo adormecido por la teoría oportunista decadente de la incorporación pacífica de los elementos capitalistas en el socialismo, tomada de Bernstein, Vollmar(revisionistas) y Bujarin”.
A estas críticas constructivas y fraternales de Stalin, el revisionismo titoista contestó airadamente, afirmando que en la Unión Soviética “el pensamiento marxista en los últimos decenios quedó rezagado respecto del desarrollo de la sociedad contemporánea”. Con esta afirmación demagógica se pretendió fundamentar y justificar la llamada “autogestión” o propiedad de grupo en sustitución de la propiedad social de los instrumentos y medios de producción. Esta autogestión “titoista” no podía conducir a la construcción del socialismo en Yugoslavia, sino a la total restauración del capitalismo. Y esto es lo que ocurrió, antes de su desaparición como Estado. Una vez más la historia le daba razón y refrendaba la crítica de Stalin al titoismo y ponía al inefable Nikita a la altura del más triste conspirador oportunista, carente de principios, ignorante del ABC del marxismo leninismo.
Stalin salió al frente del revionismo que ya estaba presente, nuevamente, en el seno del PCUS después de la Segunda Guerra Mundial. Su obra “Problemas económicos del socialismo en la URSS”, constituye un precioso legado, que los revisionistas soviéticos y chinos han pretendido refutarlo porque su contenido desbarata las tesis que han servido para fundamentar las reformas económicas que han restaurado el capitalismo tanto en la desaparecida URSS como en la actual República China . El maoísmo, en su afán de “superar” el marxismo leninismo, ha hecho críticas absurdas a esta obra científica de Stalin, como el disparate de que “traba la lucha de clases” por considerar que las contradicciones entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción en el socialismo se resuelven en forma distinta que en la sociedad capitalista, por lo misma que la clase obrera está en el poder y los instrumentos y medios de producción son de propiedad social. Además es una tesis del socialismo científico que la estructura de clase cambia radicalmente en la sociedad socialista; pero los maoístas “superadores” del marxismo leninismo afirman que tal cambio es falso, porque las clases y la lucha de clases siguen iguales. Este absurdo lleva necesariamente a la conclusión de que la revolución socialista no libera al proletariado de la explotación del hombre por el hombre, porque como clase sigue igual. Este es el socialismo “con peculiaridades chinas”, que de socialismo no tiene nada.
Una tesis de Stalin confirmada por la historia, fue expuesta poco antes de la Gran Guerra Patria de la URSS:
“Hay que tener en cuenta que los restos de las clases derrotadas en la URSS no están solos, que cuentan con el apoyo directo de nuestros enemigos del otro lado de las fronteras. Sería un error pensar que la esfera de la lucha de la lucha de clases está limitada a los confines de la URSS. Un extremo de la lucha de clases se desarrolla dentro de la URSS, pero el otro llega al seno de los Estados burgueses que nos rodean. Los restos de las clases derrotadas no pueden ignorarlo. Y precisamente porque lo saben, continuaran en adelante en sus intentos desesperados”.
En el socialismo auténtico no hay clases explotadoras; estas se convierten en “restos” de lo que fueron; sus integrantes viven y actúan, pero no como clases propietarias de los instrumentos y medios de producción, sino como restos de estas clases., con vínculos y ayuda internacional. Esta es una tesis de Stalin confirmada por la experiencia histórica, contra la cual nada serio puede argumentar el maoísmo trotsquizante.
El Revisionismo del XX Congreso del PCUS
Hay que admitir que la restauración del capitalismo en la URSS hubiera sido imposible si el PCUS se mantenía firme en las posiciones ideológicas defendidas por Stalin, leal y gran continuador de Lenin. Se vieron obligados a disfrazarse de leninistas y presentar a Stalin como antileninista, trasgresor de las enseñanzas del Jefe de la Revolución de Octubre, hicieron derroche de farsas y falsificaciones, resumidas en el “Discurso secreto” de Nikita Jruschov, leído en el XX Congreso del PCUS. Pero además, este Congreso aprobó las tesis capituladoras que los comunistas chinos las bautizaron como “las tres pacíficas y los dos todos “: Coexistencia pacífica - Emulación pacífica- Vía pacífica Partido de todo el pueblo y Estado de todo el pueblo.
