iAsí, dicha Ley permite en su artículo 6 que los fuereños sometan a Venezuela a tribunales extranjeros, violando la inmunidad de jurisdicción de ésta, posibilitando que jueces o juntas arbitrales nfluidas por intereses externos nos condenen sistemáticamente, y creando total inseguridad jurídica al pretender que las sentencias definitivamente firmes de nuestro Tribunal Supremo sean revisadas por cortes foráneas. |
Por: Luis Britto García
Recordemos que en las Ideas fundamentales para la Constitución Bolivariana de la V República, dirigidas por el Comandante Hugo Chávez Frías a la Soberanísima Asamblea Nacional Constituyente en septiembre de 1999, el Presidente proponía: “La República se reserva el derecho de defender las actividades económicas de su empresa nacional”.
Rememoremos que, en consonancia con ello, el artículo 301 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela estatuye que “el Estado se reserva el uso de la política comercial para defender las actividades económicas de las empresas nacionales públicas y privadas. No se podrá otorgar a personas, empresas u organismos extranjeros regímenes más beneficiosos que los establecidos para los nacionales”.
Rememoremos que la inmensa mayoría de los venezolanos aprobamos dichas normas en referendo.
Recapitulemos que en virtud de esta normativa nacional y nacionalista nos retiramos del ALCA, del CIADI, de la OEA, de todos los organismos que subordinaban a Venezuela a los intereses y a los tribunales de los extranjeros.
No echemos al olvido que, a pesar de ese retiro, la irresponsable costumbre de someter Venezuela a jueces extranjeros determina que estén pendientes en el CIADI una veintena de juicios contra nuestro país por un monto equivalente al de nuestras reservas internacionales, y que bastaría una racha de sentencias adversas para herir de muerte al bolivarianismo.
Traigamos a colación que el respeto de Hugo Chávez Frías por el principio de no sometimiento a tribunales extranjeros fue tan inconmovible, que por no aceptar una cláusula en tal sentido no accedió a un proyecto conjunto de explotación gasífera con el jeque de Qatar, Hamad bin Jalifa Al Thani: por cierto, uno de los tres mandatarios que auxilió a Venezuela cuando el sabotaje petrolero de 2002.