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jueves, 20 de agosto de 2015

BÈLGICA: TRATADOS EUROPEOS...INSTRUMENTOS DE DOBLE RASERO PARA FAVORECER A LOS GRANDES CAPITALES Y APLASTAR Y ENGULLIR A LOS PAÌSES VASALLOS ENDEUDADOS


La Uniòn Europea no es
otra cosa que el agrupamiento
de los grandes  capitales del
nucleo duro de capital de 
Alemania y socios ìntimos,
para usar sus mecanismos 
a fin de oprimir, aplastar y
engullir a los paìses endeudados,
los "vasallos" que es para ellos
el resto de Europa. Es como una
corrida de toros donde el toro
siempre muere, y el euro es a
la vez capote, muleta y espada.
En la UE no hay salida. La al-
ternativa es poder del pueblo y
control de la economìa por los
pueblos.

El euro crea sus propios sepultureros. Tesis 12


Por:Peter Mertens

"Simplemente no podían creer que los europeos reaccionasen como realmente respondieron", [xxvii] dijo Stathis Kouvelakis, de la plataforma de izquierdas en Syriza. "Tsipras y la dirección de Syriza siguieron de manera muy consistente la misma línea desde el principio. Pensaron que obtendrían concesiones mediante la combinación de un enfoque "realista" en las negociaciones con una cierta firmeza retórica. 
Sin embargo se han visto atrapados cada vez más en su línea, y cuando se quisieron dar cuenta no tenían ninguna estrategia alternativa." Kouvelakis continúa: "Creo que Tsipras cree honestamente que podía obtener un resultado positivo mediante un enfoque centrado en la negociación y mostrando pruebas de buena voluntad. Por eso dijo constantemente que no tenía ningún plan alternativo. Pensó que recibiría algún tipo de recompensa si se mostraba como un "europeo" leal, sin "agenda oculta". "
La experiencia griega muestra que en esta Unión Europea, bajo el cuidado del puño de hierro Merkel y de toneladas y toneladas de pactos y tratados, en los que la austeridad se esculpe en piedra, no hay margen para  plegar o adaptar prudentemente la obsesión alemana por la austeridad. Incluso los "leales europeos" son descartados sin piedad por Berlín en cuanto cuestionan la política oficial.
"Creo que dice mucho acerca de cómo está la izquierda hoy en día. La izquierda está llena de gente de buena voluntad, pero totalmente impotentes en el campo de la política real. Estas personas llegaron a creer firmemente que se podía conseguir algo de la Troika. 
Pensaban que iban a encontrar una solución de compromiso entre "socios". Pensaban que compartían ciertos valores fundamentales como el respeto al mandato democrático o la posibilidad de una discusión racional basada en argumentos económicos", afirma Kouvelakis. 
Esto demuestra que la UE no se basa en los valores racionales de la Ilustración francesa, si no que reposa, como cualquier otro proyecto capitalista, en la correlación de fuerzas.
A pesar de diversas advertencias, el gobierno de Syriza no vio que la Unión Europea realmente no quería negociar. La Unión Europea nunca ha tenido la intención de llegar a un acuerdo. Quería destruir a Syriza o al menos su programa y, al hacerlo, terminar con la esperanza que había nacido entre las víctimas de la catástrofe humanitaria.
 "Tuvimos el optimismo y la ingenuidad de creer que las negociaciones podrían llevar a un acuerdo justo, honesto y sostenible. Subestimamos su voluntad de destrucción. Sin un plan B, estábamos atrapados" [xxviii] afirmó el ex ministro de Energía Panagiotis Lafazanis.
" Quizá pude haber sobrestimado la competencia del Gobierno griego. Sorprendentemente, pensó tras el referéndum que podía obtener mejores condiciones sin tener en el bolsillo un plan de contingencia, un plan B. Ahora tienen condiciones claramente peores. Naturalmente, es un shock.", [xxix] dijo Paul Krugman. 
Según Yanis Varoufakis, llegado el momento se había constituido un pequeño grupo para preparar una salida del euro, pero este plan había tropezado con un "no" del primer ministro Tsipras. Así que el plan no se llevó a cabo. 
Tampoco habría sido fácil. Tras la salida del euro y la devaluación del nuevo dracma, la cuestión de la deuda seguiría estando abierta. El gobierno de Syriza siempre dijo que quería seguir pagando a cambio de un alivio de la deuda. 

