Sobre la necesidad de la lucha conjunta de los partidos comunistas con estrategia revolucionaria |
Εl movimiento
comunista lucha en condiciones complejas y es necesario intensificar el
proceso del desarrollo de las relaciones entre los Partidos Comunistas,
el intercambio colectivo de experiencias y la acción conjunta, abrir aun
más el debate sobre la necesidad de una estrategia revolucionaria que
corresponda a las necesidades populares de la lucha de clases, la
abolición de la explotación capitalista, la construcción de la nueva
sociedad socialista-comunista.
Este proceso puede fortalecerse en la
medida que fortalece la actividad independiente de los partidos
comunistas y el frente ideológico y político con las llamadas fuerzas
“progresistas”, de “izquierda” y los respectivos “foros” que siguen el
camino de la gestión burguesa o promueven consignas para un “socialismo”
que carece de base científica con el fin de atrapar a fuerzas
populares.
Por supuesto, este problema no tiene que
ver solamente con las fuerzas socialdemócratas de “izquierda”, sino
además con los partidos que se presentan como comunistas mientras que en
la práctica han sido erosionados por el oportunismo y se han entregado
al concepto de la “humanización” del capitalismo, que son apoyos y parte
de la socialdemocracia actual.
Tal partido no es sólo el Partido
Comunista de los EE.UU. pero además son, por ejemplo, los partidos en el
liderazgo del Partido de la Izquierda Europea (PIE), que es uno de los
“partidos europeos”, que fueron creados bajo las reglas de la Unión
Europea imperialista y respaldan su estrategia.
El debate ideológico y político
decisivo con estas fuerzas es un criterio para el avance del movimiento
comunista y la superación de la crisis que sufre.
La combinación de la acción conjunta y
del debate para que los principios de nuestra cosmovisión correspondan
con la práctica, las direcciones programáticas, la política de alianzas,
la dirección de la lucha en el movimiento obrero y popular son asuntos
que conciernen los partidos comunistas con referencia al
Marxismo-Leninismo y que sostienen que actúan en base a estos
principios.
Un asunto crucial es la adaptación de la estrategia de los partidos comunistas a la época histórica en que están luchando
No caben dudas de que la estrategia de
los partidos comunistas, la dirección básica de su lucha, está
determinada por el carácter de nuestra época.
En esta base es necesario examinar la
contradicción fundamental (capital-trabajo asalariado), el carácter
(socialista) de la revolución y las fuerzas motrices, la línea de
agrupación, la política de alianzas, la dirección de la labor ideológica
y política en la clase obrera para que desvíe de la orientación
unilateral por la conquista de mejores condiciones de venta de la fuerza
de trabajo y para que se oriente al derrocamiento de las causas de la
explotación.
El desarrollo social se está
moviendo hacia un nivel mayor y no puede dar pasos hacia atrás por haber
ocurrido la contrarrevolución y el derrocamiento del socialismo en la
Unión Soviética y en los demás países socialistas.
Esto ha sido demostrado por el propio
curso del desarrollo social, la sustitución del sistema comunitario
primitivo por el modo de producción esclavista, su sustitución por el
feudalismo, y de éste por el capitalismo, la revolución socialista en
Rusia y la construcción del socialismo, la creación del sistema
socialista.
A lo largo de este curso hubo
grandes conflictos sociales, victorias y derrotas de las clases
dirigentes en cada circunstancia, se produjeron retrocesos pero lo que
determinó fue la inevitabilidad general de la sustitución del sistema
socioeconómico viejo por el nuevo.
Las propias leyes del
capitalismo conducen a su desarrollo. Las semillas de las relaciones de
producción capitalistas nacieron con graduaciones, con diferentes ritmos
de un país a otro, en el feudalismo. Se formó y se culminó el
capitalismo pro-monopolista, avanzó la concentración y la centralización
del capital, nacieron los monopolios, las empresas participadas.
El capitalismo monopolista predominó y
llevó a una agudización sin precedentes de la contradicción entre las
fuerzas productivas y las relaciones de producción capitalistas.
Por lo tanto, es necesario, que
en estos asuntos cruciales, el debate de los partidos comunistas se
oriente a la elaboración de una estrategia moderna y revolucionaria y
una táctica que puede ser un factor flexible pero no está determinado de
manera subjetiva sino que deriva de la propia estrategia, es parte de
esta, está a su servicio.
Es posible que un partido
comunista luche por derrocar el capitalismo, por el socialismo, que
defienda verbalmente el Marxismo-Leninismo, dando batalles clasistas,
pero que su estrategia esté elaborada en base a los requisitos de un
período histórico anterior, que no confronte de manera objetiva el papel
de los monopolios y la fase actual del desarrollo del sistema, que no
plantee la contradicción fundamental entre capital y trabajo y el
carácter socialista de la revolución, o incluso que determine en algunos
casos la estrategia con los datos correspondientes al período del
colonialismo mientras que el Estado burgués se ha desarrollado, las
condiciones son diferentes.
