José Reinaldo Carvalho *
La revolución cuyo centenario es motivo de celebración para las fuerzas vivas del movimiento obrero, revolucionario y comunista durante todo el año 2017, la Gran Revolución Socialista Soviética, dirigida por el Partido bolchevique bajo el liderazgo de Lenin, fue el acontecimiento social más importante en la historia de la humanidad. Por primera vez, el proletariado, unido a los otros estratos populares, especialmente el campesinado, tomó el poder político y comenzó la construcción del poder de los trabajadores y de la sociedad socialista.
La Revolución Rusa de 1917 confirmó la teoría de Marx y Engels, basada en el análisis científico de la sociedad, de que el capitalismo es un sistema económico y social históricamente condenado. Bajo la influencia de sus contradicciones antagónicas, en un momento dado del desarrollo económico y la lucha política de la clase obrera, tienen lugar situaciones revolucionarias, las cuales, en un marco de madurez de las condiciones objetivas y subjetivas, resultan en una victoria de la revolución.
La revolución de 1917 impulsó el progreso social. A partir de una base económica retrasada, en unas pocas décadas la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se convirtió en uno de los países más prósperos y socialmente más avanzado en el mundo. Sobre las ruinas del antiguo régimen, ha devenido una nueva civilización humana, una economía desarrollada, el progreso material y espiritual, la justicia, la igualdad, un pueblo culto y digno. Son logros sociales sin precedentes, las reformas estructurales, los avances civilizatorios realizados por el nuevo orden político del Estado proletario basado en la alianza obrero-campesina.
La victoria de la revolución rusa, en el marco de las condiciones peculiares del principio del siglo pasado, confirmó la tesis de Lenin de que con el paso del capitalismo a la fase imperialista, se abrió la era de la revolución socialista, debido a la madurez de las contradicciones objetivas entre el proletariado y la burguesía, el imperialismo y los pueblos y naciones oprimidos, más allá de las contradicciones entre las potencias imperialistas por el dominio del mundo.
El triunfo de las clases oprimidas en 1917 en Rusia mostró que sólo una revolución podría abrir el camino a la conquista de la liberación, la transformación social y las políticas progresistas. La revolución ha refutado la concepción sobre la colaboración de clases en tanto que ha reforzado la estrategia del movimento obrero y popular.
La revolución de 1917 impulsó el progreso social. A partir de una base económica retrasada, en unas pocas décadas la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se convirtió en uno de los países más prósperos y socialmente más avanzado en el mundo. Sobre las ruinas del antiguo régimen, ha devenido una nueva civilización humana, una economía desarrollada, el progreso material y espiritual, la justicia, la igualdad, un pueblo culto y digno. Son logros sociales sin precedentes, las reformas estructurales, los avances civilizatorios realizados por el nuevo orden político del Estado proletario basado en la alianza obrero-campesina.
La victoria de la revolución rusa, en el marco de las condiciones peculiares del principio del siglo pasado, confirmó la tesis de Lenin de que con el paso del capitalismo a la fase imperialista, se abrió la era de la revolución socialista, debido a la madurez de las contradicciones objetivas entre el proletariado y la burguesía, el imperialismo y los pueblos y naciones oprimidos, más allá de las contradicciones entre las potencias imperialistas por el dominio del mundo.
El triunfo de las clases oprimidas en 1917 en Rusia mostró que sólo una revolución podría abrir el camino a la conquista de la liberación, la transformación social y las políticas progresistas. La revolución ha refutado la concepción sobre la colaboración de clases en tanto que ha reforzado la estrategia del movimento obrero y popular.
La dimensión internacional de la revolución soviética
Ningún otro evento político-social ha materializado la consigna lanzada seis décadas antes por Marx: "Proletarios de todos los países, uníos". Aunque no dio lugar a la revolución proletaria mundial - esta era la expectativa de los bolcheviques y todo el movimiento revolucionario en el momento - la revolución socialista de 1917 tuvo un impacto internacional extraordinario, influencia directa en los acontecimientos posteriores, cambió la faz del mundo y dejó huellas indelebles en todo el siglo 20.
La revolución triunfante el 7 de noviembre 1917 cambió la faz del mundo y abrió una nueva era en la historia humana. Celebrada en el apogeo de la guerra entre las grandes potencias que compiten para dominar el planeta, estableció el contrapunto esencial para el sistema imperialista. Desde entonces, la disyuntiva entre el capitalismo (imperialista) y el socialismo se convirtió en una de las contradicciones esenciales de la época. Los conflictos políticos, las guerras y las revoluciones de liberación nacional y socialistas del siglo 20 se han desarrollado teniendo estos antagonismos como factores objetivos determinantes.
