Dimitrov: Mi lenguaje es apasionado y duro, lo reconozco, pero también mi lucha y mi vida han sido siempre duras y apasionadas. Mi lenguaje es un lenguaje franco y sincero. Estoy acostumabrado a llamar a las cosas por su nombre. No soy un abogado que defiende por deber a su cliente. Me defiendo a mí mismo, como comunista acusado. Defiendo mi honor personal de comunista, mi honor de revolucionario. Defiendo mis ideas, mis convicciones comunistas. Defiendo el sentido y el contenido de mi vida. |
75 AÑOS DEL JUICIO A DIMITROV, DIRIGENTE COMUNISTA ACUSADO POR LOS NAZIS DE LA QUEMA DEL REICHSTAG
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA DEL DISCURSO DE CONCLUSIÓN ANTE EL TRIBUNAL DE LEIPZIG PRONUNCIADO EL 16 DE DICIEMBRE 1933
Dimitrov: En virtud del artículo 258 del Código Procesal, tengo derecho a hablar a la vez como defensor y como acusado.
El Presidente: Tiene usted derecho a hablar el último y puede ahora hacer uso de ese derecho.
Dimitrov: En virtud del citado Código, tengo derecho a contestar a la acusación y, por lo tanto, a hablar en último lugar.
¡Señores jueces, señores fiscales, señores defensores! Desde el comienzo de la vista de este proceso, hace tres meses, como acusado, dirigí una carta al presidente del tribunal. En aquella carta decía que lamentaba que mis intervenciones diesen lugar a incidentes, pero que rechazaba categóricamente el que mi conducta se interpretase como un abuso deliberado del derecho a formular preguntas y emitir declaraciones con fines de propaganda. Se comprende que, desde el momento en que se me ha acusado, a pesar de ser inocente, traté de defenderme por todos los medios de que dispongo...
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA DEL DISCURSO DE CONCLUSIÓN ANTE EL TRIBUNAL DE LEIPZIG PRONUNCIADO EL 16 DE DICIEMBRE 1933
Dimitrov: En virtud del artículo 258 del Código Procesal, tengo derecho a hablar a la vez como defensor y como acusado.
El Presidente: Tiene usted derecho a hablar el último y puede ahora hacer uso de ese derecho.
Dimitrov: En virtud del citado Código, tengo derecho a contestar a la acusación y, por lo tanto, a hablar en último lugar.
¡Señores jueces, señores fiscales, señores defensores! Desde el comienzo de la vista de este proceso, hace tres meses, como acusado, dirigí una carta al presidente del tribunal. En aquella carta decía que lamentaba que mis intervenciones diesen lugar a incidentes, pero que rechazaba categóricamente el que mi conducta se interpretase como un abuso deliberado del derecho a formular preguntas y emitir declaraciones con fines de propaganda. Se comprende que, desde el momento en que se me ha acusado, a pesar de ser inocente, traté de defenderme por todos los medios de que dispongo...