Defendiendo la Revolución: En tal sentido, le reiteramos nuestra disposición de presentar el conjunto de propuestas que el PCV, junto a fuerzas del movimiento obrero y popular, hemos producido y consignado a la Asamblea Nacional Constituyente sin respuesta alguna, teniendo como propósitos y ejes fundamentales: desmontar el poder de los monopolios privados, expropiar y encarcelar a los capitalistas especuladores, nacionalizar el sector bancario, desarrollar la producción con soberanía nacional y protagonismo dirigente de la clase obrera, establecer el control obrero-campesino y comunero-popular sobre los procesos económicos y sociales más importantes. |
Compatriota NICOLÁS MADURO MOROS
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, y Presidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) Su Despacho.-
Reciba un cordial saludo patriótico y revolucionario a nombre del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela (PCV), deseándole éxitos en el cumplimiento de sus altas responsabilidades, para bien de la patria y del pueblo venezolano. Hemos decidido dirigirnos directamente a su persona en comunicación abierta y pública, tanto en su condición de presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, como de presidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), con la finalidad de exponerle, de cara al pueblo trabajador, una serie de reflexiones, preocupaciones y propuestas, que serían pertinentes y urgentes considerar e implementar en la difícil y exigente coyuntura que atraviesa el proceso bolivariano de liberación nacional, ante la agudización de las contradicciones de clase, como consecuencia del plan de agresión imperialista que se cierne contra la patria y ante el colapso del capitalismo dependiente y rentista, que hace parte de la crisis general del sistema capitalista global.
Fortalezcamos la alianza antimperialista
Como caracteriza a los comunistas, nuestro enfoque es dialéctico y nuestras reflexiones son críticas, autocríticas y propositivas; por lo que reconocemos que la clase obrera, su Partido Comunista y en general las fuerzas clasistas del movimiento obrero y sindical, junto al movimiento popular revolucionario, no hemos logrado asumir la vanguardia de la amplia alianza de clases que ha protagonizado el proceso de cambios transcurrido desde 1999 hasta el presente momento. Por ello, la profundidad y la direccionalidad de los cambios han sido determinadas por el peso y la influencia de otras clases, fracciones de clases y capas sociales que no están realmente interesadas y comprometidas con el objetivo de aniquilar al viejo Estado liberal burgués y desmontar las relaciones capitalistas de producción; en consecuencia, los cambios económicos, sociales y políticos no tienen el carácter de una Revolución Socialista, sino de un proceso de reformas progresistas que reivindican, en todo caso y es de estratégica importancia, la defensa de la soberanía nacional ante las pretensiones neo-colonizadoras del imperialismo estadounidense y europeo, siendo esto último el factor nucleador de disímiles fuerzas sociales y políticas, entre las que nos incluimos, y es lo que hace posible que estemos todos siendo parte del Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPP-SB). No obstante, la amplia alianza antimperialista no funciona realmente, no existe discusión ni elaboración colectiva de las políticas del proceso. Los factores políticos y sociales que integramos formalmente el GPP-SB no hacemos parte de la toma de decisiones del Gobierno ni ejercemos ninguna incidencia ni control hacia las instancias del Estado, excepto por supuesto el PSUV, que es el partido de Gobierno.
El GPP-SB no es efectivamente instrumento político de la alianza antimperialista, sino en el mejor de los casos, un espacio para los circunstanciales acuerdos electorales; incluso, en los más recientes episodios electorales, como en la designación de las candidaturas a la Asamblea Nacional Constituyente y en el reciente proceso electoral de gobernadores, ni siquiera cumplió tal papel.
Necesidad de una dirección colectiva y unitaria
Aclaramos que el PCV no está solicitando ser parte del Gobierno, nunca hemos propuesto tal cosa, pero sí hemos planteado insistentemente –se lo expresamos a usted en ocasión de la Conferencia Nacional del PCV en 2013, cuando decidimos asumirlo como nuestro candidato a la Presidencia– la necesidad de una dirección colectiva y unitaria del proceso, donde todas las fuerzas políticas y sociales que hacemos parte de la alianza, junto al Gobierno, evaluemos la realidad política nacional e internacional, examinemos de manera crítica y autocrítica la gestión de Gobierno, determinemos líneas de acción, definamos la concepción de la política económica, y nos comprometamos todos a implementarlas y defenderlas en la medida en que las compartamos. Eso sería una gran fortaleza para el proceso de liberación nacional, para las gestiones de Gobierno y para la articulación con el conjunto del pueblo venezolano. Pero nada de eso ha sucedido y es incuestionable la necesidad de correcciones y rectificaciones, comenzando precisamente con la adopción de una dirección colectiva y unitaria de lo que conocemos como Revolución Bolivariana.
