Este 5 de marzo del 2014, el Partido Comunista de Venezuela (PCV), celebra sus 83 años de vida en la lucha por la liberación nacional y el socialismo en Venezuela.
En homenaje a miles de militantes revolucionarios, trascribimos para ustedes el documento aprobado en el XIII Congreso Nacional Extraordinario del PCV realizado los días 2, 3 y 4 de marzo del 2007, denominado “Tesis de Discusión sobre el Partido de la Revolución.
Tesis de discusión sobre el Partido de la Revolución
I.- Una caracterización necesaria de la Revolución
1. El
Partido Comunista de Venezuela (PCV), en su reciente 12 Congreso
consideró que transitamos un proceso revolucionario de liberación
nacional que debe culminar con éxito las tareas de recuperación plena de
la soberanía e independencia nacional, avanzar en la conquista de la
justicia e igualdad social; profundización de la democracia popular
revolucionaria, de contenido participativo y protagónico, de
transformación y liquidación del viejo Estado oligárquico burgués y que,
para lograr cumplir las tareas históricas que maduran en la sociedad,
tiene que avanzar necesariamente hacia la superación del injusto modo
de producción capitalista, de explotación del hombre por el hombre,
principal causa de todas las desigualdades y amenazas que afectan a la
humanidad.
2. Esta
definición nos permite identificar como el enemigo principal del
proceso revolucionario, y por ende, de nuestro país, al imperialismo,
particularmente al Estadounidense y en consecuencia, considerar las
fuerzas motrices de la revolución, en su fase actual de transición,
representadas por amplios sectores de la clase obrera, de los
trabajadores y trabajadoras en general, del campesinado como fundamental
aliado de estos, la pequeña burguesía, capas medias e intelectualidad
progresista. Y la naturaleza de esta alianza que debemos construir y
mantener como pueblo, movimiento popular y Estado revolucionarios, con
el liderazgo indiscutible del Comandante Presidente Hugo Chávez Frías,
para avanzar victoriosamente rumbo al socialismo.
3. Hemos
señalado reiteradamente que la resolución definitiva de la
contradicción principal de la Revolución Bolivariana y el imperialismo
Estadounidense, demanda la más amplia unidad nacional, continental y
mundial, de fuerzas populares y gobiernos progresistas, así como
alianzas estratégicas y tácticas de alcance continental y mundial, que
favorezcan la consolidación de una nueva correlación de fuerzas a favor
de la lucha de los pueblos y del progreso social, consolidando la
tendencia multipolar en desarrollo.
II.- La composición, carácter y contenido de la alianza antiimperialista
4. Esta
fase del proceso revolucionario, demanda la más amplia unidad nacional
antiimperialista, que objetivamente viene dada por la construcción de
una multifacética alianza de clases y capas sociales, que va desde la
burguesía no monopólica (la que no mantiene vínculos de subordinación al
gran capital transnacional imperialista), la pequeña burguesía, las
capas medias, la clase obrera y demás sectores de trabajadores/
trabajadoras, el campesinado y otras capas sociales explotadas.
5. Se
trata de una alianza de clases y capas sociales, en torno a un programa
mínimo de transformaciones democráticas y populares, comprometidas con
el desarrollo socioeconómico (desarrollo de las fuerzas productivas y
las relaciones de producción) y la liquidación del dominio oligárquico e
imperialista. Este bloque de fuerzas
nacional-patriótico-revolucionario, coincide en el objetivo
antiimperialista, pero a la vez, defiende intereses diferenciados y
entre los factores de la alianza se desarrolla la lucha de clases por la
dirección del proceso, con el fin de establecer contenidos, límites,
ritmos y profundidad del mismo, según los particulares intereses de cada
factor social allí representado. Es esta una alianza de clases que
presenta a lo interno, contradicciones no antagónicas, que permiten su
unidad táctica, y antagónicas que se definirán en el futuro.
6. En
nuestras definiciones políticas, hemos afirmado que este bloque o
alianza, por su propia naturaleza policlasista, demanda para el
cumplimiento de las tareas de liberación nacional, una instancia de
integración con independencia orgánica, en donde las contradicciones no
impidan el cumplimiento de políticas coincidentes en lo estratégico.
Esta estructura la definimos como un FRENTE AMPLIO NACIONAL PATRIOTICO,
en torno a un programa, con normas estatutarias y de funcionamiento de
obligatorio cumplimiento para el conjunto de sus componentes, una
estructura orgánica y la dirección colectiva, liderada por el Presidente
Hugo Chávez Frías.
7. El
liderazgo del proceso es ejercido no solo por el Presidente Chávez que
es consecuente antiimperialista, antioligárquico, impulsor de la
democracia popular y revolucionaria, con visión y perspectiva
socialista, sino por sectores de la pequeña burguesía y capas medias,
militares y civiles, que mantienen una solapada y en veces abierta
conducta anticomunista y oportunista, que impide y retraza el avance de
las transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales, que
han madurado en el transcurso del proceso.
8. Necesario
es indicar que el proceso revolucionario bolivariano cuenta entre sus
conquistas con una experiencia acumulada en décadas de luchas de diverso
signo, que se han potenciado en estos años de gobierno del presidente
Chávez, lo cual ha producido un importante salto cualitativo en la
conciencia social, en el plano político y organizativo de considerables
sectores populares.
III.- Acumular fuerzas populares revolucionarias por el Socialismo
9. En
nuestro propósito de acumular fuerzas para avanzar hacia el
socialismo, desarrollamos simultáneamente a la más amplia unidad
nacional antiimperialista señalada; una política de articulación y
unidad estratégica, entre el conjunto de los factores que integran el
movimiento popular revolucionario, no solo a nivel nacional sino
internacional.
