Por: Rubén D. Souza B.
Nuestro Partido en su definición teórica, es el Partido Comunista de Panamá, cuya intención es crear y organizar una conciencia revolucionaria y una fuerza política correspondiente que haga posible una sociedad más justa, más igualitaria y nacionalmente libre.
En esta disposición, desde su origen, no basta con quererlo sino hacerlo. En otras palabras significa unir indisolublemente la teoría y la práctica.
Al transcurrir más de 85 años de experiencia nos encontramos que nuestro Partido ha acumulado un completo campo de conocimiento histórico, de lucha social y política, pero no así en el campo organizativo, administrativo, educativo y propagandístico. Se trata de lo que es la actividad ideológica hacia la sociedad sin la cual no puedes crear voluntad revolucionaria en las masas, en todo el pueblo.
Actualmente el pueblo panameño vive momentos muy inciertos porque el orden político y social impuesto por la invasión yanqui en diciembre del 89, se está derrumbando por inanición, no por revolución. Lo que aflora de la conciencia de las masas es su frustración que a lo que más llega en general, es a la protesta y no a la alternativa revolucionaria. Este rasgo es propio de la acción espontanea de los pueblos que a lo que más llega es la rebeldía, pero nunca a la transformación.
En la contra-parte de esta situación, los poderes constituidos se les hace más difícil la gobernación conduciendo el orden establecido, al desorden, a la rebeldía.Esta es la tendencia que vive Panamá, multilateralmente en medio de un contexto internacional convulso.
Ante estas condiciones de transición en general, la dirección de nuestro Partido, respondió con la táctica de “apertura en ofensiva”. Se trata de la conducta, de la práctica de todos los militantes del Partido, ante descomposición social actual, comprometidos con sus principios, con su moral y con sus valores, No obstante nos encontramos con la mayoría de sus militantes inmovilizados, disueltos, desorganizados y desorientados. Esta situación no se puede diluir con otros problemas que tiene el Partido y que demandan tratamientos más complicados y de más largo plazo.
Considerando los problemas del Partido dialécticamente, el Pleno de la Coordinadora General de Julio de 2014 tomo la decisión en su resolución No.2 de centrar su atención en el combate contra el empirismo, contra el artesanalismo y contra el dogmatismo mecanicista. Esa resolución determinó que esas tres desviaciones eran el origen de la actual inmovilización de la estructura del Partido y la indiferencia de su base. Se trata de un serio problema ideológico que nos aparta de la aplicación de nuestros principios marxistas-leninistas de su estrategia y de la práctica consecuente con nuestros fines de progreso social.
Una de las desviaciones señaladas es el empirismo que consiste en tomar como la única realidad las apariencias sin analizar el origen de los hechos que nos interesan y la tendencia de su desarrollo. Esta posición lleva a un conformismo, a un fatalismo y a un estancamiento. La capacidad del militante de inventiva, de audacia y de terquedad se anula, terminando por abandonar su deber. La posición empírica, ante los desafíos tácticos que tenemos una conducta viciosa, rutinaria, incompatible con los valores y necesidades que exige nuestra ideología.
El artesanalismo es otro vicio señalado que disuelve todo equipo de trabajo, toda estructura que integra el trabajo colectivo necesario, El artesanalismo impone el trabajo personal, desorganizador, arbitrario e irregular. El origen del burocratismo. Nuestro Partido para lograr su efectividad en la dirección del pueblo y cumplir su finalidad transformadora tiene que llegar a ser un sistema de organización y colectivo coherente en su orientación, valores destruidos por el artesanalismo. Son estos valores los que harán de nuestro Partido verdaderamente del Pueblo.
En relación al dogmatismo mecanicista, es un desvió muy nefasto, porque desorienta con un palabrerío hueco, de mucha rimbombancia revolucionaria, pero hueco de contenido, sobre todo sin correspondencia con la realidad concreta. El dogmatismo mecanicista es un instrumento diversionista que diluye lo principal dialécticamente en lo secundario y subsidiario.
La movilización del Partido, es decir, desde su cabeza hasta sus pies y brazos en la táctica, es la tarea impostergable en la actualidad y para ello hay que superar los vicios como la prioridad. Es lo que (lo) va a sacar de su parálisis orgánica.
Fuente: Orientación y Lucha/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
Correo: pcvmirandasrp@gmail.com
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