Cuando celebramos la derrota del Fascismo, no su renacimiento debemos hablar de Día de la Victoria y no de Día de Europa
La derrota del nazismo por el Ejército Rojo nunca fue bien recibida por los aliados naturales de Hitler, es decir, por
aquellos cuyas grandes corporaciones le financiaban y le empujaban a
destruir a la Unión Soviética. Por eso, los generales alemanes se
apresuraron a firmar el armisticio de rendición ante los
norteamericanos, el día 8 de mayo de 1945, en lugar de hacerlo con los
que realmente les habían derrotado y tomado Berlín,
los soviéticos.
Sin
embargo, los generales del Ejército Rojo exigieron a los norteamericanos
que convencieran a sus amigos nazis, porque si no firmaban un
armisticio con la URSS, la guerra iba a continuar (algo que si a los
nazis ya no les importaba demasiado, hizo que los norteamericanos, y los
capitalistas en general, se lo hicieron encima).