En CVG-ALCASA, representantes de la Inspectoría del Trabajo están haciendo despidos masivos, ordenados por sindicaleros retrógrados del M21, FBT y de la CSBT. Son esos mismos que trancaron la empresa CVG-ALCASA con cadenas y candados el año pasado, un 24 de enero y hasta por 34 días, golpearon al presidente, secuestraron la presidencia, pararon los servicios de transporte comida, crearon un falso positivo, le faltaron el respeto a los trabajadores y trabajadoras, y “aquí no pasó nada”. Tuvieron apoyo de varios sectores, la complicidad de algunos funcionarios del gobierno e instituciones públicas, y del ex gobernador del Estado.
Nunca vimos un pronunciamiento de ninguna institución o funcionario, pero hoy están aplicando pase de factura, terrorismo patronal con la mirada complaciente de sindicaleros e instituciones del Estado. Lo digo con propiedad; esta es una retaliación política en contra de trabajadores y dirigentes sindicales porque no somos cómplices de su nefasta administración en estos 10 meses al frente de la empresa y porque no nos arrodillamos, no pensamos igual o porque somos disidentes o no nos dejamos manipular ni comprar nuestra conciencia.
Hoy voy asumir mi calificación de despido porque lo único que he hecho es defender a la clase obrera, combatir la injusticia el abuso de poder y el atropello, de grupos o sectores sectarios y mercenarios de la política --politiqueros--, consciente de lo que hago, pero este es el precio que uno tiene que pagar. Nunca podrán derrotarnos políticamente y moralmente. Lo único que le falta a este movimiento fascista es la desaparición física de mi persona o incluso de alguien de mi seno familiar. Pero, sabemos y conocemos de lo que son capaces de hacer para mantenerse en el poder, mas no podrán con nuestra dignidad y mucho menos con nuestros principios. Hoy en la mañana (22 de diciembre) el comentario era de los botados en la empresa y de mi calificación de despido, la cual no me sorprende. Mis compañeros si están sorprendidos porque saben que no tengo ningún tipo de vinculación con algún hecho que me comprometa para darle justificación a mi despido.