A nuestro gran camarada Ilich Ramírez, encarcelado desde hace ya unos 15 años en la revolucionaria Francia.
Por: Jerónimo Carrera
El año pasado, por estos mismos días primaverales de abril, una de estas Ópticas mías tuvo como título El abril de Lenin, y en ella mencioné de pasada las celebradas –pero muy poco estudiadas, al menos actualmente- ideas expuestas por ese genial revolucionario al regresar del exilio, el 3 de abril de 1917, y conocidas luego con la sintética denominación de las tesis de abril.
Un poco después en una exposición ante los participantes de la magnífica Escuela de Cuadros dirigida por la camarada Cira Pascual, y cuyas grabaciones son televisadas por la popular Catia-TV acá en Caracas, volví a referirme un poco a dichas tesis leninistas, pero haciendo mención en especial a un punto que figura en la tesis 5, y es el siguiente, textualmente:
“La remuneración de los funcionarios, todos ellos elegibles y amovibles en cualquier momento, no deberá exceder del salario medio de un obrero calificado.” (Lenin, Obras Escogidas, en doce tomos, Tomo VI, Editorial Progreso, Moscú 1976, 566 págs., pág. 254).
Precisamente ahora quiero detenerme a comentar algo en relación a este punto y su actualidad en nuestra Venezuela de hoy, aunque en verdad también debo decir que para nosotros los venezolanos todo el conjunto de esas tesis me parece amerita un detenido estudio dada la situación que estamos viviendo. Por ejemplo, en la tesis 7 está lo siguiente: “Fusión inmediata de todos los bancos del país en un Banco Nacional único, sometido al control de los Soviets de diputados Obreros.”
Resulta conveniente añadir que en días recientes nuestro Partido Comunista de Venezuela ha estado insistiendo en la nacionalización de todos los bancos y otros institutos financieros, una medida esencial prevista en su Programa aprobado en 1980 por su VI Congreso. ¡Hace nada menos que 30 años…!
Pues bien, volviendo al tema de la alta remuneración de los funcionarios, en general, ya que no debería haber privilegiados, las denuncias que se han oído últimamente tienen sin duda un claro origen reaccionario, por provenir de sectores que han sido desplazados políticamente, casi siempre de gente que tuvo esos grandes sueldos con gobiernos anteriores, o sea adecos y copeyanos.
Dicho esto, creo necesario ver el asunto como un problema de moral pública, de ética revolucionaria, y su proyección hacia el futuro de una sociedad que quiera ser genuinamente bolivariana y socialista. Llama la atención que sea ahora cuando acá empieza a hablarse de tan fundamental aspecto de todo proceso revolucionario, tras diez años de la formación y crecimiento de una capa de funcionarios con emolumentos desproporcionados respecto a los de la inmensa mayoría de la población.
Ahora esos mismos altos funcionarios pueden permitirse una rebaja substancial de sus sueldos, cuando ellos ya han acumulado riquezas de todo género, al punto de constituir una burocracia en vías de formar en nuestro país “la nueva clase”, sobre la cual escribió en su tiempo aquel comunista yugoslavo llamado Milovan Djilas, por lo cual él hubo de pagar el alto precio de ser expulsado de su partido. Una clase que acabó con la URSS y con el socialismo en toda la Europa oriental.
Por otra parte, los comunistas debemos reconocer que el problema del salario es muy complejo, y casi imposible de resolver satisfactoriamente incluso en el socialismo. Lo digo con mi experiencia personal de haber vivido por años en ese sistema, y conocido todos los países, sin excepción, que han intentado la construcción de una sociedad socialista. Creo que será en el comunismo, con la abolición misma del trabajo asalariado, que este problema tendrá una plena solución.
P.S.- No me es posible dejar de recordar que este 22 de abril, será el aniversario del nacimiento, en 1870, de un muchacho que llamaron Volodia Ulianov y quien genialmente ha entrado a la historia como Vladimir Ilich Lenin.
Por: Jerónimo Carrera
El año pasado, por estos mismos días primaverales de abril, una de estas Ópticas mías tuvo como título El abril de Lenin, y en ella mencioné de pasada las celebradas –pero muy poco estudiadas, al menos actualmente- ideas expuestas por ese genial revolucionario al regresar del exilio, el 3 de abril de 1917, y conocidas luego con la sintética denominación de las tesis de abril.
Un poco después en una exposición ante los participantes de la magnífica Escuela de Cuadros dirigida por la camarada Cira Pascual, y cuyas grabaciones son televisadas por la popular Catia-TV acá en Caracas, volví a referirme un poco a dichas tesis leninistas, pero haciendo mención en especial a un punto que figura en la tesis 5, y es el siguiente, textualmente:
“La remuneración de los funcionarios, todos ellos elegibles y amovibles en cualquier momento, no deberá exceder del salario medio de un obrero calificado.” (Lenin, Obras Escogidas, en doce tomos, Tomo VI, Editorial Progreso, Moscú 1976, 566 págs., pág. 254).
Precisamente ahora quiero detenerme a comentar algo en relación a este punto y su actualidad en nuestra Venezuela de hoy, aunque en verdad también debo decir que para nosotros los venezolanos todo el conjunto de esas tesis me parece amerita un detenido estudio dada la situación que estamos viviendo. Por ejemplo, en la tesis 7 está lo siguiente: “Fusión inmediata de todos los bancos del país en un Banco Nacional único, sometido al control de los Soviets de diputados Obreros.”
Resulta conveniente añadir que en días recientes nuestro Partido Comunista de Venezuela ha estado insistiendo en la nacionalización de todos los bancos y otros institutos financieros, una medida esencial prevista en su Programa aprobado en 1980 por su VI Congreso. ¡Hace nada menos que 30 años…!
Pues bien, volviendo al tema de la alta remuneración de los funcionarios, en general, ya que no debería haber privilegiados, las denuncias que se han oído últimamente tienen sin duda un claro origen reaccionario, por provenir de sectores que han sido desplazados políticamente, casi siempre de gente que tuvo esos grandes sueldos con gobiernos anteriores, o sea adecos y copeyanos.
Dicho esto, creo necesario ver el asunto como un problema de moral pública, de ética revolucionaria, y su proyección hacia el futuro de una sociedad que quiera ser genuinamente bolivariana y socialista. Llama la atención que sea ahora cuando acá empieza a hablarse de tan fundamental aspecto de todo proceso revolucionario, tras diez años de la formación y crecimiento de una capa de funcionarios con emolumentos desproporcionados respecto a los de la inmensa mayoría de la población.
Ahora esos mismos altos funcionarios pueden permitirse una rebaja substancial de sus sueldos, cuando ellos ya han acumulado riquezas de todo género, al punto de constituir una burocracia en vías de formar en nuestro país “la nueva clase”, sobre la cual escribió en su tiempo aquel comunista yugoslavo llamado Milovan Djilas, por lo cual él hubo de pagar el alto precio de ser expulsado de su partido. Una clase que acabó con la URSS y con el socialismo en toda la Europa oriental.
Por otra parte, los comunistas debemos reconocer que el problema del salario es muy complejo, y casi imposible de resolver satisfactoriamente incluso en el socialismo. Lo digo con mi experiencia personal de haber vivido por años en ese sistema, y conocido todos los países, sin excepción, que han intentado la construcción de una sociedad socialista. Creo que será en el comunismo, con la abolición misma del trabajo asalariado, que este problema tendrá una plena solución.
P.S.- No me es posible dejar de recordar que este 22 de abril, será el aniversario del nacimiento, en 1870, de un muchacho que llamaron Volodia Ulianov y quien genialmente ha entrado a la historia como Vladimir Ilich Lenin.