El Tratado de Bruselas no
resuelve nada: ni de los
problemas de Grecia ni de
los desequilibrios estructu-
rales de Europa.
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Tesis 1. El Dictado de Bruselas volverá como un boomerang sobre la zona europea
Por: Peter Mertens,
El Dictado de Bruselas del 12 de julio, que crucificaba al Gobierno griego tras 17 horas de negociaciones, no ha resuelto nada.Aparte del socialdemócrata Jeroen Dijsselbloem, Ministro de Hacienda de los Países Bajos y del separatista arrepentido, Johan Van Overtveldt (N-VA), ministro de Finanzas de Bélgica, nadie lo duda en Europa.
"El euro nunca se había portado tan bien", declaró Jeroen Dijsselbloem el 14 de julio en el canal de noticias holandesa NOS. [i]
Dijsselbloem es el presidente del Eurogrupo, que reúne a los ministros de Finanzas de la zona euro. Su declaración es surrealista, pero esta vanidad puede salir cara hasta para los socialdemócratas holandeses.
Tarde o temprano, el Dictado de Bruselas volverá como un bumerán golpeando la cara de quienes lo diseñaron. El Dictado no resuelve ninguna de las desigualdades estructurales presentes en la zona del euro desde sus inicios.
No resuelve nada de la insoportable crisis de la deuda que se crea como consecuencia. No resuelve ninguno de los desequilibrios estructurales de Europa ni la hemorragia interna que sufre el continente. Y, por último, la situación sin salida de Grecia no mejora en nada. El Dictado de Bruselas sólo es una manta colocada sobre un incendio forestal. Tarde o temprano, la manta también arderá.
Algunas malas lenguas dicen que el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble (CDU, Demócrata Cristiano), impuso el Dictado de Bruselas, con todas sus exigencias irrealistas, para empujar a Grecia fuera del euro. La canciller Ángela Merkel está tratando de acallar esos rumores.
De todos modos, el hecho es que la crisis está lejos de haberse resuelto. Será necesario algo más que los 53.300 millones de las últimas semanas, y algo más que los 86 mil millones a los que se refiere el acuerdo. Además, esto se suma a la actual montaña de deuda de Grecia, que asciende a 350 mil millones de euros. Hay que ser un completo idiota para creer que los griegos podrán rembolsar algún día tales cantidades.
Es un mito que ayudemos a los griegos a través del apoyo financiero.
Ni siquiera es una ayuda. La mayoría de los préstamos que vamos a entregar a los griegos deben volver de inmediato a los mismos acreedores para pagar los préstamos más antiguos", responde el economista Paul De Grauwe. "El acuerdo no va a resolver el problema griegos. De hecho empuja al país aún más hacia el precipicio. ¡"[ii]
Al seguir reduciendo el poder adquisitivo de una población empobrecida, y al cerrar todavía más el grifo del presupuesto de Grecia, la economía se hundirá más hondo en la recesión. Según el Dictado, el presupuesto de Grecia debería presentar durante algunas décadas un superávit primario del 3,5%. Este es un objetivo completamente inalcanzable. Junto a esto, el país debería obtener 50.000 millones de euros gracias a la venta forzosa de prácticamente toda la riqueza que el país todavía tiene.
Esto también es irrealizable.
En 2011 la troika ya había exigido el mismo requisito, pero desde entonces la venta de las joyas de Grecia apenas han aportado 3.200 millones de euros. Si los griegos no logran ese objetivo, algo que sin duda va a pasar, los adalides de la disciplina dirán que los griegos no pueden o no quieren respetar la estricta disciplina presupuestaria.
Es lo que sucedió con el primer plan de rescate de 109.000 millones de euros, que se acompañaba de medidas drásticas. Según las previsiones de la Troika la economía de Grecia experimentaría sólo una contracción limitada, seguida de un rápido crecimiento. Todo el mundo sabe cuál fue el resultado. La economía se hundió en una depresión más profunda, los plazos de los préstamos tuvieron que posponerse y se necesitó un segundo paquete de ayuda de 130.000 millones de euros. De ese dinero, el 90% hizo un cambio de sentido como si hubiese una rotonda en la Acrópolis para volver a los mismos prestamistas en el centro de Europa.
La población griega ha pagado el precio con una grave crisis humanitaria: 1,5 millones de desempleados, tres millones de personas por debajo del umbral de la pobreza, un tercio de la población sin seguridad social y sin acceso a un seguro de salud.
Con estas duras políticas de austeridad, los niños cierran los ojos en clase porque están hambrientos, hay padres que entregan a sus hijos a orfanatos porque ya no los pueden mantener y vuelven enfermedades del pasado, como la tuberculosis. El Dictado de Bruselas impone todavía más medidas por el mismo estilo, con la esperanza ilusoria de que la receta acabe funcionando algún día. "Locura es hacer lo mismo y esperar un resultado diferente", habría dicho Einstein. Esto es precisamente lo que hace el establisment europeo.
Cuando se haga evidente que los griegos no podrán cumplir con los requisitos demenciales, tendremos un nuevo episodio de consultas de crisis, con requisitos todavía más impactantes, hasta que Grecia sea expulsada del euro. U obligada a abandonar el euro "por su propia iniciativa".
Cuando llegue ese momento, se verá claramente que la pertenencia al euro es reversible, la zona del euro apenas será una unión monetaria defectuosa sin transferencias fiscales ni estructuras democráticas. Una zona dominada por un solo Estado, Alemania, y con una religión, el "ordoliberalismo", la variante alemana del neoliberalismo.
Peter Mertens, De WereldMorgen: 24 de julio de 2015.
Notas:
[i] NOS.nl, 14 de julio 2015
[ii] Citado en De Tijd, 16 de julio 2015
Fuente: Solidnet/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
Correo: pcvmirandasrp@gmail.com
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