Pero ni siquiera eso le fue concedido. El objetivo político era estrangular al gobierno griego hasta que le sobreviniese la muerte. Por eso es muy probable que los griegos tampooco hubiesen obtenido un alivio de la deuda si saliesen de manera conflictiva del euro. 
Además las deudas deberían pagarse en un euro más caro y no en la nueva moneda devaluada. En caso de falta de pago de las deudas, probablemente habría tenido lugar un boicot internacional. Probablemente se hubiesen creado bonos para el racionamiento de la energía y los alimentos. 
Con la esperanza de que más adelante la economía se liberase, gracias a las ventajas de la devaluación (exportaciones, nuevas inversiones). Puede ser el Grexit sea viable a corto plazo, pero lo que es seguro es que un plan de este tipo debe estar sólidamente elaborado y desarrollado.
"La mayoría de la población griega no quiere una salida del euro. En contraste con Yanis Varoufakis, para Alexis Tsipras era una línea roja a no traspasar. Para Tsipras todo paso hacia el Grexit, o que simplemente amenazase en esa dirección, era un tabú. El juego de póquer se terminó allí. 
Las promesas electorales, el no del referéndum, gran parte de su credibilidad… todo esto fue sacrificado para mantener a Grecia en el Eurogrupo. Como Tsipras no quería preparar la bomba monetaria, estuvo expuesto al chantaje. Un pájaro para el gato alemán", [xxx] escribe Paul Goossens. Y tiene razón. Pero la "opinión pública" no es un dato inerte. 
La opinión pública también puede cambiar. 
El problema es que el gobierno de Syriza desde el principio cerró la puerta a la preparación de la opinión pública para una hipotética salida de la jaula del euro. Durante la campaña del referéndum, las líneas se podían mover. 
Día tras día los medios de comunicación en manos de oligarcas afirmaban que votar no implicaría invariablemente un Grexit. A pesar de este chantaje, los griegos votaron abrumadoramente no, sabiendo de alguna manera que esto podría conducir a una salida de Grecia de la zona euro.
"Si hay una cosa que podemos culpar a Tsipras y a su partido, es haber sido demasiado eurófilos " [xxxi], escribe Koen Haegens en Groene Amsterdammer
"Siguieron creyendo en Europa hasta el final. Así que en los últimos meses se negaron constantemente a prepararse para el escenario del Grexit. Con el resultado de que cuando en las últimas semanas esta amenaza tenía visos de producirse, tuvieron que mendigar de rodillas ante Merkel para poder seguir dentro. 
A cualquier precio. Ningún gobierno digno del adjetivo "izquierda" será tan ingenuo en el futuro. Está claro, de una vez por todas, que el que quiera otra política, más social, no puede guardar esperanzas dentro del euro. En un fin de semana, en todo el continente, los críticos moderados de la moneda única se transformaron en feroces oponentes. El euro crea sus propios sepultureros."
"La competencia y búsqueda del beneficio forman la base de la Unión Europea. Están inscritos en los textos fundacionales de la Unión. Asfixian y pudren todo", escribí en 2011 en ¿Cómo se atreven?. "No debemos rehabilitar este edificio o darle una nueva capa de pintura a sus desequilibrios. Necesitamos otras fundaciones. La cooperación y la solidaridad deben sustituir a la competencia y la desigualdad. Esto requiere una Europa diferente."
Estas palabras parecen más actuales que nunca. La experiencia de Grecia nos muestra que en esta Unión Europea no hay espacio alguno para una política basada en la cooperación, la solidaridad, inversiones equilibradas o para el desarrollo regional. 
Es imposible cambiar los tratados europeos, dicen los Juncker y Schäuble. Pero cuando les conviene, son los primeros en cambiar "las reglas". Asi sucedió cuando Alemania y Francia incumplían las normas de Maastricht, así fue durante la crisis bancaria y todavía sigue sucediendo cuando se amenaza a Grecia con ponerla de patitas en la calle de Euroland, algo que no está previsto en ningún tratado. 
Debemos aprovechar esta crisis para revisar críticamente los tratados existentes. Debería ser posible autorizar transferencias financieras solidarias, desarrollar monopolios públicos, intervenir políticamente con el Banco Central Europeo y utilizar el presupuesto para las necesarias inversiones industriales sociales y ecológicas sin las constringentes normas de austeridad. 
Si Europa quiere sobrevivir, tendrá que cambiar sus fundamentos. La alternativa es que la Unión explote y que las tensiones nacionalistas de principios del siglo 20 rehagan su entrada en este joven siglo 21.

Peter Mertens, De WereldMorgen: 24 de julio de 2015. 
Notas: 
[xxvii] Jacobin Magazine16 de julio 2015
[xxviii] L'Humanité, 13 de julio 2015
[xxix] FAZ, 20 de julio 2015
[xxx] De Standaard, 18 de julio 2015
[xxxi] De GroeneAmsterdammer, 13 de julio 2015



Fuente: Solidnet/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
Correo: pcvmirandasrp@gmail.com 

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