10. Las
fuerzas de clara postura marxista y marxista-leninista, estamos
convencidas –tal como lo enseña la experiencia histórica de lucha de
otros pueblos y la propia nuestra– que el proceso de tránsito al
socialismo exacerba las contradicciones de clase, produciendo nuevas
definiciones, deslindes, reagrupamientos y recomposición de alianzas,
cuyo desenlace estará en correspondencia con la correlación de fuerzas
que logremos construir.
11. De
allí entonces, que ese curso y desenvolvimiento previsible de los
acontecimientos de la lucha de clases, nos demande superar las inmensas
debilidades presentes en uno de los sujetos fundamentales de la
Revolución Socialista: la Clase Obrera y demás sectores de
trabajadores/trabajadoras.
12. Ganar
la conciencia de los diversos sectores de la clase obrera para el
socialismo, elevar su nivel de organización, superar la división
orgánica del movimiento obrero y sindical, y contribuir en la
transformación de la clase en vanguardia de la revolución social, es la
tarea más importante y urgente del Partido Comunista de Venezuela.
13. Solo
por ese camino se podrá superar a favor de las fuerzas consecuentemente
revolucionarias y en interés del pueblo trabajador, la contradicción
fundamental existente en la sociedad capitalista, la que se expresa en
la producción colectiva de los bienes materiales versus apropiación
individual de la plusvalía, resultante de dicho proceso productivo e
intelectual, creando así las condiciones materiales y espirituales,
objetivas y subjetivas, para la construcción del socialismo.
14. Estamos,
en consecuencia proponiendo la creación de los Consejos de
Trabajadores, como expresión política unitaria de éstos, por encima de
su condición gremial o sindical, a fin de que sus intereses se
encuentren legítimamente representados y puedan actuar de manera
revolucionaria en el control de los centros de trabajo, el diseño,
ejecución y seguimiento de sus políticas y procesos laborales, de
producción y distribución social de sus ganancias, y como expresión del
poder popular que incluso trascienda el ámbito de los lugares de trabajo
para que influya en los de vivienda y en los territorios de los
consejos comunales para imprimirles a éstos el sello de la conducción
proletaria y los cambios de conciencia necesarios para la construcción
del socialismo.
IV.- Las amenazas de restauración
15. En
esta fase de revolución bolivariana, la lucha por el poder político se
ha inclinado a favor de las fuerzas patrióticas y revolucionarias. Esto
quedó claramente demostrado en el referendo presidencial de agosto de
2004, con la victoria del ¡NO! y en las elecciones del 3 de diciembre
pasado, que tuvieron como precedentes la lucha violenta por el control
estatal, entre finales del 2001 (leyes habilitantes) y mediados del
2003, pasando por el golpe fascista de abril del 2002 y el sabotaje
petrolero.
16. Las
Misiones, la creciente inversión en educación, salud, vivienda, ciencia
y tecnología, las grandes obras de infraestructura, la preocupación por
el ser humano que la gente siente muy de cerca, la denuncia y
superación de las deformaciones que amenazan el proceso (corrupción,
burocratismo, ineficiencia e ineficacia en las instituciones del Estado,
individualismo, nuevo riquismo y conformación de grupos económicos
emergentes seudo revolucionarios, la mentira reiterada en cuanto al
desarrollo de proyectos, el formalismo, el reformismo, la disputa
interna por controlar los cargos públicos, etcétera), la apelación al
pueblo para enfrentarlos, el impulso de la democracia participativa y
protagónica en lo político y económico (Consejos Comunales, EPS,
Cooperativas, mesas técnicas, núcleos de desarrollo endógenos, sistema
micro financieros), por señalar algunas de las más relevantes
realizaciones que forman parte de los diez objetivos estratégicos y, más
recientemente, los cinco ejes esbozados para la campaña electoral:
Ética Socialista, Modelo Productivo Socialista, Democracia Protagónica y
Revolucionaria, Geopolítica Nacional y Potencia Energética Mundial, y
los cinco motores constituyentes son objetivos de una inmensa
trascendencia histórica y transformadora que demandan un nuevo nivel
ideopolítico y organizativo en los movimientos sociales, en el Estado y
en los Partidos políticos.
17. El
liderazgo de Chávez tiene en la actualidad una proyección continental y
mundial, que le impone también inmensas responsabilidades
internacionales. El ser referente de pueblos y gobernantes, sirve a los
intereses de la revolución bolivariana y a la consolidación de las
tendencias progresistas a nivel mundial.
18. Superada
la situación de dualidad de poderes, que subsistió hasta agosto del
2004; relanzada la economía, con tasas de crecimiento sostenido en los
últimos tres años; una relativa mejoría en la calidad de vida de
millones de compatriotas; con un prestigio continental y mundial y la
legitimidad conferida por el pueblo al liderazgo de Chávez, afloran y se
manifiestan, como es lógico, en sus más diversas formas la
descomposición que se viene incubando y desarrollando en la
institucionalidad contenida en el viejo Estado burgués y en el seno de
una parte importante de las fuerzas políticas y sociales identificadas
con el proceso revolucionario.
19. Es
preciso destacar que en los actuales momentos se produce otro tipo de
dualidad de poderes, en la estructura estatal, que responde a intereses y
comandos grupales que se encuentran a espaldas de los intereses
populares y se constituye en obstáculo para el despliegue de las
potencialidades transformadoras de la revolución.