El poder del Estado socialista que surgió en el año 1917, internacionalista por naturaleza, se ha convertido en el vector dominante en la lucha por la paz mundial y el progreso social, un factor esencial para contrarrestar los efectos de la agresión imperialista e influir positivamente en las luchas de los trabajadores y pueblos.
Después de la revolución soviética de 1917 y bajo su influencia directa, se formaron partidos comunistas en varios países, sobre todo Argentina, Finlandia, Brasil, Uruguay, Alemania, Austria, Hungría, Estonia, Polonia, Alemania, Grecia, China, Portugal, Francia, Italia, España, Australia, Italia, Luxemburgo, Portugal, Nueva Zelanda, Rumania, Suiza, Checoslovaquia, Mongolia, Canadá, Estados Unidos, Indonesia, Irak, India, Vietnam, Cuba, Corea, Sudáfrica, entre otros.
La revolución rusa provocó impacto en el movimiento revolucionario internacional de los trabajadores y los pueblos de las colonias y semi-colonias. Las huelgas y manifestaciones en solidaridad con el poder soviético se produjeron en casi toda Europa, Estados Unidos, Japón y América Latina. El movimiento de liberación nacional en los países coloniales y semi-coloniales como China, Corea, India e Indochina ganaron impulso a partir de la victoria de esta revolución.
La creación de las repúblicas soviéticas en 1919 en Hungría y Baviera (Alemania), señaló la culminación de los movimientos revolucionarios en Europa después de la revolución rusa, a pesar de que fueron derrotados.
La Gran Revolución Socialista Soviética creó las condiciones para el surgimiento de la Internacional Comunista, la Tercera Internacional, después de la bancarrota de la Segunda Internacional provocada por el oportunismo de derecha. Esta revolución ejerció una gran influencia en el movimiento revolucionario mundial, especialmente en el movimiento obrero, la expansión de los grupos de izquierda y su separación de la influencia socialdemócrata.
Como partido en el poder, correspondió al partido bolchevique, bajo la dirección de Lenin, la iniciativa de unir en la nueva organización internacional a las fuerzas de izquierda, comunistas, revolucionarias, separadas de la corrientes centristas y oportunistas de derecha. La creación de la Tercera Internacional en 1919 fue, por lo tanto, un evento importante en el movimiento obrero internacional bajo la influencia de la revolución rusa. Su mérito fue haber asimilado los frutos de la lucha revolucionaria del proletariado ruso, como base para abrir el camino a la lucha por el socialismo a escala mundial.
La victoria de la revolución marcó un punto de inflexión profunda en la historia de las luchas emancipadoras de los pueblos, en la lucha de la clase obrera internacional y presenta nuevos problemas teóricos y prácticos, metodológicos y organizativos, nuevos retos para la organización de la lucha de la clase obrera en todo el mundo. Es en esta perspectiva que se debe analizar la existencia y el desarrollo de la Tercera Internacional en el contexto de la época.
Influencia en Brasil
En Brasil, el movimiento obrero, aunque incipiente, apareció a partir de las primeras señales de industrialización del país entre finales del siglo 19 y principios del siglo 20, cuando comenzó a protagonizar sus primeras acciones, bajo la influencia del anarcosindicalismo. También en esa época aparecieron periódicos de agitación política e ideológica, y se celebraron las primeras acciones y se crearon los primeros grupos socialistas.
En julio de 1917 tiene lugar la primera huelga general en el país, una poderosa afirmación del movimiento obrero, su bautismo de fuego, el cual tuvo una amplia repercusión y ejerció impacto social y político. Esta huelga fue un hito en el movimiento obrero brasileño naciente. Entre 1917 y principios de 1920 el país fue escenario de huelgas y movimientos sociales invariablemente reprimidos y transformados en violentos enfrentamientos con la policía. Aparecieron los primeros núcleos comunistas, ya bajo la influencia de los acontecimientos revolucionarios en Rusia. Entre las acciones del movimiento obrero brasileño de aquel tiempo, muchas se dedicaban a la solidaridad con la revolución soviética.
Al contrario de lo sucedido en la mayoría de países europeos, así como en Argentina, Chile y Uruguay, el Partido Comunista de Brasil no ha nacido de la ruptura de un partido socialdemócrata grande e influyente, sino de una escisión en el movimiento anarquista. Fueron los enfrentamientos políticos e ideológicos entre los sectores avanzados del proletariado brasileño y, sobre todo, una lucha entre comunistas y anarquistas, los que resultaron en la formación de los primeros grupos comunistas, que más tarde se unirían para formar el Partido Comunista de Brasil.
El historiador brasileño Nelson Werneck Sodré, estudioso marxista de la historia de Brasil y los comunistas, señaló que el Partido Comunista "nació y creció como una consecuencia necesaria del proceso de formación de la clase trabajadora brasileña y el desarrollo de sus luchas. Su fundación respondía a una demanda del movimiento obrero que ya se había mostrado en las primeras décadas del siglo 20, la falta de un partido obrero revolucionario ".
