Por:Sam Webb
Está Creciendo y se Proyecta un Movimiento Cuantititavamente Grande, de Amplia Proyección Social y en Potencial Radicalización
En aquel entonces, la ofensiva derechista y la doctrina neo-liberal no habían sido desplazadas. Mas de 50% de los votantes votaron o por George HW Bush o por Ross Perot. El sector laboral todavía se encontraba en el proceso de deshacerse de su herencia de la “Guerra Fría”. Las corrientes independientes y progresistas estaban mucho menos desarrolladas, inclusive dentro del partido Demócrata. Los movimientos latinos y pro derechos de los inmigrantes todavía no constituían una fuerza poderosa al nivel nacional. Y la experiencia de la vida y el entendimiento político de decenas de millones de gente no habían alcanzado el punto donde ahora se encuentran.
Tal vez no es necesario mencionarlo, pero lo digo de todos modos: No estamos pasando de una etapa no revolucionaria a una revolucionaria. Según la descripción de Lenin, una etapa revolucionaria existe “cuando la antigua superestructura se ha quebrantado desde arriba hacia abajo, cuando la acción política abierta por parte de las clases y masas que están creando una nueva superestructura para sí mismas, ha llegado al punto de ser un hecho cumplido” (Lenin, Dos tácticas de la social-democracia en la revolución democrática).
Pero cabe decir que se está cruzando un río, hay un movimiento de un tamaño potencialmente enorme y profundo en sus etapas de formación principales. No es sorprendente que este proceso esté lleno de frustración y duda. Por su naturaleza, las transiciones combinan elementos del pasado con los del futuro. No son ni lisos ni pre- programados. La lógica y la historia son dos cosas distintas. Varias veces en la historia ha habido transiciones sociales prometedoras que no se han materializado como se esperaba o por sus propias deficiencias o por haber chocado con fuerzas reaccionarias poderosas, o (lo que es más probable), las dos cosas.
Tales transiciones tampoco son el resultado inevitable de la intensificación de las contradicciones entre las fuerzas y relaciones de producción. La política los dirige y hay un elemento espontáneo también. A la vez, las contradicciones objetivas y procesos objetivos influencian mucho al escenario, el montaje, el guión, los actores y los resultados de los dramas reales del pueblo.
Mientras que los movimientos de un carácter auténticamente masivo no pasan sin impulsos espontáneos, también es el caso que no pueden alcanzar a su máximo potencial sin el papel de liderato de la izquierda y las fuerzas progresistas. En los años 1930 y los 1960, por ejemplo, levantamientos masivos movieron las relaciones políticas, económicas e ideológicas en un rumbo progresista pues combinaron liderato con acción masiva y espontánea.
Los movimientos en esos períodos de avance también aprovecharon totalmente de las divisiones en la clase dominante y las victorias aplastantes de los Demócratas.
Elección 2008 No todas las luchas son igualmente significativas.
Algunas se esfuman sin dejar rasgos en el paisaje político; otras vuelven a arreglar las cosas extensivamente. La derrota decisiva de los Republicanos el próximo año cae en el último grupo. Como las elecciones de 1936 y 1964, una victoria aplastante en 2008 cambiará el paisaje político y alentará mucho al movimiento popular/obrero y le dará mucha esperanza, estableciendo así las posibilidades de reformas progresistas y radicales.
Es más, la derrota de la derecha debilitará no solo al sector más reaccionario de la clase capitalista, sino a toda la clase capitalista. De modo que estas elecciones no deben reducirse simplemente a una contienda entre republicanos y demócratas, o entre dos alas de la clase dominante—una reaccionaria, la otra más moderada y realista.
Una posible victoria del partido demócrata ¿Acaso una victoria aplastante por parte de los Demócratas resolverá a todos los problemas ? De ninguna manera, ¿Por qué pensaría alguien así? No obstante, permitiría que el movimiento popular bajo liderato laboral luche en un terreno mas favorable para avances inmediatos y para profundizar la nueva etapa de la lucha.
Como no hay ningún camino al socialismo que evite la etapa anti-corporativa, no hay camino a la etapa anti-corporativa que no tome en cuenta las elecciones del 2008. Tal vez esta es una formula política demasiado rígida para algunos, pero creo que si hemos aprendido algo en el Siglo XX es que la lucha de clases atraviesa distintas fases y etapas, y que el movimiento se pone en peligro si no toma esto en cuenta estas fases.
Permítanme cerrar esta sección con una cita de Lenin: “Un socialdemócrata jamás, ni por un momento, deberá olvidar que la lucha de clases del proletariado en contra de la burguesía y pequeña burguesía para el socialismo es inevitable. De eso no cabe duda. De aquí sigue lógicamente la necesidad absoluta de la existencia de un partido separado, independiente y estrictamente clasista de la socialdemocracia. De esto también sigue lógicamente el carácter provisional de nuestras tácticas de “atacar juntos” con la burguesía y el deber de vigilar cuidadosamente a nuestro “aliado” como si fuera un enemigo, etc. De todo esto, tampoco nos cabe la más mínima duda. Pero sería absurdo y reaccionario inferir de esto que debemos olvidar, o no atender a aquellas tareas que, a pesar de ser provisionales o temporarias, son críticas en la actualidad.
Fuente: Documentos CPUSA/Edición de PrensaPopularSolidaria_ComunistasMiranda
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com/
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