20. Esta
estructura se expresa en forma de masivas y sistemáticas prácticas de
burocratización y corruptelas, que en buena medida están asociadas a la
existencia de un aparato estatal heredado de un sistema que se necesita
sepultar y la presencia de sectores de partidos políticos y cuadros
tecnócratas que ejercen el poder sin ningún tipo de compromiso
revolucionario. De hecho, las debilidades institucionales que exhiben
las transformaciones representan uno de los mayores problemas que
debemos afrontar en la nueva fase del proceso político venezolano.
21. La
contundencia de la victoria patriótica en las recientes elecciones (un
poco más del 63% de los votos sufragados se emitieron a favor del
Comandante Chávez) y las inmensas movilizaciones populares previamente
organizadas, sirvieron de acciones disuasivas para impedir la activación
del plan desestabilizador de la oposición oligárquico imperialista, a
lo cual se suma su decisión táctico-estratégica de acumular fuerza
social y política para futuros desenlaces en la confrontación de clases.
22. La
oposición surge con un importante nivel de recomposición de sus
fuerzas, que en la actualidad pasa por la definición de sus liderazgos
internos, pero que no nos quepa duda vendrá a utilizar todos los
resquicios constitucionales y legales para promover la presión social,
incluso aprovechando los reclamos de lo que ellos denominan “chavismo
popular”, para promover la desestabilización social, política y militar
en procura de restaurar el régimen oligárquico burgués. Este objetivo
estratégico de la contrarrevolución encuentra un marco de limitaciones
objetivas y subjetivas en la misma medida que no logra superar un
conjunto de debilidades políticas y orgánicas que le impiden, en la
actualidad, poner en serio riesgo el proceso de cambios, entre las que
se cuentan: la división, dispersión y confrontación interna, la falta de
cohesión programática, el desgastado liderazgo que no logra alcanzar
niveles de legitimidad social.
23. Forma
parte de esta estrategia oposicionista la línea de acercamiento que
propicia el imperialismo Estadounidense, no solo en forma directa sino a
través de otros presidentes latinoamericanos (hasta ahora visualizamos
principalmente a Uribe y Alan García) y europeos, con el objeto de
lograr flexibilizaciones en la línea política central que orienta el
proceso y facilitar la cooptación de cuadros de su propio seno.
V.- El Partido de la Revolución
24. Básicamente,
se trata de que desde un Estado burgués como el que aun pervive en
Venezuela, no se puede dirigir la revolución. Históricamente este
Estado no es capaz de negarse a sí mismo, y además de su carácter y
esencia, se encuentra en una situación de creciente descomposición.
Éste, por tanto, es un Estado que aun no es revolucionario, por cuanto
mantiene su naturaleza y valores burgueses.
25. Lo
anterior demanda la existencia y acción de una vanguardia
revolucionaria, que dirija organizada, colectiva y cohesionadamente el
esfuerzo creador de las masas. Que propugne valores, principios y
conductas dirigidas a superar la hegemonía cultural burguesa dominante.
Que coadyuve en conjunción con el colectivo popular organizado en el
ejercicio del control social y político del proceso entendido como
totalidad.
26. Es
en este contexto, en que además se ejercita predominantemente, en forma
casi exclusiva, una dirección individual del proceso revolucionario
desde instancias gubernamentales, en que el presidente Chávez presenta
la propuesta del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
27. Ciertamente,
la revolución, en tanto hecho esencialmente político, demanda un órgano
de dirección revolucionaria capaz no sólo de arrebatarle ese liderazgo
al Estado burgués, sino de destruirlo y construir un Estado de4mocrático
popular revolucionario.
28. Ese
órgano político es necesariamente un Partido, integrado por cuadros
revolucionarios y revolucionarias, que visualice, conceptualice y
establezca determinaciones integrales, totalizadoras y de conjunto con
respecto a la sociedad y no sectoriales como acontece con las visiones
que, en general, aprecian desde una posición de grupo (un ministerio o
instituto) las tareas que deben acometerse, a la vez que, lógicamente,
justifican acríticamente su propia actuación.
29. El
Partido que pueda asumir este rol debe ser capaz, como vanguardia
política de la revolución, de generar un enfoque global del proceso
sociopolítico, que le permita articular a las masas y facilitarles no
solo el control del Estado sino el ejercicio del poder directo sobre y
desde las esferas estatales.
VI.- La decisión del Comandante Chávez
30. Con
fecha 15 de diciembre de 2006, en el acto de homenaje a las escuadras,
pelotones y batallones del Comando Miranda, que se efectuó en el Teatro
Teresa Carreño, el presidente Chávez lanzó el decreto constitutivo del
Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). En general, de dicha
exposición se desprenden los siguientes planteamientos políticos:
· Decreta,
en su condición de Presidente del MVR, la disolución del Movimiento
Quinta República, previa explicación de que cada momento histórico
demanda un nuevo instrumento político.
· El
PSUV se constituye a partir de las escuadras, pelotones y batallones,
por tanto no debe permitirse la disolución de ninguna de estas
instancias. Se orienta a los y las comandantes de éstas a levantar el
censo de militantes, simpatizantes y amigos y amigas, para conocer y
organizar la base organizativa del Partido.
· El PSUV será una organización política democrática. Sus dirigentes serán electos en forma directa por la militancia.
· Su programa es el socialismo etno-indígena, cristiano y autóctono, al cual incorpora referencias marxistas.
· Invitó
a los demás Partidos a discutir su decisión y a participarle lo que
decidan, afirmando que en base a su experiencia pasada una discusión
sobre el tema es una pérdida de tiempo y él no tiene tiempo para perder
en esas discusiones.
· Afirmó
que el Partido que no decida disolverse e incorporarse al PSUV queda en
libertad de seguir su camino, pero que saldrá del gobierno. Quiero
gobernar con un solo Partido, enfatizó.