El documento conmemorativo del 90 aniversario del Partido Comunista de Brasil (2012) señala: "Cuando el movimiento obrero brasileño se enfrentó a una perspectiva de crisis, los fuertes vientos de la revolución socialista victoriosa en Rusia, en 1917 alcanzaron nuestro país. En Brasil el triunfo de los obreros rusos han mostrado a los trabajadores brasileños una nueva forma de luchar: la organización necesaria del proletariado como un partido político independiente, de clase, teniendo como objetivo la conquista del poder político y el establecimiento del socialismo ".
El congreso fundador del Partido Comunista de Brasil se llevó a cabo los días 25, 26 y 27 de marzo de 1922. Los dos primeros días de trabajo se realizaron en la ciudad de Río de Janeiro. Sin embargo, debido a las amenazas de la policía, la última sesión se trasladó a la ciudad de Niterói. Se contó con la participación de nueve delegados en representación de 73 comunistas. Al principio de su existencia, el partido se unió a las 21 condiciones para ser miembro de la Internacional Comunista.
En julio de 1917 tiene lugar la primera huelga general en el país, una poderosa afirmación del movimiento obrero, su bautismo de fuego, el cual tuvo una amplia repercusión y ejerció impacto social y político. Esta huelga fue un hito en el movimiento obrero brasileño naciente. Entre 1917 y principios de 1920 el país fue escenario de huelgas y movimientos sociales invariablemente reprimidos y transformados en violentos enfrentamientos con la policía. Aparecieron los primeros núcleos comunistas, ya bajo la influencia de los acontecimientos revolucionarios en Rusia. Entre las acciones del movimiento obrero brasileño de aquel tiempo, muchas se dedicaban a la solidaridad con la revolución soviética.
Al contrario de lo sucedido en la mayoría de países europeos, así como en Argentina, Chile y Uruguay, el Partido Comunista de Brasil no ha nacido de la ruptura de un partido socialdemócrata grande e influyente, sino de una escisión en el movimiento anarquista. Fueron los enfrentamientos políticos e ideológicos entre los sectores avanzados del proletariado brasileño y, sobre todo, una lucha entre comunistas y anarquistas, los que resultaron en la formación de los primeros grupos comunistas, que más tarde se unirían para formar el Partido Comunista de Brasil.
El historiador brasileño Nelson Werneck Sodré, estudioso marxista de la historia de Brasil y los comunistas, señaló que el Partido Comunista "nació y creció como una consecuencia necesaria del proceso de formación de la clase trabajadora brasileña y el desarrollo de sus luchas. Su fundación respondía a una demanda del movimiento obrero que ya se había mostrado en las primeras décadas del siglo 20, la falta de un partido obrero revolucionario ".
El documento conmemorativo del 90 aniversario del Partido Comunista de Brasil (2012) señala: "Cuando el movimiento obrero brasileño se enfrentó a una perspectiva de crisis, los fuertes vientos de la revolución socialista victoriosa en Rusia, en 1917 alcanzaron nuestro país. En Brasil el triunfo de los obreros rusos han mostrado a los trabajadores brasileños una nueva forma de luchar: la organización necesaria del proletariado como un partido político independiente, de clase, teniendo como objetivo la conquista del poder político y el establecimiento del socialismo ".
El congreso fundador del Partido Comunista de Brasil se llevó a cabo los días 25, 26 y 27 de marzo de 1922. Los dos primeros días de trabajo se realizaron en la ciudad de Río de Janeiro. Sin embargo, debido a las amenazas de la policía, la última sesión se trasladó a la ciudad de Niterói. Se contó con la participación de nueve delegados en representación de 73 comunistas. Al principio de su existencia, el partido se unió a las 21 condiciones para ser miembro de la Internacional Comunista.
El siglo de la lucha por el socialismo
El siglo 20 se caracterizó por el socialismo victorioso en la Unión Soviética y bajo la influencia de esta se ha convertido en el siglo de las revoluciones antiimperialistas, las luchas democráticas, populares y socialistas por la liberación nacional y social de los pueblos, la lucha anti-colonial, por la paz y la justicia, objetivos estos que se mezclan con los grandes valores e ideales de la gran Revolución Socialista de octubre.
Fue de la Internacional Comunista la iniciativa de crear los frentes populares, decisivos en la lucha de los pueblos contra el fascismo.
La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas fue la fuerza principal en la victoria sobre el poder militar más grande y más agresivo de la burguesía imperialista - la Alemania hitleriana. La victoria sobre el nazi-fascismo fue un logro de los pueblos, las fuerzas de la paz, la democracia, la solidaridad y el progreso social. Para esta victoria, fue destacada la acción de los comunistas. La Unión Soviética, el país del socialismo, con la heroica lucha de su pueblo, fue el factor político y militar decisivo en el triunfo sobre el nazi-fascismo.
