“En Venezuela y Argentina estamos en medio de un golpe continuado, lento y prolongado”
Por: PCA
“Bajo distintos métodos e intensidades,
lo que se está viviendo en Venezuela y Argentina es una profundización
de los intentos desestabilizadores impulsados por EE.UU.”. Así lo
definió el embajador venezolano, Eduardo Martínez, desde el panel que
compartió con Atilio Borón y Patricio Echegaray, el miércoles 18 de
febrero, en la sede del Comité Central del PC, a apenas diez cuadras de
donde se concentraba la movilización que la derecha convocó esa jornada.
Por tal motivo, se dieron cita, entre
otros, la candidata porteña Zaida Chmaruk –quien coordinó el panel- los
miembros del Comité Central del PC, Víctor Kot, Emilia Segotta, Juan
Carlos Serra, Alejandro Forni, Jorge Floridia, Quique Guglielmotti,
Jorge Kreyness y el titular de la Fede, Germán Choves, al tiempo que se
recibieron adhesiones del Partido Humanista y Seamos Libres-Movimiento
Popular.
Así, un salón colmado de militantes
ratificó el apoyo del Partido Comunista de Argentina a la revolución bolivariana, pero también su
compromiso en la lucha contra lo que el diplomático caracterizó como la
profundización de los ataques orquestados desde EE.UU. contra los
procesos populares y de integración regional de nuestra región.
Algo que definió con claridad cuando
señaló el hilo conductor que hay entre la escalada desestabilizadora que
-a caballo de la muerte de Alberto Nisman- protagoniza la derecha en
Argentina y la abierta tentativa golpista que padece Venezuela. “Vienen
por Venezuela y Argentina. Estamos en medio de un golpe continuado,
lento y prolongado”, sintetizó el embajador.
Vale recordar que, durante las últimas
semanas, se abortó un golpe de Estado que preveía el asesinato de
Nicolás Maduro y el bombardeo del Palacio Miraflores, al tiempo que desde
Washington, el vicepresidente Joe Biden recibía a la esposa de Leopoldo
López, quien está acusado de ser uno de los responsables de la
violencia perpetrada en Venezuela un año atrás.
Nada de esto es casual: “demostramos
como funcionarios de la embajada estadounidense redactaron el documento
que se daría a conocer tras el bombardeo a Miraflores”, recordó el
diplomático.
Partidos comunistas, factor determinante
En el contexto de la crisis capitalista,
EE.UU. está desesperada y pretende recuperar lo que cree es “su patio
trasero”, consideró el embajador que recordó que por eso le apunta a la
región que vive un cambio de época en el que “los Partidos Comunistas de
América Latina son un factor determinante”.
Venezuela está en la mira, de ahí la
guerra económica y el intento de golpe que plantea “una coyuntura
compleja y difícil” que, “lejos de debilitarnos, sirve de locomotora
para avanzar por el camino de la revolución”, recalcó Martínez y apuntó
que pese al enorme aparato mediático y financiero que les provee EE.UU.
“las derechas vernáculas no están pudiendo con nosotros”, ya que “más
allá de las diferencias y contradicciones que puedan existir entre los
gobiernos en América Latina, prevalece la voluntad política de luchar
por la soberanía nacional y la integración entre los pueblos”.
Tras lo que remarcó que “el imperialismo
busca desarticular el eje Venezuela, Brasil y Argentina que junto a
México, al que ya devastó, constituyen las principales economías de la
región” y advirtió que EE.UU. “le teme al legado político de Chávez”,
por eso “acusa de chavista a cualquier gobierno que enfrente su política
imperialista: la derecha argentina acusa de chavista a Cristina
Fernández y el establishment europeo acusa a Syriza en Grecia y Podemos
en España”.
Por eso alerto que “vienen tiempos
difíciles pero no insalvables”, ya que “hay capacidad de organización y
movilización en nuestro pueblo”, también conciencia política y espíritu
unitario. Y aseveró que “allí se encuentra el combustible que nos
permite resistir, acelerar y avanzar con la revolución bolivariana y la
integración regional” por eso “no tengo dudas en que saldremos
fortalecidos”.
Así, a la hora de reflexionar sobre la
situación de su país, insistió con que el intento golpista apunta contra
el proceso bolivariano, pero también contra la región y recordó que
Venezuela sufre “una guerra económica impulsada por EE.UU. y sostenida
por una oligarquía local tradicionalmente parasitaria que acapara y
especula en contra del pueblo”, al tiempo que echa mano a recursos como
el contrabando y la especulación financiera.
Estas presiones se suman a una situación
complicada para Venezuela. “Tenemos complicaciones que no ocultamos”,
reconoció Martínez y aclaró que, pese a esto, “la sociedad venezolana
tiene un gran nivel de comprensión sobre la situación, un especial apego
a los valores democráticos y coincide, mayoritariamente, en que
cualquier salida debe ser en el marco de la Constitución de la
revolución bolivariana”.
Algo que calificó como “un verdadero
triunfo político y moral” en el que “reside parte de la fortaleza para
poder enfrentar los ataques que recibimos constantemente”.
Ante esto, la oligarquía no puede
constituir un liderazgo político “firme y durable”, reflexionó el
diplomático para quien el derrotero de Henrique Capriles se parece al de
varios de sus pares de la derecha argentina, pese a lo que reconoció
que se trata de una oligarquía que, “históricamente, contó con la
capacidad de hacer tambalear gobiernos”.