· Prometió
que la nueva dirección del PSUV no estará conformada a dedo ni por los
mismos viejos dirigentes de los Partidos y no aspira verse en una mesa
sentado con las mismas caras, porque sería una burla
.
· Invitó
a todos los sectores a incorporarse al PSUV: pueblos indígenas,
trabajadores y trabajadoras, profesionales y técnicos, jóvenes, mujeres,
empresarios nacionalistas, campesinos y campesinas.
· Informó
que hay un equipo que viene trabajando con él en esta tarea y se
encargará de coordinar el proceso en forma directa con las escuadras,
pelotones y batallones.
31. En
intervenciones posteriores efectuadas durante la primera quincena del
mes de enero de 2007, el presidente Chávez, a la vez que ha ratificado
su decisión de conformar dicho Partido Socialista Unido de Venezuela o
de la Revolución, ha entregado nuevas opiniones en cuanto a la necesidad
de discutir democráticamente su planteamiento en el seno de todas las
organizaciones del proceso, precisando que dicho objetivo requiere ser
conversado, discutido y acordado.
32. En
una primera aproximación al carácter y contenido de clase del PSUV, con
la lectura que realizamos de las intervenciones del presidente Chávez,
podríamos indicar que el mismo cuenta entre sus características con las
siguientes:
· Un gran Partido de masas,
que intenta integrar orgánicamente a todos los movimientos sociales y
agrupaciones políticas, a todos los ciudadanos y ciudadanas sin distingo
de ideología que se identifican con Chávez, iniciando por aquellos que
estuvieron articulados en la estructura del Comando Miranda a nivel de
escuadras, pelotones y batallones.
· Un Partido policlasista, que
incorpora en su seno a ciudadanos y ciudadanas provenientes de las
distintas clases y capas sociales que deseen integrarse, que con ellos y
ellas se integran también las ideologías, postulados y cultura política
en las que fundamentan su práctica concreta, reproduciendo en su seno
los antagonismos de las diversas clases.
· Un Partido cuyo carácter ideológico se
expresará mayoritariamente en la identidad con el líder, en las ideas
que conforman el árbol de las tres raíces, pero que también contará con
una franja de militantes con conciencia antiimperialista y hasta
marxista.
VII.- Lo que hemos venido planteando desde el PCV
33. Como
es del conocimiento general, numerosos Partidos y movimientos que
apoyan al Comandante Chávez han informado su inmediata adhesión a dicha
decisión y, consecuencialmente, la disolución de los mismos, posición
que saludamos toda vez que contribuye a facilitar los procesos de
integración de fuerzas sociales y políticas ideológicamente afines.
34. El
Partido Comunista de Venezuela (PCV), en cumplimiento de sus principios
y normas de vida interna, heredero de una cultura comunista que
privilegia el debate y las decisiones colectivas, decidió en sus
organismos de dirección nacional, desde un primer momento, adelantar la
más profunda discusión interna en el marco de un proceso congresual que
defina la postura oficial de la organización.
35. En
lo que respecta a la construcción del instrumento ideológico, político y
orgánico de la revolución, nos hemos pronunciado en diversas
oportunidades en el Partido Comunista de Venezuela (PCV), afirmando que
es oportuno, pertinente y necesario avanzar en la construcción de la
vanguardia colectiva y unificada de la revolución.
36. Demanda
en tal sentido presentamos ya para el año 1998-99, cuando planteamos
que el “Polo Patriótico” se transformase en un frente político y social,
con normas precisas de funcionamiento y una instancia colectiva de
dirección, que permitiese transitar desde la unidad de acción el camino
de la unidad orgánica. Igual planteamiento levantamos con los llamados
Comando Ayacucho y Comando de la Revolución. En todas las oportunidades
no recibimos respuesta del liderazgo del proceso, ni mucho menos
acciones concretas en la dirección planteada.
37. Partimos
de la convicción de que un proceso revolucionario sin la existencia de
un Estado Mayor, de una dirección colectiva y unificada, pese a las
inmensas cualidades del líder, no está en condiciones de cohesionar las
fuerzas, alinearlas en la dirección principal de la acción, dirigir y
controlar el plan concreto de acción política y, en consecuencia,
adelantar las tareas que demanda dicho proceso.
38. Por
tanto, respaldamos por principio y necesidad política objetiva de la
revolución el planteamiento formulado por el Comandante Chávez, en el
entendido que a partir de éste se abría un fructífero debate
ideopolítico y orgánico que debía llevarnos a un Congreso Ideológico en
el cual se perfilasen las bases ideológicas, programáticas y orgánicas
de la nueva organización, que debía ser el producto de la más amplia
discusión democrática en el seno de las organizaciones y del conjunto
del pueblo.
39. Ese
debate, a su vez, nos permitiría abordar en profundidad el tema del
Socialismo, que es uno de los objetivos fundamentales, estratégico, de
nuestra existencia en tanto Partido Comunista, así como un imperativo
histórico de la revolución de liberación nacional.
40. Manifestamos
que la construcción de este Partido implica un proceso, expresado en
una gran movilización ideológica que requiere fuerza, madurez y voluntad
política, que al definir el perfil conceptual de la organización
prefigure la condición de militante, entendiendo que un Partido
revolucionario debe estar formado por revolucionarias y revolucionarios.
41. Este
proceso implica maduración y culminación de fases que deben
desarrollarse: 1) Definición del carácter ideológico del Partido; 2)
Determinación de su programa; 3) Definición de su línea política
(táctica); 4) Forma y principios organizativos; 5) Carácter de cuadros y
de masas del Partido; 6) Su disciplina, deberes y derechos; 7) Carácter
revolucionario y de clase de la organización. Estos son aspectos
fundamentales que debían darse en el debate que en su momento planteó el
Presidente Chávez.
42. De
la misma manera se considera que la propia composición del Partido
exige un nivel de depuración, pues no es posible aceptar en calidad de
militantes personas de conductas corruptas, burocráticas o ajenas al
proyecto estratégico de país, que es el socialismo.
43. Afirmamos
que para el Partido Comunista de Venezuela, la iniciativa presidencial,
dada nuestra concepción marxista-leninista, fundamentada en el
centralismo democrático, exige el mayor debate interno dentro de la
organización, de los colectivos de la Juventud Comunista y fuerzas
amigas del movimiento popular y revolucionario para tomar una decisión
final en un Congreso nacional partidista.
44. Consideramos
que el proceso avanzaría en base a una metodología sustentada en la
conformación de una instancia unitaria que, liderada por el Comandante
Chávez, impulsaría la creación de los espacios para el debate y la
construcción colectiva, cuya primera fase culminaría con la realización
este año del Congreso ideológico propuesto por el Presidente, para
definir el rumbo de la nueva organización, su carácter y forma
organizativa y para su estrategia y su táctica.
45. Ello
implicaba la conformación de espacios de articulación en todos los
niveles y esferas de la sociedad, tanto en lo territorial como
sectorial, en cuyo seno y de cara a las masas populares se desarrollaría
un proceso de intenso y fructífero debate de las tesis de los diversos
movimientos. Constituir una organización con cuadros y activistas de
diversas agrupaciones exige un nivel de encuentro en lo concreto,
reconocimiento e incluso construcción de afectos mutuos.
VIII.- El Partido que necesitamos para avanzar hacia el Socialismo
46. El
PCV es consciente que en una sociedad dividida en clases (y Venezuela
lo es), los Partidos políticos representan los intereses de esas clases y
que tales Partidos son las herramientas más importantes para la lucha
por acceder al poder o por mantenerse en él. La importancia de esto ha
quedado demostrada en más de ocho elecciones que han sido ganadas a la
oposición, elecciones en las cuales el papel fundamental de
organización, movilización y legitimación ha Estado a cargo de dichos
Partidos.
47. La
existencia de Partidos políticos está vinculada a la división de la
sociedad en clases y a la heterogeneidad de éstas, a las diferencias de
intereses de las clases y los grupos que las forman. El Partido político
es uno de los instrumentos más importantes de los que una clase (o uno
de sus sectores) utiliza para combatir por sus intereses.
48. La
Primera Conferencia Nacional del PCV, llevada a cabo en 1937, estuvo
signada por el dilema de ser un Partido con claro perfil clasista,
asumiendo el Marxismo-leninismo, como nuestra base ideológica y orgánica
y como teoría para la praxis revolucionaria y la transformación de la
sociedad capitalista en sociedad socialista o nos manteníamos militando
al interior de los Partidos policlasistas.
49. En
aquel histórico debate optamos por “Dar la cara”, asumiendo el reto de
transitar y asumir consecuentemente las diversas formas de lucha que nos
demandó la historia en procura de los objetivos que nos planteamos: ser
parte de la vanguardia colectiva de la revolución venezolana, aportando
nuestro esfuerzo y voluntad consciente en la lucha por liberar a la
patria de la dominación oligárquico-imperialista y romper las cadenas de
la explotación capitalista, contribuyendo a la definitiva liberación de
la clase obrera y con ella de toda la sociedad, y avanzar en la
construcción del Socialismo.
50. Cuando
afirmamos nuestra voluntad consciente de transitar un camino de unidad
orgánica de las fuerzas revolucionarias y populares, sin hacer dejación
de nuestros principios fundamentales y nuestros objetivos estratégicos,
nos estamos pronunciando por un instrumento revolucionario que tenga en
cuenta que para construir la nueva sociedad requerimos de un Partido
con las siguientes características:
En lo ideológico:
51. En
virtud de la amplia gama de postulados teóricos -o la ausencia de
estos- en las fuerzas “chavistas”, se prevé una larga discusión teórica.
A pesar de ello, su definición es de vital importancia. Para nosotros,
los comunistas, es evidente que, partiendo del carácter antiimperialista
y el rumbo socialista de esta revolución, el partido socialista unido
debe fundamentarse en el marxismo -en el entendido de que ser marxista
en los actuales momentos significa, a su vez, ser leninista. Asimismo,
el fundamento ideológico debe recoger lo más avanzado del pensamiento
revolucionario de nuestro pueblo, empezando por el bolivarianismo. Pero
la esencia ideológica debe ser el marxismo.
52. Este
planteamiento es producto de una realidad ampliamente comprobable a lo
largo de la historia que indica, que solo el marxismo da respuestas
científicas a la búsqueda de estrategias para derrotar al capitalismo y
construir una sociedad socialista.
53. La
constitución del partido debe representar el rompimiento definitivo con
toda manifestación de reformismo y colaboracionismo de clase, con
proyectos socialdemócratas de maquillaje de un sistema de injusticias,
que proponen cambios subalternos que dejen intacta su esencia
explotadora. Este programa debe también constituir la superación de
concepciones nacionalistas que ofrecen respuestas parciales a los
problemas del desarrollo social en la actualidad.
54. Bajo cualquier circunstancia, se debe tratar de un partido ideológicamente unido
En lo programático:
55. La
definición del fundamento ideológico debe ir de la mano con la
formulación de un programa revolucionario que tenga como objetivos
estratégicos la lucha antiimperialista con una definida orientación
socialista.
