Estamos convencidos de que las fuerzas sanas de la sociedad ucraniana lograrán la victoria y harán que los nazistas sucesores de Bandera se metan en las mismas catacumbas de las que habían salido. |
Hoy, a lo largo y ancho de
las Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk arden las llamas de
guerra. Por primera vez desde la liberación de Ucrania de los fascistas
hace 70 años las ciudades y poblados pacíficos son blanco de bombardeos
de artillería y aviación.
El saldo de muertos y heridos se calcula en
miles, los refugiados, en decenas de miles. Se arrasan barrios
residenciales, jardines de infancia y escuelas, policlínicos y
hospitales, instalaciones de suministro de energía y agua. Están
cercadas varias ciudades con centenares de miles de habitantes.
El poder de los seguidores de
Bandera, sus protectores en Occidente y adeptos en el campamento
liberal ruso está silenciando abiertamente los crímenes de guerra
cometidos en Nueva Rusia.Y esto --la destrucción de las ciudades y
poblados-- es una violación flagrante de las normas y las costumbres de
guerra.