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Nosotros no creamos la guerrilla. La 
guerrilla no es nuestro trabajo y nosotros no la auspiciamos, como lo 
hicieron una vez los camaradas venezolanos. Nosotros tenemos una 
concepción de la revolución boliviana. No podemos alquilarnos a otra 
línea política y nadie puede imponérnosla, ni Moscú, ni Pekín ni la 
Habana, ni los venezolanos ni nadie.
                                                                                          
Jorge Kolle Cueto, Agosto de 1967
Secretario Nacional Partido Comunista de Bolivia
A mediados de los años 70 del siglo 
pasado, jóvenes comunistas que participaban en el clandestino movimiento
 estudiantil que resistía la dictadura del coronel Hugo Banzer, se veían
 frecuentemente en figurillas. Cuando el debate se ponía más álgido no 
faltaba quien entre sus oponentes de izquierda, soltara la manida frase:
 Traidores al Che(1).
Como es suficientemente conocido, la 
(des)calificación provino de la “Introducción Necesaria”, escrita por 
Fidel Castro como prólogo al “Diario del Che en Bolivia”, publicada en 
millonaria tirada en Julio de 1968. A partir de allí se creó la doctrina
 oficial cubana sobre el espinoso punto, que no ha sufrido mayores 
modificaciones en cuatro décadas, pese a que en el ínterin se han 
restablecido las relaciones entre el Partido Comunista de Bolivia (PCB) y
 el de Cuba.
La zaga abierta por Castro, fue 
continuada en la influyente obra de Inti Peredo, “Mi Campaña con el 
Che”, escrita entre fines de 1968 y principios del 1969(2)
 Peredo, con la autoridad de un cuadro medio del PCB y de ponderado 
sobreviviente de la guerrilla de Ñakaguasú, se lanzó contra sus ex 
camaradas. Empeñado en organizar una nueva guerrilla de ELN, necesita 
sustraerla al PCB sus cuadros juveniles, sensibles por las presuntas 
deudas y equivocaciones de su organización en relación al comandante 
Guevara.
Las acusaciones fueron elevadas al 
carácter de dogma. El ELN, para lavar la sangre, decidió ultimar 
“ajusticiar” en su léxico al presunto responsable de su derrota en 1967.
 Una noche de 1969, Mario Monje, Primer Secretario de PCB en la época de
 la guerrilla guevarista, retornaba a su hogar, en uno de esos 
callejones estrechos que hay en La Paz. Venía acompañado por una mujer 
de su familia. De las sombras oyó que surgía una voz: ¿a ella también? 
La vacilación le permitió escabullirse (3). Al año 
siguiente se refugió en la Unión Soviética, a la que había servido 
fielmente. Su ostracismo no concluyó con el derrumbamiento del 
“socialismo real”. Convertido en el arquetipo de la “traición”, aún vive
 en Moscú, en condiciones precarias; tanta como las que ahora enfrenta 
el otrora poderoso PCB.
El Che y Mario Monje no se vieron durante
 la preparación de la guerrilla en Bolivia. Se reunieron recién en 
Ñakaguazú el 31 de diciembre de 1966. No alcanzaron un acuerdo. Años más
 tarde aún prevalece la imagen patética del mandamás comunista, con 
escasa preparación militar, exigiendo al Che, el maestro de la acción, 
comandar la guerrilla en Bolivia. Equivaldría se dice a que un 
advenedizo en política hubiera exigido al jefatura bolchevique a Lenin, 
en vísperas del asalto al Palacio de Invierno.
La puesta en escena de esta reunión, al 
dramatizarlo ha contribuido a despolitizar las distancias entre el Che y
 los comunistas; y las ha reducido a un asunto de personalidad, ambición
 y contradicción. Aunque varios de sus ex camaradas concuerdan en que 
Monje era ambiguo y voluble, y que es probable que surgiera una cosa, 
prometiera otra y luego se retractara de ambas, representaba también una
 equívoca posición del PCB respecto a negar el rol capitular de la 
guerrilla en la conquista del poder.
A cuarenta años de aquellos 
acontecimientos prevalecen las dudas. Los comunistas bolivianos, 
intentando guardar una extraña fidelidad con la revolución que los 
condenaba, conservan un estoico silencio y los vacios de información 
subsisten. Por ello mismo lo que sigue es todavía una propuesta 
inconclusa, destinada a abrir el debate, más que a cerrarlo (4).
¿A dónde irá el Che? 
Para contextualizar la ruptura del PCB – 
Ernesto Guevara, se hace perentorio establecer cuando y en qué 
condiciones el Che decidió combatir en Bolivia. El hilo puede empezar a 
desenredarse tras su huida del Congo en noviembre de 1965. Es conocido 
que permaneció un corto tiempo en Dar Es Salaam, la capital de Tanzania.
 Para entonces aún no sabía cual sería su próximo destino guerrero ni en
 qué condiciones se desarrollaría este. A principios de Marzo, el Che 
aceptó desplazarse a Praga, capital de Checoslovaquia. Salió disfrazado,
 custodiado por Ulises Estrada, oficial del Ministerio del Interior de 
Cuba (5).
Guevara no tenía claro aún sus próximos 
pasos. A Cuba, lo sabía, no podía volver una vez que su carta de 
renuncia a sus cargos públicos y la ciudadanía cubana se hizo pública 
cuando Fidel Castro la dio a conocer el 3 de Octubre de 1966. Otro 
hombre quizá habría reculado, pero no el Che, orgulloso y seguro de su 
misión profética. 
Estaba fuera de duda que lo proclamaban nuevos 
esfuerzos guerrilleros en América del Sur.
Cuba, luego de su fallida incursión en el
 Congo, actualizó nuevamente a ésta latitud como teatro de operaciones y
 confrontación con el imperialismo (6). En ese marco, 
Bolivia se convertiría nuevamente en un espacio de tránsito y un 
santuario, tal como había ocurrido en 1963 durante la Operación 
Fantasma. Dividida en dos subfases, la “Operación Sombra” el EGP y 
Ricardo Masetti y la “Operación Matraca” el Ejército de Liberación 
Nacional (ELN) y Héctor Béjar en Perú, no contaba a este país como un 
teatro de operaciones.