56. En
relación a las vías para alcanzar esas metas, en la identificación de
las contradicciones del proceso, en la forma de abordar la lucha en el
momento concreto, en el contenido que se le da a estos objetivos, en su
caracterización conceptual, debe existir una orientación
consecuentemente revolucionaria para la acción transformadora. Se deben
garantizar claridad y objetividad en la formulación de políticas y vías
para alcanzar los objetivos estratégicos. Debe existir una absoluta
coherencia entre la doctrina, la línea política y las propuestas
programáticas.
57. En
tal sentido, la discusión en torno a la definición del socialismo del
siglo XXI es de crucial importancia porque sintetiza el complejo de
objetivos que perseguimos. Al respecto, presentamos más adelante en este
documento los rasgos fundamentales de ese socialismo desde la óptica de
los y las comunistas venezolanos/as.
En lo organizativo:
58. A
este debate, los comunistas traemos la propuesta leninista de
organización. Pensamos que sin unidad interna, sin centralismo
democrático, sin disciplina revolucionaria, sin identificación plena con
una línea política, sin crítica y autocrítica, sin dirección colectiva,
sin presencia orgánica en el seno de las masas, no será posible
construir la vanguardia de la revolución bolivariana y avanzar en su
perspectiva socialista.
59. El
partido de la revolución no puede constituir un híbrido de
organizaciones partidistas, una amalgama de estructuras, aunque es
preciso advertir que, al menos al inicio, será difícil evitar la
actuación de grupos, corrientes y fracciones internas. Este no es el
mejor de los escenarios, pero es una posibilidad real.
60. En
tal sentido, la tarea de quienes coincidimos en un partido
orgánicamente unido, sin fisuras ni fracciones, consistirá en explicar
que la unidad tiene algún sentido sólo si es consecuente con los
objetivos estratégicos.
61. Por
supuesto, la unidad no excluye la posibilidad y necesidad de discutir
y debatir -siempre sobre la base de los principios- democráticamente a
todos los niveles y a profundidad los asuntos que aquejan al partido y
a la sociedad en su totalidad. Pero una vez tomada la decisión se
deberá garantizar la unidad de acción.
¿Partido de “masas” o de “cuadros”?
62. Este
partido deberá estar conformado por los mejores cuadros de la
revolución, por sus mejores exponentes, los/as más claros/as
ideológicamente, los/as más honestos/as y los/as más abnegados/as,
los/as que cumplan con las mayores exigencias en cuanto a la conciencia
revolucionaria, la disciplina, la actuación práctica y, por supuesto, la
ética. El fundamento ético del partido será de fundamental importancia
para cumplir con su misión de dirigir al pueblo venezolano en la
construcción del socialismo.
63. No
tiene que ser necesariamente un partido muy numeroso para que pueda
cumplir con su misión. Debe predominar la calidad. Esto significa que no
todos podrán ingresar. Deberán existir criterios y parámetros para la
incorporación, lo cual permitiría la depuración de las fuerzas
revolucionarias de arribistas, burócratas, corruptos.
64. De tal manera que lo que estamos proponiendo es un partido revolucionario de cuadros y de masas,
en el sentido que sus miembros serán cuadros probados de la revolución
que, en un contexto de desarrollo de la conciencia revolucionaria del
pueblo como el actual, permitirá la conformación de un destacamento
numeroso de militantes. La masificación de los cuadros se irá
incrementando al calor de las luchas de clases, lo cual permitirá el
engrosamiento de sus filas.
La actuación revolucionaria.
65. El
partido socialista unido tendrá como principal tarea conquistar la
vanguardia de las luchas populares y, de esa forma, nutrirse de lo mejor
de sus representantes, lo que a la postre significaría un enorme salto
cualitativo en términos del fortalecimiento de la revolución venezolana.
66. El
partido debe ser una manifestación consecuente de la unidad entre
teoría y práctica revolucionaria. No puede ser un proyecto político
basado en la formulación de estrategias acertadas, de propuestas
inobjetables desde el punto de vista de los retos que enfrenta la
revolución, pero que en su accionar se encuentra divorciado de aquellos.
67. Debe
garantizar la ejecución de una gestión ajustada a los principios
programáticos, evitando cualquier fricción y contradicción entre las
medidas adoptadas y los intereses fundamentales del pueblo. No podrá
seguir los pasos de partidos que se autodenominaron (y autodenominan)
populares que instrumentan gestiones gubernamentales que lesionan los
intereses del pueblo, vergonzosos muros de contención de la protesta
popular.
68. Un
elemento muy significativo en este contexto lo representa el rol del
partido de la revolución en la construcción del Estado democrático
popular revolucionario.
69. El
partido debe exhibir un accionar en el actual período de transición al
socialismo, que permita inclinar la balanza en la lucha por el control
del poder político a favor de las fuerzas más consecuentes de la
revolución bolivariana. Este partido debe ser un destacamento
fundamental en la construcción del Estado socialista.
70. El
apoyo popular capaz de desplegar el partido de la revolución no sólo
depende de la buena gestión administrativa al frente del gobierno a
todos los niveles, luchando contra la corrupción, la ineficiencia, el
burocratismo.
71. Más
aún, este debe convertirse en un modelo de eficiencia revolucionaria en
todos los frentes de las luchas populares. Se tienen que establecer
las más estrechas relaciones con las masas populares. En estos momentos
no hay organización política capaz de hacerlo, por lo que se torna
inaplazable la tarea de crear la estructura de dirección de las masas.
72. El
partido no será una alcabala de las instancias del poder ni
intermediario en su ejercicio, sino el principal promotor de la
participación democrática de las masas mediante la educación y
organización del pueblo, todo ello en función de desarrollar el poder
popular, convertir al pueblo en protagonista conciente de la
construcción de la nueva sociedad. En una revolución pacífica y
democrática como la nuestra, este elemento adquiere un valor especial,
pues no es la violencia revolucionaria la que establece el nuevo orden
mediante la imposición abrupta de nuevas realidades, sino el constante
accionar revolucionario del pueblo trabajador organizado, lo que
permitirá el desplazamiento progresivo de las viejas estructuras.
