Por: Hindu Anderi
Bien, pudiéramos comenzar preguntándonos si el tema a debatir es cultura y medios de comunicación, o la cultura de los medios de comunicación, o si es el poder de los medios, o los medios como medio para soportar el poder, que quiere imponer su cultura. Ese a nuestro juicio es el análisis en esta era en la que los medios masivos de comunicación, o de difusión de información, se han convertido en el centro o corazón del poder establecido.Si entendemos que la cultura es en gran parte el conjunto de ideas, símbolos, costumbres, imaginario y conocimientos en general, que le dan rostro y carácter a un pueblo, a una clase social o a una época específica, pudiéramos afirmar que los medios, a partir de los mensajes, conocimientos, modo de vida que han transmitido o vendido, han construido una cultura que se sostiene principalmente en el consumo indiscriminado como costumbre de objetos y de ideas, de formas y de conductas, arraigada, por lo menos desde hace 100 años. Y que ya pudiera ser tradición debido a que ha afectado a más de una generación, aunque la influencia de los medios data de 200 años.
Simón Bolívar, el gran visionario y Libertador de América, sabía la importancia que tenía la difusión del pensamiento para conquistar la libertad, para propagar las ideas y principios que sustentaban el proyecto independentista. En 1810, el joven inquieto y revolucionario Simón llevó desde Londres a Caracas la primera imprenta y juzgó posteriormente necesario la fundación del primer diario de Venezuela, el Correo del Orinoco, en cuyas páginas se publicaron sus discursos entre otros muchos documentos y artículos. Hoy un diario con el mismo nombre circula en la República Bolivariana de Venezuela, gracias al Comandante Hugo Chávez, el primer presidente venezolano que creyó en democratizar la comunicación, en darle voz al pueblo, en visibilizar a quienes siempre estuvieron ausentes de la pantalla del televisor, de las radios o de las páginas de los diarios, salvo para ocupar espacios en las llamadas secciones de sucesos o policiales.