A la hora de explicar por qué el proceso
bolivariano pudo soportar tantos embates, Martínez citó la “incapacidad
política de la oposición para entender la coyuntura regional”, la
politización y “fuerte vocación democrática” alcanzada, “gracias a la
revolución”, por sectores sociales que no se sienten representados por el
chavismo ni la derecha, pero asimismo, porque “siguen existiendo unas
fuerzas armadas que tienen, en su esencia y ADN, una vocación
democrática incuestionable, más allá de las presiones y operaciones
constantes que sufren”.
Tras lo que insistió en que “las Fuerzas
Armadas Bolivarianas tienen un fuerte compromiso con la revolución,
saben que el proceso bolivariano, con todas sus dificultades, es el
camino para construir la justicia social con igualdad y equidad”.
Y recalcó que “uno de los objetivos que
busca el imperialismo yanqui y la oligarquía parasitaria es evitar que
se llega a las elecciones de octubre, porque aún con todo el quilombo
que hay en Venezuela, con la guerra económica que está afectando a la
población, el chavismo se impondría una vez más en las urnas”.
El rol de EE.UU. y sus aliados
Atilio Borón coincidió con el embajador
cuando remarcó “el claro papel organizador de EE.UU. en la estrategia
continental que busca derribar el proceso de integración regional y
abrir paso a la restauración conservadora”.
Para el politólogo esta situación se
debe “a un cambio fundamental en la geopolítica mundial” vinculado a la
pérdida de posiciones de Washington que “enfrenta problemas insolubles
en Medio Oriente donde creó un monstruo que no pueden controlar: el
Estado Islámico” y añadió que el principal síntoma de su debilitamiento
se manifiesta en que necesita negociar con otros actores internacionales
salidas o soluciones ante los distintos conflictos, algo que
históricamente resolvieron a su manera.
Tras lo que detalló que “Israel juega su
propio juego en Medio Oriente, la crisis en Ucrania se desmadra, Putin
anula la política de EE.UU. en Europa y China lo hace en extremo
Oriente”, lo que configura un mapa en el que “necesita recuperar su
influencia en América Latina”.
Y recalcó que “cuando a EE.UU. se le cae
la estantería a nivel mundial, la presión sobre los procesos
latinoamericanos crece drásticamente”, por lo que “no es casual el
sacudón que le dieron a Dilma, que se vio obligada a entregar parte de
su gabinete a la derecha ni que intenten avanzar sobre Venezuela y
Argentina”.
Por su parte, el Secretario General del Partido Comunista de Argentina, Patricio Echegaray, destacó que “la
coyuntura nacional y regional es compleja y difícil, por lo que es muy
importante alcanzar altos niveles de unidad, organización y movilización
para derrotar a las derechas”.
Después aseveró que, en Argentina,
“tenemos una dificultad doble: la que proviene de la oposición política
que se mueve dentro del plan desestabilizador comandado por EE.UU.” pero
también “tenemos una línea de sucesión que puede marcar, definidamente,
un retroceso conservador en el país”.
Por lo que tras advertir que “debemos
estar preparados para ver como los métodos de intervención se
perfeccionan y crecen los recursos destinados por Washington”,
puntualizó que “la pelea es dura y compleja” y coincidió con Martínez
cuando señaló que “se puede ganar a condición de que se tome la calle,
que haya movilización y unidad del movimiento popular”.
Y fue contundente cuando instó a
“insistir en las dos grandes tradiciones de nuestro Partido: la
movilización y la unidad”, ya que “hay que sacar lo más valioso de
nuestra mejor tradición para esta gran batalla patriótica y
antiimperialista que debemos dar para mantener abierto el proceso
latinoamericano y, para ello, tenemos que mantener abierto el proceso
argentino”.
Porque “está claro que los procesos
deben ser profundizados, pero solo podrán serlo a condición de que se
mantengan abiertos”, insistió Echegaray y concluyó recalcando que “si el
imperialismo logra anularlos, vamos a sufrir importantes retrocesos”.
El plan en territorio venezolano
El intento golpista de febrero se
proponía el magnicidio, la reedición de las guarimbas y el bombardeo de
edificios estatales y de Telesur, al tiempo que “los oficiales
implicados, tenían el pasaporte listo para huir a Miami”, puntualizó el
embajador de Venezuela que recalcó que, quienes lo pergeñaron,
“desconocen claramente la capacidad movilizadora de la Revolución
Bolivariana”.
Al respecto, fue claro cuando reflexionó
que EE.UU. “no logra interpretar los grados de cohesión que alcanza el
chavismo ante cada ataque” y añadió que “las contradicciones o
diferencias desaparecen ante cada intento desestabilizador”, por lo que
“los altos niveles de unidad de la revolución, es una de la garantías
con las que contamos para seguir adelante”.
Y no dudó cuando recalcó que “para no
ser derrotados, el pueblo movilizado tiene que ganar las calles”, porque
“ese es el certificado de garantía que mantendrá vivo al proceso
regional y latinoamericano, y que será la barrera de contención para
desbaratar los intentos de golpes en Argentina y Venezuela”.
Fuente: PCA/Solidnet/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
Correo: pcvmirandasrp@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario