Escrito por Redacción PartidoComunista de ArgentinaEditorial de Nuestra Propuesta
El primer ministro David Cameron ha dicho que Gran Bretaña nunca aceptará negociar la soberanía de las islas con la Argentina, agregando que “Mientras las islas Falklands (denominación británica de las islas Malvinas) quieran ser territorio soberano británico, deben seguir siendo territorio soberano británico. Punto final de la historia”. Ante estas declaraciones, la Presidenta de la Nación calificó acertadamente al Reino Unido de “burda potencia colonial en decadencia”.
Esto a pocos días del tratamiento en el Comité de Descolonización de la ONU del tema de la soberanía en las Malvinas, junto a otros casos de colonialismo, donde el gobierno argentino viene sosteniendo el criterio de diálogo y negociación. Y lo hace en cada foro internacional, defendiendo la soberanía argentina en las islas y recogiendo la adhesión y reconocimiento de innumerables países. Durante la reciente visita de Ban Ki-moon, secretario general de la ONU la Presidenta reiteró el reclamo.
La actitud omnipotente del ex imperio colonial está asociada a la desaforada alianza guerrerista de Europa y Estados Unidos en su intento de dominar al mundo y al mismo tiempo sobrellevar la grave e irresoluble crisis que acosa al capitalismo.
El comportamiento del imperio que reacciona ante sus dificultades económicas o políticas con fugas belicistas como en Irak y Afganistán, que busca complicar a Irán y Pakistán, mientras planea atacar a Siria, y ahora ataca a Libia de manera criminal, luego de prestar cuantiosa ayuda económica a unos grupos rebeldes. Estados Unidos y Gran Bretaña junto a Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Italia, Noruega, Emiratos Arabes Unidos, Qatar, Gambia, Malta, Jordania, Senegal, España, Australia y Alemania, se plantean reorganizarse para un conflicto que se extenderá en el tiempo y se empantanará como en las otras guerras. En Libia han muerto más de diez mil personas y un millón y medio han sido desplazados. Las potencias en guerra utilizan fondos bloqueados de Libia, país soberano, que roban para su aventura militar.
El sistema de poder de los Estados Unidos practica una política internacional en la cual el terrorismo de Estado es el componente fundamental, en lo que llaman defensa de valores y principios eternos en cumplimiento de una supuesta misión de nación predestinada a salvar a la humanidad.
Esta es la alianza criminal a la que se enfrenta el reclamo de soberanía en Malvinas y el camino no es el de las relaciones confiadas con el promotor de ese terrorismo de Estado, es el de las coincidencias antimperialistas entre bloques de países, los latinoamericanos en primer lugar, ante la larga etapa de degradación capitalista con turbulencias, desequilibrios, manotazos desesperados y fracasos que lo hacen peligroso e irracional.
Malvinas no es un tema del pasado ni solo una reivindicación de soberanía, es fundamental para establecer el rumbo de las relaciones internacionales de nuestro país junto a aquellos que buscan patrones tecnológicos, de consumo y organización social con experiencias plurales y rupturas antineoliberales.
Ese camino dispone de protagonistas, de sujetos potenciales o ya en acción y demanda de todo nuestro esfuerzo.
Fuente: Nuestra Propuesta/PrensaPopularSolidaria
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