Lo anterior, es una realidad desde el inicio del proceso. Entendemos que superar tal debilidad puede no ser tan fácil, pero son necesarias muestras concretas de voluntad política para consolidar y fortalecer la unidad de las fuerzas patrióticas y antimperialistas. Hasta ahora ni tan siquiera los acuerdos entre nuestros partidos son cabalmente cumplidos, como el que estábamos trabajando entre el PCV y el PSUV de cara a las elecciones a gobernadores y en la perspectiva hacia los procesos electorales de legisladores regionales, alcaldes y concejales y Presidencia de la República.
¿Cómo puede explicarse que, ni antes ni durante ni posterior al proceso de elección de gobernadores, el Consejo de Partidos Políticos del GPP-SB se haya reunido?
Y, más aún, las reuniones bilaterales entre nuestros dos partidos (PCV y PSUV) fueron suspendidas unilateralmente sin ninguna explicación. Si juntos acometimos ese proceso electoral, lo lógico y consecuente debería ser que, inmediatamente después de su realización, nos encontráramos para efectuar los necesarios balances, determinar criterios de trabajo conjunto con los gobernadores electos, identificar fortalezas y debilidades, trazar colectivamente orientaciones unitarias para asumir las siguientes batallas. Al no existir un trato de verdaderos aliados que enfrentan un encarnizado enemigo común, como lo es el imperialismo estadounidense y europeo, se hace necesario preguntar a la dirección del PSUV ¿qué espera realmente del PCV y del resto de las fuerzas políticas y sociales revolucionarias que no hacemos parte del Gobierno? ¿Hasta dónde considera el PSUV-Gobierno que podemos ser útiles al proceso bolivariano?
La respuesta a tales interrogantes nos permitirá discernir cuál será el derrotero del GPP-SB y, en consecuencia, posiblemente redefinir nuestra política de alianzas.
Las elecciones del 15 de octubre indicaron claramente, también en lo electoral, la importancia de la alianza patriótica y antiimperialista. En varios estados, de intensa disputa con las fuerzas de la derecha opositora (Bolívar, Carabobo, Miranda y Vargas), los candidatos del proceso lograron la victoria gracias a los votos obtenidos y aportados por partidos integrantes del GPP-SB distintos al PSUV y, de manera particular, en el caso del PCV, por el carácter y perfil del mensaje de compromiso clasista, crítico y autónomo que expresamos.
De igual modo, en otros estados donde resultaron favorecidos los candidatos del proceso, los votos del conjunto del GPP-SB y en particular del PCV, permitieron un margen que hizo apabullante la derrota asestada a los candidatos pro-imperialistas. Además, el aporte de los partidos del GPP-SB distintos al PSUV fue imprescindible para superar a los partidos de la MUD en el total nacional de votos.
Pero, al parecer, para la máxima dirección nacional del PSUV y para muchos de los gobernadores electos, ese hecho objetivo carece de importancia alguna; por el contrario, la autosuficiencia y la soberbia están presentes en la actitud de determinados voceros y representantes de altos niveles dirigentes del PSUV y del Gobierno, en su relación con el PCV y otros partidos aliados.