El carácter de clase.
73. Al
referimos a la vinculación con las masas, tenemos que hacer un énfasis
especial en el vínculo con la clase obrera. Si nos planteamos erradicar
el capitalismo, debemos convertirnos en la organización política, en el
interprete genuino de los intereses de la clase social que, por su
posición en la estructura socioeconómica no sólo resulta directamente
afectada por la explotación capitalista y, por lo tanto, objetivamente
interesada en la supresión de la esclavitud asalariada, sino que con la
consecución de este último objetivo libera al resto de la sociedad del
régimen de explotación, pues al estar desprovista de medios de
producción, objetivamente no aspira a conquistarlos para la explotación
de otras clases sociales.
74. Esta
clase social no es otra que la clase obrera, por lo que el partido de
la revolución deberá ser por su contenido, por su política, por su
composición, por su ideología, por los intereses que encarna el partido
de la clase obrera y de todo el pueblo trabajador. Por supuesto, a este
partido también entrarán miembros de otras clases y capas de la
sociedad, pero los intereses que éste encarnará deberán ser los de la
clase obrera, si queremos ser consistentes con el objetivo programático
de naturaleza estratégica que perseguimos: el socialismo.
75. Este
contenido clasista bien definido del partido socialista unido es una
necesidad histórica y no está reñido con el carácter antiimperialista de
la revolución bolivariana en la actualidad. Esta fase de nuestra
revolución exige, efectivamente, una amplia alianza de clases y factores
en torno a los objetivos de la liberación nacional. Aprovechar todas
las contradicciones y divergencias que puedan existir entre sectores de
la burguesía grande y pequeña, por un lado, y el imperialismo, por el
otro, es una de las tareas primordiales, pero esta alianza no debe
producirse en el seno del partido de la revolución, especialmente
cuando reconocemos que el rumbo de esta revolución apunta al
socialismo.
76. Esto
implica que entre las tareas de mayor trascendencia del partido
socialista unido, se encuentra el diseño de una política capaz de
conquistar el movimiento sindical para adecentarlo, para erradicar los
enormes vicios incubados como consecuencia de las tremendas perversiones
del reformismo, de las prácticas desarrolladas por los sindicatos
patronales y de los efectos del clientelismo, para romper
definitivamente con su atomización, para convertirlo en una fuerza de
primera línea en la construcción de una nueva sociedad.
77. El
partido no puede convertirse en un partido policlasista. Las
limitaciones de este tipo de partido son ampliamente conocidas en
nuestra historia: se diluye el carácter revolucionario del partido, se
subordinan los intereses anticapitalistas del pueblo trabajador a los
intereses del capital sobre la base de reacomodos, concesiones y
dádivas, se suplanta la lucha de clases como mecanismo de
transformación por la conciliación de clases con la finalidad de
estabilizar el sistema, se sustituye la revolución por la reforma, se
desdibuja el horizonte histórico socialista, con el cual solo la clase
obrera está orgánicamente vinculada.
78. Las amplias alianzas clasistas tendrán otros escenarios distintos al partido, como por ejemplo, los frentes.
79. Uno
de los muchos aspectos que involucra el contenido clasista del partido
es su carácter internacionalista. La clase obrera es una clase social
con poderosas ramificaciones a lo largo del planeta y, de la misma
manera, con una plataforma internacional de lucha contra la dominación
planetaria del capitalismo. En el contexto actual de la expansión global
de las corporaciones trasnacionales con devastadoras repercusiones en
los pueblos del mundo, esto juega un rol de primer orden. De tal forma
que deberán existir no sólo relaciones de amistad con los destacamentos
de trabajadores en todo el mundo, sino una amplia coordinación de
acciones conjuntas en contra de la dominación imperialista.
El debate.
80. Estos
son elementos que consideramos de fundamental importancia para el
diseño del partido que requiere la revolución venezolana, los cuales
sometemos a la más amplia discusión del pueblo bolivariano y,
especialmente, de nuestros aliados, confiados en que la racionalidad
revolucionaria, y no la fortaleza electoral, se impondrá en la búsqueda
de consenso.
81. En todo caso, la construcción del nuevo partido no será un acto único, sino un proceso muy dinámico.
82. En síntesis:
· Un
Partido selectivo, integrado no por quienes lo deseen solamente, sino
por las mujeres y los hombres que cumplan con un determinado perfil para
convertirse en cuadro revolucionario, lo cual implica valores
ético-morales, principios y conductas en correspondencia con la nueva
sociedad socialista que luchamos por construir.
· Un
Partido construido al calor de la lucha de las masas, en consulta
abierta con ellas, en cuyo proceso se exprese la más amplia crítica y
autocrítica.
· Un
Partido al cual se pertenezca no por simple voluntariedad, sino por
meritos, al cual sea difícil entrar por sus elevadas exigencias de
cualidades morales hacia sus integrantes y que por esa razón sea aun más
difícil mantenerse en sus filas.
· Un Partido que exija a sus miembros como único privilegio ponerse a la vanguardia en las diversas luchas de clases.
· Un
Partido que sepa aplicar con suficiente rigor y flexibilidad, según las
circunstancias, el principio del centralismo democrático y que jamás lo
convierta en centralismo burocrático.
· Un Partido con elevada capacidad crítica y autocrítica, individual y colectiva.
· Un Partido cuya autoridad esté sustentada en el carácter ejemplar individual y colectivo de sus integrantes.