Es decir, es posible buscar una etapa
intermedia entre el capitalismo y el socialismo, considerando que esta
estrategia es eficaz para concentrar fuerzas, mientras que en la
práctica busca una solución en el marco del capitalismo dado que el
poder y los medios de producción estarán en las manos de la burguesía y
se mantendrá la explotación capitalista y la anarquía.
En la medida en que tales
enfoques se teorizan y se asocian con decisiones políticas de
participación o apoyo de gobiernos de gestión burguesa, las
consecuencias serán muy negativas porque esto permite al sistema ahorrar
tiempo, el factor subjetivo, el partido y la clase obrera se educan en
una solución en el marco del capitalismo.
Los problemas del carácter de la
revolución deberían haber sido resueltos desde hace años, pero debido a
los acontecimientos históricos, las elaboraciones en períodos anteriores
bajo la presión del oportunismo y de la socialdemocracia, predominó la
etapa intermedia y la lógica de los gobiernos “antimonopolistas” en el
marco del sistema.
Hoy día, tenemos la obligación de
examinar con responsabilidad esta trayectoria y tomar en cuenta que
incluso a mediados del siglo 19, en el corazón de las revoluciones
democráticas burguesas, los clásicos del Marxismo determinaron la
esencia del problema y plantearon, en la medida de lo posible, los ejes
básicos de la dirección de la lucha de clases que fue completado en la
práctica por Lenin con su obra teórica y con el ejemplo de la Revolución Socialista de Octubre, en 1917.
En su obra “Prefacio a la crítica de la economía política”, Marx dio una herramienta metodológica valiosa señalando que:
“…Al llegar a una determinada fase de
desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan con
las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la
expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de
las cuales se han desenvuelto hasta allí.
De formas de desarrollo de las fuerzas
productivas estas relaciones se convierten en trabas suyas. Se abre así
la época de la revolución social…”
En el primer volumen del capital, Marx desarrolló aun más este pensamiento.
“…La centralización de los medios de
producción y la socialización del trabajo finalmente se vuelve
incompatible con el capitalismo. Este es un asunto obvio. Es el funeral
de la propiedad capitalista privada. Los expropiadores son expropiados.”
Lenin en muchas obras, como en “El
Imperialismo, fase superior del capitalismo”, al estudiar las nuevas
condiciones, dio un impulso al pensamiento revolucionario y subrayó que:
“…Las relaciones de economía y propiedad privadas constituyen una envoltura que no corresponde ya al contenido, que esa envoltura debe inevitablemente descomponerse si se aplaza con artificio su supresión, que puede
permanecer en estado de descomposición durante un período relativamente
largo (en el peor de los casos, si la curación del absceso oportunista
se prolonga demasiado) pero que con todo y con eso será ineluctablemente suprimida…”
Mientras que en su obra “Bajo una bandera ajena” dio una gran arma a los partidos comunistas definiendo las épocas históricas.
-----La primera época, según Lenin, que data
de la gran Revolución Francesa hasta la guerra Franco-prusiana y la
Comuna de París (1871), es la época del ascenso de la clase burguesa, de
su victoria total. Es en general la época de los movimientos
democráticos burgueses, sobre todo nacionales burgueses, la época de la
destrucción rápida de las instituciones feudales absolutistas que habían
quedado anticuadas.
-------La segunda época (1871-1914) es la época
de la preparación y de la lenta concentración de fuerzas por el nuevo
orden de cosas de la democracia contemporánea (la clase obrera
contemporánea y su movimiento).
-------La tercera época, desde 1914, pone la
clase burguesa en la “misma situación” en que estaban los señores
feudales en la primera época. Es la época del Imperialismo y de las
perturbaciones imperialistas.
Vivimos en esta época de transición del
capitalismo al socialismo y hay que ver muy específicamente qué
estrategia corresponde a nuestra época.
Las condiciones objetivas requieren una
estrategia y tácticas que apunten a resolver la contradicción básica
entre capital y trabajo, al derrocamiento revolucionario del
capitalismo, a la construcción socialista. Requieren una estrategia con
miras hacia delante, al poder obrero, a la dictadura del proletariado, a
la socialización de los medios de producción, a la planificación
central, al control obrero y popular.
Por eso lucha el KKE, esta es la
dirección que ha surgido del estudio científico del desarrollo del
capitalismo, la agudización de la contradicción fundamental y de las
demás contradicciones del sistema
.
.
El recién 19º Congreso del KKE elaboró y
enriqueció el programa del partido y planteó algunas cuestiones
fundamentales que quiere discutir con los demás partidos comunistas.
--------El capitalismo en Grecia está en la fase imperialista de su desarrollo, en una posición intermedia en el sistema imperialista internacional, con fuertes dependencias desiguales de los EE.UU. y de la Unión Europea.
El programa del KKE señala que el pueblo
griego se librará de las cadenas de la explotación capitalista y de las
uniones imperialistas cuando la clase obrera con sus aliados lleve a
cabo la revolución socialista y proceda a la construcción del
socialismo-comunismo.
El objetivo estratégico del KKE es la conquista del poder obrero revolucionario, la dictadura del proletariado, por la construcción socialista como fase inmadura de la sociedad comunista.
El cambio revolucionario en Grecia será socialista
Las fuerzas motrices de la revolución socialista
serán la clase obrera, como fuerza dirigente, los semiproletarios, las
capas populares oprimidas de los trabajadores autónomos en la ciudad, el
campesinado pobre.
En los últimos veinte años se han desarrollado más las condiciones materiales ya maduras para el socialismo
en Grecia. Se han expandido y se han fortalecido las relaciones
capitalistas en la producción agrícola, en la Educación, la Sanidad, la
Cultura, los Deportes, los medios de comunicación. Se ha producido una
mayor concentración de trabajadores asalariados y de capital en la
industria manufacturera, en el comercio, en las construcciones, en el
turismo. Además, ha sido eliminado el monopolio estatal en las
telecomunicaciones, mientras que en sectores monopolizados de la Energía
y de los Transportes se han desarrollado empresas de capital privado.
-------El empleo asalariado se ha aumentado significativamente como porcentaje del empleo total.
El KKE actúa en la dirección de la
preparación del factor subjetivo en la perspectiva de la revolución
socialista, aunque el período de su manifestación está determinado por
las condiciones objetivas, la situación revolucionaria (los de arriba no
pueden gobernar como antes y los de abajo no quieren ser gobernados
como antes).
Las direcciones básicas que responden a la necesidad de preparar el partido y el movimiento obrero y popular son el fortalecimiento del KKE, el reagrupamiento del movimiento obrero, la alianza popular.
La Alianza Popular expresa los
intereses de la clase obrera, de los semiproletarios, de los autónomos y
de los campesinos pobres, de los jóvenes y de las mujeres de las capas
populares en su lucha contra los monopolios y la propiedad capitalista, contra la integración del país en las uniones imperialistas. La Alianza Popular es social y tiene características de movimiento en línea de ruptura y derrocamiento.
En las condiciones dadas está siendo
organizada y coordinada la lucha por los problemas populares, por la
resistencia, la solidaridad, la supervivencia. La lucha por la retirada de la Unión Europea y de la OTAN
está vinculada con la lucha contra el poder de los monopolios y la
lucha de la clase obrera y de sus aliados por el poder obrero y popular.
-----La Alianza Popular adopta la socialización de los monopolios, de todos los medios concentrados de producción, la planificación central, el control obrero y popular.
Los conceptos de democracia,
soberanía popular, imperialismo, guerra imperialista, adquieren un
contenido clasista más profundo para la Alianza Popular. Hoy,
la Alianza Popular tiene una cierta forma con el marco de actividad
común en el movimiento obrero sindical a través del PAME, en los
campesinos pobres a través de PASY, los autónomos, los comerciantes y
los artesanos a través de PASEVE, los jóvenes que se agrupan en el MAS,
las mujeres a través de las asociaciones y los grupos de OGE. No es una
alianza de partidos políticos.
El KKE participa en los órganos y
en sus filas a través de sus cuadros y miembros, los miembros de su
juventud, de la KNE, los miembros electos en los órganos del movimiento que
toman acción en las organizaciones de la clase obrera, de los
trabajadores autónomos, de los campesinos pobres, de las organizaciones
de estudiantes, de alumnos, de mujeres.
En el curso de la lucha política es posible que surjan fuerzas políticas
que expresan posiciones de capas pequeñoburgueses que están de acuerdo,
de uno u otro modo, con el carácter anticapitalista, antimonopolista de
la lucha sociopolítica, con la necesidad de que esta lucha esté
orientada al poder y la economía obrera y popular.
El KKE, manteniendo su independencia, pretenderá actuar conjuntamente con estas fuerzas, apoyando la Alianza Popular.
Esta cooperación no toma la forma de un
órgano unificado de la Alianza constituido por partidos-miembros, con
una forma y estructura organizativa.
Objetivamente una tal forma de
organización estaría condenada al fracaso; no contribuiría al desarrollo
del movimiento obrero, ni del movimiento de sus aliados, chocaría con
la independencia del KKE.
El KKE plantea abiertamente al pueblo que su objetivo estratégico es el socialismo-comunismo, el derrocamiento del poder burgués y la conquista del poder político por la clase obrera.
La actividad del KKE, en condiciones de situación no revolucionaria,
contribuye decisivamente a la preparación del factor subjetivo
(Partido, clase obrera, alianza) para las condiciones revolucionarias,
para la realización de sus tareas estratégicas.
El movimiento obrero, los movimientos de
los trabajadores autónomos en las ciudades y de los campesinos y la
forma de expresión de su alianza (Alianza Popular) con objetivos
antimonopolistas-anticapitalistas, con la actividad avanzada de las
fuerzas del KKE en condiciones no revolucionarias, constituyen la semilla para la formación del frente obrero-popular revolucionario en condiciones revolucionarias.
En condiciones de situación
revolucionaria, el frente militante obrero y popular revolucionario con
todas las formas de actividad puede convertirse en el centro del
levantamiento popular contra el poder capitalista.
Estos asuntos son fundamentales para cada partido comunista.
Por supuesto, la elaboración de una
estrategia revolucionaria requiere un trabajo teórico serio y una
postura decisiva para superar los análisis previos, atrapados en la
lógica de las etapas intermedias. Esto es de gran importancia para los
partidos comunistas en todo el mundo, es de importancia particular para
los partidos comunistas de América Latina, más aún en los últimos años
que ha surgido todo tipo de sustitutos del socialismo científico para
absorber las turbulencias clasistas y para incorporar a las fuerzas
obreras en el marco del capitalismo.
ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE AMÉRICA LATINA
El KKE sigue, estudia los desarrollos en el sistema imperialista, examina muy atentamente los procesos que tienen lugar en uno u otro país o grupo de países, sigue el desarrollo del movimiento obrero y popular, expresa su solidaridad internacionalista. Esto es lo que va a hacer el período próximo.
En este contexto nuestro partido tiene
la obligación de posicionarse de modo concreto, tomando parte en el
debate que está en curso en el Movimiento Comunista Internacional, en el
debate que se desarrolla sobre asuntos de importancia estratégica.
En América Latina amplias masas
populares, indignadas por la política antipopular aplicada desde hace
muchos años por partidos y gobiernos liberales o socialdemócratas, han
confiado su voto en las fuerzas políticas que promocionaban posiciones
políticas y un programa electoral para aliviar a las fuerzas obreras y
populares pobres, utilizando consignas por la independencia y la
soberanía de estos países, teniendo como punta de lanza la confrontación
de las relaciones desiguales y las dependencias de los EE.UU..
En varios casos, en las
formaciones de alianza que se forman teniendo en su núcleo fuerzas
políticas pequeñoburguesas, socialdemócratas, participan partidos
comunistas que apoyan o incluso participan en gobiernos respectivos.
Este proceso se ha ampliado, se fomentan
ilusiones a los pueblos, se habla de una correlación de fuerzas
positiva que será reforzada y creará las condiciones previas para la
confrontación con las fuerzas del capital, por cambios radicales.
Normalmente, esto se desarrolla
con diferenciaciones en Brasil, en Argentina, en Chile, en Ecuador así
como en Venezuela, en Bolivia etc.
El KKE ha expresado activamente su
solidaridad con los partidos comunistas y los pueblos de la región, ha
condenado por ejemplo el atentado de derrocamiento del presidente Chávez
en Venezuela. Estudia los procesos populares, las reacciones agresivas
de sectores de la burguesía, las intervenciones de los EE.UU. que
históricamente apuntan a garantizar la solución política más eficaz para
los intereses de los monopolios en cada país de la región.
Nuestro partido no juzga las intenciones
pero considera necesario examinar los datos objetivos básicos que
pueden ayudar a analizar la situación que se ha creado.
En primer lugar, en los
países de América Latina en las que se desarrolla la posición del
“progresismo”, el poder político y los medios de producción permanecen
en las manos de la burguesía, el criterio del desarrollo es la ganancia,
se mantiene el régimen de la explotación del hombre por el hombre.
Este es el asunto básico. Los gobiernos
del “progresismo” (con diferenciaciones) gestionan el sistema
capitalista generalmente en dirección socialdemócrata, tomando algunas
medidas para aliviar las fuerzas populares de la pobreza extrema y
garantizar un mínimo nivel de servicios sociales para que se reproduzca
la fuerza de trabajo que sigue siendo una mercancía. Además, estos
gobiernos nacionalizan algunas empresas privadas sobre todo en el sector
de la energía y de los recursos minerales.
Este elemento no constituye un
cambio radical porque es un desarrollo que tiene lugar en el marco
general de las relaciones de producción capitalistas y la propiedad
estatal (capitalista colectivo) no cambia el carácter explotador de
estas empresas, el criterio sigue siendo la ganancia. A través de la
intervención del sector público se unen capitales dispersos, se promueve
la centralización y la modernización burguesa.
Empezamos de un punto de partida
específico. El Estado burgués independientemente de la forma que adopta,
es el Estado de los capitalistas y “cuantas más fuerzas asuma en
propiedad, tanto más se convertirá en capitalista colectivo y tanta
mayor cantidad de ciudadanos explotará. Los obreros siguen siendo
obreros asalariados, proletarios. La relación capitalista, lejos de
abolirse con estas medidas, se agudiza, llega al extremo, a la cúspide”
(Engels, Del socialismo utópico al socialismo científico).
En segundo lugar, dado
que se mantienen las relaciones de producción capitalista y la
plusvalía, el trabajo no remunerado, se transforma en capital que se
acumula, se mantiene la base de la agudización de la contradicción
básica del sistema. Se mantiene la anarquía en la producción y durante
el crecimiento de la economía capitalista se forman las precondiciones
para la manifestación de la crisis capitalista, con el aumento del paro,
la expansión de la pobreza relativa y absoluta, la eliminación de
derechos conquistados en el período anterior.
Se manifiesta un círculo vicioso
y por lo tanto es exigente la comparación con los períodos anteriores,
no es suficiente afirmar que “ahora una parte del pueblo vive mejor”. En
último análisis, la modernización burguesa y la reproducción de la
fuerza de trabajo a un nivel mínimo que permitirá la producción de
plusvalía es una aspiración de la burguesía, incluso de sus
representantes políticos más conservadores.
La función implacable de las leyes del
capitalismo condujo a la crisis de la década de 1990 en muchos países de
América Latina. En este período también, las contradicciones del
sistema se manifiestan mediante el crecimiento de la Inflación en
Argentina, en Venezuela etc. en niveles muy altos, resultando a la
reducción del poder adquisitivo de las familias populares, incluso si se
toman medidas de control de los precios.
No hay que subestimar los
indicadores que registran por ejemplo la reducción de la tasa de
pobreza, pero esto no puede silenciar el problema de la pobreza
generalizada, las causas que la engendran y la reproducen, las grandes
ganancias que al mismo tiempo están en las manos de los capitalistas.
Por ejemplo, no es correcto examinar las
recientes movilizaciones en Brasil y en Argentina solamente desde el
punto de vista que dice que la oposición ha intentado ganar terreno.
Esto es bien sabido. Lo básico es que hay problemas populares
agudos, hay una base objetiva para el desarrollo de las luchas y la
reclamación de la satisfacción de las demandas populares. Esta es una
tarea del movimiento obrero que debe contribuir a la organización de la
clase obrera y al desarrollo de su lucha en dirección clasista,
antimonopolista-anticapitalista, para que no sea atrapada en una u otra
solución administrativa, gubernamental.
Unos ejemplos útiles.
Brasil es un Estado capitalista moderno
con una posición alta en el sistema imperialista. Es la sexta potencia
capitalista mundial.
Tiene una fuerte industria y producción agrícola, infraestructura significativa, recursos minerales y energéticos.
Tiene una clase obrera numerosa; han madurado las condiciones materiales que permiten la construcción del socialismo.
El capital monopolista expande sus
actividades sobre todo en América Latina, África, Asia, en todo el
mundo, toma parte en la rivalidad interimperialista internacional
utilizando la participación de Brasil en el grupo BRICS.
En este Estado, 53 millones de personas
viven por debajo del umbral de la pobreza y 23 millones en condiciones
de indigencia extrema, absoluta.
En 2010 los 100 mayores grupos
empresariales tenían un volumen de negocios que representaba
aproximadamente el 56% del PIB, los 20 mayores grupos tenían un volumen
de negocios que correspondía al 35% de la riqueza producida por los
trabajadores.
Entre 2000 y 2009 pasaron a manos del capital financiero por parte del Estado burgués recursos que representaban el 45% del PIB.
Estamos hablando de Brasil y cabe
destacar que en otros países de América Latina con una posición más baja
en la pirámide imperialista, donde también hay gobiernos “de
izquierda”, la situación de la clase obrera y de los sectores populares
es aún peor.
Por ejemplo, en Bolivia las 100 familias
más ricas poseen más del 80% de la tierra fértil, mientras que más del
80% de los campesinos pequeños y de los indios viven por debajo del
umbral de la pobreza. En todos los países, tal como antes, la pobreza
relativa y absoluta, el trabajo sin seguridad social y el trabajo
infantil están a altos niveles.
La confrontación de estos problemas
duraderos, la salvaguarda del derecho al trabajo, de servicios gratuitos
de salud y de educación que ha logrado Cuba, en el período después de
la Revolución, destacan la necesidad del socialismo, del poder obrero,
de la socialización de los medios de producción, de la planificación
central.
En tercer lugar, los
programas electorales de los partidos socialdemócratas en torno a los
cuales se crearon formaciones gubernamentales se caracterizan por la
gestión del sistema de explotación, adornada con varias consignas y
promesas para la manipulación de las fuerzas populares.
Por ejemplo, el programa de la “Nueva Mayoría”
de la señora Bachelet en Chile, constituye una propuesta de modernización
burguesa que pretende tratar los problemas de competitividad en la
industria minera, en la energía etc. con el aumento de la productividad
del trabajo, siempre “en cooperación y diálogo entre el sector público y
privado”.
Para la promoción de la modernización burguesa se pretende asimilar el movimiento obrero. La Señora Bachelet sostiene que “los cambios se pueden realizar a través
del voto” y subraya que quiere “represtigiar a la política, a las
instituciones, para que nuestros compatriotas sigan creyendo a las
instituciones de Chile”. En su programa está hablando de la “superación de las diferencias existentes entre los empresarios y los trabajadores”
y dice que “para aumentar los ingresos de los trabajadores es necesario
aumentar la productividad” que prácticamente lleva a la intensificación
de la explotación relativa.
En la economía, se
fomenta la ilusión que el “desarrollo económico (capitalista) es el
camino básico para la confrontación de la desigualdad, la eliminación de
la pobreza, la mejora de las condiciones de vida”, mientras que al
mismo tiempo promete una política de beneficios para muchas familias
pobres.
El aumento gradual de los impuestos
sobre las ganancias de 20% a 24% está siendo compensado por nuevos
incentivos y deducciones que están previstos en el nombre de la
atracción de inversiones.
La línea básica del gobierno chileno es
la “responsabilidad fiscal para que generar estabilidad macroeconómica”,
una receta probada para que los salarios, las pensiones y los servicios
sociales se mantengan en niveles bajos.
Promete un sistema de educación gratuito
pero perpetúa la educación privada, planteando el tema de la
transformación de las instituciones privadas en instituciones “sin fines
de lucro”, financiadas por el Estado.
La “nueva Constitución” salvaguarda el
“derecho a la propiedad”, la “autonomía del banco central” que da el
tono de la intervención del sistema bancario en la gestión de la
economía capitalista teniendo como criterio los intereses de las grandes
empresas.
La experiencia histórica general
demuestra que el apoyo, la participación de partidos comunistas en
formaciones de alianzas o gobiernos de gestión burguesa, no es propicio
para el desarrollo de la lucha popular. Al contrario, surgen problemas
en la actividad independiente del partido comunista, se fortalece la
percepción sobre la “vía de sentido único” capitalista y se retrasa el
desarrollo de la conciencia clasista, se debilita la lucha por el
socialismo y se atrapan fuerzas populares en la búsqueda de soluciones
en el marco del sistema de explotación, se conducen a apoyar a sectores
de la burguesía, se baja el nivel de exigencias de la clase obrera.
Las
alegaciones sobre el cambio de la correlación de fuerzas a favor del
pueblo y la formación de condiciones positivas en la lucha de los
partidos comunistas que participan en gobiernos “progresistas” de
gestión burguesa es un mito que ha sido refutado muchas veces en la
práctica. A través de este proceso se debilitan agitaciones radicales,
se favorece la integración a las aspiraciones del capital y se fortalece
la posición de la socialdemocracia, de las fuerzas burguesas en
general.
En Europa, con el título del partido
comunista, partidos en Francia y en Italia participaron en gobiernos “de
izquierda” y “centroizquierda”. Fue una experiencia dolorosa. El
movimiento obrero dio pasos hacia atrás, se aplicó una política
antipopular dura, estos gobiernos tomaron parte en intervenciones
imperialistas, y el movimiento comunista fue acusado por
corresponsabilidad y falta de fiabilidad.
En Chipre, AKEL fue electo en la
presidencia de la República, asumió la responsabilidad del gobierno pero
la gestión del capitalismo no deja espacio para soluciones favorables
al pueblo. Después de la manifestación de la crisis capitalista las
consecuencias a expensas del pueblo han sido fuertes.
Estos “experimentos” condujeron a la
quiebra, se convirtieron en un puente y en los gobiernos surgieron de
nuevo fuerzas conservadoras, partidos de la derecha que desmintieron las
expectativas populares, al imponer una política antipopular dura.
Estos elementos no deben ser
menospreciados y nadie debe pasarlos por alto diciendo que estos
gobiernos “progresistas” pueden servir como herramientas de transición
al socialismo. La experiencia histórica nos enseña, y aun más enseña el
ejemplo de Chile.
La euforia creada por la elección del
presidente Allende fue acompañada por la subestimación de la
organización y la lucha revolucionaria, por el atrapamiento en la vía
parlamentaria, la legitimidad y las instituciones (burguesas), la
subestimación del Estado burgués y de sus mecanismos.
La burguesía y su Estado, con la ayuda
de los EE.UU. o de otras potencias imperialistas no dudan en recurrir a
un golpe de estado o a asesinatos de luchadores. En Colombia, la
burguesía, el ejército, la policía, todo tipo de “servicios” utilizan
todos los medios para atacar las FARC-EP, para quebrantar la resistencia
y la lucha popular.
Es decir, no cabe fomentar illusiones sobre la situación ni embellecer el Estado burgués.
En la práctica, mientras se mantiene el
Estado burgués, la propiedad capitalista y las relaciones mercantiles en
general, se mantendrá y se intensificará el problema de la explotación,
el paro y la pobreza seguirán existiendo, las medidas para el alivio de
la clase obrera y de los sectores populares serán asimiladas, las
necesidades populares quedarán insatisfechas. En esta base las
esperanzas del pueblo serán desmentidas, la tolerancia del pueblo será
agotada, las fuerzas burguesas pasarán al contraataque utilizando el
mecanismo estatal (burgués).
SOBRE LAS UNIONES ECONÓMICAS-POLÍTICAS
En los últimos años se intensifica el
debate ideológico-político sobre las uniones económicas-políticas
interestatales que, aparte de la Unión Europea, se expanden en todas las
regiones del mundo, inclusive América Latina.
¿Qué es la llamada “Unión de Naciones
Suramericanas” (UNASUR), o el “Mercado del Sur” (MERCOSUR), la
“Comunidad de Estados latinoamericanos y caribeños” (CELAC) u otras
uniones?
Su propia base demuestra que se
trata de uniones de Estados capitalistas que independientemente de si el
gobierno de un Estado es liberal o socialdemócrata, independientemente
de si participan Estados con gobiernos que se autoproclaman de
“izquierda” e independientemente de la forma de gestión, se basan en los
grandes grupos económicos y sus intereses. Este es el punto de partida
de las transacciones comerciales y económicas de los planes promovidos
en el desarrollo de las relaciones interestatales así como de las
relaciones con otros países capitalistas o uniones imperialistas.
En este marco se crean canales de
comunicación entre los Estados para la coordinación de sus actividades
contra los movimientos populares.
En el marco del desarrollo
desigual y de las relaciones interestatales desiguales se destaca el
papel dirigente de Brasil y de Argentina que utilizan estas uniones para
la mejor promoción de los intereses monopolistas.
La rivalidad entre las uniones de
América Latina, los EE.UU. y la Unión Europea son relaciones de
rivalidad para el control de los mercados y al mismo tiempo relaciones
de cooperación económica-política. La Unión Europea, por ejemplo, como
una unión imperialista interestatal, prestó gran atención a la
“Estrategia Regional para América Latina 2007-2013” con el fin de
conectar las dos regiones en los ámbitos político, económico y social,
tal como se menciona en las respectivas direcciones.
Estas uniones en América Latina, así
como la “Alianza Bolivariana para América” (ALBA) en que participa Cuba,
objetivamente no pueden actuar a favor de los pueblos porque a pesar
del fortalecimiento de las relaciones económicas, el intercambio de
mercancías y de servicios, el factor determinante es el criterio de las
ganancias de las empresas capitalistas y esto no cambia con la
participación de Cuba.
Además, se saca una conclusión general
que destaca que a través de las relaciones internacionales, con la
intervención de las uniones económicas y políticas capitalistas, la
burguesía utiliza nuevos medios para socavar la lucha de clases. Por
ejemplo, la reciente intervención de la Unión Europea en los asuntos
internos de Cuba plantea la cuestión de la utilización de las relaciones
económicas, comerciales para fortalecer las fuerzas e intereses que
buscan la restauración del capitalismo.
Estas constataciones sobre las uniones
interestatales en América Latina son válidas en diferentes dimensiones,
con diferentes características generales en cuanto al grupo BRICS
(cooperación de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
Hoy día, estas economías ni
siquiera son “emergentes”, sino economías de Estados capitalistas con
fuerte base monopolista, son fuertes vínculos del sistema imperialista
constituyendo el ¼ del PIB mundial, el 40% de la población mundial y el
26% del territorio.
Debido a la base capitalista, se
mantienen la desigualdad y las relaciones desiguales. La rivalidad de
los BRICS por ejemplo con EE.UU. y la Unión Europea se combina con la
rivalidad entre los propios Estados del grupo BRICS porque las
capacidades y los objetivos políticos, económicos y militares de China
son diferentes de los de los demás Estados. En África por ejemplo, así
como en América Latina, se está intensificando la rivalidad entre los
monopolios chinos y brasileños para el control de los recursos
energéticos y los mercados. Lo mismo ocurre también en el Oriente Medio,
en África del Norte, entre China y Rusia.
Las fuerzas que alaban los BRICS y la
alta tasa de crecimiento capitalista se preocupan por la desaceleración
en las economías de estos Estados y esto es sólo un aspecto de los
desarrollos. Porque luego existe el peligro del estallido de la crisis
que está en el DNA del capitalismo.
Por lo tanto, hay que
intensificar el criterio de clase porque existe un alto riesgo de un
mayor atrapamiento de la clase obrera a las falsas expectativas y a una
espera de soluciones favorables a la clase obrera por parte de la
burguesía, a nivel internacional o a través de uniones imperialistas
interestatales.
El concepto del “progresismo” así como
el análisis que embellece el carácter imperialista de las uniones
interestatales se encajan en la lógica del llamado “Socialismo del siglo 21”
a través del cual se intentó manipular de modo masivo a los pueblos
(sobre todo) de América Latina después del derrocamiento
contrarrevolucionario del socialismo en la Unión Soviética y en los
demás países socialistas.
Este sustituto del socialismo, desde el
primer momento de su aparición, trató de calumniar el socialismo
científico, la construcción socialista en la Unión Soviética y en los
demás países socialistas.
En realidad se trata de una
intervención diseñada de promoción de la posición oportunista peligrosa
de la “humanización” del capitalismo, del atrapamiento de la lucha de
clases en el marco del parlamentarismo burgués, de la negación de la
lucha revolucionaria.
La lógica utópica de la
democratización del Estado burgués, del poder de los monopolios y la
promoción de la economía capitalista “mixta” se promueven como el nuevo
“modelo” del socialismo.
En la posición de la clase
obrera, de la clase dirigente que tiene como misión histórica de
derrocar la explotación capitalista, surgen como “objetivos
revolucionarios” un número de movimientos con posiciones de gestión
socialdemócrata, keynesiana del sistema. En vez de la necesaria política
de alianza de los partidos comunistas que contribuirá en la
concentración y la preparación de las fuerzas obreras y populares en
dirección anticapitalista-antimonopolistas, aparece como solución la
cooperación de los partidos comunistas con la socialdemocracia.
El conjunto de las posiciones del
llamado socialismo del siglo 21 se utiliza para la erosión ideológica de
los partidos comunistas y esto requiere una confrontación decisiva en
base a las leyes científicas de la lucha de clases, de la revolución y
de la construcción socialista.
La desviación oportunista que condujo a
la violación de las leyes científicas del socialismo, a su distorsión y
sustitución por leyes económicas y políticas que corresponden al sistema
capitalista, durante la construcción socialista, tuvo un alto precio y
condujo al derrocamiento del poder obrero y a la restauración del
sistema de explotación.
El nacimiento y el desarrollo de
los monopolios en China y el dominio de las relaciones de producción
capitalistas, así como la percepción y la práctica del llamado
“socialismo de mercado” advierten que la contrarrevolución sigue y este
es un asunto de grave preocupación para los partidos comunistas que se
basan en el terreno del Marxismo-Leninismo.
LEYES CIENTÍFICAS BÁSICAS DE LA CONSTRUCCIÓN SOCIALISTA
El KKE a través de un largo estudio ha
analizado las causas del derrocamiento contrarrevolucionario, ha
confirmado los principios que caracterizan la construcción socialista.
El socialismo es la primera fase de la formación socioeconómica comunista;
no es una formación socioeconómica independiente. Es un comunismo
inmaduro. Funciona la ley básica del modo de producción comunista:
producción planificada para la amplia satisfacción de las necesidades
sociales.
La construcción socialista es un proceso ininterrumpido, que comienza con la toma del poder por la clase obrera.
Inicialmente, se crea un nuevo modo de producción que tiende a abolir
completamente las relaciones capitalistas, la relación entre capital y
trabajo asalariado.
- Se socializan los medios de producción en la industria, la energía y el abastecimiento de agua, las telecomunicaciones, las construcciones, las reparaciones, los medios de transporte público, el comercio al por mayor y al por menor y el comercio de importación y exportación, la infraestructura concentrada turística y de restauración.
- Se socializa la tierra, los cultivos agrícolas capitalistas.
- Se elimina la propiedad privada y la actividad económica en la Educación, la Salud y el Bienestar, la Cultura y los Deportes, los Medios de Comunicación. Se organizan completa y exclusivamente como servicios sociales.
- · La producción industrial y la mayor parte de la producción agrícola se llevan a cabo con relaciones de propiedad social, Planificación Central, control obrero.
- La fuerza de trabajo deja de ser una mercancía. Se prohíbe la utilización de trabajo ajeno.
- · La fuerza de trabajo, los medios de producción, las materias primas e industriales y los recursos, se utilizan en la producción y la organización de los servicios sociales y administrativos a través de la Planificación Central.
Se crearán unidades estatales de producción para la producción y procesamiento de productos agrícolas como materias primas o productos de consume. Los agricultores sin tierra trabajarán en las unidades agropecuarias socialistas. La
medida de la socialización de la tierra excluye la posibilidad de
concentración de la tierra, el cambio de su uso y su mercantilización.
Será promovida la cooperativa de producción agrícola
que tiene derecho de uso de la tierra socializada como medio de
producción. La concentración, el almacenamiento, la conservación y el
transporte de la producción agrícola a través del mecanismo del
mecanismo estatal central.
La Planificación Central
expresa la configuración consciente de las proporciones objetivas de la
producción y la distribución, así como el esfuerzo para el desarrollo
global de las fuerzas productivas. Es una relación de producción y
distribución comunista.
La crisis capitalista
sincronizada y la posibilidad de la manifestación de la crisis en países
que hoy están en el ciclo de crecimiento de la economía, la agudización
de los antagonismos interimperialistas y el peligro de una nueva o de
nuevas guerras imperialistas, la situación que está experimentando la
clase obrera y los sectores populares, plantean de modo imperativo la
cuestión de la mayor preparación posible de los partidos comunistas para
responder a las tareas complejas de la lucha de clases.
Esto se puede hacer solamente con una estrategia y tácticas revolucionarias y en esta dirección el KKE contribuirá con todas sus fuerzas.
Fuente: Página del KKE/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
Esto se puede hacer solamente con una estrategia y tácticas revolucionarias y en esta dirección el KKE contribuirá con todas sus fuerzas.
Fuente: Página del KKE/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
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