¿Hasta cuándo vamos a permitir que nos enreden con las polémicas y cuentos de camino de los computadores del Comandante Reyes?
Por: Ítalo González
Estuvimos pendientes ayer, todos los demócratas y revolucionarios del mundo, de los acontecimientos en la frontera de Nicaragua y Honduras y el regreso del Presidente Manuel Zelaya a su patria, después del intento fallido de hacerlo vía aérea por obstáculos en la pista y la negativa de EEUU de permitir el aterrizaje en su base de Palmerola.
Vimos los dispositivos militares, de policía, el ejército y un grupo de civiles armados -que huían de la presencia de las cámaras-, con claras intenciones agresivas contra los manifestantes que acompañaron a Zelaya y su familia. Nos animó, en un primer momento, la disposición pacífica y ausencia de agresividad de todos los que, presentes o ausentes, queríamos que se permitiera la permanencia en territorio hondureño de su presidente.
Estos episodios unidos a las gestiones internacionales para encontrar salidas razonables a la crisis, mantienen y agudizan las contradicciones internas y externas, la consolidación de bloques sociales en pro y en contra del golpe producido, lo cual no es más que la síntesis del acumulado histórico-social que busca resolverse mediante el surgimiento de nuevas cualidades en el manejo de los destinos públicos de ese país.
El aumento de salarios a los trabajadores, acabar con el monopolio del negocio trasnacional de la gasolina, firmar el convenio con Cuba para producir medicinas a fin de mejorar la salud de la población, bajando sus costos y utilizar la pista de Palmerola (en manos de EEUU) para uso civil interno y externo, fueron razones más que suficientes para “molestar” al imperialismo y a la oligarquía sanguinaria endógena.
Sumado lo anterior a la iniciativa de explorar la voluntad popular, para la modernización de la Constitución, a fin de ponerla a tono con los cambios democráticos y abrirle espacios a nuevos acuerdos con los países del ALBA; participar en la conformación del bloque de naciones que, en medio de la crisis capitalista, se oponen a descargar sobre sus pueblos menos desarrollados, el pago del dinero que se robaron sus banqueros, son aspectos que maduraron la confrontación de clases en ese país centroamericano.
Honduras es a Centroamérica lo que Colombia a los países andinos, desde la perspectiva del mantenimiento de la hegemonía económica, política y militar estadounidense. El primero ha servido de plataforma para agredir a sus vecinos (Cuba, Nicaragua, El Salvador); el segundo agrede impunemente a Ecuador y Venezuela mientras consolida el eje entre Perú, México, Panamá, (¿y Honduras?), que se opone al desarrollo de las iniciativas integradoras, populares y democráticas, y permite el avance voraz de las trasnacionales sobre la Amazonía.
Al analizar los sucesos de Centroamérica, es necesario relacionarlos con la geopolítica imperialista y buscar más allá de la retórica y fanfarronadas de dientes para afuera, la unidad y la lucha de masas simultáneas en todos los países de la región, a fin de que acciones heroicas como las de los pueblos originarios del Perú, del norte del Brasil, Colombia y Paraguay, por citar solo estos casos, cuenten en tiempo real, con la solidaridad activa, que vaya más allá de las páginas de internet, desde las cuales, cómodamente, los revolucionarios de nuevo cuño, creen que es suficiente para dar por tierra con las acciones, esas sí reales, del imperialismo.
¿Hasta cuándo vamos a permitir que nos enreden con las polémicas y cuentos de camino de los computadores del Comandante Reyes y vamos a seguir rasgándonos las vestiduras cada vez que el paramilitar Uribe Vélez, simple sacamicas de Obama, acuse a los presidentes de Venezuela, Ecuador y otros países de ser amigos de las FARC-EP?
Lo que deberíamos estar haciendo los comunistas y revolucionarios del continente es la solidaridad activa con todas las formas de lucha de masas, armadas o no, contra el imperialismo y quienes lo apoyan, porque lo que nos está demostrando el episodio de Honduras es la falsedad de la teoría, de última hora, de poner la otra mejilla, con la cual están felices los golpistas y los que le hacen el juego.
Finalmente es bueno recordar que el Presidente Zelaya ha hecho un enorme esfuerzo por resolver la crisis, de la mejor manera posible y no somos quien para darle consejos, pero en Venezuela tenemos un dicho que refleja la situación: “CHIVO QUE SE DEVUELVE SE E’SNUCA”.
Julio 25 de 2009
Fuente: Tribuna Popular/ Edición de: PrensaPopularSolidaria_ComunistasMiranda (PPS_CM)
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com/
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