Por: Ezequiel Rojas/FerrebéUno de los ofrecimientos de la Campaña electoral de Obama fue el de hacer ciertos cambios en la política exterior de los Estados Unidos. Dejó entrever que no se proponía seguir con lo que hasta ahora se venía aplicando de la "política de Bush"---en realidad "política de Bush" convertida en política del Estado estadounidense, formulada cuando Bush sube a la Presidencia como el Presidente que iniciaba un período presidencial siendo el más desprestigiado de todos---, con un fraude encima, y por detrás lo que ya pasa a ser una convicción en todo el mundo: que "algo se venía preparando" para cerrar esa situación de desprestigio"", "algo que se venía preparando" que de inmediato se conoció, como fué la tumbada de las torres de Nueva York, que ya todo el mundo atribuye a los grupos guerreristas asentados en el poder en Washington y el gobierno de los Estados Unidos.
Desde allí se aplicaron un conjunto de políticas que evidentemente se fueron dando como algo concatenado, ya preparado y armado previamente, como lo del invento de la Al Kaeda y Osama Bin Laden, las invasiones sucias de Afganistán e Irak, las leyes a lo interior de Estados Unidos para conducir los procesos de fascistización y todas las demás operaciones que ya conocemos.
Toda una política que entonces se produce y se instala como política de Estado de los EEUU. Política de Estado entonces difícil de cambiar, pero sí posible, si se producía un cambio en el poder hacia el Partido Demócrata, siempre y cuando éste y el Presidente que resultara electo oyera los clamores y protestas del mundo y del propio pueblo estadounidense. Clamores y protestas que se manifestaron en los EEUU y todo el mundo, en grandes manifestaciones de oposición al conflicto en Afganistán, después contra la trampa bushista de mentir sobre las armas químicas y de destrucción masiva en Irak para iniciar la ilegal invasión de ese País , posibilidad de cambio a la que no se atuvieron Obama y el Partido Demócrata, o al menos hasta ahora no lo han hecho, aunque si fue oferta electoral.
Ofreció "otra" política sobre Guantánamo, Irak, Afganistán, en política interior.Esa tal "otra" política, ---relativa y débilmente planteada como oferta electoral, con la cual se ilusionó el pueblo estadounidense, que hubiese significado un cambio en toda la política mundial, dejando atrás e invalidando las políticas del bushismo---, era evidentemente difícil, pero aunque no hubiese sido total el cambio, se creaban otras expectativas.
Claro que es difícil cambiar totalmente, o en cierta profundidad, la política de un país, acostumbrado a ser el dominante del mundo, pero al menos es posible introducir variaciones que reconozcan los cambios que se dan en el mundo actual, con el surgimiento de nuevas potencias, bloques de poder económico y diplomático, aplicación de resoluciones de organsmos internacinales dirigidos hacia garantizar la Paz, el manteniminto del ambiente en el habitat terrestre, y otras.
En verdad que un cambio, aún cosmético, presenta una dificultad como es el dominio real del poder por los grupos tras corrales que son una característica de los Estados Undos. Poderes reales basados en intereses, posiciones y manifestaciones distintos del poder democrático, unos desde fuera del aparato de gobierno y otros a su interior.
Son muy poderosos los de fuera, tales como son el reconocido complejo militar industrial, los grupos bancarios, los finanieros dominantes de los capitales de industria y comercio, los medios de comunicación, grupos que cuentan con todos sus manejadores o lobbies íntimamente relacionados en el gobierno de los EEUU. Y a lo interior del aparato del Estado, están los grupos dominantes en los cuerpos militares representados en el Pentágono, los grupos ligados a la CIA, el FBI, la trama de las Organizaciones y/o Fundaciones para operaciones de dominio diplomático y de intromisión en el exterior.Una trama de poder de gran magnitud a la cual se debe enfrentar quien quiera hacer cambios en la política exterior de los Estados Unidos.
Desde el comienzo del gobierno Obama se vió que no había una voluntad real de acometer un cambio. No se presentó una política, una idea distinta, sino, por el contrario, en la realidad, se siguió con lo mismo. Esto quedó demostrado cuando lo que en determinada oportunidad Obama llamó transición, en los casos de Afganistán e Irak, el ejecutor real de la política, no otro que Robert Gates, el mismo de Bush, aclaró que tal "transición" no sería retirada de esos países.
O sea que, sobre esas políticas, el bushismo seguía gobernando, no sólo en formulación, sino en su orientación y dirección concreta porque hasta el mismo Secretario de Estado de Bush seguía en su puesto con Obama, dirigiendo la política militar de los Estados Unidos. Obama no cambió nada, sino que por el contrario, añadió a Paquistán entre los países a tomar en cuenta para las "ofensivas" contra los Talibanes y Al Kaeda, y se intensifcaron las ofensivas de tal manera que en sus primeros treinta días Obama mató más gente que el mismo Bush en ese tiempo.
La nueva operación del asesinato de Bin Laden sin conocimiento de las autoridades o gobierno de Paquistán, lo que está ocurriendo en Libia, lo que nos está indicando ahora es que Obama, interesado en seguir en la Presidencia, acepta y adopta como política de Estado lo dejado por el Bushismo, pero al mismo tiempo quiere dejarle claro a los factores de poder externos e internos que influyen en el gobierno de los Estados Unidos, que está dispuesto a ir más allá, al implantar la nueva doctrina en marcha del cuidado del interés de estado de EEUU a como dé lugar, no como respuesta a situaciones de conflictos "reales", o creadas por ellos mismas presentadas como reales (Casos Afganistán, Irak), sino con el criterio "preventivo", de gendarme necesario, sin motivo ni causa previa, solo con el objetivo o dirección de mantener ellos--los EEUU-- el dominio unipolar de todo el mundo.
La presentación al mundo por televisión de la "mesa de dirección" de la invasión abierta a Paquistán para asesinar a Osama Bin Laden , con Obama directamente al frente de esas operaciones, con la Clinton como segundona, el envío de Kerry, anterior precandidato demócrata a la presidencia, a llevar mensajes de Obama, del propio actual vicepresidente en iguales funciones hacia varios países, junto a la defenestración de Gates, nos indican:
a) Que Obama ya supera a la política de "respuesta" al "terrorismo", y se coloca al frente como diplomacia estadounidense, a la política de iniciativas en la violencia, contra cualquier país, acción o posición política o diplomática que pueda o pretenda afectar al dominio mundial de los Estados Unidos, o aunque sea rebajar en cierto sentido sus políticas unipolares. Lo que están haciendo en Libia. A Estado Unidos "no le gusta ahora ese gobernante, Kadafi", y hay que quitarlo a como dé lugar, y se hace como sea y sin explicación a nadie.
b) Que él --Obama-- quiere demostrar que sí está capacitado para dirigir personalmente tales políticas, hasta en su ejecución, independientemente de que después, o ahora mismo, coloque un ejecutor que pueda provenir de sus propias filas demócratas, o del aparato militar o de sus servicios de inteligencia. Su dirección directa sobre lo de Paquistán y el asesinato de Bin Laden así lo indica, y para eso lo presentaron a todo el mundo por la TV, en tiempo real.
c) Que con esta acción ya se le debe considerar a él, Obama, el Supermán demócrata para la candidatura a la Presidencia por los demócratas, y que todos los demás que andan por allí de mandaderos de sus mensajes son sólo unos segundones.
Ante esta situación, nos corresponde a la clase obrera, a los pueblos del mundo, a los países en tránsito socialista, a los sectores antiimperialistas y en lucha por un mundo multipolar, de entendimiento y no de dominio por un solo país, reforzar las luchas en todos los continentes, en los propios Estados Unidos para la defensa de la soberanía, de la autodeterminación nacional, amenazados por esta estrategia ya diseñada y en inicios de aplicación de la defensa preventiva de los intereses imperialistas dominantes de los Estados Unidos.
Una lucha que será al mismo tiempo una lucha por la PAZ, contra la guerra y las políticas de guerra, contra las consecuencias de la crisis actual del capitalismo, por la liberación nacional y la apertura de condiciones para el avance al socialismo según las situaciones de cada país y sus correlaciones de fuerza interiores. Es lo que esta planteado en las perspectivas actuales a los Comunistas, los Partidos Comunistas y los revolucionarios, nacionalistas y patriotas, progresistas y demócratas reales de todo el mundo.
Es lo que nos corresponde en este momento, en que se cambia de la política de "respuesta al terrorismo" de Bush a la política del "ataque preventivo" del Obamismo.
Fuente: PrensaPopularSolidaria
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