El Partido Comunista de China y el mismo Mao Tzedong elogiaron el XX Congreso del PCUS. Son conocidos sus documentos “Sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado” del año 1956, donde se encuentran los siguientes pasajes:
“El Partido Comunista de China, felicita al Partido Comunista de la Unión Soviética por los grandes éxitos alcanzados en su lucha contra el culto a la personalidad, lucha de importancia histórica”.
“El Partido Comunista de la Unión Soviética ya ha tomado medidas para corregir los errores de Stalin y eliminar sus consecuencias. Estas medidas están comenzando a dar frutos. El XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética mostró gran determinación y valor en acabar con la fe ciega en Stalin, exponer la gravedad de los errores de Stalin y eliminar sus efectos”.
Con motivo de la “revolución cultural” china salieron a luz otros documentos demostrativos de que el antistalinismo del PCCh era de vieja data. Ahora se conocen las críticas revisionistas de Mao Tzedong a los “Problemas Económicos del Socialismo en la URSS”.
Lenin y Stalin: dos gigantes en la Historia
La enorme autoridad y prestigio que conquistaron el PCUS y la Unión Soviética, fueron utilizados por el grupo renegado de Jruschov para imponer su revisionismo y antistalinismo a todo el movimiento comunista internacional. De esta peste solo se salvó el Partido del Trabajo de Albania a cuya cabeza se encontraba Enver Hoxa, un firme marxista leninista y leal discípulo de Stalin. El líder albanés defendió la memoria de Stalin desde un principio y denunció que “las conclusiones del XX Congreso llegaron a constituir el alimento ideológico de los revisionistas de todos los países. Fueron un arma importante que se ponía en manos de los imperialistas y de todos los reaccionarios para combatir a los países socialistas, el comunismo y el movimiento revolucionario de liberación”.
La “coexistencia pacífica “jruchovista era la renuncia a la lucha contra el imperialismo; y el entendimiento entre la URSS y EE. UU para defender juntos la paz.
La “emulación pacífica” era la competencia pacífica entre la URSS y los EE.UU. para demostrar la superioridad de uno de los sistemas, el capitalista o el socialista.
La “vía pacífica” es la conquista del poder a través de las elecciones y utilizando una mayoría parlamentaria;
El Partido de todo el pueblo, es la renuncia al Partido de la clase obrera para ponerlo en manos de la burocracia y los administradores de empresas en proceso de aburguesamiento.
El Estado de todo el pueblo, es la renuncia a la dictadura del proletariado, y la entrega del Poder a los mismos elementos que se encuentran en el manejo del Partido de todo el pueblo.
Con semejantes tesis “históricas” la degeneración del movimiento comunista internacional era inevitable y la restauración del capitalismo en la URSS estaba asegurada. La desaparición de la Unión Soviética, solo era cuestión de tiempo. La “perestroika “fue la etapa final de este largo proceso contrarrevolucionario que duró 35 años, con la bandera del antistalinismo en alto y la rehabilitación desvergonzada de Trotsky, el Judas de la revolución de Octubre.
Han pasado 90 años desde el triunfo de la Gran Revolución de Octubre y Lenin se yergue en la historia como el genial Jefe de esta hazaña inmortal junto a Stalin, el gigante que dirigió la construcción del socialismo y el triunfo de la URSS en la Segunda Guerra Mundial. Grandes y geniales los dos, en el pensamiento y la acción, son inseparables en esas magnas y luminosas hazañas revolucionarias". Fuente: Esuskail Herria Sozialista/PrensaPopularSolidaria http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com Correo: pcvmirandasrp@gmail.com
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