Ambas resultaron un fracaso. La columna 
del ELN no logró siquiera ingresar en territorio del Perú y fue 
desbaratada en la frontera peruano boliviana. Volvió sobre sus pasos y 
se refugió en Bolivia. Los protagonistas guardaron hasta hoy la 
impresión de que fueron engañados por el PCB, más solidario con su par 
peruano, que repudiaba el foquismo. Los planes para estructurar nuevos 
focos en Perú no se detuvieron y a mediados de 1965, mientras el Che 
permanecía en el África, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria 
(MIR), que no participó en 1963, y nuevamente el ELN se lanzaron en 
armas (7).
El grupo del ELN no era numéricamente 
significativo pero si decididamente foquista, por lo que gozaba de la 
complacencia del Che. A fines de Diciembre de 1965 inicios de 1966, 
probablemente durante la conferencia de la Tricontinental, su dirección 
aceptó incorporar al Che en sus filas.
Cápac, importante cuadro del ELN, lo confirma (8):
Juan Pablo Chang Navarro Lévano, el 
Chino, que era jefe de la red urbana, (…) se había comprometido con 
Fidel hacerse cargo del ingreso del Che a la zona que estábamos operando
 (Ayacucho). Al llegar a Lima (de Cuba) Chang, me dijo como gran 
noticia: “El Che viene con nosotros”. (…) Me dijo que todo estaba 
decidido y había que ver la manera de guiar al Che hasta la frontera con
 Bolivia y (de allí) aunque fuera a campo traviesa hasta ponerlo en 
Ayacucho (9).
Perú estaba en la mira y no se hablaba de
 Bolivia como epicentro de la nueva guerrilla para el Che. Con esta 
perspectiva, una de las primeras visitas que Ernesto Guevara recibió en 
Praga, la primera o la segunda semana de Marzo, fue la de Ricardo, José 
María Martínez Tamayo, su antiguo conocido(10). En la 
totalidad de las obras sobre el Che se afirma que Ricardo llegó a 
Bolivia recién en Marzo de 1967. Sin embargo, ya en Enero de 1966, se 
reunió en Arica con Sánchez y el Chino, peruanos e integrantes del ELN. 
En la Plaza de esa localidad portuaria, el Chino recibió dinero de 
Ricardo, y se lo entregó a Bolas, militante del ELN con la misión de 
transportarlo hasta Lima (11).
Obviamente los recursos tenían el destino
 de reforzar las acciones guerrillas del ELN pues, pese a los severos 
golpes recibidos en Diciembre de 1965, aún combatían y esperaban 
recobrarse con la inserción del comandante Guevara en sus filas.
Cumplida la misión, Ricardo viajó a 
Bolivia y retorno a la Habana en pocos días. Poco después se presento 
nuevamente en Praga. Venía acompañado de Emiliano. Acostumbrado a 
trabajar con colaboradores probados, cercanos y leales, el Che se 
molestó. Se aplacó cuando le informaron que tenía el aval del propio 
Fidel Castro(12).
Tras percibir instrucciones, ambos 
volaron a Bolivia. En La Paz se encontraron con Julio Dagnino, alias 
Sánchez quien llego procedente de Lima. Sánchez durante la frustrada 
guerrilla del ELN en 1963 permaneció en Bolivia organizando la 
logística. Sus compañeros, procedentes de Cuba, ingresarían a Perú, 
cruzando de norte a sur el territorio boliviano. Contaban con la 
colaboración del PCB y la aquiescencia del presidente Víctor Paz 
Estenssoro. Sánchez conoció entonces a Ricardo y entabló vínculos con 
jóvenes del PCB. Emiliano retornó a Cuba, donde llegó el 29 de Abril. El
 propósito de ambos, Sánchez y Ricardo, era construir la armazón para 
asentar un foco en territorio peruano.
Sánchez reavivó también sus contactos con
 los comunistas Raúl Quispaya y Moisés Guevara, ahora militantes de la 
fracción maoísta. Ambos se integrarían a la columna del Che en 1967(13).
 Sus vínculos procedían de la frustrada campaña guerrillera de 1963. 
Ricardo, por su parte, se contactó con el núcleo de comunistas pro 
soviéticos que también colaboraron en la misma experiencia. Prestó 
singular atención a Álvaro Inti Peredo a quien visitó varias veces en su
 casa. Lo veía como un potencial cuadro político-militar y muy afín a 
las concepciones cubanas de lucha armada. Con la colaboración de este 
sector de comunistas, en todo caso más personal que institucional, 
Ricardo adquirió, sin verla, una parcela de terreno en las cercanías de 
Caranavi, en el norte selvático de La Paz. La intención era utilizarla 
como refugio y campo de entrenamiento para guerrilleros procedentes de 
Cuba con rumbo el Perú. Un plan similar al de 1963.
Casi simultáneamente en Abril, 
seguramente a mediados de mes, el Che se trasladó a una pequeña finca a 
las afueras de Praga. Para entonces su proyecto, peligroso e imprudente,
 a los ojos de sus compañeros cubanos, consistía en trasladarse a 
Francia, mimetizarse un tiempo hablaba francés y de allí partir con sus 
más fieles al Perú.
Lo confiesa Pombo:
Los primeros días de Mayo llegué con Tuma
 a Praga. La razón de nuestro viaje, además de acompañar al Che, era, 
fundamentalmente, que él nos preparará para la futura misión, que sería 
reiniciar la lucha armada en Perú, para luego extenderla a los demás 
países; aunque la entrada del Che sería por Bolivia (14).
Surgió el obstáculo de que el frente 
peruano, termino por desmoronarse. En Enero de 1966 murió Guillermo 
Lobatón, uno de los comandantes del MIR. El primero de Marzo, Héctor 
Béjar, fue capturado. El 26 de Mayo, Ricardo Gadea ex cuñado del Che, y 
alto miembro del MIR, cayó en las redes de la policía. La guerrilla 
peruana se hizo trizas.
Los integrantes del ELN, comprendieron las consecuencias de la nueva y desventajosa correlación de fuerzas.
En las palabras de Cápac:
Las noticias procedentes de la zona 
guerrillera no eran alentadoras, entonces Chang en esas circunstancias 
se vio obligado a informar a los cubanos de la difícil situación que 
atravesábamos(15).
Las oscuras circunstancias del arresto de
 Béjar y las muertes de otros jefes guerrilleros, parecieron muy 
sospechosas para los operadores cubanos (16).
La evaluación fue concluyente: “la verdad
 es que a nuestro criterio (el Che) no puede entrar allí. Todavía tiene 
que aclararse muchas cosas (…)”, escribiría en Bolivia en esos días el 
fiel Pombo, Harry Villegas (17). Su tajante conclusión 
no era personal, sino un eco del ánimo que advertía las más altas 
esferas cubanas. Si Perú ya no era posible, lo único permitido, para los
 organizadores cubanos, era cambiar de escenario hacia Bolivia.
A sus ojos, y en términos operativos este
 país ofrecía muchas ventajas: amplias y desguarnecidas fronteras, su 
cercanía a la Argentina y sobretodo un Partido Comunista menos 
recalcitrante a las posiciones guerrilleristas. En Mayo de 1966, Mario 
Monje, conocido posteriormente por sus seudónimos de Estanislao y Negro,
 se reunió con Fidel Castro. El boliviano acababa de concluir un curso 
de adiestramiento militar. Aunque él no la concebía como una aceptación 
de la metodología foquista, era inusitado como un alto jerarca comunista
 aceptara acudir a un campo de instrucción en Cuba(18).
Monje aceptó a regañadientes la solicitud
 de Castro de otorgar cuatro de sus militantes para una “operación en 
largo plazo en Sur”. Lícitamente supuso que se trataba de una repetición
 similar a la de 1963, cuando contribuyeron a organizar desde territorio
 boliviano la guerrilla de Jorge Masetti. Castro no le suministró ningún
 otro detalle. No mencionó al Che y menos todavía que el teatro de 
operaciones seria Bolivia (19).
Días más tarde, el Che reunió en Praga al
 trío de sus fieles compañeros cubanos, Pombo, Tuma, Carlos Coello y 
Pacho, Alberto Fernández Montes de Oca. Les leyó y comento 
favorablemente una carta de Fidel Castro fechada el 3 de Junio. En ella 
el dirigente cubano lo convocaba a recapacitar y acogerse de la 
protección cubana e utilizar sus instalaciones para preparar la nueva 
guerrilla. Los fragmentos publicados de la carta no menciona a Bolivia 
como un nuevo destino, pero distintos testimonios concuerdan que estaba 
más que sobre entendido. La operación Bolivia se prefiguraba y solamente
 entonces el nuevo rol para el PCB cobro sentido. A ojos cubanos, ya no 
sería un colaborador sino un protagonista.
El Che no tomó una rápida determinación. 
Decidió comprobar las condiciones operativas que ofrecía Bolivia. Envió a
 Emiliano para verificarlas. Fue una decisión obligada por las 
circunstancias, pues el emisario no pertenecía al círculo íntimo de 
Guevara. Poseía el rango de oficial al Ministerio del Interior. Combatió
 en el segundo frente oriental “Frank País”, organizado por Raúl Castro 
en Marzo de 1958. Durante la campaña colaboro con Manuel Piñeiro, en el 
Servicio de Inteligencia y se especializó en tareas urbanas. Moreno, 
delgado y algo desgarbado, llegó a Bolivia en la tercera semana de 
Junio, según se desprende de un mensaje cifrado de Ariel Ricardo fechado
 el 13 de ese mismo mes. Lanzaba, en su segunda visita a La Paz, una 
respetable cantidad de dinero e instrucciones de reunirse con Mario 
Monje, el maoísta Moisés Guevara y auscultar su compromiso con un 
posible foco guerrillero en Bolivia.
En Praga sus compañeros lo aguardaban 
ansiosos. A principios de Julio, probablemente el 9, retornó y comunicó 
al Che los resultados de su inspección. “Son positivos”, escribió Pombo 
en el Diario (20). Con aquella seguridad y la 
aquiescencia del Che, la operación sugerida por Castro el mes de Mayo se
 puso en marcha. El 14 de Julio, Pombo y Tuma, partieron rumbo a 
Bolivia, su nuevo destino guerrero. Por su parte, el 19, el Che, con la 
segura escolta de Pacho, enrumbó a La Habana, donde llegó el 23 del 
mismo mes.
Rumbo a Bolivia (21)
Al atardecer del 25, Pombo, Tuma, tras 
volar la ruta Zurich-Dakar-Rio-San Pablo-Corumbá, llegaron a Santa Cruz,
 donde los recibió Ricardo. El 27 ya estaba en La Paz con el encargo de 
establecer las condiciones operativas.
Tras informar a Ricardo, que “se 
concentraran los esfuerzos principales en Bolivia”, su principal tarea 
fue poner en marcha “las orientaciones de la Isla”. El derrotero suponía
 recuperar los cabos aparentemente atados por Ricardo y Emiliano. Para 
su enfado la avanzada cubana comprobaría una y otra vez, que las 
valoraciones de Emiliano no concordaban con la precaria realidad de las 
cosas. Apenas Pombo y Tuma arribaron a La Paz hallaron, para su 
sorpresa, que no “había ningún preparativo”(22). Además
 contrariando las instrucciones expresadas y recibidas del Che, Emiliano
 no había señalado a Monje “nada del lugar de la lucha”, o sea Bolivia. 
De modo que cualquier compromiso o respuesta que a nombre de los 
comunistas éste hubiera transmitido en Praga, carecía de valor y 
sustancia. Los errores eran pues de grueso calibre y con lo avanzado del
 ejercicio guerrillero, solamente cabía tratar de enmendarlos sobre la 
marcha, lo que no siempre sería posible.
La evidencia irritó al trío de enviados. 
Ricardo fue el primero en reaccionar. Tras enterarse de las nuevas 
instrucciones que le fueron transmitidas por Pombo y Tuma, que 
seguramente consideraba confusas y fuera de lugar, no dudó en acusar a 
Emiliano de “haber hablado mierda de seguro”. El 30 de Julio desde La 
Paz, tuvo que advertir a Ariel que Emiliano “no ha(bía) informado bien”.
 En el grupo cubano avecindado en Bolivia ya que las evidencias en mano 
no hablaban bien del desempeño de su compatriota. Afirmaban 
frecuentemente que era “poco confiable” y lo culpabilizaban de haber 
proporcionado al Che un “informe tergiversado”(23). Por
 razones nunca aclaradas, una vez prestado su evaluación, Emiliano 
decidió a “abandonar la nave”. El 15 de Julio retornó a La Habana y se 
hundió en el olvido. ¿Por qué se fue? Quizá lo inundo el miedo pero lo 
más probable es que lo empujó la seguridad de haber fallado u ocultado 
la verdad.                 Su importante papel, y las consecuencias 
negativas de su informe sobre el futuro destino del Che y sus vínculos 
con el PCB, han sido censurados en las narraciones tanto cubanas como de
 los biógrafos del Che (24).
Operación Ñakaguasú
El 22 de Julio Pombo y Ricardo, se 
reunieron en La Paz con Sánchez. El peruano fue informado que se 
abandonaría la empresa de su país, a favor de Bolivia, por existir en 
ella, se le dijo, “mejores condiciones”. El argumento isleño para 
descartar al Perú fue la derrota que sufrieron las fuerzas insurgentes 
del MIR y el ELN a fines de 1965 y su posible infiltración. Aunque Pombo
 asevera que Sánchez comprendió, rápidamente comunicó la mala nueva a 
sus compañeros. Días después, el 6 de Agosto, dos de ellos llegaron a 
sede del gobierno boliviano. Su presencia era una reafirmación de los 
compromisos adquiridos para viabilizar la presencia de Ernesto Guevara 
en Perú. Argumentaron a favor de su trabajo, su voluntad, y con la misma
 lógica aprendida del Che, aseveraron que “las condiciones que puedan 
faltar en la lucha, se crean”. Como la decisión cubana ya estaba tomada,
 sólo recibieron la oferta de que podrían mandar sus hombres a 
entrenarse en Bolivia, para luego integrar otro foco en Perú, con el 
concurso cubano (25).
Una vez saldado el asunto peruano quedaba lo más grueso, sellar acuerdos con el PCB.
El 25 de Julio, los cubanos se reunieron 
en Santa Cruz, con el cuarteto de jóvenes bolivianos que les habían 
asignado y que acababan de retornar de Cuba, tras su entrenamiento 
militar. Rodolfo Saldaña, Roberto Coco Peredo, Jorge Loro Vázquez Viaña y
 Luis Ñato Méndez, fueron informados de los nuevos lineamientos 
definidos por La Isla. Durante su permanencia de casi 6 meses en Cuba, 
desconocían, como es habitual en el mundo de los secretos caribeños, el 
carácter de su misión y su destino final; pero en todo caso no suponían 
que era la de combatir en la guerrilla al lado del Che. Y menos aún la 
posibilidad de alzarse en armas sin el consentimiento de su partido. 
Para ellos, al igual que Monje, simplemente estaban en trances de 
repetir la experiencia de colaboración que hicieron en 1963.
Hubo que confrontarlos con la nueva 
realidad y verificar hasta donde iba su deber con la estrategia cubana. 
Lo confirma Pombo e indirectamente reafirma que el PCB no tenía 
conocimiento de los planes cubanos respecto a Bolivia:
Se trató de obtener el compromiso de ir a
 la lucha aún cuando Estanislao no supiera. Plantearon que a su criterio
 lo mejor era plantearle a Estanislao la cosa. Ellos estaban seguros de 
que su posición sería ir a la lucha, y que en caso de no ser así ellos 
estaban dispuestos a seguir con nosotros (26).
Tres días más tarde, Ricardo discutió con
 Monje en nuevo contexto. Probablemente asumía que Emiliano lo había 
alertado sobre los nuevos planes que involucraban a Bolivia; pronto 
comprobaron que no fue así, con las consecuencias negativas subsecuentes
 para su plan. El jefe comunista mantuvo su estrategia, como sostuvo 
varias veces en Cuba, era la insurrección popular urbana, mientras que 
el cubano se reafirmó en la guerra de guerrillas. Alcanzaron una 
solución salomónica y engañosa, pero útil para ambos lados: “Se acordó 
ir de inmediato pues a la lucha armada, manteniéndose vigente el Plan de
 levantamiento general, pero a la vez organizar las guerrillas”(27).
 Los cubanos no estaban para nada satisfechos, pero esperaban que cuando
 llegara el Che, la situación, con el carisma y el peso político del 
legendario Comandante, se definiera a su favor. En la conversación 
Monje, dual como en otras oportunidades, había abierto esa puerta para 
romper el empate. Los cubanos lo sondearon y respondió que si el Che 
estuviera involucrado iría a “luchar a su lado hasta donde fuere”(28). Una posibilidad, un arrebato personal, pero una obligación definitiva que comprometiera al Partido Comunista.
¿Pensaba realmente el PCB embarcarse en 
una revuelta popular? El 3 de Julio de 1966, el PCB, bajo la sigla de 
Frente de Liberación Nacional (FLIN), se presentó a las elecciones. 
Obtuvieron poco mas de 32.000 votos, un 2,3% del total, que dejó a los 
comunistas sumamente satisfechos y pletóricos de gozo de sus 
posibilidades electorales (29). Mientras los cubanos 
organizaban la guerrilla, la perspectiva del PCB se aproximaba más a la 
acumulación de fuerzas en el campo democrático parlamentario, que a una 
ruptura violenta del sistema.
Loyola Guzmán, militante del PCB, que a 
principios de 1967 se desgajó de su organización para integrarse como 
cuadro urbano de la guerrilla del Che, recordaría claramente la postura 
de su ex camarada Monje en aquellos tensos días:
Para él (Monje) en nuestro país la revolución se 
haría en forma violenta, por medio de la insurrección armada de las 
ciudades y la lucha guerrillera se la iniciaría en caso de que sea 
derrotada o detenida la insurrección armada de la ciudad. Sin embargo, 
él confiaba mucho más en la lucha armada sea Insurrección o Guerra Civil
 en las ciudades (30).
El PCB aprovechaba las oportunidades que 
les ofertaban los cubanos, interesados en congraciarse con esta 
organización. El 25 de Julio, a la cabeza de Inti Peredo, ocho 
integrantes de la Juventud Comunista, viajaron, vía Buenos Aires, para 
Cuba (31). La cronología permite afirmar que no fue 
resultado del arribo a Bolivia de Pombo y Tuma ni de lo que ellos 
denominaban “los nuevos lineamientos”; es decir la organización de un 
foco en Bolivia al mando del comandante Guevara. Ese día 25 el dueto 
isleño todavía bregaba en Corumbá, frontera boliviana-brasileña, por 
llegara Santa Cruz de la Sierra.
El periplo de Inti y sus camaradas fue 
más bien el resultado de un acuerdo celebrado por Monje durante su 
permanencia en Cuba. Los comunistas no concebían sin embargo la 
presencia de sus jóvenes integrantes como un acoplamiento a la 
estrategia de guerra de guerrillas, sino como una acumulación para sus 
propios planes. En su mira estaba contar con un pequeño aparato armado, 
de auto defensa principalmente. En años anteriores, con este objetivo, 
habían entrenado gente en la Unión Soviética, China (cuando era posible)
 e incluso en Cuba.
Nuevamente Loyola Guzmán:
En Julio de 1966 fuimos consultados un 
grupo de dirigentes de la JCB para seleccionar camaradas que recibieran 
entrenamiento en Cuba (…) se alistaron y viajaron aproximadamente 7 u 8 
camaradas de la JCB. Casi de inmediato planteé a (Monje) otros nombres 
más. El me respondió que por el momento no mandaba más gente y que los 
camaradas elegidos debían ser fuertes ideológicamente y políticamente 
para evitar posibles desviaciones (32).
Está claro que aquellas tentaciones no 
podían ser otras que los cubanos sedujeran a los comunistas y los 
incorporaran en su proyecto, como efectivamente aconteció. Monje conocía
 de esta posibilidad, que había ocurrido decenas de veces con militantes
 de otras organizaciones precedentes de los más variados países. Guzmán 
valoraría la prevención solamente a posteriori. En aquel momento (julio 
de 1966) las expresiones del jefe comunista, no tenían una importancia 
destacada. Transcurrido el tiempo y desencadenada la lucha armada 
adquieren recién el valor que éste les daba. El grupo llegó a Cuba el 29
 de Julio y de inmediato se dirigió a Pinar del Rio para su 
entrenamiento. Inti y otros cuadros comunistas fueron, como temía Monje,
 reclutados para participar en las filas del Che (33).
En conclusión, nada permite afirmar que 
para fines de Julio, cuando Guevara ya se encontraba en Cuba donde 
arribó hacia el 23 de ese mes, el PCB estuviera comprometido en apoyarlo
 y menos integrar sus filas. Mal podían los comunistas aceptar un papel 
en una obra, con un libreto y un tablado que desconocían. En otros 
términos, el Che habría tomado una decisión en base a informaciones que 
magnificaban la posible contribución del PCB, sin que este estuviera 
realmente comprometido, o que, en su caso, fuera a dividirse entre las 
fuerzas que apoyaban su foco y las fieles al aparato partidario. Ese es 
el sentido de las reiteradas acusaciones a Emiliano, de dar “un informe 
tergiversado”, a lo que ya nos hemos referido. Recuérdese que según 
Pombo, tan cercano a Ernesto Guevara para no dudar de sus palabras, fue 
en base al recuento de Emiliano que el Che se decidió finalmente por 
Bolivia.
Al descubierto
Hasta inicios de Septiembre de 1966, los 
adelantados cubanos actuaban con sigilo armando sus propias cosas, 
tratando de que el PCB no se enterara. Un giro radical, se produjo 
cuando se presentó Pacho, procedente de La Habana con nuevas 
instrucciones. Llegó a La Paz el 3 de Septiembre, por vía férrea, 
procedente de Chile. Informó a sus sorprendidos compatriotas que los 
planes cambiaron totalmente. La zona elegida sería diferente a Ñakaguasú
 y que Regis Debray la estudiaría. Asimismo se reforzarían los vínculos,
 al momento casi congelados, con el sector de Moisés Guevara. Pombo, 
Ricardo y Tuma comprendieron que la determinación echaba por tierra lo 
poco que habían conseguido con el PCB. La definición de Alto Beni, al 
norte de la ciudad de La Paz y alejada de cualquier frontera, como 
teatro de operaciones, ponía fin a la apariencia y dejaba claro a los 
ojos comunistas de “la cosa era aquí”. Debray arribó a Bolivia 
procedente de Cuba, ingreso por Chile con su pasaporte legal. En La 
Habana, en la cual se encontraba desde Diciembre de 1966, recibió el 
encargo directamente de Fidel Castro.
El francés excluyó de sus contactos a los
 comunistas de Monje y se concentró en los maoístas. En 1964 durante su 
primera estancia en Bolivia había cultivado una relación con jóvenes que
 luego pertenecerían a esta tendencia. Por ello, los pro- soviéticos lo 
etiquetaban como pro-chino y lo catalogaban como un aliado de sus 
irreconciliables adversarios (34). En Oruro, en 1967, 
se alojó en la casa de la familia Palenque, cuyo hijo King pertenecía a 
esta tendencia. En esa localidad entabló contactos con la gente de 
Moisés Guevara. Viajó luego por Alto Beni. Militantes Maoístas, le 
proporcionaron cobertura. Concluido el diagnóstico, viajó a la región 
tropical del Chapare Tropical. Pero nunca, porque no se lo instruyeron, 
exploró Ñakaguasú.
El periplo del francés no pasó 
desapercibido. Las antenas del PCB, ya en apronte con tanto movimiento 
cubano, lo detectaron. Contaban con informantes dentro de las filas de 
sus ex compañeros maoístas. La bomba estalló. El 28 de Septiembre, los 
isleños se reunieron con un enfurecido Monje. Inicio su exposición 
recordando que su compromiso con Fidel Castro consistía solamente en 
proporcionar cuatro hombres para la “cosa del sur”. Que él tras el 
cambio hacia Alto Beni “región de donde una guerrilla no se puede 
irradiar a otros países, se ha podido dar cuenta que la base central del
 plan es Bolivia y que él está al margen de todo”(35). 
Los cubanos intentaron replicar, recordándole que el 28 de Julio le 
informaron que la “cosa central era aquí por considerar que este país 
era en el momento el que tiene mejores condiciones”. Monje no aceptó. 
Replicó que su compromiso consistía únicamente en colaborar con el 
tránsito al sur, tal como había ocurrido en 1963, con Jorge Masetti y el
 EGP. En la misma reunión los cubanos conocieron que Jorge Kolle Cueto, 
el más pro-soviético de los dirigentes del PCB, informó durante la 
celebración del Congreso del Partido Comunista de Uruguay (PCU), de que 
los cubanos preparaban una guerrilla en Sudamérica. ¿Fue un error o tuvo
 otros propósitos? Kolle es recordado entre la vieja militancia del PCB 
como un decidido antifoquista, incluso más que Monje y como un personaje
 que actuaba bajo la línea de Moscú. Rodney Arismendi, secretario 
general del PCU exigió”que se comunicara a todos los secretarios 
generales del Partido o de lo contrario lo haría el mismo”(36).
La posibilidad de que el secreto se 
filtrara y que el Che corriera riesgos o que pudiera quedarse varado por
 las protestas de los comunistas, sobre todo de los argentinos, era 
grande. Alarmados los isleños enviaron a Ricardo a La Habana con las 
malas nuevas. Partió el 6 de Octubre. Cuando llegó, el Che ya había 
decidido alzar el vuelo para Bolivia. Los engranajes de la operación 
estaban en marcha. Mejor no se hubiera movido de La Paz. Guevara lo 
encaró con una de las clásicas “descargas”. Le dijo que su viaje era 
inútil y una “mierda”. Continuó increpándolo: he cometido muchos 
errores, pero el mayor fue enviarte a Bolivia, “pues no sirve(s) para 
nada”(37).
Cuando el 22 de Octubre Ernesto Guevara 
dejó Cuba, tenía muy poco concretado para una recepción auspiciosa. El 
concurso del PCB estaba en duda. Tampoco alcanzó a consultar 
detenidamente el informe de Debray que le recomendaba operar en Alto 
Beni. Decidió aposentarse en una zona  lejana, poco poblada y que no fue 
explorada previamente por sus hombres de confianza (38).
¿Salió el Che antes de lo previsto? Meses
 más tarde tal era la impresión generalizada en las conversaciones en el
 campamento en Ñakaguasú, al calor del fogón. Tanto Ciro Bustos como 
Regis Debray(39) se harían eco de la afirmación de 
Ricardo; y de ellas varios biógrafos del Che. Pero la comunicación de 
Ricardo no fue útil, para el Che que ya estaba de salida. ¿Tuvo noticias
 por otras vías de lo dicho por Kolle? ¿O, en verdad, lo único que le 
preocupaba era montarse en la escena de armas?
Simultáneamente, aunque sin saber que el 
Che venía para Bolivia, Monje salió para Cuba. ¿Por qué los cubanos 
aposentados en La Paz, que conocían que el Che ya no estaría en Cuba, no
 detuvieron la partida del jefe comunista? Mario Monje y Jorge Kolle se 
entrevistaron con Castro en La Habana en la primera semana de diciembre,
 Monje reitero su preferencia por la insurrección, incluso si para ello 
tuviera que romper con el PCB. Nuevamente no se comprometió a nada 
concreto en relación al Che, pero acepto reunirse con él. “No te puedo 
afirmar cual será su actividad definitiva”, confesó Castro a Guevara el 
14 de diciembre (40). Monje retornó a Bolivia el 22 de 
diciembre, tras una parada en la URSS para cotejar impresiones. Para 
entonces todos los cubanos ya estaban en el alejado campamento y el Che 
había sustraído un puñado de militantes del PCB.
Guevara a sabiendas que Monje no contrajo
 un acuerdo de apoyarlo, esperaba volcar su determinación. Consultó con 
los jóvenes comunistas recientemente integrados en sus filas. Ellos, 
particularmente Inti Peredo, dudaron de que el PCB diera este paso. 
Finalmente, el 31 de diciembre Monje y el Che se vieron cara a cara. 
Vale hacer notar que, según todos los testimonios de testigos, incluidos
 los de Guevara y Monje, el Che no demandó al dirigente comunista 
cumplir con presuntos compromisos. Sabía que el comunista venia a 
debatir no a acatar. La disputa se mantuvo estrictamente en el plano 
estratégico. Los resultados son conocidos.
Monje se encontró con una realidad 
inconmovible. “Este es mi territorio liberado y no me iré. Sólo saldré 
muerto”, le dijo Ernesto Guevara. Un “chantaje de cuerpo presente” (fait
 accompli). El mismo que uso en el Congo. El Che no aceptó la solicitud 
de Monje de otorgarle el mando político-militar. Cedería el político, 
pero no el militar, y el primero estaría subordinado al segundo. Se ha 
dicho que un inflexible Che actuó bajo el peso de la memoria de la 
fallida experiencia en el Congo. Allí el mando político quedo en manos 
de los operadores africanos inmovilizándolo. Algo tuvo que pesar esta 
historia en el desenlace del 31 de diciembre, pero en verdad la 
confrontación reflejaba dos ópticas distintas en relación a la 
dialéctica clase partido y vanguardia política y vanguardia militar. El 
PCB no era foquista, sino obrerista y electoralista; aunque gustaba 
mencionar entre sus planes la lucha armada. Su proyecto de toma del 
poder si alguna vez habría de realizarlo se nutriría del modelo del 
asalto del Palacio de Invierno en octubre de 1917 por los bolcheviques. 
Pero también esgrimiría la memoria de la revuelta popular en las calles 
de La Paz del 9 al 11 de abril de 1952. El proletariado urbano y minero 
boliviano, entre los cuales el PCB contaba con varios militantes, había 
acumulado experiencia de combate callejero, una regular cantidad de 
armamento y ánimo para salir a disputar la posesión de las ciudades. 
Monje se lo dijo, pero el Che pareció no valorar ni (re)conocer esta 
trayectoria histórica. “Sus argumentos son inconsistentes”, escribió 
respecto a la posición comunista (41).
¿Era este enfoque solamente del jefe del PCB? ¿Se la inventó, como afirma Castañeda?(42)
 ¿La sacó de la galera para buscar un pretexto y romper con el Che, como
 éste afirmaría posteriormente? ¿O por el contrario estaba inserta en la
 cultura política de la militancia?
León, un comunista en la guerrilla
Antonio Domínguez Flores, campesino 
originario del Beni, fue convocado en septiembre de 1966 por Coco 
Peredo, para trabajar en la finca de Ñakaguasú. En principio no se lo 
consideraba combatiente, estatus que obtuvo a inicios de 1967. Tomó León
 como nombre de guerra. El Che lo apuntó como “uno de los mejores 
proyectos de combatiente”. El 26 de septiembre de 1967 abandonó la 
columna y fue detenido por los militares. Rindió un largo testimonio a 
sus captores. Franco, abierto, lleno de detalles sobre la vida cotidiana
 de la guerrilla es su testimonio insuperable, independientemente de la 
manera en la que fue obtenido.
León narra una conversación que mantuvo 
con el Che, pocos días antes del primer enfrentamiento entre la 
guerrilla y el Ejército Boliviano, ocurrido el 23 de marzo de 1967. Sin 
la misma intensidad y trascendencia, el diálogo repite aquél del 
sostenido por Mario Monje y Ernesto Guevara el 31 de diciembre de 1966.
León: A mi criterio yo no le tengo fe casi a las guerrillas aquí en Bolivia
Che: ¿No tienes confianza en nosotros?
León: No es eso. Sé muy bien que los 
compañeros cubanos son hombres hechos para la revolución y sobre todo 
tienen táctica y experiencia de guerrillas (…) Me parece que los 
comunistas bolivianos no estamos en condiciones para la lucha armada así
 en tipo guerrilla, más probable lo hallo en las ciudades, y más que 
esto (hallo) que el campesinado no tiene conocimiento en nada, además 
tiene tierra de sobra.
Continúa León:
(El Che) me responde (…) me dio algunos 
conocimientos de la revolución cubana (…) pero al instante yo le 
respondí (…) le dije que la condición actual de Bolivia es distinta a la
 época de Batista, (…) (que) era muy crudo, ya estaba odiado y relajado 
por todo el pueblo cubano (…) Fue una revolución de tipo burgués (y) el 
imperialismo no intervino aquella revolución. Ahora es distinto (…) de 
inmediato toman parte los norteamericanos.
El Che sonreirá, como burlándose de su interlocutor. Replicó:
Ya ha llegado la hora de que los hornos 
caldeen, para los pueblos no hay otra alternativa que empuñar el fusil y
 tirarse a los bosques y montañas y a veces morir, pero lo más seguro es
 vencer, si nosotros no lo vemos, las nuevas generaciones lo verán(43).
León refrenda los argumentos de Mario 
Monje; como el mandamás del PCB no inventa, repite lo que ha aprendido 
en su vida de dirigente comunista. Para él, pese a que ya está en el 
baile, hay diferencia entre masa y guerrilla.
Epílogo 
Alrededor del 10 de febrero de 1967, tres
 altos dirigentes comunistas y Fidel Castro se reunieron en La Habana. 
Buscaban curar heridas. Castro, los reconvino. Intentó desmoronar el 
argumento de Monje: Explicó que guerrilla no tiene objetivos nacionales,
 sino continentales; por tanto no cabía exigir la jefatura para el PCB. 
Quedó optimista tras su respuesta. “Creo que podrán lograr acuerdos 
satisfactorios”(44), informó al Che.
En Bolivia, la situación se agravaba. 
Monje convenció a tres militantes enviados a Cuba en Julio de 1966, que 
no se integraran a las filas del Che. Expulsó a miembros de la Juventud 
Comunista que se alistaron con Guevara. Monje “es ya un enemigo” 
sentenció el Che(45). Sin mucho entusiasmo Guevara 
recibió el 14 de febrero que Humberto Ramírez, Jorge Kolle y el 
dirigente minero Simón Reyes, se reuniría con él. ¿Habría modificado su 
actitud el PCB? El 23 de marzo, la guerrilla propinó la primera derrota 
al Ejército, a costa de quedar aislada y cercada. La reunión se truncó. 
Lo más probable es que el PCB hubiera mantenido su línea. Sostenían que 
marcar diferencias, no equivalía a traicionar o romper códigos de 
solidaridad.
Los impactos de la presencia del Che en 
el PCB recién se sentirán tras su muerte. Un buen número de integrantes 
de la Juventud Comunista, tal como Guevara había supuesto, renunciaron a
 su partido, que consideraban adormecido y felón, y se integraron como 
combatientes a la nueva guerrilla que se organizó en 1970 en Teoponte 
(la misma zona que estudió Debray en 1966 para el Che), se sumaron 
también al aparato urbano. Situación que Ernesto Guevara habría deseado 
en 1967. Este masivo concurso, sin embargo, no impidió en 1970 el 
prematuro y dramático desastre de las columnas en armas(46). Sólo que esta vez no hubo un PCB al cual acusar de traición.
NOTAS
- El autor, dirigente del clandestino “Comité Interfacultativo”, militaba por entonces en una organización trotskista.
- La obra fue escrita en Chile y contó con
 la colaboración e influencia de Elmo Catalán, militante del Partido 
Socialista e integrante secreto de la guerrilla en Bolivia. Se publicó 
por primera vez e 1970.
- Información confirmada por separado por 
ex militantes del ELN y del PCB. Lo único en que difieren es quién era 
la mujer que lo acompañaba, unos dicen su hija y otros su esposa.
- Jorge Kolle Cueto, directamente 
involucrado en esta trama, nos comunico varias veces que preparaba sus 
Memorias; lamentablemente murió el 4 de marzo de 2007 sin haberlas 
culminado.
- Estrada –que es de raza negra- llamaba la atención y lo devolvieron muy ponto a Cuba.
- Gleijeses, Piero. Misiones en conflicto.
 La Habana, Washington y África 1959 – 1976, Editora de Ciencias 
Sociales. La Habana, 2004, p.339.
- Peter Vrijer, Meter. “La lucha 
guerrillera en el Perú. Los vibrantes años sesenta”. Junio de 2007. Ms. 
Agradecemos al autor el envío de este avance de investigación sobre la 
guerrilla en Perú.
- Comunicación electrónica con el autor, 
16 de junio de 2007. Resalta la importancia de Cápac, que fuese 
mencionado en el cifrado Nº 37 enviado el 13 de junio de 1967 por Ariel 
(Juan Carretero) al Che, donde se lo menciona como “responsable ELN 
trabajo preparatorio núcleo guerrillero en Puno”. Por razones de 
seguridad no consignamos su verdadero nombre. Actualmente vive en Perú.
- Cápac, comunicación electrónica citada. El paréntesis nos pertenece.
- También conocido como Papi, Mbili y Taco.
- Declaración de Sánchez, Presencia, La 
Paz, 21 de abril de 1968. Días antes fue detenido por la seguridad del 
Estado e interrogado por el agente de la CIA, Julio García García.
- Gálvez Rodríguez, William. El 
Guerrillero Heroico. Che en Bolivia. Status ediciones, Vizcaya, 2003. P.
 46. Gálvez es General de Brigada(R) del Ejército de Cuba.
- El PCB se escindió en dos fracciones en 
abril de 1965, la maoísta, al mando de Oscar Zamora y la pro Moscú, de 
Mario Monje. Los contactos de Sánchez abarcaron a una pequeña escisión 
en el grupo de Zamora, liderizada por Moisés Guevara, trabajador minero.
 Con el sobrenombre de Willy, acompaño al Che en Ñankaguasú.
- Gálvez R., William. Op. cit.p.56.
- Cápac,op.cit.
- Pombo la reflejaría en su Diario de 
Campaña: “Al parecer (…) Calixto se entregó a través del médico, puede 
haber sido con la condición de que se garantizara la vida”, 6 de agosto 
de 1966. El Diario ha sido publicado por Carlos Soria Galvarro en tomo 
Nº 2, “Los otros Diarios”, de la colección El Che en Bolivia. Documentos
 y testimonios. La Razón, La Paz, 2005.
- El paréntesis nos pertenece, Pombo dice Ramón, primer nombre de guerra de Ernesto Guevara en Bolivia.
- Según Monje fue una maniobra para 
ganarse la confianza cubana y desplazar a los comunistas maoístas como 
representantes de Bolivia en la tricontinental. Aderson, Che. Una nueva 
vida revolucionaria, Emecé Editores, Argentina, 1997.pp. 680-683.
- Cifrado nº 4. De Ariel a Ricardo, La 
Habana, 19 de Mayo de 1966. Monje no recibió ninguna información “no se 
le dijo en que consiste la misma ni se le…. De Mongo”. Mongo era el 
seudónimo africano del Che
- Anderson, Jon Lee. Pp. 679-689. A…. transcribe una parte no publicada, en verdad expurgada, del Diario del Pombo en Bolivia.
- El autor reconoce los aportes recibidos 
en varias conversaciones de Humberto Vásquez-Viaña, ex integrante de la 
red urbana del Che, y autor del importante libro: Una Guerrilla para el 
Che, Santa Cruz, 2002.
- Diario del Pombo, op.cit. 5 de septiembre de 196. Op.cit. p.28
- Ministerio de Gobierno, Justicia e 
Inmigración de Bolivia. “Re interrogatorio a espía extranjero capturado,
 Julio Dagnino Pacheco”, 17 de abril de 1968. Documento Nº 16. Fotocopia
 en archivo del autor. Sánchez fue capturado ese mes. El interrogatorio 
toma como base el Diario del Pombo.
- Emiliano no figura en las obras 
biográficas de Paco Ignacio Taibo, Jorge Castañeda, Pierre Kalfon, Pacho
 O’Donnell. Incluso Anderson, tras mencionarlo, no destaca su papel.
- Lo que explica la presencia de Juan Pablo
 Chang en el campamento del Che en Ñakaguasú, donde quedó atrapado al 
estallar las acciones guerrilleras el 23 de marzo de 1967.
- Diario de Pombo, 27 de julio de 1966. Op.cit p.21.
- Diario de Pombo, 28 de julio. Ibid. P. 
35. Más tarde, el 11 de septiembre, Pombo reconocería que la 
insurrección “no es nuestra concepción de la lucha armada”.
- Informe enviado por Ricardo a Cuba. Diario de Pombo, 30 de julio de 1966. Op.cit. p.22.
- Se presentaron bajo la sigla de Frente de Liberación Nacional (FLIN). Recibieron aportes soviéticos para su campaña.
- El llamado “Diario de Loyola” es un 
informe que ella elaboró en octubre de 1968 en la prisión para la 
dirección del ELN, que organizaba una nueva guerrilla. El documento que 
contenía datos confidenciales, cayó en manos de la seguridad del Estado.
 Se publicó en el matutino Hoy de La Paz del 32 de agosto al 8 de 
septiembre de 1969. Lo citado es del 3 de septiembre. El paréntesis nos 
pertenece, Guzmán utiliza el seudónimo de Monje, Estanislao.
- En otras fuentes se menciona a nueve.
- Guzmán, Loyola. Op.cit. el subrayado nos pertenece.
- Por distintas razones, solamente la minoría se incorporaría finalmente a la columna del Che en Ñakaguasú.
- Elizabeth Burgos, comunicación 
electrónica con el autor, 5 de marzo de 2007. Como es conocido Burgos 
era la compañera de Debray en ese momento.
- Diario de Pombo, 28 de septiembre de 1966, op. Cit. P. 36.
- Diario de Pombo, 28 de septiembre de 1966, op. Cit. P. 35-36.
- Diario de Pombo, 21 de octubre de 1966, op. Cit. P. 41.
- Algunos autores (Vásquez – Viaña, op. 
Cit.) sugieren que fue el PCB quien indujo la compra de la finca en 
Ñakaguasú, pero una lectura del Diario de Pombo muestra que la zona de 
sudeste boliviano se tomo siguiendo instrucciones del Che.
- Bustos, Ciro Roberto. “Memorias”. 
Secreto. Escrito en la presión de Camiri, en mayo de 1966. Publicado 
parcialmente por el General Arnaldo Saucedo Parada. No disparen….. soy 
el Che. Talleres Gráficos Editorial Oriente S.A. pp.53-81.
 El documento completo, en fotocopia, en archivo del autor. Cfr. Debray,
 Regis. La Guerrilla del Che, Siglo XXI Editores, 8ª Edición, México, 
1999.
- Cifrado Nº 24. Publicado en Ultima Hora, La Paz, 31 de octubre de 1967.
- “Diario del Che en Bolivia”, 1 de Enero de 1967.
- Castañeda, Jorge G. La vida en rojo. Una biografía del Che Guevara. Alfaguara, México, 1977. P.433.
- León. “Mi memoria Guerrillera”. Secreto. Ms. Pp.34-36. Camiri, 1967. Inédito. Copia en el archivo del autor.
- Cifrado Nº.30 de Fidel Castro al Che. 
Todos los cifrados citados se publicaron en el libro del General de 
Brigada Luis Reque Terán. La Campaña de Ñancahuzu”, La Paz, 1987 a pesar
 de su importancia no fueron utilizados por los biógrafos de Ernesto 
Guevara.
- Cifrado Nº.3 del Che a Fidel Castro, 23 de enero de 1967.
- Al respecto ver nuestro trabajo: Sin tiempo para las palabras. Teoponte, la otra guerrilla en Bolivia, Cochabamba, 2006.
Fuente: Documentación Histórica/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
Coorreo:pcvmirandasrp@gmail.com