· Un
Partido que asuma a las organizaciones sociales como sujetos activos de
participación, protagonismo y transformación revolucionaria de la
sociedad y no como simples instrumentos de aplicación de las
definiciones que establezcan sus órganos dirigentes y militancia.
· Un
Partido que tenga como fundamental misión la promoción de la educación,
formación, organización y participación del pueblo para su autogobierno
Socialista. Que combine la teoría con la práctica revolucionaria.
· Un
Partido que vele en primer lugar por los intereses generales del pueblo
venezolano y se proponga eliminar todas las formas de explotación del
ser humano engendradas por la sociedad dividida en clases,
particularmente las generadas por el capitalismo.
· Un
Partido con capacidad práctica y teórica para proponer y convencer de
la justeza del proyecto Socialista para el pueblo venezolano. Que se
haya forjado en las luchas del pueblo, compartido sus sacrificios, sus
triunfos y sus derrotas.
· Un Partido con sólida unidad ideológica, política y orgánica.
· Un
Partido con clara definición de carácter estratégico, cuyo programa se
haya confrontado y se confronte en la dura lucha de clases.
· Un Partido internacionalista que de y reciba la solidaridad de las fuerzas progresistas y democráticas del mundo.
· Un
Partido con dirección colectiva, definida ideología Marxista-leninista,
fuente de inspiración incluso de la teología de la liberación y método
del conocimiento que ha probado históricamente ser la más consecuente
para aproximarse al conocimiento de la realidad y transformarla.
· Un
Partido con clara definición de clase y con capacidad de liderar los
procesos de liberación del pueblo, sus aliados y a la patria.
· Un Partido con independencia frente al Estado y a la burguesía.
IX Tesis Programáticas del XII Congreso Nacional del PCV
83. El
socialismo es una formación socioeconómica que tiene una serie de
rasgos generales pero que, en su concreción práctica, tiene que
considerar las condiciones históricas, la totalidad de condiciones
objetivas y subjetivas concretas, imperantes en cada uno de los países.
84. En cuanto a sus rasgos generales tenemos:
a) la
socialización de la propiedad sobre los principales medios de
producción, sin que se excluya la posibilidad de convivencia de otras
formas de propiedad, social o privada;
b) el
régimen político debe estar caracterizado por la democracia socialista,
esto es, un sistema de amplias libertades políticas y civiles, que le
permitan al pueblo una intensa y amplia participación en la toma de
decisiones y en la concreción de las mismas a todos los niveles
gubernamentales;
c) el
Estado debe adquirir un nítido carácter socialista. Esto significa que
el desarrollo del poder popular conduzca a su fusión con el ejercicio
del poder desde las estructuras del Estado. En pocas palabras, el Estado
socialista como forma de realización del poder popular;
d) el
desarrollo de una verdadera revolución cultural, que tenga como centro
el marxismo y otras corrientes del pensamiento revolucionario y
progresista, nacional e internacional;
e) la presencia de una verdadera vanguardia revolucionaria que sirva de guía al pueblo en la construcción de ese sistema social;
f) el despliegue de los mecanismos de defensa militar y político-militar de las conquistas revolucionarias.
85. En
tal sentido, la transición al socialismo en Venezuela, proceso que se
concretará a partir del impulso de las luchas de la clase obrera y demás
sectores populares, requiere de las siguientes condiciones:
a) desarrollo de la vanguardia política de la clase obrera;
b) conquista del poder político a través del Estado por parte del pueblo trabajador;
c) desarrollo
de las fuerzas productivas, especialmente en la industria, con la
finalidad de desplegar la base material de la sociedad y desarrollar a
la clase obrera como clase social fundamental en el tránsito al
socialismo;
d) fortalecimiento de la propiedad estatal como expresión futura de la propiedad socialista;
e) debilitamiento y posterior supresión de los mecanismos de explotación y dominación imperialista;
f) instauración
de mecanismos de planificación de la economía nacional, que estén en
capacidad de controlar las fuerzas del mercado;
g) erradicación de las relaciones de producción latifundistas en el campo;
h) desarrollo de la educación del pueblo trabajador para colocarlo en capacidad de dirigir política y económicamente a la sociedad;
i) estímulo
a formas de propiedad social, que en una primera fase adoptará formas
colectivas como las cooperativas, la cogestión, la autogestión,
etcétera.;
j) integración económica sobre la base de la cooperación con economías de la región latinoamericana y del Caribe
;
k) fortalecimiento de la capacidad de defensa del gobierno revolucionario.
86. Uno
de los aspectos más relevantes de la transición tiene que ver con el
contenido, ritmo, forma y tiempo de duración. Es decir, la esencia e
intensidad de los cambios en ese período, los mecanismos concretos para
transitarlo y los espacios de tiempo requeridos. Estos aspectos expresan
claramente la dialéctica existente entre las leyes generales de la
transición, por una parte, y las condiciones históricas de su
materialización, por la otra. En tal sentido, podríamos destacar un
grupo de factores que inciden en buena medida en estas variables:
a) el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas;
b) el grado de desarrollo de la clase obrera y de su vanguardia revolucionaria;
c) el grado de descomposición de la clase dominante y sus instrumentos de dominio
;
d) los niveles de resistencia a los cambios hacia el socialismo por parte de la reacción;
e) los niveles de dependencia y formas de intervención del imperialismo;
f) los niveles culturales y educativos alcanzados por el pueblo;
g) la situación económica, tanto en lo estructural, como en lo coyuntural;
h) el desarrollo alcanzado por la propiedad estatal y colectiva.
IV y V Plenos del Comité Central
del Partido Comunista de Venezuela (PCV)
Caracas, 21 de diciembre de 2006 y 18 de enero de 2007
Fuente:Tribuna Popular/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario