La Junta fascista de Kiev está buscando un «Efecto LUSITANIA», como en 1915 cuando se torpedeó un trasatlántico USA que fue la excusa para entrar en guerra. |
El día 17 de julio, un avión civil de Air Malaysia cayó entre Donetsk y Lugansk; ha habido más de 300 víctimas, entre pasajeros y tripulantes, más un cierto número de habitantes heridos en la zona donde cayeron los restos; la caída parece claramente fruto de un ataque, bien de un sistema de misiles a/a de alta cota o bien de cazas. Se está produciendo un cruce de acusaciones entre Kiev y Novorossia, con ataques verbales a Rusia y apelaciones ucranianas a Estados Unidos y la OTAN.
Hay datos sobrados para afirmar que el avión malayo ha sido derribado por unidades de Kiev (aviones o misiles a/a de alta cota). Los comentarios del controlador aéreo son claros, la altura de vuelo, la inexistencia de baterías capaces de interceptar en territorio de Novorossia, los cazas ucranianos que acompañaron al avión, la declaración horas atrás del presidente de Novorossia pidiendo un cese el fuego y la inmediata reacción de Kiev pidiendo una escalada en la intervención de USA, todo lo muestra. El avión volaba, por otra parte desviado hacia la zona de guerra, alejado de la trayectoria de su ruta habitual. [1. Ver ruta habitual]
La Junta fascista de Kiev está buscando un «Efecto LUSITANIA», como en 1915 cuando se torpedeó un trasatlántico USA que fue la excusa para entrar en guerra.
El barco norteamericano llevaba civiles y era formalmente neutral, pero se supo posteriormente que llevaba contrabando de guerra para Inglaterra.
El senador McCain, directamenteimplicado en la financiación y organización del golpe de Estado en Ucrania en el que se recurrió a grupos neonazis para ocupar el poder e instalar un gobierno títere, se ha apresurado a acusar al FSB —usa la expresión KGB— en el hecho, que califica de atentado.
Hay noticias de la llegada a Odessa de material de guerra polaco en grandes cantidades y tal vez de militares; Kiev no se puede permitir la paz, pues sus compromisos con la Shell Oil a la que ya ha vendido de hecho el territorio de Donetsk le impiden aceptar cualquier acuerdo que no pase por la rendición incondicional de los republicanos de Novorossia.
Pero una cosa son las necesidades políticas y otra muy diferente la situación militar sobre el terreno. Hay una situación militar muy grave en el este de Ucrania, se ha derrumbado la fuerza de ataque de la Junta en el sur —con pérdidas catastróficas—, una retirada con perdidas ante Lugansk y los aeropuertos sitiados se dan por perdidos con sus guarniciones, Strelkov ha anunciado que en unos días se va a proceder al «secado» de la zona sur: una vez limpiado ese territorio a retaguardia, Novorossia dispondrá de una masa de maniobra capaz de actuar a la ofensiva sin que la Junta disponga de fuerzas capaces en estos momentos de resistir. Este es el contexto en el que Novorossia ha pedido negociaciones, y el contexto en el que se ha producido el derribo del avión.
La acosada Junta busca impedir toda negociación, implicar más a sus aliados occidentales y provocar a Rusia. Para Rusia frenar la escalada es una prioridad, y para Novorossia, tras su victoria defensiva, con una moral alta, muy reforzada su milicia con material capturado y la ayuda de Osetia que ha llegado, un alto el fuego en estos momentos es una opción aceptable. El derribo era completamente inadecuado para la estrategia de Novorossia y desde luego para la de Rusia y un error de blanco imposible, pues los republicanos no disponen de baterías que alcancen los 10.000 ms de altura.
Siendo zona de guerra, con decenas de aviones de combate y helicóptero derribados, ¿Por qué Kiev no cerró el espacio aéreo a los vuelos comerciales? La retórica de propaganda que decía que era una operación antiterrorista y de «castigo», les ha impedido reconocer que se trata de una guerra civil. La responsabilidad del derribo está, en primer lugar, en el gobierno de Kiev en quien recae de hecho la responsabilidad internacional de administrar el espacio aéreo; en segundo lugar, se puede decir que recae en la fuerza dotada con misiles a/a de alta cota y cazas, esto es Ucrania.
La situación deriva rapidamente a una escalada. La provocación de Kiev puede volverse contra la Junta muy rápidamente no obstante. No estamos ante un conflicto al uso, ni la identidad y naturaleza de todos los actores son habituales.
A Novorossia le basta con no ser derrotada y mantener su territorio para ganar, a Kiev solo le sirve ocupar y destruir a su enemigo, pero la derrota militar sufrida en los últimos días les ha supuesto bajas inasumibles, dada la dificultad para movilizar fuerzas, las deserciones y la caída de la moral en sus fuerzas regulares.
La escalada de tensión derivada del derribo puede provocar un intento de Rusia para «presionar» a Novorossia para que no avance a los oblast fronterizos ni persiga a las tropas en retirada. Para frenar a Novorossia se necesitan fuerzas de infantería en gran numero y renovadas fuerzas blindadas que o no existen o están a cierta distancia.
Los oblast fronterizos de Jarkov, Zaporizhie, Jerson y Dnipropetrovsk son muy vulnerables, dominados por el terror a manos de los sicarios armados de los oligarcas locales, y separados de la zona de conflicto por las unidades de la Guardia Nacional, los voluntarios fascistas y un ejército regular desmoralizado: si los cordones que estás fuerza mantienen en torno a Donetsk y Lugansk se rompen, la Milicia Popular podría avanzar y provocar un colapso interno de la defensa ucraniana.
Un avance decidido en alguno de esos ejes puede convertirse en imparable.¿Qué va a hacer Novorossia y su mando militar si la petición de diálogo es contestada con más provocaciones? ¿Esperar a la llegada de más tropas hostilles o avanzar ahora que tienen la iniciativa sobre el terreno y la moral muy alta? Strelkov tiene la palabra.
1.- Ver ruta habitual: imagen de portada.
Fuente: La República.Es/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
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