Los acuerdos entre las fuerzas patrióticas y antimperialistas deben cumplirse
De cara a las elecciones del 15-O, se trabajó un acuerdo político-electoral integral entre el PCV y el PSUV, junto al resto de las fuerzas patrióticas y antimperialistas, con el objetivo central inmediato, de impedir que la derecha pro-yanqui conquistara la mayoría de las Gobernaciones, como efectivamente se logró –aunque no así peligrosamente en las de estados fronterizos–, pues las convertirían en instrumentos del plan antidemocrático y desestabilizador contra el pueblo venezolano, orquestado por el gobierno imperialista de los EEUU. Con tales propósitos, una comisión del Buró Político del PCV y la delegación designada a los efectos por usted mismo en representación de la máxima dirección del PSUV, iniciamos reuniones de trabajo en las que se establecieron, a propuesta nuestra, una serie de acuerdos en materia político-electoral y político-social. La aplicación de tales acuerdos nos permitiría, entre otras cosas, desarrollar una efectiva campaña para llegar a amplios sectores de la clase obrera y del pueblo trabajador con mensajes y procesos organizativos para el logro del objetivo electoral inmediato y seguir acumulando fuerzas en favor del proceso bolivariano, con decisivo protagonismo obrero, campesino, comunal y popular y con el activismo intenso y extenso del PCV, de la JCV y de nuestros frentes políticos de masas, en las distintas batallas que sean necesarias asumir para la defensa de la patria, en los ámbitos nacional e internacional. Tales acuerdos, salvo excepciones en materia político-electoral, no fueron cumplidos a cabalidad por la dirección nacional del PSUV, a pesar de que nuestro partido cumplió con inscribir a los candidatos del PSUV a las Gobernaciones en 22 estados, con la única excepción de Apure, donde previamente habíamos expresado que, por su abierto anticomunismo y su práctica política reñida con los intereses del pueblo apureño, el gobernador en funciones no contaría con nuestro apoyo de ser presentado a la reelección.
En materia político-social, se planteó la necesidad perentoria de resolver concretos y graves problemas que afectan a miles de trabajadores y trabajadoras, campesinos y campesinas y sectores populares comunitarios, muchos de ellos consecuencia de desacertadas decisiones de instancias y funcionarios del Gobierno nacional (algunos de los cuales fueron candidatos a gobernadores) y de algunas Gobernaciones, cuyos titulares aspiraban a ser reelectos. El vocero del PSUV por designación suya, Presidente, se comprometió a realizar las gestiones que permitirían la solución de las situaciones por nosotros planteadas, particularmente las referidas a los despidos ilegales en una serie de entidades públicas: de esto no se ha cumplido absolutamente nada.
Reivindicar los derechos de la clase obrera y del pueblo trabajador
Procedemos a explicar a qué problemas nos referimos y por qué llevamos tales asuntos a reuniones en las que se trabajaba un acuerdo político-electoral. La representación del Buró Político del PCV expuso su preocupación ante la situación general que afecta a amplios sectores de trabajadores y trabajadoras y a sus familias, como consecuencia de la agudización de la crisis del capitalismo dependiente y rentista, en la medida en que se preservan el Estado liberal burgués y las relaciones capitalistas de producción, con la tendencia de la patronal privada y pública a violentar los derechos laborales y a destruir o doblegar los instrumentos defensivos de la clase trabajadora. Todo ese cuadro general se agrava ante decisiones de sectores del Gobierno nacional orientadas a desmantelar, debilitar o reprivatizar una serie de empresas públicas, nacionalizadas y creadas, favoreciendo de hecho al plan de agresión económica que desarrollan las fuerzas económicas y políticas al servicio del imperialismo, pero además produciendo despidos y en general mayor deterioro en las condiciones de vida de una buena parte del pueblo trabajador. De igual modo, el pueblo trabajador en su conjunto se ve terriblemente afectado por la indetenible y criminal alza de precios de bienes y servicios, la recurrente escasez de artículos de consumo masivo y la especie de corralito que impone la banca privada y pública, al limitarle ilegalmente al pueblo el uso de sus ahorros, potenciado eso con la reducida circulación de efectivo.
Es en ese contexto que el PCV planteó en el proceso de acuerdo político-electoral, la necesidad de restituir los derechos infringidos de trabajadores y trabajadoras que fueron ilegal e injustamente despedidos en diversas empresas del Estado, particularmente hicimos mención a la Red de Abastos Bicentenario, por la aplicación irregular de un Decreto de Reestructuración de las empresas adscritas al Ministerio de Alimentación; los centrales azucareros adscritos a la CVA Azúcar; Bus Yaracuy, donde fueron despedidos los dirigentes sindicales; CVAL y sus empresas adscritas, específicamente en el Centro de Almacenes Congelados (CEALCO); PDVAL; Lácteos Los Andes; Metro de Caracas; INASS; entre otras.
