Rusia: Nueva etapa de confrontación política
Traducido del ruso por Josafat S. Comín
En la mañana del 5 de marzo la comisión Electoral Central de Rusia hacía públicos los resultados de las elecciones a presidente de la Federación de Rusia. Con el 99% escrutado y una participación del 65,3%, Vladímir Putin obtiene el 63,75%, Guennadi Ziugánov el 17,19%, Mijail Prójorov el 7,8%, Vladímir Zhirinovski el 6,23% y Serguei Mirónov el 3,85%. A petición de los medios comenta los resultados el primer vicepresidente del CC del PCFR y responsable de la campaña electoral del PCFR, Iván Mélnikov.
El 4 de marzo será recordado como un día dramático en la historia rusa, cuando de modo intransigente, el gobierno hizo caso omiso a las tendencias del sentir social, ignoró los reclamos populares que pedían unas elecciones limpias y con ayuda de la suma de manipulaciones de todo tipo, se garantizó un resultado triunfal, ante la ausencia del más mínimo fundamento social y económico para ello.
Durante los dos meses de campaña electoral, el gobierno recurrió al uso de la más descarnada retórica populista, en medio de una dictadura informativa en los medios de comunicación, sin olvidar el chantaje administrativo a nivel doméstico. Bajo el lema de la falta de alternativa a Putin, amenazando al pueblo con la catástrofe, la maquinaria estatal ha tenido las manos libres para cualquier tropelía. Por eso, ese “más del 63%”, obtenido por el candidato del poder, no deja de ser la “derivada” de semejantes métodos.
Nosotros afirmamos, que si las elecciones hubiesen sido limpias, la segunda vuelta hubiera sido inevitable. Pero no han sido limpias ni libres. Incluso la cantidad de denuncias de irregularidades, demuestra que las elecciones han sido incluso más sucias que las elecciones de diciembre a la Duma.
Es especialmente importante comprender, que esas innovaciones tecnológicas, como la instalación de cámara web en los colegios, fueron utilizadas únicamente en calidad de maniobra de distracción: el 90% de las falsificaciones se han producido lejos del campo de visión de los objetivos. Los tecnólogos del gobierno calcularon bien que para esa “limpieza de escaparate” de las elecciones, sería suficiente con minimizar los volcados manuales de papeletas en las urnas, más fáciles de detectar y que producen mayor resonancia.
Reforzamiento de los Mecanismos del Fraude
Sin embargo paralelamente se reforzaron los mecanismos “ocultos”: los “tiovivos” de autobuses con votantes repetidores, los juegos con las cédulas de voto libre, las votaciones en casa, el voto a la orden de mando. El número de papeletas depositadas en esas urnas móviles ascendió a más de ¡seis millones!
Para comprender si es cifra es alta o baja, es suficiente con constatar que ese número es comparable con la suma de los votos obtenidos por Zhirinovski y Mirónov. Es fácil presuponer la importancia que esos seis millones pudieron tener en su uso administrativo a favor del candidato del poder. Ya solo contando con eso, consigue un 10% más.
No han faltado está vez novedades en el arte del atropello electoral, como la votación en colegios “complementarios”, a los que bajo distintas excusas, se les impidió el acceso a los representantes de la oposición, o la aparición de observadores con acreditaciones falsas, supuestamente en representación de otros candidatos.
A lo largo de toda la campaña y durante la jornada electoral, el gobierno hizo uso activo de los sociólogos de bolsillo y su red de agentes en el medio de los denominados politólogos, a fin de presionar para obtener las cifras deseadas y la interpretación “correcta” de los resultados. Mientras el cuadro general de los resultados y en general la distribución de las cifras contradice tanto a la sociología y la politología, como al sentido común.
Basta con ver el resultado de nuestro candidato, Guennadi Ziugánov: 17,19% Una cifra que apenas se diferencia unas décimas de la adjudicada, en versión de la CEC, en las elecciones de 2008.
Sin embrago en 2007 el PCFR, con Ziugánov a la cabeza, obtuvo según la CEC un 11,57% en las elecciones a la Duma, mientras que en 2011 fue un 19,19%. Como es lógico, incluso con ese listón adulterado del “19,19%”, la lógica, dictada y contrastada por años de procesos políticos, indicaría que el resultado de nuestro candidato sería de un 25% como mínimo. Es algo absolutamente natural si tenemos en cuenta que nuestro candidato a presidente tradicionalmente siempre mejora el resultado del partido, y también, por el hecho objetivo de que las elecciones se han desarrollado con las protestas como escenario de fondo.
En general, si tenemos en cuenta todas las maniobras para inflar el resultado del candidato del gobierno, el resultado real de Ziugánov sin duda se encuentra en una banda entre el 25% y el 30%.
Según los cálculos aproximados de los especialistas, con el recurso de todas las tecnologías utilizadas para el incremento artificial del candidato del poder, su resultado aumentó un mínimo del 15%.
Al mismo tiempo cabe mencionar tres momentos positivos de la pasada campaña, a la que han denominado “elecciones”.
Ese primer momento: Pasa por constatar que en las actuales circunstancias de Rusia, ese segundo puesto con más del 17%, con más de un 10% de diferencia sobre el resto de candidatos, representa una clara señal de la colosal y sólida base de apoyo con la que cuenta el PCFR y Ziugánov.
Hay que añadir a esto, que incluso según la versión de la CEC, Ziugánov en un gran número de regiones mejoró los resultados del partido en comparación con las elecciones de diciembre, y en 30 sujetos de Federación de Rusia estuvo por encima del 20%, obteniendo tanto como la suma de los tres candidatos perseguidores.
El segundo aspecto relevante: Fue el que en el transcurso de la campaña, obligamos a Vladimir Putin y al resto de candidatos a entrar a discutir precisamente las cuestiones que nosotros pusimos sobre la mesa: desde las nacionalizaciones hasta la revisión de los resultados de las privatizaciones. Eso nos ha aupado a una nueva etapa de la confrontación política.
Un tercer momento: A pesar de que el gobierno tuvo la posibilidad de garantizar la victoria de su candidato por una vía más difícil, mediante una segunda vuelta y con un uso más moderado de las prácticas fraudulentas, éste tuvo miedo de arriesgar, optando por el escenario de la arbitrariedad evidente y descarada.
Un factor que ha producido mayor indignación entre los ciudadanos, cansados de tanto engaño. Es algo que hemos percibido en el activismo cívico de la lucha contra el fraude; algo que no habíamos visto nunca, desde comienzos de los 90. Podemos estar seguros de haber dado un paso adelante en la lucha por la limpieza del proceso.
El gobierno no ha conseguido que los ánimos se enfriaran. Los cimientos para que la sociedad recobre la vista se han visto reforzados.
Fuente: La República.Es/PrensaPopularSolidaria (PrenPopSol_PPS)
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com/
Correo: pcvmirandasrp@gmail.com
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