Lenin salió a la palestra para enfrentarlos y crear un partido de vanguardia que marcó el correcto camino a las masas siguiendo la ruta del socialismo científico. |
Cuando se hace referencia al comunismo o
socialismo normalmente se relaciona con utopía, sueños imposibles de
llevarlos a la práctica, fracasos de intentos anteriores, muerte del
socialismo…
Se afirma que la solución es lentas
reformas del modelo actual para que con el tiempo el sistema económico
mejore y se consiga un modelo social más justo. Se grita no busquéis
revolución sino pequeñas reformas que permitan un capitalismo más humano
y racional.
Se comenta mucho en las tertulias de la
televisión sobre reformas financieras, del sistema fiscal, de mejora de
la protección del medio ambiente, de la necesidad de una nueva
negociación colectiva más justa…pero que en ningún caso se nos acuda
hacer cambios muy profundos ya que esto nos llevaría al abismo. Se
permite un maquillaje del sistema y dar algunas concesiones, unas pocas
migajas de pan, para que el pueblo no se rebele. De esta forma se puede
continuar robando y explotando.
Lo mismo ocurría a principios del siglo
XX se insultaba y menospreciaba el comunismo. Se afirmaba que el
desastre ocurrido en la Comuna de París de 1871 era la prueba de que
este modelo no servía. Muchos autoproclamados marxistas o comunistas
defendían un capitalismo de rostro humano, apoyándose en lentas reformas
que en un futuro según ellos permitiría llegar al socialismo de forma
pacífica.
Todos estos discursos de domesticar al
tigre del capitalismo tenían como finalidad evitar la rebelión del
pueblo y que este se conformará con la realidad existente. Un discurso
que perseguía anestesiar al pueblo, distorsionar la realidad y conseguir
una reconciliación de clases. ¿Que comunistas son estos?
Frente a la charlatanería de los
capitalistas y de los pseudocomunistas Lenin salió a la palestra para
enfrentarlos y crear un partido de vanguardia que marcó el correcto
camino a las masas siguiendo la ruta del socialismo científico. Atacó
con furia la doctrina revisionista o pseudomarxista que desvirtuaba la
esencia del marxismo, mostrando al pueblo que la ruta a seguir es la
lucha armada y la dictadura del proletariado (una verdadera democracia
obrera).
El marxismo no es algo estático y fijo
pero tampoco es una doctrina sin principios básicos. La revolución se
tiene que adaptar a las circunstancias económicas y históricas pero
conservando una doctrina científica, no se puede tergiversar.
De las cenizas de la Comuna de París
surgió al cabo de casi 50 años la revolución rusa de 1917. Igual que en
los inicios del siglo XX en la actualidad consideran muerto y enterrado
el socialismo pero que susto se llevarán cuando este aparezca como
fantasma frente a ellos. El fantasma del socialismo que recorre los
países capitalistas hará que el miedo cambie de bando, de los explotados
a los explotadores.
Fuente: La Victoria de los Oprimidos y Explotados/ PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
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