De igual modo, se planteó la necesidad de actuar ante distintos casos de chantaje policial, criminalización y judicialización laboral, particularmente en contra de trabajadores y trabajadoras al servicio de las empresas Productora El Símbolo y La Monserratina, ubicadas en Las Tejerías, estado Aragua. Finalmente, se solicitó garantizar justicia en el caso del asesinato cometido por parte de agentes de la Policía del estado Yaracuy, del dirigente campesino Audy Perozo (hijo del camarada Aristóbulo Perozo, cuadro campesino del PCV en Yaracuy). Todos estos planteamientos se hicieron en virtud de que se han agotado numerosas gestiones ante las autoridades respectivas sin que se produzcan soluciones y porque varios de estos casos involucran directamente a algunos quienes fueron candidatos a las Gobernaciones y finalmente resultaron electos. No obstante a que el compatriota vocero del PSUV y del Gobierno respondió positivamente a nuestros planteamientos y mostró disposición a buscar soluciones efectivas y expeditas, hasta los momentos nada se ha concretado y no se nos ha dado ninguna explicación, no habiéndose producido ninguna nueva reunión para la evaluación, seguimiento y concreción de tales acuerdos.
Es por ello, compatriota Presidente, que acudimos a usted y, además de reiterarle la solicitud de una reunión con nuestro Buró Político, le requerimos orientar el cabal y concreto cumplimiento de los recientes acuerdos político-electorales y político-sociales establecidos entre el PCV y el PSUV, para bien de la confianza y el respeto mutuo que deben existir entre fuerzas aliadas y en pro de fortalecer la lucha por la defensa de la soberanía nacional y por los intereses del pueblo trabajador venezolano.
Además de todo lo anterior, es pertinente el momento para expresarle la urgente necesidad de la adopción de un conjunto de medidas dirigidas a frenar el alto costo de la vida y resolver la desesperante situación que viven millones de usuarios de los servicios bancarios, particularmente los pequeños ahorristas, los asalariados, los pensionados, los pequeños empresarios.
En tal sentido, le reiteramos nuestra disposición de presentar el conjunto de propuestas que el PCV, junto a fuerzas del movimiento obrero y popular, hemos producido y consignado a la Asamblea Nacional Constituyente sin respuesta alguna, teniendo como propósitos y ejes fundamentales: desmontar el poder de los monopolios privados, expropiar y encarcelar a los capitalistas especuladores, nacionalizar el sector bancario, desarrollar la producción con soberanía nacional y protagonismo dirigente de la clase obrera, establecer el control obrero-campesino y comunero-popular sobre los procesos económicos y sociales más importantes.
En fin, abandonar los caminos de la colaboración de clases y, por el contrario, producir una salida revolucionaria a la crisis con papel dirigente de la clase obrera y el pueblo trabajador de la ciudad y el campo.
Sin otro particular, le ratificamos nuestra consideración y cordial saludo.
Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela - PCV
Oscar Figuera
Secretario General, Perfecto Abreu Nieves
Secretario de Organización, Pedro Eusse
Secretario del Movimiento Obrero
y Sindical, Oswaldo Ramos
Secretario de Formación Ideológica, Yul Jabour
Secretario de Propaganda, Agitación
y Medios de Comunicación, Elena Linarez
Secretaría de la Mujer Comunista, Douglas Gómez
Secretario de Masas, Carolus Wimmer
Secretario de Relaciones
Internacionales, Carlos Ojeda Falcón
Director del IAEBM, Carlos Aquino
Director de Tribuna Popular, Héctor Alejo Rodríguez
Secretario General de la JCV, Vladimira Moreno
Secretaria de Profesionales
y Técnicos, Carlos Lazo
Secretario Político del CR del PCV
en Caracas, Adelaida Zerpa
Secretaria del Movimiento Popular
Comunitario, Juan Piedra
Secretario Político del CR del PCV
en Miranda, Diluvina Cabello
Secretaria de Finanzas
Caracas, 23 de octubre de 2017.
Fuente: Tribuna Popular/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com
Correo: pcvmirandasrp@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario