La verdad es que desde hace ya unos cuantos años los venezolanos, y quienes sin haber nacido aquí comparten con nosotros las dichas y desdichas de un país petrolero, por azares de la historia estamos a diario bajo la amenaza de lo que en la Casa Blanca, en el muy lejano Washington, su ocupante de turno decida hacer con nosotros.
Es algo muy triste pero es la realidad nuestra, a partir de hace todo un siglo, cuando los anglosajones pusieron de guachiman a aquel pobre payaso conocido como El Cabito, y éste terminó invocando la llamada Doctrina Monroe al caer atrapado en las rivalidades inter-imperialistas. Sin embargo, ahora mismo estamos cometiendo la ridiculez de presentarlo a las nuevas generaciones como un “revolucionario anti-imperialista”…..
Pues bien, como es sabido, en años recientes los venezolanos nos hemos dejado dividir en dos sectores antagónicos bastante precisos: uno que desea y lucha por tener una Venezuela independiente de toda forma de dominación e injerencia extranjeras, y otro, menos numeroso pero muy influyente, que abiertamente anhela una invasión armada de los marines yanquis para recuperar privilegios perdidos, o sea un sector que constituye una verdadera quinta columna al servicio de los monopolios de Estados Unidos.
No es de extrañar, por lo tanto, que los procesos electorales que se montan en la metrópolis, con un bipartidismo programado, tengan por acá una resonancia que incluso supera a la que producen los nuestros. Algo similar, por cierto, sucede con los juegos de béisbol de las así llamadas “grandes ligas”, de Estados Unidos, y su mayor repercusión en los medios informativos venezolanos que la otorgada a los juegos efectuados acá entre equipos criollos. El pitiyanquismo, sin duda, ha pasado a ser parte integrante del “modo de vida venezolano”….
Todo esto lo hemos podido comprobar, por si cabía algún optimismo en cuanto a posibles cambios recientes, al constatar la importancia que aquí en los medios políticos, y en general para toda la población, se atribuye a la elección presidencial que acaba de efectuarse allá en el norte. De la cual han surgido de inmediato dos bandos, el de los optimistas, que ya piensan que con el negro Obama todo se va a solucionar sin invasión yanqui, y el de los pesimistas, que dicen no encontrar nada nuevo al respecto.
Desde luego que, personalmente, yo no creo en esos adivinadores ni tampoco en pronósticos supuestamente científicos, pero me atrevo a decir que la nueva situación que ahora hay en Estados Unidos no es debida a tal elección de un negro para la presidencia, sino al pánico causado por la gigantesca e inmanejable crisis que agobia actualmente a su debilitada economía.
Las crisis económicas son características de todo sistema basado en la propiedad privada de los medios de producción, y por eso nadie debería sorprenderse cuando se les presentan. Esta que azota en estos momentos a la economía de Estados Unidos, y se expande a sus países subordinados y periféricos, era prevista con suficiente anticipación.
Por ejemplo, así estaba anunciada dicha crisis en un valioso libro de hace cinco años, titulado “Especulación financiera contra economía real”, de 370 págs., editado en La Habana ya en el año 2003, cuyo autor es mi amigo Raúl Valdés Vivó, rector de la Escuela Superior “Ñico López” del Partido Comunista de Cuba. Con mucho gusto puedo añadir que Raúl se encuentra ahora mismo en Caracas, con motivo de la presentación de su obra “Las dos vidas de Bolívar” en la IV Feria Internacional del Libro (FILVEN) que se celebra en estos días.
Está más que visto, el peligro mayor para cualquier país, y en mayor grado para países monoproductores como nuestra Venezuela, está en un mal manejo de su economía. En tales casos, no hay Obama que valga….
Edita: Prensa Popular_Solidaridad Comunistas Miranda