Niño en el hospital de Faluya. En los los bombardeos contra Faluya, al menos 109 civiles han sido asesinados y 632 han resultado heridos.Diez de los asesinados eran niños y entre los heridos había 40 niños |
Por:Dahr Jamail
Médicos, vecinos y trabajadores de
ONG de Faluya acusan al gobierno iraquí de crímenes de guerra y de
crímenes contra la humanidad cometidos en la actual campaña bélica
contra la ciudad, supuestamente llevada a cabo contra el Estado Islámico
de Iraq y Siria, filial de al-Qaeda.
El Dr. Ahmed Shami, jefe de residentes del Hospital General de Faluya, declaró a Truthout
que desde que a principios de enero de 2013 las fuerzas gubernamentales
iraquíes iniciaron los bombardeos contra Faluya, al menos 109 civiles
han sido asesinados y 632 han resultado heridos. “[…] Diez de los
asesinados eran niños y entre los heridos había 40 niños”, afirma el Dr.
Shami. Además declaró que entre los muertos había cinco mujeres y de
los heridos 35 eran mujeres. “[…]
Muchos niños han sido asesinados a
sangre fría como resultado de los bombardeos indiscriminados contra la
ciudad. […] El ejército del primer ministro Nuri al-Maliki también ha
asesinado a jóvenes de la ciudad, y después ha quemado sus cadáveres”,
afirma el Dr. Shami.
El gobierno iraquí no ha cortado ni el agua ni la electricidad pero los doctores afirmaron a Truthout
que el ejército iraquí, al que se refieren como ‘las fuerzas de
Maliki’, siguen impidiendo que los suministros médicos entren en la
ciudad. Truthout habló con otro médico, bajo condición de
anonimato por su temor a las represalias del gobierno de Maliki, y dijo:
“[…] Han asesinado a mucha gente antes de que pudieran llegar al
hospital, que también se ha convertido en blanco del ejército de
Maliki”.
El
médico y su familia han sido evacuados de la ciudad porque el barrio
recibe ataques constantes. “[…] Ahora soy un refugiado en las casas de
las familias de mi hermano y de mi hermana en otra ciudad de Iraq, y
llevamos una vida de extrema penuria”, declara el médico.
En la
zona donde está el médico hay 1.300 familias de Faluya, y hasta cinco
familias buscan refugio en una sola casa. “[…] Muchos viven en las aulas
de los colegios, y llega a haber tres familias por aula […] Lo que
ocurre en Faluya es un crimen de guerra […] Créame cuando le digo que
nunca ha habido un blanco militar u oficial que haya resultado atacado
por el ejército de Maliki. Los civiles son el único blanco”, afirma el
este médico.
El 14
de febrero, Nickolay Mladenow, representante especial del Secretario
general de Naciones Unidas para Iraq expresó su preocupación sobre la
falta de seguridad y sobre la catástrofe humana a la que se enfrenta el
pueblo de Faluya: “[…] Estoy especialmente preocupado por el rápido
deterioro de las condiciones de vida en Faluya, ciudad en la que muchos
residentes están atrapados entre dos fuegos […] Naciones Unidas insiste
en que se permita la entrada de los servicios humanitarios”. Según
Mladenov, “[…]
Desde que se iniciaron los ataques en la provincia de
al-Anbar, más de 60.000 familias se han visto forzadas a marcharse y […]
estas familias desplazadas carecen de comida y de agua potable además
de que padecen malas condiciones de salubridad y la carencia de los
servicios médicos.
Otra
organización de ayuda humanitaria sitúa el número de desplazados en
300.000. Mientras el gobierno iraquí instó a un alto el fuego de 72
horas, que se mantiene en el momento en el que escribo estas líneas, la
gente en el interior de la ciudad sigue sufriendo y temen que la lucha
vuelva.
Asesinato de civiles y bombardeo de hospitales
El Dr.
Muhamad al Darraji, de Faluya, fundador del Centro de Conservación
Medio Ambiental y de Reservas de Faluya, una ONG de derechos humanos y
de medio ambiente, declaró a Truthout que considera que el gobierno de Maliki está perpetrando en Faluya ‘crímenes contra la humanidad’.
Su grupo aportó a Truthout
muchas pruebas en vídeo de civiles muertos y heridos en la ciudad, así
como fotos de los proyectiles de artillería que habían impactado en las
inmediaciones del Hospital General de Faluya. A pesar de que los videos
publicados en Youtube están sin editar y en árabe, muestran claramente a
los civiles asesinados o heridos.
Una joven de 19 años embarazada perdió una pierna
―debido a lo que la familia afirma fue un ‘bombardeo indiscriminado’
del ejército iraquí― mientras ella estaba en su casa, situada en el
norte de Faluya. Otros videos muestran a un joven con metralla en la espalda mientras lo tratan en el hospital; también se han grabado las operaciones de las personas gravemente heridas, mientras que otras grabaciones muestran los daños dentro del Hospital General.
Hay muchas grabaciones on-line de niños, mujeres y niñas adolescentes, algunos de ellos extremadamente gráficos.
El 17
de febrero, la ONG que dirige al-Darraji envió un informe formal al
Tribunal Penal Internacional detallando estos aspectos.
Durante más de un mes el ejército iraquí ha bombardeado Faluya, mezquitas y hospitales incluidos, así como las casas de la población civil. En la foto el Hospital General de Faluya. |
El
ministro del Interior iraquí afirma que el Estado Islámico de Iraq y
Siria (ISIS), filial de al-Qaeda, ha tomado partes de la ciudad. Esta
afirmación la han reproducido la mayoría de los medios de comunicación.
El Dr. Ahmed Shami afirmó a Truthout
que mientras Maliki dice que la operación en Faluya se lleva a cabo
para eliminar a los militantes (de ISIS), “[…] La gente a la que ataca
es el propio pueblo de la ciudad […]
Los rebeldes tribales son quienes
han tomado la ciudad. El pueblo de Faluya es pacífico y solo quiere
disfrutar de sus derechos básicos, pero al mismo tiempo tienen que
defenderse ellos mismos de los ataques sectarios del ejército de
Maliki.”
Feurat Alani, un periodista franco-iraquí con familia en Faluya, ha informado que aunque ISIS mantiene cierta presencia en la ciudad, no juega un papel significativo en la batalla que se libra en Faluya.
Ataque a los manifestantes
A principios de enero, las fuerzas
gubernamentales dispersaron una acampada en Faluya, al tiempo que
detenían a políticos que simpatizaban con los objetivos de las
protestas. Estos hechos son los que prendieron la mecha de la reciente
violencia en Faluya y Ramadi.
Desde hace más de un año se suceden las manifestaciones para exigir el cumplimiento de los derechos humanos que han sido abolidos por el gobierno de Maliki [Foto: Dahr Jamail] |
Sin embargo, esto se produjo realmente mucho antes. En 2012 miles de manifestantes se reunían todos los viernes [1] en la gran autovía que une Bagdad con Amán, y que pasa por las afueras de Faluya.
Los
suníes en Faluya y en el resto de la vasta provincia iraquí de al-Anbar
estaban furiosos con el gobierno de Maliki porque sus fuerzas de
seguridad, aún formadas en su mayoría por miembros de diversas milicias
shiíes, asesinaban o detenían a sus compatriotas en la región, así como en diversas partes de Bagdad.
Todos
los viernes, manifestantes indignados tomaban las calles para rezar y
expresar su enfado portando pancartas en las que podía leerse: “Exigimos
el fin de los controles militares que rodean Faluya”, “Exigimos que
permitan la entrada de prensa”, “Exigimos el fin de los asaltos ilegales
a las casas y las detenciones”,
“¡Exigimos el fin del federalismo y los
gánster y las cárceles secretas!”
En marzo de 2013, el jeque Jaled Hamoud al-Jumaili, uno de los dirigentes de las movilizaciones, afirmó a Truthout:
“[…] Perder nuestra historia y dividir a los iraquíes es un error, pero
eso, además de secuestrar, conspirar y obligar a la gente a huir de sus
casas, es lo que hace Maliki”.
Al-Jamaili,
declaró que hasta el momento Maliki no había admitido ni una sola de
sus demandas y temía más violencia si el gobierno continuaba ignorando
las protestas —ya muy extendidas—, de los residentes en la provincia
iraquí de al-Anbar.
El mismo día que Truthout
habló con al-Jumaili un manifestante recibió disparos de las fuerzas
iraquíes en Ramadi. En aquel momento el teniente general Mardhi
al-Mahlawi, comandate en jefe del Comando de Operaciones del Ejército
iraquí en al-Anbar, advirtió que las autoridades no dudarían en
desplegar las tropas rodeando otra vez a los manifestantes “[…] si estos
no cooperan” [2].
Los residentes de Faluya llevan protestando durante más de un año por las detenciones ilegales, así como por las torturas y violaciones que contra los detenidos comenten las fuerzas gubernamentales de Maliki. [Foto: Dahr Jamail]. |
Al día
siguiente, el gobierno de Maliki advirtió de que la zona se había
convertido en un ‘paraíso para los terroristas’, haciéndose eco de la
expresión que Estados Unidos utilizó prolíficamente durante su ocupación
de Faluya.
Contexto histórico
Cuando
Estados Unidos invadió Iraq en 2003 en Faluya no hubo luchas. Los
líderes tribales de la ciudad permitieron al ejército estadounidense
entrar en paz. Sin embargo, el ejército estadounidense disparó contra un
grupo de manifestantes desarmados que estaban a las puertas de un
colegio que había sido ocupado. Así se inició la resistencia contra la
ocupación estadounidense dentro de la ciudad.
Antes
del funeral de los cuatro mercenarios estadounidenses asesinados en
abril de 2004 en Faluya, el ejército estadounidense sitió la ciudad con
la disculpa de ‘luchar contra el terrorismo’, exactamente lo mismo que
hay hoy el gobierno de Maliki.
Al
encontrar una resistencia mucho más dura de la esperada, el premier
sitio se prolongó durante un mes. Entre mayo y noviembre de 2004, el
ejército estadounidense bombardeó y ametralló la ciudad, a menudo
haciendo blanco militar de bodas, funerales, casas de civiles y
mezquitas. Durante este tiempo, se utilizó el castigo colectivo: cortes
de agua, electricidad y de suministros sanitarios.
El 8
de noviembre de 2004, el ejército estadounidense asedió la ciudad en su
totalidad, bajo el pretexto de ‘luchar contra el terrorismo’, porque Abu
Musab al-Zarqawi, el terrorista jordano estaba en la ciudad, a pesar de
que jamás ha habido una prueba de que nunca haya puesto un pie en la
ciudad.
Según
el Centro de Conservación Medio Ambiental y de Reservas de Faluya
aproximadamente 5.000 vecinos de Faluya resultaron muertos durante el
segundo asedio [3].
No hace mucho, el parlamentario iraquí
Osama al-Nujaifi hizo un llamamiento al alto el fuego en Faluya.
Al-Nujaifi, líder del bloque árabe-sunni Mutahidoun, exigió la
suspensión de las operaciones militares en la provincia de al-Anbar:
“[…] El gobierno debe suspender totalmente sus operaciones militares en
al-Anbar”, declaró y añadió que “[…] Los residentes desplazados deben
volver a sus casas”.
Adhal al-Fahdaw, responsable del Consejo provincial de al-Anbar, declaró a Ashar Al-Awsat
que “[…] Hay muchos dirigentes tribales y religiosos que intentan
apaciguar esta crisis para encontrar una solución. En base a esto
hacemos un llamamiento para establecer una fecha límite porque la
solución a la crisis de Faluya vendrá de la comunidad, no del ejército”.
Entre tanto, el gobierno estadounidense
continua enviando armas al gobierno de Maliki para “luchar contra los
militantes islamistas sunníes” de la provincia de al-Anbar. En este
momento, según el Servicio de investigación del Congreso, el gobierno
estadounidense ha gastado más de 20 mil millones de dólares en entrenar y
equipar al ejército iraquí.
1. Véase: “Iraq: convocado el Viernes de la Dignidad”, Nota informativa de la CEOSI, 4 de marzo de 2011. Véase Paloma Valverde: “Pancartas en español en el Viernes del Ni un paso atrás en Iraq”. IraqSolidaridad, 28 de enero de 2014.
2. Véase: “Enfrentamientos armados para defender la Paza de la Dignidad y el honor de Ramadi”, nota informativa de la CEOSI, 30 de diciembre de 2013.
3. Sobre estos hechos, véase Patrick Martin “El Pentágono oculta información sobre la muerte de mercenarios en Iraq”, IraqSolidaridad, 25 de octubre de 2005.
*Dahr Jamail, periodista de Truthout, es autor de The Will to Resist: Soldiers Who Refuse to Fight in Iraq and Afganistan (Haymarket Books, 2009) y Beyond the Green Zone: Dispatches From an Unembedded Journalist in Occupied Iraq (Haymarket Books, 2007).
Jamail informó desde Iraq durante más de un año, como lo ha hecho durante los últimos diez años desde Líbano, Siria, Jordania y Turquía. Ha sido galardonado, entre otros, con los premios Martha Gellhorn de periodismo de investigación.
Fuente:Irak Solidaridad/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
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