Los pueblos de la Unión Soviética pagaron el precio más terrible de vidas humanas y daños materiales, con la muerte de 27 millones de sus ciudadanos, incluyendo 7,5 millones de soldados. El país ha experimentado la devastación sin precedentes: 1.710 ciudades, 70.000 poblados fueron totalmente destruidos; miles de fábricas, empresas y cooperativas agrícolas dañados, seis millones de hogares demolidos.
Las victorias del Ejército Rojo en las batallas históricas de Moscú (octubre de 1941 a enero 1942); Stalingrado (agosto 1942 a febrero 1943); Kursk (entre la primavera y el verano de 1943); y Berlín en la primavera de 1945 permanecerán indelebles en la memoria de la humanidad, como el tributo del pueblo soviético por la causa de la liberación de la humanidad.
La victoria fue por lo tanto la expresión y el resultado de la fraternidad internacionalista entre los pueblos en la búsqueda de la libertad, la democracia, la independencia y la justicia.
Bajo la influencia de la revolución, se desarrolló el movimiento obrero en los países capitalistas y la lucha anti-colonial en los países dependientes.
La revolución socialista y el socialismo soviético estaban presentes como fuente de inspiración, influencia indirecta y apoyo moral en la gran Revolución China, la Revolución Cubana, la resistencia vietnamita. Incluso la adopción por los países capitalistas, del estado de "bienestar" fue resultado, junto con las luchas sindicales y populares, de la influencia de la Revolución de Octubre y el socialismo en la URSS. La Revolución Soviética fue la base para la organización del campo socialista y el movimiento comunista internacional.
Fue de la Internacional Comunista la iniciativa de crear los frentes populares, decisivos en la lucha de los pueblos contra el fascismo.
La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas fue la fuerza principal en la victoria sobre el poder militar más grande y más agresivo de la burguesía imperialista - la Alemania hitleriana. La victoria sobre el nazi-fascismo fue un logro de los pueblos, las fuerzas de la paz, la democracia, la solidaridad y el progreso social. Para esta victoria, fue destacada la acción de los comunistas. La Unión Soviética, el país del socialismo, con la heroica lucha de su pueblo, fue el factor político y militar decisivo en el triunfo sobre el nazi-fascismo.
Los pueblos de la Unión Soviética pagaron el precio más terrible de vidas humanas y daños materiales, con la muerte de 27 millones de sus ciudadanos, incluyendo 7,5 millones de soldados. El país ha experimentado la devastación sin precedentes: 1.710 ciudades, 70.000 poblados fueron totalmente destruidos; miles de fábricas, empresas y cooperativas agrícolas dañados, seis millones de hogares demolidos.
Las victorias del Ejército Rojo en las batallas históricas de Moscú (octubre de 1941 a enero 1942); Stalingrado (agosto 1942 a febrero 1943); Kursk (entre la primavera y el verano de 1943); y Berlín en la primavera de 1945 permanecerán indelebles en la memoria de la humanidad, como el tributo del pueblo soviético por la causa de la liberación de la humanidad.
La victoria fue por lo tanto la expresión y el resultado de la fraternidad internacionalista entre los pueblos en la búsqueda de la libertad, la democracia, la independencia y la justicia.
Bajo la influencia de la revolución, se desarrolló el movimiento obrero en los países capitalistas y la lucha anti-colonial en los países dependientes.
La revolución socialista y el socialismo soviético estaban presentes como fuente de inspiración, influencia indirecta y apoyo moral en la gran Revolución China, la Revolución Cubana, la resistencia vietnamita. Incluso la adopción por los países capitalistas, del estado de "bienestar" fue resultado, junto con las luchas sindicales y populares, de la influencia de la Revolución de Octubre y el socialismo en la URSS. La Revolución Soviética fue la base para la organización del campo socialista y el movimiento comunista internacional.
La lucha contra el oportunismo de derecha y de "izquierda"
La revolución de 1917 tuvo un gran impacto político e ideológico. Los principios que le han inspirado y se desarrollaron más tarde forman la línea roja de demarcación entre el pensamiento socialista científico, revolucionario, comunista, clasista e internacionalista, y el pensamiento socialdemócrata, oportunista.
Celebrar el centenario de esa revolución y exaltar sus logros no significa considerarla como un modelo y caer en el anacronismo, o una posición dogmática, de trasplantarla hasta nuestros días. El mundo vive bajo condiciones completamente diferentes y la propia evolución de las naciones enseña que los procesos revolucionarios son únicos e irrepetibles.
Vale la pena reflexionar sobre lo que Lenin llamó: "una de las condiciones fundamentales para el éxito de los bolcheviques,", en una de sus obras clásicas, "El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo", citado a menudo fuera del contexto histórico en el que fue escrito.
"Hoy en día, sin duda, casi todo el mundo ha entendido que los bolcheviques no habrían estado en el poder dos años y medio, ---pero ni siquiera dos meses y medio---, si no fuera la disciplina rigurosísima, verdaderamente férrea, de nuestro partido, si no hubiera existido el apoyo total e incondicional de la masa de la clase obrera, es decir, todo lo que tiene de consciente, honrado, abnegado, influyente y capaz de conducir y tener con él como aliados a los estratos más retrasados", escribió Lenin, para quien: "la dictadura del proletariado es la guerra más severa e implacable de la nueva clase contra un enemigo más poderoso, la burguesía, cuya resistencia se incrementa diez veces por su derrota (aunque sólo sea en un país)" (. ..)
En el mismo texto en que analiza las condiciones en las que triunfó el bolchevismo, Lenin dice: "Sólo la historia del bolchevismo durante todo el período de su existencia puede explicar satisfactoriamente por qué él era capaz de forjar y mantener, en las condiciones más duras, la disciplina de hierro necesaria para la victoria del proletariado".
Y continúa: "La primera pregunta que surge es: ¿cómo mantener la disciplina del partido revolucionario, del proletariado?, ¿Cómo se ha demostrado?, Cómo se ha fortalecido?, En primer lugar, por la conciencia de la vanguardia proletaria y por su devoción a la revolución, por su firmeza, su espíritu de sacrificio, su heroísmo. En segundo lugar, por su capacidad de vincularse y, en cierta medida, si se quiere, para fusionarse con las amplias masas trabajadoras, sobre todo con las masas proletarias, y también con las masas no proletarias. Por último, por lo correcto de la línea política seguida por esta vanguardia, por lo acertado de su estrategia y sus tácticas políticas, a condición de que las amplias masas estén convencidas a partir de su experiencia. Sin estas condiciones, no puede haber una disciplina en un partido revolucionario realmente capaz de ser el partido de la clase avanzada, condenado a derribar a la burguesía y transformar toda la sociedad. Sin estas condiciones, todos los intentos de establecer la disciplina son, inevitablemente, ficción, frases sin sentido, gestos grotescos. Pero, por otro lado, estas condiciones no pueden surgir de repente. Son creadas sólo con el esfuerzo prolongado y la experiencia ganada; su formación se ve facilitada por una teoría revolucionaria correcta, que a su vez, no es un dogma, sino que se forma definitivamente en estrecha relación con la experiencia práctica de un movimiento verdaderamente de masas y verdaderamente revolucionario ".
Celebrar el centenario de esa revolución y exaltar sus logros no significa considerarla como un modelo y caer en el anacronismo, o una posición dogmática, de trasplantarla hasta nuestros días. El mundo vive bajo condiciones completamente diferentes y la propia evolución de las naciones enseña que los procesos revolucionarios son únicos e irrepetibles.
Vale la pena reflexionar sobre lo que Lenin llamó: "una de las condiciones fundamentales para el éxito de los bolcheviques,", en una de sus obras clásicas, "El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo", citado a menudo fuera del contexto histórico en el que fue escrito.
"Hoy en día, sin duda, casi todo el mundo ha entendido que los bolcheviques no habrían estado en el poder dos años y medio, ---pero ni siquiera dos meses y medio---, si no fuera la disciplina rigurosísima, verdaderamente férrea, de nuestro partido, si no hubiera existido el apoyo total e incondicional de la masa de la clase obrera, es decir, todo lo que tiene de consciente, honrado, abnegado, influyente y capaz de conducir y tener con él como aliados a los estratos más retrasados", escribió Lenin, para quien: "la dictadura del proletariado es la guerra más severa e implacable de la nueva clase contra un enemigo más poderoso, la burguesía, cuya resistencia se incrementa diez veces por su derrota (aunque sólo sea en un país)" (. ..)
En el mismo texto en que analiza las condiciones en las que triunfó el bolchevismo, Lenin dice: "Sólo la historia del bolchevismo durante todo el período de su existencia puede explicar satisfactoriamente por qué él era capaz de forjar y mantener, en las condiciones más duras, la disciplina de hierro necesaria para la victoria del proletariado".
Y continúa: "La primera pregunta que surge es: ¿cómo mantener la disciplina del partido revolucionario, del proletariado?, ¿Cómo se ha demostrado?, Cómo se ha fortalecido?, En primer lugar, por la conciencia de la vanguardia proletaria y por su devoción a la revolución, por su firmeza, su espíritu de sacrificio, su heroísmo. En segundo lugar, por su capacidad de vincularse y, en cierta medida, si se quiere, para fusionarse con las amplias masas trabajadoras, sobre todo con las masas proletarias, y también con las masas no proletarias. Por último, por lo correcto de la línea política seguida por esta vanguardia, por lo acertado de su estrategia y sus tácticas políticas, a condición de que las amplias masas estén convencidas a partir de su experiencia. Sin estas condiciones, no puede haber una disciplina en un partido revolucionario realmente capaz de ser el partido de la clase avanzada, condenado a derribar a la burguesía y transformar toda la sociedad. Sin estas condiciones, todos los intentos de establecer la disciplina son, inevitablemente, ficción, frases sin sentido, gestos grotescos. Pero, por otro lado, estas condiciones no pueden surgir de repente. Son creadas sólo con el esfuerzo prolongado y la experiencia ganada; su formación se ve facilitada por una teoría revolucionaria correcta, que a su vez, no es un dogma, sino que se forma definitivamente en estrecha relación con la experiencia práctica de un movimiento verdaderamente de masas y verdaderamente revolucionario ".
Partir de las Situaciones Concretas
Lenin formuló el principio de que siempre es necesario hacer "análisis concreto de la situación concreta." Por lo tanto, para explicar las razones del triunfo de 1917, señaló que el bolchevismo surgió en 1903, sobre "la base más sólida de la teoría marxista", que se desarrolló en Rusia en condiciones particulares. "El bolchevismo, apareció en esta base teórica de granito, tenía una historia práctica de quince años (1903/1917), sin precedentes en el mundo, debido a su gran experiencia. Ningún país durante estos quince años pasó, ni siquiera aproximadamente, por una experiencia revolucionaria, con una rapidez y una variada sucesión de diferentes formas de movimiento, tanto legales como ilegales, pacíficos y tormentosos, abierto y clandestino, de propaganda en los círculos, los movimientos de masas, la actividad parlamentaria, e incluso de la acción terrorista. En ningún país se concentró en tan poco tiempo, la variedad de formas, matices de métodos de lucha, lucha que, ademas, debido al atraso del país y la opresión del yugo zarista, maduró con extraordinaria rapidez, y ha asimilado con especial avidez y eficiencia la 'última palabra' de la experiencia política americana y europea ".
Para los comunistas, la Revolución triunfante en 1917 será siempre una fuente de inspiración en los combates que tienen lugar hoy, en las nuevas condiciones, la resistencia a la feroz ofensiva del sistema capitalista contra los trabajadores y el pueblo y para dar paso a una nueva etapa de la lucha por el socialismo.
Para los comunistas, la Revolución triunfante en 1917 será siempre una fuente de inspiración en los combates que tienen lugar hoy, en las nuevas condiciones, la resistencia a la feroz ofensiva del sistema capitalista contra los trabajadores y el pueblo y para dar paso a una nueva etapa de la lucha por el socialismo.
La caída de la Unión Soviética y su influencia en la situación actual
Objetivamente, la caída de la Unión Soviética en la década de 1990 marcó un punto de inflexión negativo en la evolución de la situación global. Como resultado de una contrarrevolución, cuyos primeros signos se manifestaron desde el 20º Congreso del Partido Comunista da la Union Soviética (1956), la derrota de la revolución soviética implicaba un retroceso sin precedentes en la situación política internacional, el contexto en que se desarrolla una ofensiva brutal de la burguesía, el imperialismo y toda la reacción mundial contra todos los logros democráticos, sociales, civilizacionales de la humanidad.
En la actualidad, los pueblos se enfrentan con las potencias imperialistas, los Estados Unidos y sus aliados, que tratan de imponer su dominación a través del militarismo y la guerra. En este contexto, se ha convertido en un concepto vulgar divulgado por los defensores del capitalismo de que el socialismo y la revolución sufrió un golpe mortal, y que por tanto ahora ya no hay razón para insistir en una estrategia revolucionaria. Por ello, se propone una adaptación definitiva al orden capitalista imperialista establecido.
En la actualidad, los pueblos se enfrentan con las potencias imperialistas, los Estados Unidos y sus aliados, que tratan de imponer su dominación a través del militarismo y la guerra. En este contexto, se ha convertido en un concepto vulgar divulgado por los defensores del capitalismo de que el socialismo y la revolución sufrió un golpe mortal, y que por tanto ahora ya no hay razón para insistir en una estrategia revolucionaria. Por ello, se propone una adaptación definitiva al orden capitalista imperialista establecido.
La lucha por el Comunismo sigue siendo la opción para la humanidad
Los comunistas, en contra de este "sentido común",de esa entrega que se propone desde la clase dominante creemos y planteamos que la lucha por el socialismo sigue en el orden del día, ya que corresponde a una necesidad objetiva para el desarrollo de la sociedad. Y no nos engañemos a nosotros mismos acerca de la posibilidad de que este salto histórico pueda venir a darse o a resultar de forma espontánea, por la evolución o como cedencia, donación o entrega de las clases dominantes. Las fuerzas que luchan por el socialismo tenemos en cuenta las nuevas condiciones históricas, la revolución no será el resultado de aventuras ni el socialismo se puede construir bruscamente. El examen detallado de la historia y la realidad contemporánea muestra que el camino revolucionario implica muchos pasos y la construcción del socialismo será el trabajo generaciones. También hay que tener en cuenta que no existe un modelo para la lucha revolucionaria y la construcción del socialismo. La adopción del modelo fue un grave error, una posición anti-científica.
El socialismo es universal como teoría general y aspiración a la liberación de la clase obrera en todo el mundo. Es universal como trasformación de la sociedad y advendrá en una época en que la humanidad será libre y tendrá justicia y progreso. Pero el socialismo será el resultado de una lucha multifacética de cada pueblo, en circunstancias históricas y políticas bien definidas, que requerirá de las fuerzas revolucionarias y del Partido Comunista de cada país, el desarrollo de nuevos y originales programas, de estrategias y tácticas consonantes con los principios y el contexto histórico concreto en cada caso.
En el transcurso del centenario del acontecimiento más grande en la historia humana la actual generación de luchadores por el socialismo reflexiona y adopta nuevas acciones prácticas. Todavía no se ha configurado completamente la correlación de fuerzas que conduzcan a la humanidad a un nuevo ciclo revolucionario. Pero tampoco esta correlación de fuerzas será formada por generación espontánea. Corresponde a las fuerzas revolucionarias adoptar directrices estratégicas, tácticas, procedimientos y métodos de acción y lucha, con el fin de hacer frente a la necesidad de abordar en las nuevas condiciones, la lucha por el socialismo.
El socialismo es universal como teoría general y aspiración a la liberación de la clase obrera en todo el mundo. Es universal como trasformación de la sociedad y advendrá en una época en que la humanidad será libre y tendrá justicia y progreso. Pero el socialismo será el resultado de una lucha multifacética de cada pueblo, en circunstancias históricas y políticas bien definidas, que requerirá de las fuerzas revolucionarias y del Partido Comunista de cada país, el desarrollo de nuevos y originales programas, de estrategias y tácticas consonantes con los principios y el contexto histórico concreto en cada caso.
En el transcurso del centenario del acontecimiento más grande en la historia humana la actual generación de luchadores por el socialismo reflexiona y adopta nuevas acciones prácticas. Todavía no se ha configurado completamente la correlación de fuerzas que conduzcan a la humanidad a un nuevo ciclo revolucionario. Pero tampoco esta correlación de fuerzas será formada por generación espontánea. Corresponde a las fuerzas revolucionarias adoptar directrices estratégicas, tácticas, procedimientos y métodos de acción y lucha, con el fin de hacer frente a la necesidad de abordar en las nuevas condiciones, la lucha por el socialismo.
Frente al capitalismo-imperialismo globalizado los Comunistas debemos desarrollar estrategias y tácticas para llevar a la Humanidad al Comunismo
Frente al capitalismo-imperialismo globalizado, su profunda crisis estructural y sistémica, actualmente en fase aguda, con sus políticas neoliberales, políticas de guerra y el caracter reaccionariao del sistema político y económico burgués, la pregunta importante es: el programa de los comunistas es luchar por las mejoras en el capitalismo, combater sólo "deformaciones" de la globalización, o se trata, en cambio, de desarrollar estrategias, tácticas y métodos revolucionarios que lleven a los trabajadores de todo el mundo a la lucha por el socialismo como única manera de superar los impasses que la humanidad se enfrenta con el sistema actual? La gran paradoja de esta época es que el capitalismo ha alcanzado un nivel de desarrollo tal, un grado tamaño de expansión, que llega a todos los rincones del planeta.
Un grado de desarrollo previamente inimaginable de sus capacidades, y a la vez mantiene su objetivo de obtener el máximo beneficio, lo cual consigue a través de la máxima y acrecentada explotación y la opresión de las masas trabajadoras y el despojo de las naciones dependientes. Esta es la contradicción fundamental sobre la cual se desarrollará la lucha política de las clases trabajadoras. El capitalismo de hoy sólo beneficia a la gran burguesía parasitaria de los países imperialistas y de los países dependientes. Por lo tanto, es inevitable el estallido de los combates en los cuales los factores de clase se entrelazan con los nacionales. Es en este contexto que se plantea y "reaparece" la lucha por el socialismo.
En este contexto, se presenta ante los comunistas y otras corrientes revolucionária el tema de la construcción de un sujeto político capaz de unir, movilizar y organizar a la clase obrera y las masas en sus dimensiones estratégicas y tácticas.
Un grado de desarrollo previamente inimaginable de sus capacidades, y a la vez mantiene su objetivo de obtener el máximo beneficio, lo cual consigue a través de la máxima y acrecentada explotación y la opresión de las masas trabajadoras y el despojo de las naciones dependientes. Esta es la contradicción fundamental sobre la cual se desarrollará la lucha política de las clases trabajadoras. El capitalismo de hoy sólo beneficia a la gran burguesía parasitaria de los países imperialistas y de los países dependientes. Por lo tanto, es inevitable el estallido de los combates en los cuales los factores de clase se entrelazan con los nacionales. Es en este contexto que se plantea y "reaparece" la lucha por el socialismo.
En este contexto, se presenta ante los comunistas y otras corrientes revolucionária el tema de la construcción de un sujeto político capaz de unir, movilizar y organizar a la clase obrera y las masas en sus dimensiones estratégicas y tácticas.
La necesidad del fortalecimiento de los Partidos Comunistas y a la Clase Obrera, para la lucha por el poder, en la lucha de clases: en lo ideológico, político, orgánico, electoral y de la lucha de masas en todo el mundo
Desde el punto de vista de los comunistas, es imperativo persistir en el fortalecimiento político, ideológico, orgánico, electoral y de masas de los Partidos Comunistas, en unidad con otros sectores consecuentes de izquierdas. En tiempos de profunda crisis del capitalismo, en que las alternativas de la burguesía y el imperialismo monopolista-financiero son cada vez más antidemocráticas, belicistas, el Partido Comunista debe tener claro el horizonte socialista, la identidad de clase e ideológica y los sólidos vínculos con las masas trabajadoras. Sean cuales sean los procedimientos tácticos requeridos para la acumulación de fuerzas, tanto como la debida y necesaria flexibilidad que los comunistas deben tener para concertar amplias alianzas, más aún debe ser afirmada la naturaleza revolucionaria de su estrategia y su perfil político e ideológico.
Parte inseparable en eso es el internacionalismo proletario, principio esencial de los comunistas, lo que significa la solidaridad con los pueblos en lucha por la soberanía nacional, la justicia social y la revolución política y social. Esta es una tarea a la que los comunistas brasileños nos dedicamos intensamente, participando en organizaciones y movimientos con claro carácter antiimperialista, Es también una tarea fundamental reforzar el fortalecimiento de los lazos de cooperación y la unidad entre los partidos comunistas, como con las organizaciones revolucionarias y populares. Es muy importante el avance, desarrollo y crecimiento del intercambio de experiencias y la celebración de acciones comunes en el marco del Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros (EIPCO), que en el marco de las conmemoraciones del centenario de la gloriosa revolución soviética, celebrará su 19ª reunión en Rusia en noviembre de 2017, y el Foro de Sao Paulo, importante y amplio espacio de coordinación de las fuerzas progresistas y antiimperialistas de América Latina y el Caribe.
Parte inseparable en eso es el internacionalismo proletario, principio esencial de los comunistas, lo que significa la solidaridad con los pueblos en lucha por la soberanía nacional, la justicia social y la revolución política y social. Esta es una tarea a la que los comunistas brasileños nos dedicamos intensamente, participando en organizaciones y movimientos con claro carácter antiimperialista, Es también una tarea fundamental reforzar el fortalecimiento de los lazos de cooperación y la unidad entre los partidos comunistas, como con las organizaciones revolucionarias y populares. Es muy importante el avance, desarrollo y crecimiento del intercambio de experiencias y la celebración de acciones comunes en el marco del Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros (EIPCO), que en el marco de las conmemoraciones del centenario de la gloriosa revolución soviética, celebrará su 19ª reunión en Rusia en noviembre de 2017, y el Foro de Sao Paulo, importante y amplio espacio de coordinación de las fuerzas progresistas y antiimperialistas de América Latina y el Caribe.
La Revolución de Octubre de 1.917 una fuente de inspiración para los Comunistas y Revolucionarios del mundo
Para los comunistas brasileños, tanto como para los del resto de todo el mundo, la Revolución Socialista triunfante en 1917, será siempre una fuente de inspiración en los combates que tienen lugar en las nuevas condiciones, la resistencia a la feroz ofensiva del sistema capitalista.imperialista globalizado contra los trabajadores y el pueblo, y para abrir el camino para luchar por el socialismo, en las nuevas condiciones del siglo 21.
(*) Periodista, miembro del Comité Central, Comisión Política y del Secretariado del PCdoB, responsable de la política y las relaciones internacionales. Editor del sitio Resistência (www.resistencia.cc).
Fuente: Solidnet/PrensaPopularSolidaria
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